Mi primera vez y mi hermano 5
Le dije te voy a conceder este deseo por ser tu cumpleaños... En cuanto escucho eso, de inmediato comenzó a....
Hola, aquí ando nuevamente, les traigo otro día en mi vida sexual con mi hermanito.
Las semanas siguieron pasando, yo me sentía más mujer que nunca y disfrutaba mucho cada vez que me poseía, como me chupaba mis pechos, mi vagina, me ensartaba los dedos y me penetraba con ellos hasta que sentía como mis piernas se debilitaban, e incluso ya era capaz de hacer que me corriera con mayor facilidad, a veces solo era cuestión de cruzar miradas para decirnos hay que hacerlo y de inmediato comenzábamos ya fuera en la sala, en su cuarto, en el mío, en el baño, el sofá, etc. A él le gustaba verme como me bañaba y cuando pasaba mi mano por mi vagina jugara con ella, que me masturbara, ver su mirada perversa penetrándome cada vez que me tocaba, me excitaba mucho.
Quiero contarles otro día especial, era domingo, ya habían pasado 7 meses desde nuestra primera vez, era el cumpleaños de mi hermano. Mi mama trabajaba en la mañana, así que antes de irse a trabajar, lo sorprendimos con un rico pastel de chocolate, le cantamos las mañanitas, partimos el pastel y luego de eso mama se fue a trabajar.
Después de que ella se fue, nos quedamos mi hermano y yo en la mesa, me levante y le dije que se levantara, pues le iba dar su abrazo y así lo abrace, le dije felicidades hermanito, ahora sí puedo felicitarte como se debe, le plante un beso en la boca y así estuvimos besándonos unos minutos. Luego, luego, llevo sus manos a mis nalgas y las comenzó a sobar sobre mi ropa, yo traía aun mi pijama, que consta de dos piezas. Me desnudé, le dije, yo soy tu regalo guiñándole un ojo. El de inmediato se quitó la camiseta que traía, le dije que me dejara guardar el pastel en el refrigerador y que fuéramos a su cuarto o al mío, pero no quiso, me dijo que ahí estábamos bien. Que era su cumpleaños y él ponía las reglas. Al igual que yo se desnudó, me indico que me hincara, entendí lo que quería, tome su pene el cual ya estaba duro como una roca, con esas venas que se le repintaban, comencé a pajearlo de arriba a abajo, le di un besito en la punta y lo metí en mi boca, comenzándole a dar un rico oral, me decía que le encantaba que usara más mi lengua y pues yo obediente así lo hice, quería complacerlo en todo, me gustaba chupárselo y escuchar cómo me decía que siguiera, que le encantaba, que me la comiera toda, que se la exprimiera, que le sacara toda la lechita. Me detuvo y me dijo que ahí me quedara, así como estaba de rodillas, jalo el plato, el cual le quedaba un poco de pastel y tomo con su dedo la parte del merengue y se lo comenzó a poner por todo su pene, me comencé a reír y le dije que crabrón eres. Se sentó en la silla y me acerque a él y casi como penitente de rodillas me acerque hasta donde estaba el. Me dio un beso en los labios y tomándome de la cabeza me acerco a su pene, a lo que mi reacción fue quitar su mano y decirle ya me llenaste el cabello de pastel, me dijo que se lo chupara que era una orden que ya después me bañaría.
Me dispuse a volver a mi labor y recorrí con mi lengua su pene, desde sus bolas hasta la punta, quedándose en mi lengua el merengue, se la mostré y tragué, para después meter su pene en mi boca y comenzar a chuparlo, estaba más sabroso con el sabor a chocolate jeje. De vez en cuando él me separaba de su pene, para ponerle más merengue. Hasta el momento donde me dijo que estaba por venirse, se puso de pie y comenzó a pajearse el mismo, así que abrí mi boca esperando que su lechita saliera, me dijo quieres lechita para acompañar tu pastel, a lo que le dije si dame lechita.
Cuál fue mi sorpresa, que al ver que cuando se comenzó a venir, hecho su semen sobre un pequeño pedazo de pastel que había quedado en el plato, de inmediato intuí lo que se venía. Y efectivamente lo que había pensado ocurrió, me dijo abre la boca, ahora vas a comer tu pastel con leche. Tomo un cubierto y en él puso un poco de pastel y lo llevo a mi boca, yo sin más que hacer, recibí ese manjar y me lo tragué mientras lo miraba de manera provocativa. Y como buena niña me termine por completo mi desayuno.
Me incorpore y comenzamos a besarnos nuevamente, se separó de mí y quito las cosas que estaban sobre la mesa, para después hacer que me sentara sobre ella, hizo que ahora me acostara, la mesa se sentía fría, pero no estaba para andar quejándome. Abrió mis piernas y me dijo, ahora sí, quiero comerme mi regalo, mientras me regresaba a ver y me sonreía de manera picara. Abrí lo más que pude mis piernas y llevando mi mano a mi vagina, la pase de arriba abajo, diciéndole son toda tuya, haz conmigo lo que quieras. En cuanto escucho eso, de inmediato comenzó a comerme mi cuevita, mientras yo comencé a jugar con mis pechos, me estaba excitando mucho, él vaya que ya era un experto en hacerme un buen oral, sabia como me encantaba que jugara con mi clítoris, como me excitaba que su lengua recorriera toda mi vagina, cuando metía sus dedos sabia la zona exacta donde me daba más placer. Tomo un poco de pastel y cuando vi que lo untaría sobre mi vagina le dije que no lo hiciera, a lo que me dijo que callara, que yo era su regalo y que le había dicho que hiciera conmigo lo que él quisiera, así que quite mi mano de mi vagina y lo deje hacerlo. Me unto el pastel como lo había hecho con su pene.
También unto en mis pezones y estómago. Comenzó por mis pechos, los empezó a chupar, pasaba de uno a otro, yo lo agarraba de la cabeza y trataba de restregarlo sobre mis pechos, dejos mis pechos me beso, para dejar mis labios e ir bajando recorriéndome con su lengua, hasta llegar a mi estómago, se comió lo que ahí había, continúo bajando hasta que llego a su próximo objetivo. Ahora era el quien probaba la mezcla de mis fluidos con el sabor a chocolate del pastel. Eso fue muy excitante, comenzó a jugar con su lengua y comerme mi vagina, me estaba encantando la sensación, así estuvo hasta dejarme limpia mi cuevita, continuo y ahora metía sus dedos en mi cuevita y succionaba mi clítoris con su boca, yo me retorcía, pero de inmenso placer, pidiéndole que siguiera que no parara, que me encantaba.
Me jalo de los brazos e hizo que me incorporara, me volteo, e hizo que me recostara de frente sobre la mesa, quedando de espaldas haca el, poniendo a su merced todo mi trasero, me dio una rica nalgada, coloco la punta de su pene y lo comenzó a pasar por mi vagina jugando con ella y haciéndome sentir un agradable cosquilleo, puso la punta de su pene en la entrada de mí ya húmeda vagina y me la clavo, de una sola vez, sacándome un gemido de placer. Paso su mano por mi espalda provocando que se me erizara la piel y me dijo, que era muy erótico la escena, estaba recargada sobre la mesa, con mis senos aplastados con la mesa y ensartada por su pene, comenzó a besarme la espalda y ahí empezó con un mete y saca lento, hasta que comenzó acelerar, tomo mis manos y las jalo hacia atrás, comenzó a jadear y decirme que adoraba mi cuevita, que sentía tan rico como la primera vez que me la metió. (Debo aclarar que ya para ese tiempo, no había necesidad de usar condón, pues ya tomaba pastillas para no quedar embarazada).
Estaba cogiéndome bien rico, estaba gimiendo como loca, le pedía que me diera más fuerte, a lo que me hizo caso acelerando, se escuchaba como chocaba con mis nalgas y de vez en cuando me daba una fuerte nalgada, lo cual él sabía que me encantaba y me excitaba aún más. Me soltó las manos y me tomo las caderas, bajo el ritmo pero siguió nalgueándome, cuando me dijo que me quería mucho y que deseaba poseerme por completo y terminando de decir eso sentí un húmedo dedo tratando de introducirse en mi ano, hasta que lo consiguió y como puedo me bombeaba con su pene y movía su dedo en mi ano, sentía muy rico yo jadeaba y le pedía más sentía como mis paredes se abrían y cerraban cuando entraba y salía su rico pene, me dijo, ale por favor deja que te lo meta por tu ano, no sabes cómo me muero por volverlo hacer otra vez por ahí. Es mas no tienes ni que responder, al fin eres mi regalo.
Le dije que estaba bien pero que fuéramos a su cuarto, para estar más cómodos, me la saco de mi vagina y nos fuimos a su recamara. En el camino nos íbamos deteniendo para besarnos. Llegamos a su cuarto y rápido saco lubricante, me puse en 4 sobre la mesa y le dije que primero jugara con mi ano y me lo dilatara antes de meterlo. A lo que el accedió.
Le dije te voy a conceder este deseo por ser tu cumpleaños, pero si me duele y no lo sacas nunca lo vuelvo hacer contigo, el acepto de inmediato. Tomo su dedo y lo unto con el lubricante, aplicándome alrededor de mi anito, para luego volver a untarse más e introducirlo en mí, me estaba volviendo a excitar, pero un poco nerviosa, coloco su pene en mi vagina y lo volvió a introducir, comenzó penetrarme lo que me encanto, pero sin descuidar su labor de dilatar mi colita.
Así estuvo, hasta que me dijo que ya no aguantaba más que la iba meter por mi anito. Saco su pene de mi vagina y sus dedos de mi trasero. Se unto lo más que pudo lubricante sobre su vigoroso trozo de carne, lo coloco en la entrada de mi anito, atine a decirle despacito por favor, no quiero que me duela como la otra vez. Me dijo, seré cuidadoso ale lo prometo, sentí un poco de malestar y le dije espera me duele muy poco pero si me duele, el paro, metió sus dedos nuevamente con lubricante, volvió a intentar meterlo despacio sentí como entraba la cabecita, me pregunto que si seguía o la sacaba, pero al preguntar aun sentía como trataba de avanzar más, le dije continua, pero así, despacio hasta que entre todo, así continuo y lo logro meter todo completamente, sentía como mi recto me palpitaba, él me dijo, que sentía muy rico que lo apretaba mucho.
Se recostó sobre mi dejándose caer, me beso la espalda, uso su lengua para recorrer parte de mi espalda lo que provocó que mi piel se erizara. Me dijo que, si podía moverse, a lo que le dije que sí, lo saco poco a poco, cuando casi salía, lo volvió a meter despacio, me gusto ese movimiento. Así lo hizo otras dos veces, hasta que salió por completo, se unto más lubricante y lo volvió a meter, mi ano palpitaba, yo daba leves quejidos, pero ya me estaba acostumbrando a sentir su pene dentro. Le indique que aumentara un poco el bombeo, así lo hizo. Poco a poco comenzó a aumentar el ritmo, no llego a darme a la misma intensidad que por mi vagina, pero si lo suficiente para yo sentirme bien y no adolorida. Así como el sentir mejor placer, lo cual era lo que yo quería, pues mi intención era que siempre recordara ese día. Me dijo que se iba venir, a lo que le indique que estaba bien que lo hiciera adentro, dame tu lechita le dije, lléname por favor, es mi colita la que estas disfrutando, es tu regalo. Me dio una nalgada, aumento el ritmo, me apretó las nalgas y sentí como se vaciaba en mi interior, escuchaba como bujaba, como me decía me vengo, como daba sus últimas envestidas. Se desplomo sobre mí y me dijo gracias hermanita, este ha sido, el mejor cumpleaños de toda mi vida. Sentí como su pene perdía firmeza, se acostó aun lado de mí, le sonreí y le dije que bueno que te gusto tu regalo.
Me levanté, toda pegajosa, en parte por lo que habíamos hecho y otra por el pastel y el lubricante, le dije ven metete a bañar conmigo, anda sígueme, me metí al baño desnudita, así como estaba, caminando de manera sexy, se levantó y entro conmigo, nos comenzamos a besar, le abrí a la regadera, mientras el agua caía sobre nuestros cuerpos desnudos, nos besábamos y tome su pene para que así recobrara dureza, lo cual logre, lo coloque en la entrada de mi vagina, alzo mi pierna derecha y me ensarto su rico trozo de carne, ahí comenzó con el mete y saca, mientras yo lo apretaba contra mí, tome sus nalgas y las empujaba, quería sentirlo más adentro, que me metiera sus bolas si era posible, subí mis manos que andaban muy inquietas, el me lo metía y me lo sacaba como a mí me gustaba, duro y hasta el fondo, estaba muy excitada, gimiendo como loca, a pesar de lo incomodo, trataba de moverme para facilitar la penetración, me la saco, le cerro a la regadera y me llevo hasta el wc, poniéndome de espaldas hacia él y recargándome robre el respaldo del wc, quedando en 4, lo coloco y rápido lo volvió a meter, me comenzó a dar muy rápido, tanto que me hizo gemir más de la cuenta, mis piernas estaban perdiendo fuerza, así estuvo hasta que logro que me viniera, tubo que abrazarme pues mis piernas tambalearon y casi caigo, estaba en la gloria, y sobre todo satisfecha, me acomodo recostándome sobre el piso, me beso mis pechos, se acomodó sobre mí y me la volvió a meter, era mucha placer el que ambos sentíamos, mi hermanito me estaba haciendo sentir muy excitada, me la metía hasta el fondo, me besaba, me tenía a su merced. En eso acelero y me dijo que terminaba, le dije que quería que lo hiciera en mi boca, pero él quería acabar adentro y así lo hizo, sentí como dentro de mi vagina caía su rica y caliente lechita. Me levante para enseñarle como salía su semen de mi vagina, cosa que, a él, le encantaba ver. Pues al final mis dos agujeros, el mismo día habían sido inundados, fue una rica y excitante experiencia.
Pues hasta ahí les cuento de lo que hicimos en lo sexual ese día, porque no creo que quieran que les cuente, como limpie el desastre que quedo en el comedor con lo del pastel jeje. Saludos y un beso para todos y todas quienes me leen.