Mi primera vez… sobre las tetas de mamá (A.L.)

Relato dedicado a una amiga (A.L). Un chico descubre el sexo junto a su adorada madre

MI PRIMERA VEZ…SOBRE LAS TETAS DE MAMÁ (A.L.)

Hola a todos. Mi nombre es Javier y esta es mi historia, bueno, mía y de mi madre. Si bien ella y yo ahora se puede decir que somos como una pareja estable, como todo, tuvo un principio. Esto es lo que les quiero narrar.

En la actualidad tengo 21 años, estoy terminado la carrera de Derecho (iré al último curso ahora), pero los hechos se remontan a cuatro años antes, cuando me disponía a iniciar mis estudios universitarios. De siempre he sido un buen estudiante, así que normalmente los veranos eran largos y en general me lo pasaba bien, con amigos y amigas. No soy un guaperas (1, 78, moreno y más o menos delgado), pero tengo bastante labia, por lo que se puede decir que con las chicas me ha ido bien, aunque todavía, en el momento de esta historia, era virgen, si bien había besado a muchas chicas y les había tocado las tetas y el chicha, pero sin llegar a entrar. Sin embargo desde que tengo uso de razón tengo una obsesión por una persona. Una de esas cosas que en general no puedes decir porque se considera mala. Esa cosa es que la "chica" que más me gustaba…y me gusta es mi propia madre, Ana Lucía (Ana para abreviar). En la actualidad tiene 41 años ya que me tuvo con apenas 20 añitos, cuando todavía estaba en la Universidad, donde conoció a mi padre con el que se casó, poco antes de que ella quedase embarazada. Él es médico y cuando conoció a mi madre ella estaba en la Escuela de Enfermería y él acababa de terminar la carrera. Ahora los dos trabajan en un Hospital de Madrid, si bien mi madre solo trabaja de mañanas y alguna tarde porque está en las consultas externas y mi padre lo hace de mañanas y guardias, cinco o seis al mes, según las necesidades.

Bien, ahora nos iremos a cuatro años atrás. Por razones de trabajo mis padres no pudieron coger las vacaciones al mismo tiempo. A uno le tocó el mes de julio y a mi madre el mes de agosto. Mi padre aprovechó para ir a un par de congresos y descansar el resto del mes. Por su parte cuando mi madre cogió las vacaciones nos fuimos a la playa, a un apartamento que compraron hace unos años en Guardamar del Segura. En el viaje íbamos mi madre, mi hermana Beatriz, un poco más de dos años más pequeña que yo y yo mismo. Llegamos y nos fuimos cada uno a nuestra habitación a deshacer el equipaje. Salimos a comprar cosas de comer y volvimos a preparar la cena. Ese día suele ser agotador por el viaje, así que no muy tarde para ser periodo vacacional estábamos en la cama durmiendo. Lo bueno empezaría el día siguiente. Como habitualmente, nos levantamos, fui a buscar el pan para el desayuno y tras éste nos bajamos a la playa, que estaba muy cerca de nuestra urbanización, no en primera línea, pero si en segunda.

Ahora me quiero recrear un poco en por qué mi madre ha sido la mujer que más me ha gustado y me gusta, la musa de mis pajas y se puede decir que la persona que más quiero de este mundo. Mamá es unos cinco o seis cm. más baja que yo, rubia con ojos color miel, mirada dulce y unos labios muy sugerentes. Mantiene una bonita figura y tiene unas tetas que fueron el primer recuerdo claro que tengo de mi niñez, las tetas de mi madre en la playa. Es una mujer que siempre ha hecho topless, le pesara a quien le pesara (al principio a mi padre le parecía no mal, fatal que lo hiciera, pero digamos que se fue acostumbrando). Tanto es así, que si alguna vez venía algún familiar, su hermana con su marido, o mis abuelos, vamos, quien fuese, ella siempre se quitaba la parte superior de su bikini. Y la verdad es que era una alegría que lo hiciera, ya que tiene unas tetas que da gusto verlas. Tamaño grande, sin exagerar, pezones que destacan sobre el resto, oscuros…ideales. Ahora ya no tiene tanto mérito, porque muchas de las amigas de mi madre se ponen igual que ella, pero hace 20 años era de las pioneras. Ahora incluso mi hermana deja ver sus incipientes tetas, ya que se educó en una cultura diferente a la de mi madre, donde Bea ve el topless como algo natural, no pecaminoso ni inmoral.

En fin, para no enrollarme más, bajamos los tres a la playa, bastante temprano, ya que queríamos evitar las horas centrales del día. Nos pusimos protector solar y nos tumbamos en las toallas. Como es norma, mi madre y hermana, en topless. Al rato empezaron a llegar las personas que conocemos. Muchos están todo el verano porque las madre o no trabajan, o son maestras o profesoras con más vacaciones. Casi todos estaban morenos comparados con nosotros, que apenas habíamos ido un par de días a la piscina en Madrid. Nos saludamos efusivamente con algunos, los más conocidos y tanto es así que mi hermana quedó con una amiga para irse a un parque temático en Tarragona (con su amiga y los padres, claro). Iban a ir tres días. Hasta entonces seguimos con nuestra rutina. La primera noche que mi hermana no estaba yo me desperté porque tenía sed. Al pasar por delante de la habitación de mi madre pude oír unos ruidos, que inmediatamente identifiqué como sexuales (era algo como ummm, siii, ooooh). Quería ver a mi madre, así que golpeé la puerta y le pregunté si estaba bien.

  • Mami… ¿te encuentras bien?- le dije con picardía. Ya sabía que estaba bien

  • ¡¿Eh?!...si, hijo, si…creo que tenía una pesadilla

  • ¿Puedo pasar?

  • Esto…si, claro que si- dijo, mientras supongo recogía algo. Al entrar me encontré a mi madre sudorosa, tapada con la sábana de cintura para abajo y con las tetas al aire. La verdad es que hacía calor.

  • Iba a beber un poco de agua y me pareció que no te encontrabas bien

  • Si…si estoy bien. Creo que tuve una pesadilla. ¡Uf! Que calor

  • ¿Quieres un poco de agua?

  • Si, por favor- dijo mi madre. Fui a la cocina y volví con agua bien fresquita

  • Toma, mami

  • Gracias mi vida- me dijo mientras le daba el vaso con agua. Al acercarme a la cama de mi madre pisé algo que estaba justo debajo de la misma, justo debajo del borde de la cama

  • Espera, creo que pisé algo

  • No te preocupes

  • No, no pasa nada- me agaché y recogí un consolador del suelo- toma, mami…creo que es tuyo- le dije con la mayor de las naturalidades

  • Si…gracias- dijo mi madre un poco cortada

  • Buenas noches, mami- le dije

  • Buenas noches, hijo

A la mañana siguiente me levanté como si nada. Fui a buscar el pan sin que mi madre se hubiese levantado todavía. Al regresar ella estaba en la cocina.

  • Buenos días mamá- le dije mientras ponía el pan en la encimera

  • Buenos días- dijo evitando mirarme a los ojos- esto…Javi, respecto a lo de anoche, bueno supongo que sabrás que no estaba teniendo una pesadilla

  • Ya…me imagino que te estabas haciendo una paja- le dije en un intento de ser lo más natural posible, si es que se puede ser natural hablando de eso con tu madre

  • Si…claro. Verás, es que yo, bueno las mujeres tenemos nuestras necesidades y a veces recurrimos a hacer estas cosas

  • Ya lo se…me parece genial. Es normal, todos tenemos nuestras necesidades y nos aliviamos como podemos.

  • Bueno, vamos a desayunar. -Mi madre no se encontraba cómoda hablando de ese tema

Terminamos el desayuno, fregué las cosas y nos fuimos a la playa. Pasamos el día normal, como cualquier otro, pero no podía quitarme de la cabeza lo de la noche anterior… ¡como me hubiese gustado que la puerta hubiese estado un poco abierta! Por la noche cenamos y hacía un calor insoportable. Nos sentamos en la terraza a tomar algo fresco, mi madre un poco de vino blanco y yo una cerveza. Mi madre solo hablaba de cosas triviales, estaba como ausente, creo que por lo ocurrido la noche anterior. Cunado mi madre se había tomado tres o cuatro vinos y yo otras tantas cervezas me atreví a decírselo (estábamos los dos bastante desinhibidos por el alcohol)

  • Mami…me parece que estás un poco incómoda por lo de anoche…y creo que no es para tanto

  • Ya…pero reconocerás que tampoco es normal que un hijo sea el que descubra que su madre se está haciendo…- mi madre hablaba muy baja, como si temiese que la oyesen

  • Una paja…-completé la frase, también en voz baja.

  • Si, eso…un paja

  • Pues te digo en serio que no creo que sea para tanto

  • Ya… ¿Cómo te sentirías si entro en tu habitación y te encuentro con el aparato en la mano masturbándote?

  • Hombre, no debe ser agradable…pero tampoco creo que fueses la primera madre que sorprende a su hijo haciéndolo. Además, como te dije…eres joven, estamos en verano y tu cuerpo tiene sus necesidades

  • Ya

  • Bueno…tu, yo, todos tenemos nuestras necesidades, que cubrimos como podemos, ¿no?

  • ¿Si? Y tu ¿Cómo las cubres?- mi madre pasaba al contraataque

  • Bueno…supongo que más o menos como tu…sin aparatos

  • ¿Cómo?

  • Hombre, mami…solo con la mano- intentaba ser lo más natural posible, pero no se si lo conseguía

  • Y como reaccionarías si te pillo haciéndolo

  • La verdad es que no lo se- ¡¿Cómo iba a saberlo?!

  • Pues…para estar empatados…podemos hacer que te pillo haciéndolo en tu habitación, a ver como reaccionas

  • Hombre…eso no sería pillarme por sorpresa

  • Tienes razón…creo que es mejor que entre y lo hagas…por eso del empate- insistió mi madre

  • Hombre…empate, empate…yo solo te oí y pensaba que estabas mala

  • Si, claro…que me chupo el dedo- dijo mi madre

  • Vale…suponía lo que estabas haciendo

  • ¿suponías?

  • Me lo imaginaba

  • Eso está mejor

  • De todas formas…si quieres que sea empate lo que tendrías que hacer es oírme desde el otro lado de la puerta.

  • Ya…pero eso es, no se, como no hacer nada. Creo que lo mejor es que lo hagas delante de mí- erre que erre.

  • Entonces te propongo que yo lo hago…mientras tú terminas lo de anoche

  • ¿¿¿¿Queeeeeeé????- dijo mamá abriendo mucho los ojos

  • Creo que es el trato más justo

  • Hombre…visto así…trato hecho- me dijo tendiéndome la mano

  • Trato hecho- intentaba aparentar calma…pero mi cerebro iba a mil por hora y mi polla más rápido que la velocidad de la luz

  • Vamos a mi dormitorio- dijo mi madre- y unas reglas. La primera nada de tocar

  • Vale. ¿La segunda?

  • No se…de momento esa

  • Lo que digas- mi madre se quitó la camiseta que llevaba, sin sujetador y dejó que admirase sus magnificas tetas (no me cansaba de verlas). Yo me quité la mía

  • Ahora, los dos a la de tres- contó y nos quitamos la falda y los pantalones, respectivamente- otra vez a la de tres- ya nos quedaba lo último, que desapareció. Estábamos en pelotas uno delante de otra. Como es lógico pensar mi polla estaba en su máximo esplendor, la notaba a punto de reventar

  • ¿Y ahora?- pregunté

  • Bueno…yo seguiré con lo que hacía anoche y tú harás…lo tuyo. Por cierto…buen aparato- dijo mirándome la polla

  • Gracias- mi madre abrió su mesita de noche y sacó el consolador. Ahora me fijé mejor y era rosa con un doble sistema de placer, para la vagina y para el clítoris. Mi madre abrió las piernas y encaminó el artilugio a la entrada de su cueva, mientras yo estaba justo enfrente de ese espectáculo.

  • ¡Vamos!- dijo mientras empezaba la tarea de entrarlo y sacarlo de su agujero

  • ¡Vamos!- repliqué. Poco a poco la cosa se fue caldeando

  • ¡Ummm….que bueno!- decía mi madre

  • ¡Siii!- respondía

  • ¡Ohhh, diossssshhh, que bueno….si, si, si!- cada vez se movía más rápido, como mi mano

  • ¡Mami…que buena estás!- me salió del alma

  • ¿Siii?

  • ¡Siii!...muy buena…adoro tus tetas

  • ¡¡¡Ohhh!!! A mi nene le gustan las tetas de mamá

  • ¡Siii! Las adoro

  • ¿Las adoras?- dijo mientras con una mano seguía usando el consolador, con la otra cogió una teta que se llevó a la boca, chupando su delicioso pezón

  • ¡Siiii, las adoro!!!...mamá, ya estoy

  • Échamela en las tetas, mi vida

  • Si….tómala…toda- le dije mientras empezaron a salir chorros de mi leche en dirección a las tetas de mi madre…bueno y a su abdomen, su barbilla y cara. Fue un apoteósico final. La mayor de mis corridas. Mi madre había aumentado su ritmo para terminar medio minuto después de mi descarga. Inmediatamente cogió un dedo de su mano derecha y lo pasó por una de las zonas con más leche. Tomó un poco y se lo llevó a la boca. Me guiñó un ojo mientras se chupaba el dedo

  • ¡Ummm, deliciosa!

  • Ha sido increíble…gracias mami- le dije mientras le daba un beso en la mejilla (la que no tenía restos)

  • Si que ha sido genial- dijo mi madre- ven- me acerqué y me dio un beso en los labios, suave, pero lleno de amor, que poco a poco se convirtió en un beso de pasión. Mi polla reaccionó de inmediato