Mi primera vez

Recordando mi primera vez

Queridos lectores: hoy nuevamente tengo una gran necesidad de despertar en todos ustedes el deseo más intenso de sus vidas, quiero ser una mujer deseada, eso me hace sentir una mujer plena pero como les conté en mi relato anterior estoy insatisfecha con mi pareja.

Quiero darles una pista más de lo que soy, de la mujer que soy y de lo que deseo.

Mi primera vez es la clave de lo que soy hoy. No me había detenido a pensar en esto por respeto a mi pareja, pero en este momento en el que el no llego a casa, todos sabemos que es por estar con otra mujer, me atrevo a hacerlo.

Fue en un mes de Agosto, lo conocí estando en un curso, su piel era perfecta, su sonrisa cautivadora, no podíamos evitar nuestras miradas. Durante el curso me envió un papelito que decía "¿A que hora vas por el pan?" Frase que recuerdo aun y en lugar de darme risa me puso muy nerviosa, al termino del curso se acerco a mi y dijo con una voz tan varonil, tan sensual, tan embriagante "tienes unas piernas hermosas", después sin mas ni mas poso sus labios en los míos, no dije nada su boca era perfecta, era sensual como las palabras que salían de ella. Me llevo a casa. Mi estomago revoloteaba, mis piernas temblaban. Después de unos días fui a comer a su casa, después me invito a acompañarlo a casa de su hermano a lo cual accedí sin imaginar lo que pasaría

Llegamos a una casa en la que no había nadie, el abrió la puerta y me dijo pasa, no esta mi hermano pero ven… Pase con todo el miedo que se puedan imaginar. Subimos a una recamara que se encontraba en el segundo piso. Era pequeña, con una cama, una televisión, un closet y un baño al fondo. Prendió la televisión pasaba una película Mexicana, se acostó en esa pequeña cama y me dijo ven conmigo con tan solo una seña, una seña tan invitadora que no me pude negar. Me senté y el tomo mis hombros y me recostó con suavidad.

Estábamos ahí el y yo, dos cuerpos temerosos y perfectos. Sin decir nada se quito la camisa, su pecho era perfecto. Debo hacer un comentario muy importante, me enloquecen los pectorales perfectos de un hombre. Después se quito el pantalón su figura me invitaba a hacer lo que el me pidiera.

Sutilmente me quito la ropa, me besaba muy suave al ir retirando cada prenda. Fue un momento inolvidable. Aun puedo recordar esa sensación de locura y nerviosismo. Estando ya los dos desnudos y sabiendo perfectamente lo que pasaría, el tomo mis manos las tomo con fuerza y ternura, su pene erecto por poseerme toco mi sexo, ese diminuto toque fue suficiente para abrir la puerta al placer. Sin soltar mis manos y besando mis labios y mi cuello, con toda la ternura que puedan imaginar comenzó a penetrarme, lento, muy lento, suave, tierno, pero mi cuerpo sentía la fuerza de un hombre, un hombre que me poseía por primera vez.

Comenzó a moverse dentro de mí con el cuidado que debía tener pues era mi primera vez, fue el placer más explosivo y duradero que había sentido hasta ese momento de mi vida. Entraba y salía de mí, con el una cantidad de líquidos que hacían mas placentero el momento. Mi cadera respondió con un ligero movimiento que armonizaba con el suyo.

Nunca preguntó y nunca exprese que era mi primera vez, pero el lo sabia, lo sentía, y se que lo sabia porque fue el amante mas tierno y delicado, fue el hombre que mi hizo disfrutar del sexo, el hombre que dejo marcada mi sexualidad, la sexualidad que hoy tanto disfruto.

Recorrió todo mi cuerpo, ambos lo explorábamos, el descubría el cuerpo de una mujer que nacía… y yo… Yo nacía.

Mi nacimiento como mujer puedo decirles que fue grandioso, fue ternura y pasión.

Después de unos largos minutos en los que nuestros cuerpos se unieron bajo un mismo movimiento llegó el tesoro más preciado, mi primer orgasmo. Sentí como dentro de mí algo estaba pasando, tenia placer interno gracias a su ideal pene, pero su cuerpo rozaba mi clítoris y esto me daba un doble placer, un placer que en ese momento no comprendía así que me dedique solo a disfrutarlo.

Así fue como sentí mi primer orgasmo, fue grande, fuerte, largo, sentía que no tenía fin. Y el, el exploto dentro de mi. Existía tanta humedad entre nuestros cuerpos que me sentí parte de él, ahora era de el, era suya.

Después de esta experiencia viví una más, sentir el cuerpo de el hombre que acababa de amarme junto al mío confirmando que me amaba en cuerpo pero también en alma. Después fui a darme una ducha, donde el se percató de un pequeño sangrado, lo que seguramente confirmo su virilidad pues había sido mi primera vez.

Besos. ANIET