Mi primera vez
Es la historia de como me inicie en el sexo con mi primo sin que existiera voluntad de ninguno de los dos
Esta es la primera vez que me atrevo a relatar cómo fue mi primer contacto con el sexo compartido, y fue con una persona de mí mismo sexo.
Esto ocurrió hará unos treinta años más o menos, en aquella época yo vivía con mis padres en Madrid pero todos los veranos mis padres me mandaban al pueblo con mis abuelos y mis tíos en el mes de junio hasta septiembre, ellos iban en el mes de agosto que es cuando mi padre tenía vacaciones
Mi pueblo está en la provincia de Badajoz, en Extremadura y es una aldea muy pequeña con muy pocos habitantes y en aquella época bastante atrasada con respecto a la Capital, por lo cual no había mucha diversión para un muchacho de mi edad , había un bar, donde ponían música los fines de semana y allí se concentraba la poca juventud del pueblo, las chicas y los chicos bailábamos siempre vigilados por las madres de las chicas para que no diéramos rienda suelta a nuestras hormonas que a esa edad estaban por las nubes.
Yo vivía en casa de mis abuelos y a dos calles de ellos viven mis tíos, un hermano de mi padre su mujer y mi primo que tenía dos años menos que yo con el cual me juntaba por las tardes a la hora de la siesta, donde los mayores se echaban a dormir, y nosotros nos subíamos a la planta alta de la casa donde se guardaba los aparejos de mi tío para el cultivo de las tierras y demás cosas de la casa que ya no se usaban, como un colchón viejo, donde mi primo y yo nos echábamos a contarnos nuestras cosas.
Mi primo era un niño bastante delgadito muy blanco de piel y aspecto aniñado, yo en cambio era bastante corpulento y muy desarrollado para mi edad
Una tarde rebuscando entre los trastos viejos que había en aquella habitación encontré unas revistas viejas, donde se veían mujeres ligeras de ropa sin estar desnudas, supusimos que serían de mi tío que las guardaba allí para que mi tía no las viera, nos pusimos a hojearlas echados en el colchón y como es natural mi pene empezó a ponerse muy duro y empecé a tocármelo por encima del pantalón, yo ya me masturbaba desde hacía unos años y le dije a mi primo que si nos hacíamos una paja, él se quedó un poco cortado y me dijo que le daba vergüenza hacerlo delante de mí, yo le dije que se animara y me saque la polla y empecé a meneármela mientras hojeaba la revista, mi primo se quedó mirando mi polla mientras yo estaba tocándola yo le anime a que hiciera lo mismo y termino sacándose su polla que la verdad era como la mitad de la mía y muy delgada, empezó a tocársela pero no dejaba de mirarme la mía, me dijo que yo la tenía muy grande y muy gorda y me pregunto si podía tocármela, yo me quede cortado porque nunca nadie me la había tocado, pero me dio morbo y le dije que si él quería que la tocase, dejo la suya y puso su mano en mi rabo que casi no abarcaba con sus dedos y empezó a subir y bajar su mano y a mí se me puso al máximo de dureza, le cogí su mano y le guie como me gustaba a mi hacerlo, él lo hizo y parecía disfrutarlo tanto como si se estuviera tocando la suya, no le quitaba la vista, parecía hipnotizado con mi polla en la mano, yo había visto en otras revistas como las mujeres se metían la polla de los hombres en la boca y las chupaban y le pregunte si se atrevía a metérsela en la boca y el me miro y dijo que eso era una guarrada, pero le seguí animando y al final bajo su cabeza y se la puso en los labios sin llegar a metérsela, yo estaba en la gloria y le restregaba el capullo por los labios y le dije que sacara la lengua y la chupara como si fuera un helado, saco su lengua y la paso por encima del glande que ya tenía unas gotas de lubricación en la punta, le dije que siguiera y el empezó a darle lengüetazos y creo que le gusto porque no paraba de pasarme la lengua por toda la polla, le pare un poco y le dije que intentara metérsela en la boca, él lo hizo y se metió todo el capullo y jugaba con su lengua, le cogí la cabeza y empecé a empujársela para abajo para que se metiera más trozo dentro, consiguió meterse la mitad de mi polla y empezó a sacarla y meterla, yo estaba que no podía más y veía que estaba por acabar le pedí que la sacara y siguiera con la paja y empecé a echar chorros de lefa como no había echado nunca, fueron seis o siete chorros que dejaron el colchón y sus manos llenos de leche y me quede como mareado del gusto que medio, como pudimos limpiamos el colchón para que mi tía no notara nada, mi primo me pregunto si me había gustado , yo le dije que nunca antes había sentido así y él me dijo que se sentía raro pero que también le había gustado, yo le pregunte si no le gustaban las chicas y él se puso colorado y no me contesto, yo me quedé dormido en el colchón y cuando desperté mi primo ya se había bajado a su habitación, yo me fui a casa de mis abuelos y lo que paso en las próximas tardes será en otra historia