Mi primera vez fue con el vecino de arriba

Como mi amigo me ayudo a descubrir los placeres de mi agujerito de detrás

Hola a todos me llamo Kevin y soy un chico normal de 18 años, casi 19. Mido un metro ochenta y estoy bien formado, fibrado mis horas de gimnasio me cuesta. Casi todas las chicas que conozco me consideran guapo, tengo el pelo corto y moreno, ojos grandes y castaños. Estoy bastante bien dotado, unos 20 cm y bastante gorda. Me encanta depilarme ya que mi piel queda suave y tersa, también brocearme.

No hace mucho empezó a vivir un divorciado en el ático de arriba, él es maestro de escuela y tiene unos 40 años, un día en el ascensor coincidimos y me di cuenta que llevaba un juego de la play satation al que hacia tiempo que yo quería jugar. Así que nos pusimos ha hablar del juego.

Hoy por hoy es bastante habitual que los fines de semana y con la excusa de que me ayuda en mis estudios me apalanco en su casa y me vicio bastante a la consola o bebemos alcohol hasta emborracharnos, es un tipo bastante divertido y muy listo, tienen una buena conversación.

Un día decidimos montar una juerga con unas putas, después de unas copas cada uno se llevo a una chica a una habitación, para pasar la noche disfrutando del sexo. Tengo que reconocer que lo pase brutal y mi chica lo hizo muy bien.

Por la mañana me di cuenta que el ordenador de la habitación donde había pasado la noche estaba encendido y la cam había estado grabando toda la noche. Resulta que mi amigo era un poco pervertido, no me asuste y decidí que fuese él el que dijese algo.

Eso fue el sábado y pasó el día y ninguno de los dos dijo nada del tema de la cam, pasaba el domingo y tampoco decía nada. Así que el domingo por la tarde le dije que había visto la cam y que quería que me explicase, por que la había puesto. No entendía ese ataque a mi intimidad y que por favor me lo explicase ya que valoraba mucho su amistad.

No pareció sorprenderse mucho, y me dijo que era simple curiosidad. Me pregunto si quería que viésemos el video de mi noche loca con aquella putilla. Le dije que sí.

No pusimos a ver el video y me pareció extraño verme practicar sexo  a mí en la tele, tengo que reconocer que me excité bastante. Él también estaba muy excitado, su bulto en el pantalón era enorme. La verdad es que estaba muy excitado y me apetecía hacerme una paja, pero me daba algo de vergüenza, no podía entender lo excitado que estaba viendo allí mi cuerpo en tensión, tampoco entendía por que el estaba tan excitado.

Yo solo llevaba puesto un pantalón corto de esos que dejan ver la goma de los calzoncillos y estaba bastante mojado, no aguantaba más, además se me notaba que la respiración se me aceleraba por momentos.

De repente la imagen se detuvo y solo salía en pantalla mi culo, con el agujerito de mi culo casi en el centro, no entendía por que se había parado y cuando le mire vi que el llevaba rato mirándome y que se estaba tocando por encima del pantalón.

Le pregunte si quería ver al natural mi culo, ya que tan interesado estaba. No dijo nada, así que me quite los pantalones, mis calzoncillos apenas aguantaban mi erección dentro. Me di la vuelta y me incline dejándole mi culo a apenas unos centímetros de su cara, casi inmediatamente note su lengua en mi agujerito, nunca me había planteado ser gay o algo parecido, pero me encantaba aquella situación su lengua estaba caliente, al poco ya no fue solo su lengua sino también uno de sus dedos poco a poco fue introduciéndose en mi agujerito. La sensación era maravillosa, lo más placentero que he notado en toda mi vida.

Necesitaba verle la cara así que me gire, él me bajo totalmente los calzoncillos mientras me miraba allí sentado en el sofá, y mientras me miraba se introdujo mi poya en su boca; me han hecho una cuantas mamadas, pero lo suyo fue muy especial, lo hacía muy bien, arriba y abajo y me acariciaba los huevos o me metía el dedo en el culo mientras mi poya estaba en su boca y su lengua recorría con avidez cada milímetro de mi miembro. Me gustaría haber aguantado un poco más, pero no pude, me corrí como nunca, exploté en su boca y cuando ya no pudo tragar más le llené la cara de leche.

Tenía que devolverle aquel favor que me había hecho, así que me arrodillé y le bese en los labios, se quito la camisa, tenia bastante bello, pero no me importó era suave. Poco a poco fui bajando, le desabroché el pantalón y saque su poya de los calzoncillos y sin pensarlo me la metí en la boca, era la primera vez que me metía un rabo en la boca, me encantó chupar toda aquella carne, estaba muy babosa, sabía bien y olía mejor a macho de verdad. Con mi mano subía y bajaba por su poya mientras la tenia en mi boca y succionaba hacia dentro. No se cuanto tiempo estuve así pero note como convulsiones y me preparé para lo que venia. Me llenó la boca de algo caliente y viscoso que sabía bastante bien, intente tragar todo lo que pude pero al final se me escapo y me llenó también la cara. Cansado me senté en el sofá.

Pero aquello estaba lejos de acabar el seguía empalmado y sorprendentemente yo también. Él se vino hacia mi mientras yo me recostaba con lo que el quedo encima mío, entre mis piernas, su dura poya todavía mojada de leche estaba a la entrada de mi culo; mi respiración era entrecortada, tenía algo de miedo, pero no me moví, quería que aquella que entrase dentro, necesitaba sentir ese trozo de carne como si fuese mío.

Costó y bastante, el dolor fue bastante intenso, pero pasó pronto, lo hizo de forma suave poco a poco, y susurrándome al oído. Una vez dentro empezó a moverse y entonces es cuando empecé a disfrutar de tener aquella poya enorme en mi culo.

Se apartó un poco y me puso a cuatro patas y me montó así bastante rato, y luego me senté encima de él, y empecé a subir y a bajar llevando yo la iniciativa, era genial, pero me di la vuelta y me senté sobre su enorme poya tiesa dándole la cara porque necesitaba verle los ojos y besarle los labios mientras se corría dentro de mi. Aquella postura me puso a mil y mi poya se puso durísima otra vez, él no para de pajearme yo estaba muy excitado, y note como se convulsionaba su poya dentro de mi, eso provocó que yo me corriese allí entre los dos y nos llenase de leche los dos torsos desnudos mientras su poya me llenaba de blanca leche mi culito estrecho, hasta que lo llenó y se salió escupiendo aun unas cuantas veces en mi espalda.

Caí exhausto sobre el mientras le besaba el cuello, extrañamente no hubo remordimientos ni análisis de conciencia, ni nada, solo una paz increíble, éramos dos grandes amigos que acabábamos de pegar el mejor polvo de la historia.

No acabó ahí, ni mucho menos, me quede esa noche en su casa y lo hicimos por toda la casa. De todas las posturas posibles, hasta le di yo él por el culo, pero no me gusto mucho y a él tampoco.

Hoy por hoy seguimos manteniendo una relación muy especial, cada uno tiene sus experiencias femeninas por ahí, pero seguimos manteniendo nuestra amistad especial y nuestras sesiones maratonianas de sexo.

Espero que os haya gustado la experiencia de mi primera vez.