Mi primera vez sin mi marido

Mi marido estaba estresado en el trabajo, y para animarlo me folle a otro.

Hola soy  Sonia de nuevo, después de que en anteriores relatos os explicara como conocí a mi marido, como él hizo que me desinhibiera e hiciera cosas que jamás había imaginado, quiero explicaros como esta vez tome yo la iniciativa y le sorprendí. Como siempre os recomiendo leer mis anteriores relatos que están enumerados y así podéis ver mi evolución sexual.

Después de mi experiencia del trio con los negros, ya de vuelta a Barcelona, mi vida sexual con pedro iba de maravilla, hacíamos el amor mínimo 3 o 4 veces por semana, estuvimos bastante tiempo teniendo una vida sexual pues lo que es considerada normal, es decir solo manteníamos relaciones entre nosotros. A pesar de lo morboso que era Pedro, no siempre quería sexo guarro, a veces era lo que decía anteriormente hacer el amor, que para  mí es diferente.

Pedro empezó a tener problemas en el curro, andaba bastante estresado, tenía que hacer horas extras, habían empezado a despedir a compañeros… Por lo que muchas noches llegaba tarde y con pocas ganas de hacer nada.

Yo le intentaba animar, pero es que ni sexo quería y llegó el momento pues que yo también necesitaba un poco de sexo, jamás habíamos tenido tan poco como estos meses. Por lo que alguna noche antes de que llegara me masturbaba, me ponía alguna peli porno, o simplemente recordaba todas las locuras que Pedro me había ayudado hacer.

De repente caí, en que si había experimentado mucho, pero siempre había sido Pedro el que había llevado la voz cantante, el que me ayudaba, me incitaba a experimentar, dejaba que el llevara la iniciativa, que propusiera. Por decirlo de alguna manera yo al ser tan tímida y con tan poco experiencia hasta que lo conocí, era como la sumisa. Que ya me iba bien porque cuando dejaba mis prejuicios disfrutaba mucho,  y siempre sabía que si yo no quería hacer algo Pedro jamás me habría obligado. Pero claro después de todo lo vivido ya era hora de que tomara yo la iniciativa i le sorprendiera.

Pensé en varias cosas, desde comprarme lencería sexy y esperarlo ligera de ropa al llegar del curro, a buscar alguna scort y hacer un trio con mi marido… Pero con lo mal que estaba en el curro no sabía ni siquiera si le apetecería, porque vuelvo a repetir llevamos dos meses sin sexo.

Yo por confidencialidad no diré donde trabajo, solo os explicaré que soy interiorista en un gran despacho de arquitectura y tengo que tratar con muchos obreros, y bueno a veces es complicado lidiar con ellos, tener que supervisar que hagan el trabajo bien…

En esa época estábamos haciendo la reforma de un importante hotel de la costa, y como siempre había surgido algún problemilla, había discutido con el encargado de la obra por no estar cumpliendo los plazos, lo típico. A pesar de que yo siempre intento ser diplomática, comprensiva esta vez estaba de los nervios.  Daniel el encargado, a pesar de que el tío estaba muy pero muy bueno, y que ya lo conocía de alguna obra anterior, habíamos tenido algún que otro pique, él no llevaba muy bien que una mujer le dijera como tenía que hacer el trabajo  y mucho menos que le metiera prisa, cuando lo achuchaba siempre se ponía a la defensiva y acabamos discutiendo, aunque cuando todo iba bien, era la mar de simpático aunque a veces un poco listillo, le había escuchado que le decía algún compañero lo que le ponía y que si me pillara me iba a dejar temblando.  Pero esta vez iban muy muy retrasados y cuando iba a la obra muchas veces estaban de cháchara..

Ese día yo estaba un poco enfadada porque la noche anterior justo cuando me estaba masturbando viendo un peli porno de un gang bang Pedro llegó e intenté tener sexo con él, pero me rechazó ya que nada más llegar se fue al despacho a terminar un proyecto que no pudo terminar en la oficina. Y por si esto fuera poco desde el despacho como es compresible estaban enfadados  porque ya hacía dos semanas que se tenía que haber dado por finalizada la reforma.

Cuando llegué al hotel y pregunté  Daniel me dijeron que estaba en la suite haciendo unos remates, por lo que fui a buscarlo para hablar con él y decirle que si o si tenía que finalizar ya. Al llegar a la suite la puerta no estaba bien cerrada por lo que entre y cerré, de repente escuche una risas que venían del wc, un wc que hay pisos más pequeños, me acerqué i vi que Daniel estaba solo hablando por teléfono, entiendo que con alguna chica, estaban recordando lo bien que se lo habían pasado follando la noche anterior… Yo de repente me encendí, me puse furiosa, porque me parecía de una falta de profesionalidad, que estuviera hay hablando con su rollete y la faena sin hacer y con retraso, pero a la misma vez me puse cachonda, me daba envidia el cabrón sí que había follado.

Entonces vi mi oportunidad, pensé en matar dos pájaros de un tiro. Me alejé y mandé  un WhatsApp a mi marido y le dije textualmente. –“Pedro mi amor sabes que te amo con locura, que siempre estaré a tu lado, pero necesito recuperarte, ahora mismo voy a follarme otro y ser muy puta, lo voy a disfrutar y cuando llegues quiero que me folles tu, como hacias antes de que el trabajo te absorbiera. Siempre a tu lado tú puta enamorada”. Y puse el móvil en modo avión, eso tenía que hacer reaccionar a mi marido, sé que no se iba a enfadar porque follara con otro, yo tenía absoluta libertad pero estoy segura que él no se imaginaba que yo tomara la iniciativa y lo hiciera y menos sin él delante.

Entré al wc hecha una furia, gritando –Daniel deja el teléfono y de hablar con tus rolletes, lleváis ya mucho retraso esto es inadmisible, vergonzoso. Daniel se enfadó colgó y dijo –tranquila sargento que tu trabajo se queda listo hoy, joder con las prisas coño, que ya mismo no nos dejas ni mear. Entonces empezamos a discutir un poco,  yo lo que quería era enrabietarlo bien y que me follara con furia. Después de un intercambio de palabras así subido de todo se le escapó –puta malfollada.  Y yo -¿perdón?, puta si pero malfollada no, acaso tú me follarías mejor? Daniel quedó descolocado, ya no sabía ni que decir, esto me hizo envalentonarme y me acerque a él bien pegadita y mirando para arriba puesto que el tío era un armario de 1,87, le volví a repetir -¿quieres follarme tu bien? Viendo que se quedó de nuevo cortado, le puse  una mano sobre el culo y con la otra le empecé acariciar el paquete que ya estaba alcanzando un considerable tamaño. Y  entonces le dije –malfollada no estoy pero llevo 2 meses sin follar y tu lo vas hacer hoy, y dándole mi móvil le dije y lo vas a grabar para que mi marido vea como disfrutar su amorcito. Le desabroche dejando salir una polla  ya casi erecta, que sin ser enorme, tenía un buen tamaño unos 19 cm, pero tenía un capullo rosadito muy apetecible, que no pude evitar engullir, lo lamia, lo saboreaba y con la polla en mi boca empezaba a notar como se ponía dura, Daniel empezaba a gemir diciendo  -si cielo así, si querías que trabajara más solo tenías que pedirlo así,  me agarraba con una mano la cabeza mientras me ayudaba a tragarme su rabo y con la otra grababa.

De repente paré y le dije bueno ya está  bien, y mientras le daba un condón que saqué del bolso le dije –Follame duro y sin contemplaciones, necesito sentir un buen rabo dentro. Me bajó los pantalones y me hice recostarme sobre la pica del lavabo y así yo pudiera ver cómo me daba, me aparto el tanga, puso su polla en la entrada de mi coño y empezó a restregarla , yo le grité –Joder vas a tardar tanto en metérmela como en terminar tu puto trabajo y antes de que pudiera decir nada más  Daniel grito –toma puta tanto mandar, quieres polla? Pues te voy a dar polla! Y me la metió entera de un solo golpe. Yo estaba excitada y mojadita, pero al  no haber tenido casi preliminares  y llevar tanto sin follar, me dolió un pelín, fueron unos segundos que en seguida se convirtió en placer, era como perder otra vez la virginidad, y  seguí animándolo  -venga cabrón esmérate en la faena y dame, quiero más y Daniel ya dejo el móvil sobre la pica y agarrándome el culo con todas su manazas me follaba sin piedad, dándome algún que otro azote. Ya no pude más y me corrí como una cerda, de hecho tuve dos orgasmos seguidos. Me separé de él me subí a la pica y le dije –a ver esa lengua si la sabes utilizar para algo más que decir tonterías, y Daniel se abalanzó sobre mi coño para comérmelo como si estuviera muerto de hambre, a la vez que succionaba mi clítoris me masturba con sus dedos, metiendo primero un dedo, después dos  hasta que metió  4, yo cogí el móvil y empecé a grabar como me estaba haciendo disfrutar Daniel, a la vez que decía –pedro mi amor como me gustaría que estuvieras  aquí, mira como me corro… De repente me entraron como ganas de mear y no pude evitarlo, el cabrón de Daniel utilizaba la lengua y las manos muy bien, estaba teniendo un squirt. Una vez que puse todo perdido, Daniel se acercó, me despojó de toda la ropa de arriba dejándome ya desnuda y  puso su polla en mi coño, empezando a bombear fuerte y rápido metiendo todas su polla dentro de mí a la vez que agarraba mis tetas, de vez en cuando la sacaba toda y la volvía a meter enterita de un tirón, una vez sus pelotas golpeaban mi coño intentaba metérmela un poco más, como si quisiera que sus huevos entraran en mi coño, estuvo  un rato así hasta  que me volví a correr e intuí que estaba a punto de correrse. Entonces me arrodille, le di el móvil le quité el condón, escupí en su capullo, y le hice una paja mientras de vez en cuando le comía la polla, que todavía le deben estar temblando las piernas, finalmente no aguanto más y se corrió entre mi cara, cayendo un buen reguero de leche sobre mis tetas. Me levanté, me limpié, me vestí y me fui sin mirarlo y diciéndole, esto tiene que estar terminado hoy.

Daniel no dijo nada, cuando me monté en el ascensor, no me creía lo que había hecho,  había puesto los cuernos a mi marido, aunque para nosotros eso no son cuernos, pero sobre todo había llevado la voz cantante, después de pasarme por el despacho me fui para casa para ducharme antes de que llegara pedro pero al entrar a casa,  Pedro estaba esperándome y nada más entrar, se acercó a mí, me besó tiernamente, me dijo que me quería y me pidió perdón por haberme descuidado y haberse dejado devorar por el trabajo, me volvió a besar y me follo directamente detrás de la puerta de entrada de nuestro piso.  Había conseguido que Pedro volviera, y no solo eso, yo había descubierto que aparte de dejarme hacer el hecho de pedir y mandar también me gustaba.