Mi primera vez es con Alfred

Yo, descubro que no siempre es nesesario que las cosas sean malas, disfrute como nunca de el y jamas hubiera sospechado que en lugar de olvidarme, se aferraria a mi como su pareja para toda la vida.

Me llamo Daniel Gonzáles, vivo en la capital de México y antes de empezar la historia déjenme que les describa un poco de mí: yo tenía 15 años cuando todo comenzó. Para aquel tiempo era un estudiante de 3º año de secundaria, un típico nerd con calificaciones excelentes, pero sin muchos amigos y de los cuales solo algunos me convenían. Yo, Daniel, era un joven de baja estatura (1,45m), era gordo, de piel morena clara, de gafas, granos y un aspecto tímido con el que mostraba mi perfil bajo.

He de confesar que no me interesaban las chicas ni los chicos, solo tenía algunas amistades pasajeras y jamás había tenido intimidad con nadie. Conocía pues a Joan, un joven que tenía mi misma edad pero que de aspecto aparentaba tener 17, ya que era corpulento, muy alto y se juntaba con jóvenes de esta edad.

Joan era ese tipo de chico morboso y hambriento de sexo, por lo que sobra decir que ya había perdido su virginidad con más de una chica, era musculoso y moreno y su cabello lo llevaba largo, un detalle que hacia babear a todas las chavas. Yo, era su contraparte, lo conocía desde que tenía 10 y como vecinos de cuadra conocía a todas sus amistades. Llegada una ocasión, Joan me invita a la plaza del vecindario, a pasar el rato con su amigo Raúl (2 años mayor que nosotros, un tontearon que me molestaba de vez en cuando, pero que para mi disgusto me solía frecuentar constantemente)

Luego de que Joan y Raúl se pasaran largo tiempo hablando del juego de futbol la plática comenzó a desviarse por otros lados...

––El secreto es que las patadas son mejores cuando te masturbas, yo cuando me la hago le puedo dar al balón como si mi pierna fuera de piedra. ––Decía Raúl en tono lujurioso y excitado, pasando de un consejo futbolístico a una conversación incomoda para mi.

––Si, ya se, tu te la jalas cada dos minutos. ––Se burlo Joan.

––Al menos yo me jalo, yo creo que tu amiguito se pone guantes cuando va a orinar. ––Dijo Raúl entre riéndose y reprochando y causando la risa de Joan.

––Es cierto, ya tienes 15 Daniel y eres tan menzo que todavía no te has ni besado con una chava. ––Me dijo Joan.

––Aun no ha llegado la oportunidad, supongo. ––Respondí yo con timidez.

––No lo dudo, si tu jamás sales de tu encierro en aquella computadora dudo que alguna se meta en tu habitación a besarte.

––Lo prefiero así. ––Respondí.

––¡Si que eres ñoño! a tu edad ya yo me había tenido con 5 chavas y en las vacaciones me había reventado a mi primo como 3 veces. ––Dijo Raúl, al tiempo que Joan sonreía.

Yo no acababa de entender que significaba "reventado" suponía que había golpeado a su pobre primo, un chico llamado Alfred que para ese entonces debía tener también 15 años. Alfred era un chico callado y tímido como yo, se gastaba un Look metalero y algo fresa que no le gustaba ni a Joan ni a Raúl, yo lo conocía bastante. Me agradaban sus platicas y siempre me gustaban los shows de batería y guitarra que montaba en casa de Raúl por cada vez que venia al vecindario. Sin embargo Raúl y Joan lo trataban mal y fríamente y no sabia porque era así.

––¿Tu golpeas a tu primo? ––Pregunte indignado y confundido.

Joan rompió a reír al igual que Raúl y ambos se miraban entre si, se sonreían con maldad y no tarde mas en suponer que "rematado" tenia un significado mas torcido... para mi que no tenia ninguna idea de sexo, siempre suponía lo peor y me imaginaba cosas horribles con cada comentario de mis amigos...

––Si, se podría decir que lo golpeamos. ––Dijo Joan, quien me hizo saber con eso que el también había participado en todo.

––¿A que se refieren con eso? ––Preguntó yo

––A que Alfred tiene el culo bien sabroso. ––Se apresuro a decir Raúl.

––¡¿Que?! Ustedes no hicieron esas cosas con él ¿verdad? ¿¡Ustedes son gays!? ¿ó si? ––Pregunte temiéndome la respuesta y fingiendo asco.

––Lo hicimos con el, no le gusto mucho que yo le hiciera mierda el culo pero le encanto el huevo de Joan. ––Continuo diciendo Raúl, ya muy lujurioso.

––No, no, ¡Mas marico tu! Nosotros solo bromeamos bobo ––Me dijo Joan, dándome un leve empujón en la espalda y haciendo señas con la mirada para callar a Raúl y sus bobadas.

––Y hablando de sexo, ¿te gustaría que te trajéramos una chava para que pruebes lo que es carne? Alfred ya probo y si el lo hizo todo el mundo puede

Sabia a la perfección que mentía, yo mismo no me declaraba homosexual ni heterosexual pero no sabia que quería en realidad, yo en aquel entonces solo era un chavo que quería vivir en la cueva que le serbia de escondite a su personaje de warcraf online e imaginar que los casos de expedientes secretos x eran reales, la verdad era que lo menos que quería era enviciarme con el sexo como Joan y Raúl y aquella platica ya no me gustaba por lo que invente que mi mama me había dicho que tenia que volver temprano, así que me fui de hay y los deje a ellos dos hablando del tamaño que su pico alcanzo en la fiesta del lunes...

Aquella conversación se había quedado hay atrás y los días pasaron hasta que llegaron las vacaciones. No tarde en saber que Joan y Raúl ya tenían nuevas novias (2 cada uno) y en alguna ocasión, puede escuchar que ellos tenían planes para las vacaciones "planes rojos" que era como llamaban a las noches de juerga, que por lo general eran en el asiento de atrás de la camioneta de Miguel el tío de Raúl (y también el padrastro de Alfred por cierto). Yo, por mi parte aprovecharía para subir de nivel en mi juego y si era posible conversaría en Chat alguna que otra vez con mi amiga Patty o con Arnold, por lo demás, nada nuevo se me dibujaba en las ideas de planear vacaciones, ni a mi mama ni a nadie en casa (vivo sin mi padre, solo en la misma casa con mama y mi fiel perro Nikko).......

Llegadas las 9 y media tan solo me faltaban mil puntos de hp y mataría a mi enemigo, al héroe nórdico que mi amiga Patty envío contra mi ayuntamiento. De repente el timbre de mi puerta suena, ese día mama había salido y estaba solo, por lo que muy a mi pesar tuve que separarme y dejarme perder frente a mi contrincante, yo sabia que me esperarían muchas burlas de ella, pero no podía hacer nada, perdí entonces todo solo para abrir una tonta puerta. Salí de mi habitación con cara de enojo y llego a la sala, abro la puerta y al ver quien toca me llevo una gran sorpresa.

Era Alfred y ¡vaya que Alfred! Había mucha diferencia del que conocí a los 13 años, este era un joven altísimo tanto o mas alto que Raúl o Joan; era ahora de contextura media y no delgado y menudo como era anteriormente, seguía con su pinta de metal que ahora era mas suave pues bestia mas de rojo y menos de negro. Note que tenia una mirada distinta, se veía claramente mas preocupado que cuando tocaba la guitarra a los 13, sin embargo lucia mejor, mucho mas guapo que antes, esas pecas bajo sus grandes ojos grises que se escondían entre mechones de su cabello liso y castaño me veían con ánimo y su mirada, aunque triste me traía buenos recuerdos de esa excelente platica sobre el rock. Verlo hay me impresiono, era un chico imponente y no negare que hasta me causaba gusto verlo, sin embargo sabia que debía evitar que el notara eso en mi, pues aunque nos conociéramos bastante bien nuestro contacto común era poco.

––Hola Daniel ¿como andas? ––Me pregunto.

––Bien, este año te tardaste en regresar ––Le dije con amabilidad

(Yo sabia que luego de 2 años sin venir a la capital, tendría que venir esta vez pues ya llevaba mucho sin venir y como en cada vacación sus padres solían quedarse en casa de Raúl, Alfred me era bastante familiar)

––Si, es que mi mama y yo no pudimos venir el otro año porque teníamos algunas cosas que hacer y nos quedamos en hermosillo. ––Dijo Alfred.........................

––¿hace cuanto que llegaste? ––Le pregunte amenamente, con el fin de romper el hielo que se produjo al ver que ninguno de los dos decía nada y que ambos seguíamos parados como menzos en ambos extremos de la puerta... para mi intriga, mirándonos unos al otro.

––Llegue anoche con mama, seguro que te diste cuenta que Miguel llego antes solo que esta vez no fue porque se molesto con migo. ––Dijo riendo por lo bajo. ––sino porque Pedrito (su medio hermano, hijo de Miguel) y Raúl se van hoy de campamento junto con el, yo obvio no voy a esas estupideces, pero me mando a que te dijera que quería que fueras a su casa un momento.

Yo fruncí el seño, no me gustaba la idea de tener que ir a esa casa y estar con Raúl cerca de mí, pero que más daba, tenia la intuición de que debía ir y la oportunidad de platicar con Alfred en el camino no me disgustaba

––¿A su casa? Buen OK ––Respondí luego de un tiempo de meditar mi respuesta.

Me fui a mi habitación para ponerme los zapatos, no sin antes invitar a Alfred a pasar a la sala y decirle que se pusiera cómodo mientras yo me ponía los zapatos y apagaba mi computadora. Cuando me hube terminado de vestir salí a la cocina y le deje una nota a mi mama diciendo a donde iba, luego me reuní con Alfredo y ambos salimos a la casa de Raúl...

Caminando descubrí que siempre había sido difícil para mi conversar, la gente me ponía y aun me pone nervioso y aun suelo preocuparme demasiado por lo que diré, es por ello que nunca tuve demasiados amigos en la escuela pues evitaba tener que trabar amistades; pero lo que me estaba pasando en ese momento era aun mas difícil, yo estaba caminando muy alegre con alguien que no conocía mucho, pero que sin embargo me trataba como su mejor amigo y que para mi pesar, no solo me agradaba como persona y como amigo, sino que además me gustaba.

Aun lo recuerdo bien, fue para mi muy difícil cuando descubrí esa atracción escondida por algo que esta prohibido, pero aun peor fue que la primera atracción que sentí por alguien resultara ser tan fuerte y magnifica como lo era ver los lindos ojos color gris de Alfred...

Mientras íbamos en el camino conversamos fluidamente, nadie nunca me había permitido hablar tanto y con tanta confianza, Alfred no me decía cosas que me hacían sentir mal, tampoco me daba corte o asco sus comentarios, porque solo hablaba de música, música que me gustaba y temas relacionados, era como si hablara con cualquier amigo.

Al llegar a casa de Raúl todo era un caos, Joan estaba hay y el padrastro de Alfred no bajaba de gritar ni dar ordenes como el tirano mal humorado que era. En cuanto me coloque a mitad de la sala interceptaron mi presencia, yo era requerido para desvirar y limpiar el PC de Raúl de toda clase de archivos peligrosos, pues al parecer, se iban casi todos de viaje y en esa casa solo quedaría Alfred y su mama.

Me instale en el dormitorio de Raúl a escuchar gritos mientras trabajaba y pronto descubrí que mi trabajo seria difícil, ese PC no tenía un muy buen antivirus y tuve que arreglármelas a medias con el, limpiar los archivos tampoco era fácil, no solo porque con cada foto o video que hallaba quedaba más y mas traumatizado, sino porque estaban bastante bien escondidos de los curiosos, pero claro, Raúl no sabían lo suficiente de computadoras como para poder esconder esos archivos de mi.

Al pasar el tiempo, la casa se quedo vacía, todos se fueron a su excursión y las madres de Alfred y de Raúl habían salido de compras juntas para aprovechar las visitas de vacaciones. Yo quede solo con Alfred, quien al cabo de tiempo pasó de la sala a la cocina en busca de algo que merendar, el estaba mas lindo que nunca: llevaba no más que un pantalón cortó y estaba descalzo y sin camisa. Yo miraba la pantalla y el teclado, pero de reojo ponía mi mirada en la cónica donde Alfred comía unas galletas y bebía un baso de leche, muy placido veía su estomago que aun que bastante delgado dejaba ver unos suaves pectorales, tampoco dejaba de mirar en su pantalón, porque como un buitre esperaba a que le latiera recordar alguna película pornográfica que a presente me deleitara a mi también... Cada vez estaba mas incomodo y encontraba cosas peores con cada carpeta y Alfred cada vez lucia mas atractivo, yo tenia la impresión de que el quería mirarme y me incomodaba que comiera sus galletas mirando a mi indirectamente, pero no me atrevía a preguntarle o responderle la mirada ya que aunque algunas veces Joan y Raúl me hubieran dicho que sospechaban que el era algo gay, tenia terror de equivocarme, así que con mucho esfuerzo doblegue mi mirada a mi labor...

Estaba a punto de terminar y podría irme lejos de la tentación, solo tenía que abrir los archivos del WebCam y borrar las capturas o registros que hay hubiera para evitar que entraran caballos o troyanos. Fue entonces que abriendo una carpeta vi las fotos, esas fotos que jamás podría olvidar: eran imágenes del dormitorio de Raúl, ese en el que yo estaba, hay se veía a Alfred, que estaba desnudo y tirado sobre el piso, siendo sometido por un pie y un par de manos... Alfred estaba llorando y era penetrado por Raúl, quien le jalaba el cabello fuertemente y le aplicaba las llaves inmovilizantes. Allí, estaba también Joan, agachado mientras sujetaba a Alfred de las orejas y lo obligaba a mamarle el pene.

Un escalofrío me recorrió el cuerpo, no tuve nada más que hacer que alejarme de la computadora y mirar obligatoriamente a Alfred. El noto la mirada y al pasar los segundos se levanto de la mesa y camino al dormitorio diciendo:

––¿Pasa algo Daniel? ––Me pregunto amablemente, antes de haber entrado a la habitación.

Yo no dije nada, me bastaba que entrara para decirle un largo discurso sin siquiera mover la boca.

––¿Te hicieron eso?. ––pregunte con temblores en las manos.

Alfred quedo confundido, yo le indique que mirara la pantalla y al hacerlo se quedo en silencio. Yo no le dije nada, no sentía que decirle palabras de apoyo aliviara su dolor, por mi parte me conformaba con no decir nada para darle espacio a sus nacientes lágrimas de vergüenza.

––Escucha, yo no, no quiero que por saber que fui.... violado me creas que soy gay, yo no soy, no quiero que me veas mal, ya los perdone por eso y quedo en el, en el pasado. ––Me dijo con lagrimas en los ojos considerables tartamudeos.

––No, no entiendes, no te culpo... ––Dije, armándome de valor para decírselo al fin a alguien. ––Yo creo que soy gay...

Alfred me miro incrédulo y por un minuto pensé que me iba a mirar mal o que me golpearía, pensaba entonces que haría lo que yo creo que haría mi madre si lo supiera, pero nada paso, el solo se acerco a mí y me dio un fuerte abrazo amistoso y aun con lagrimas me dijo al oído lo siguiente:

––Era por eso que siempre me agradaste muchísimo, es por eso que me gustaba tanto estar con tigo cuando venia de visita, porque eres igual que yo...

Yo temblé al oír eso, seguía en medio de su abrazo y su cabeza reposaba sobre mi hombro con ternura, me perdí pues en aquellos castaños cabellos lisos y la suave piel de sus mejillas, mientras me encantaba de sentir el pecho y los brazos de Alfred apretándome por todas partes.

Luego de un minuto de abrazo, me soltó, me miro a los ojos y sonrío, yo quede embelezado al ver aquello y aun sentía su piel en mi cara, el entonces apago el monitor del PC para disimular y se sentó en la cama, me indico con una mano que me sentara junto a el, yo lo hice, aunque mucho mas lejos de lo que el quería que fuera y entonces dijo:

––¿porque jamás me dijiste nada sobre ti?

––Tenia miedo de que dijeras que te daba asco o que era un marico y jamás sospeche que fueras... que fueras gay

––¿Porque me tenias miedo? ¿Pensabas que te haría algo?

Yo respondí si, el miedo no me permitía profundizar respuestas y la mirada de calor amoroso y de deseo que Alfred posaba en mi me asustaba, era la primera vez que alguien me miraba con gusto, el era la primera persona a la que yo parecía gustarle, era inexplicable pero por algún motivo le gustaba a el.

––yo siempre trate de fingir lo que soy, pero todos se daban cuenta, todos menos tu. ––Dijo Alfred, mientras se acercaba a mi, creo yo que para darme un beso o propasarse de alguna forma que no le permitiría.

––Yo no se si estoy listo para que seamos algo, tu me gustas mucho. Pero no se si puedo dejar que tu, pues ya sabes. ––tartamudee mientras quitaba la mano de Alfredo de mi hombro, pues empezaba a acariciarme y eso me asustaba.

––Entiendo, si no estas listo no haremos nada todavía, seria entupido porque ni siquiera hemos sido novios.

"Que tonto eres, el quiere estar con tigo y tu aun mas ¿Porque lo rechazas si sabes que nunca tendrás esta oportunidad otra vez?" pensaba yo, que en un dilema decidía si aventarme a ser feliz y compartir la vida con alguien que aparentaba quererme o hacerle desplante a alguien que había sido violado por sus propios primos y amigos.

Tenia desconfianza, Alfred no era esa clase de persona superficial que abandona a otros y finge sentir amor, pero no quería comportarme irresponsablemente, incluso si Alfred me comenzaba a querer de verdad no quería dar mi cuerpo a alguien que se iría a su casa en un par de días... Al final la tentación me gano, era un joven tímido y atormentado de mi misma edad y no encontraba motivos para pensar en que me lastimaría o me menospreciaría después, así que me avente, decidí acercármele y lo bese en la boca, ese fue mi primer beso, duro talvez un segundo pero sentí excitación masiva y un rico sabor a galletas, sus labios eran suaves y se pegaron a los míos tan delicadamente que me erizo los bellos de la nuca, algo que me dejo una divina sensación de calor en el cuerpo

El me correspondió y antes de que empezara a descontrolarse y a besarme en exceso le dije:

––Mira, yo te aprecio, pero te tengo algo de miedo, es que, es que no se como será eso de tocarnos y que tengas relaciones con migo... Yo no quiero que seas muy rudo y que me pidas mucho porque no se de esto y tengo mucho miedo.

––Olvida el miedo, somos amigos antes que nada, y por supuesto que no te pasara nada con migo. Si llegara a lastimarte no me perdonaría jamás, yo mas bien quiero hacerlo calmado, a mí ya me hicieron eso sin considerarme y jamás le haría algo así a alguien, menos a ti...

No necesitaba mas argumentos de confianza, me acerca a el y lo bese y el respondió acostándome. Yo sin que me dijeran que haría, sabia que estaría bajo su control, tengo un pene de 7,5 cm y no soy atlético ni imponente, por lo que sabia que el iba a metérmelo y que yo seria su pequeño y miserable maniquí de diversión.

––Si no tienes ningún problema creo que deberíamos hacerlo así como estas, yo me pongo sobre ti y tu pones los pies en mis hombros o en mis muslos, así es mejor porque te veo y se si te duele o si te gusta lo que te hago y porque creo que así debe ser mas suavecito.

––Espera, ¿lo harás ya? Yo pensaba que hablaríamos o que no se, tocaríamos nuestros cuerpos o algo mas romántico.

Alfred me miro de modo condescendiente y se recostó junto a mí, comenzó a tocar mi pecho y acariciar mi cabeza lentamente, notaba que le gustaba apretarme o acercárseme excesivamente, incluso se acostó sobre mí y me corto un poco respiración, sin embargo no le gustaba que lo tocara, se cohibía y su mirada se contraía. Yo seguía con todo y ropa y el se encargaba de dejar su olor en ellas, sentía su paquete contra mis piernas y presentía una gran presión en aquellos pantalones. Fuimos hablando de nuestra vida como gays mientras nos tocábamos, el me contó que quedo muy golpeado por su violación, no hablaba con nadie y perdió a todos sus amigos, decía que la gente lo empezó a tratar mal, nadie sabia que paso mas que el y sus perpetradores. Dijo que se sentía traicionado que le había dolido mas que sus amigos le hicieran eso solo porque les dijo que era gay, el decía que el lo quería probar pero luego lo maltrataron demasiado. Entre mas y mas toses me dijo que siempre estaba triste y me preguntaba constantemente si yo no lo olvidaría, me preguntaba si él seria importante para mi y si le tenia confianza, yo asintió y el se excitaba mas y mas.

Estábamos calientes y entonces se levanto y me puso una almohada bajo la cintura, luego me dijo que me quedara así y salio de la habitación regresando con lubricante

––Esto es lubricante te lo pondré para que no te arda o te duela, siempre lo usan en las películas de porno para que no duela. ––Dijo mientras se untaba las manos del producto. ––Si te parece me pongo un condón, eso hace que duela menos aun.

––Pero con el condón tu vas a sentir menos. ¿Esta es tu primera vez que vas a meterlo, verdad?

––Si es mi primera vez follando a alguien, pero con condón no te dolerá tanto y esa es la idea.

––Pero esta es tu primera vez que follas, tienes que sentirla para que sea mejor para ti, yo me aguanto y así tu sientes mas rico.

El sonrío y se acerco a mi, me beso con los ojos cerrados y me acario la frente y el cabello.

––Con o sin condón tu me darás el mejor sexo del planeta sin importar que solo me des un beso.

Yo calle y entonces comenzó la acción, el se bajo el pantalón y se quedo en boxers, fue quitándome la ropa, comenzando con la camisa y terminado en mi slip.

Una vez desnudo, miro mi pene y comenzó a tocarlo y masturbarlo con gran delicadeza y aburrida lentitud, yo lo notaba algo triste y le pregunte que le ocurría.

––Es que lo tienes un muy chiquito y me cuesta moverlo ¿tener esa miniatura no te hace sentir mal? ––Me pregunto mirándome de forma condescendiente.

––No me molesta, me acostumbre porque mi cuerpo es así, yo siempre soy mas pequeño que el común, lo que en verdad me molesta es que la gente diga cosas como "miniatura" además tu tampoco debes tenerlo tan grande ––Respondí.

––Te sorprenderás cuando veas el mío ¿tu has visto pornografía alguna vez?

––solo algunas veces en que sale del Internet por si sola

––Pues el mío es como el de esas películas. Para que veas me voy a desnudar, si te sientes muy incomodo o muy humillado por mi me avisas para volverme a vestir.

Supe entonces que me esperaba algo temible y que debía estar preparado para sentirme bastante inferior a Alfred, quien dejo de masturbarme, se levantó de la cama y se camodo junto mi cara, donde frente a mi se quito sus boxers. Había tenido toda la razón en advertirme, su pene estaba semi-erecto y era del doble que el mío, yo creo que llegaba a 14 y su grosor era respetable, era un miembro grande que cuando se libero de los boxers me toco en la mejilla y me dejo un rastro de liquido preseminal, era circuncidado, algo que sabia ya que su mama vivía en estados unidos para cuando el nació.

Yo me sentía pequeño viendo ese miembro y al ver aquello el mío se desinflo por completo, Alfred se sentía muy excitado y seguro que se sentía como un dios sobre su esclavo pues supongo que podía ver que me estaba haciendo sentir pequeño, que dominaba y que el era mucho mas que yo.... vaya que se equivocaba, pronto el dejaría de sentirse mejor que yo y tomaríamos igualdad, la verdad era que como adolescentes pensábamos que el sexo consistía en sentirse bien, con mas experiencias sabríamos que no se podía hacer sentir tan mal al otro.

Alfred sonrío con malicia al ver mi perpleja humillación, retomo la posición y con la mano derecha tomo mi pierna, apretándola fuertemente para que no la moviera, ya no me masturbaba, ahora se lubricaba la mano izquierda y abría mis piernas hasta poder ver mi agujero con claridad. Fue entonces que comenzó a pasarme dedos por entra mis nalgas.

––Recuerda que si algo no te gusta de mi, o de lo que te hago me lo tienes que decir para que pare ¿OK?

Yo asentí y me deje llevar por como la manos de Alfred acariciaban mi muslo y mientras el hacia eso su mano tibia se movía en mi ranura y me dejaba todo lleno del lubricante, para que empezara a meterme el índice en el huequito. Aquello me dolía un poco pero gustaba, el dedo salía y entraba y era algo nuevo para mi porque nunca antes algo había entrado en mi culo, luego Alfred se chupo el dedo medio y me lo metió junto al índice, eso si empezaba a dolerme y se lo hice saber cuando se chupo el pulgar:

––Me duele cuando metes dos, no metas ese todavía por favor.

––Esta bien, tu avísame cuando deje de dolerte con 2, porque mientras mas dedos te meta menos te dolerá cuando yo te folle.

––¿Que tanto me va a doler cuando me lo metas? ––Pregunte tímidamente.

––Tu eres amigo de tiempo y no te mentiré, te dolerá demasiado como para que te de guste, y lo se porque con Raúl que la tenia mucho mas pequeña que yo me dolió bastante. ––Dijo si dejar de meter los dos dedos. ––Pero si quieres dejamos la penetración para después y te voy entrenando para que no te duela.

––No, tu continua, yo quiero saber lo que sienten todos los gays y quiero hacerte sentir a gusto.

El no resistió mis palabras y me beso la punta del huevo, succionando sin ningún pudor. Al terminar el beso continúo metiendo dedos, hasta que yo le dije que necesitaba más lubricante, volvió a chuparse los dos dedos sin importarle que vinieran de dentro de mi y entonces se toco el pene con todos los dedos. De una vez me metió los 3 y vi que no me dolía que estuvieran en mi, se lo dije y el pregunto si de una me metía los 5 para que se dilatara de una vez. Yo le dije que confiaba y le pedí que lo hiciera más despacio.

Al final de cuentas los 4 o 5 dedos entraban sin dolor y entonces al percibir que me estaba aburriendo y que nuestros penes se habían desplomado me pregunto

––¿quieres que te coja ahora o me lo quieres mamar un poquito para que este mas durito? También puedo mamartela yo si lo quieres.

––¿que se siente mamar?

––Tu abres la boca y te la meto, te va a saber feo y si mueves mucho la lengua te puedo raspar y es probable que haga que vomites si has comido algo.

––Yo no he comido nada desde el desayuno, pero tu si ¿si tu me la mamas crees que te vomites?

––No se, depende porque si me llega a la garganta se me puede venir sin que lo controle.

Deje atrás la teoría de que me mamaran porque no me arriesgaría al vomito.

––Yo te lo quiero mamar, tu ya mamaste y tienes que saber que se siente que te lo hagan a ti. ––Dije como escusa

––Te aviso que si estas nervioso talvez me la roses con los dientes, eso me puede hacer mover y se me puede ir mucha y talvez eso te corte la respiración. ––Me advirtió

––No me importa, si te hace sentir bien yo lo hago.

Todo comenzó, el se puso en mi pecho para sobre sus rodillas y coloco su pene en mi cara, comenzó a pasármelo por la cara y me dejaba lleno de algo de mal olor, luego me acaricio el cabello y me puso el pene bajo un ojo, dio una vuelta hasta mi nariz para que la oliera. El asco me invadió y mi cara se estremeció, el me dijo que tenia que confiar por sino no el sexo no me gustaría. Yo trate de relajarme lo mas posible y abrí la boca, el puso la mano izquierda en mi frente y con la derecha se agarro el garrote y me puso su punta en los labios, me dijo entonces que cerrara la boca pero sin hacer presión y luego fue abriendo mi boquita haciendo a su pene entrar. Puso la cabeza en mi lengua y el asco de sabor era demasiado terrible como para poder aguantarme, el me lo saco sin que le dijera algo y me dijo con ternura

––No me tengas asco, yo o alguien mas te hará esto un día y te hará sentir muy mal que te vean como tu me estas viendo a mi, acuérdate que tienen que quererme porque si lo haces seré tuyo cuando quieras, por favor no me tengas asco.

––OK

Yo relaje el paladar y el lo metió otra vez, solo que ahora lo hizo enteramente con su cabeza. Yo sentía que me jalaba los labios y me tensaba mucho la mandíbula y pensé que los reventaría si seguía así, pero recordé que debía confiar y con la poca lengua móvil que tenía le recorrí la verga. Chupe como pude, succionando hasta que le quite todo su lubricante, luego tome confianza e ignore el sabor.

Tenia una mano en su palo y sentir esa cosa en mi boca me excitaba tanto que me hacia enloquecer.

Yo lentamente lo masturbaba con la mano y le chupaba al mismo tiempo, sin darme cuenta el me tomo de los pocos cabellos que tenia y empezó a hacer vaivén. Yo veía como su cabeza entra completa y sacaba una mitad y ya mis labios se habían acostumbrado a tanta tensión. Derepente el me lo saco, tenia la verga de 16 y jadeaba de excitación, me miraba haciéndome sentir su esclavo y al mismo tiempo me hacia sentir que me quería.

––Ahora te la voy a meter hasta la garganta, al principio te va dar ganas de vomitar y luego que superes esas ganas te lo meteré hasta que no puedas respirar bien, cuando eso pase cierras tus ojitos y así se que necesitas respirar, entonces yo lo saco respiras y te lo meto otra vez ¿OK?

Asentí con la mirada y entonces el me puso las dos manos en mi cabeza, me dijo que abriera mi boca y cuando lo hice metió su pene, esta vez fue mas lejos de la cabeza y la llego hasta la garganta. Hay sentía unas ganas de vomitar tremendas pero por suerte no había comido en toda la tarde, aun así, mis músculos se movían mucho y se contraían demasiado.

Alfred me vio apretando la garganta y frunciendo las mejillas y ver mi cara de vomito le éxito tanto que su pene tuvo un levante grandioso, se controlo y la saco hasta mi lengua.

"Aya voy" dijo, y entonces tomo mi cabeza y la jalo hacia el, ese pene entro sin compasión en mi y yo sentía que me estiraba el esófago sin piedad, ya mi respiración era cosa del pasado, ahora ni eso controlaba bien y las ganas de vomitar no se comparaban con la necesidad impedida de respirar.

Nunca supe porque, pero decidí quedarme con aquello en mi por largo tiempo y aunque no me excitaba eso que el me hacia, sentía que debía darle gusto, quería resistir para ver donde empezaba a gustarme y cuando ya no aguantaba mas cerré los ojos, el me jalo la cabeza y me lo saco inmediatamente, luego me acaricio reparadoramente y me dijo.

––Eres genial, aguantas la respiración como nadie que yo conozca. Eso es bueno, porque te acostumbras mas fácil... ––Dijo con jadeos. ––Te amo sabes. Nunca me han mamado, de hecho nadie más que mi mama ha hecho algo que no le guste solo para darme gusto y lo haz hecho tan bien...

––Esto no duele, es incomodo, pero no duele como decías.

––En la boca no duele nada, solo es un poquito incomodo, pero te va a ir gustando mientras mas veces lo hagamos. ––Dijo con agitación.

Nos miramos unos segundos y supimos por instinto que teníamos que continuar. Esta vez repitió el proceso, un poco más lento. Ya no sentía tanto asco al sabor y la contracción la sabia controlar un poco mejor, también me gustaba poder tocar a Alfred, lo tocaba en las nalgas, los huevos y me moría cuando le tocaba los brazos duros con que agarraba mi cabeza, yo mientras sentía un pedazo de algo posado y medio de mi pecho, yendo muy, muy profundo en mi, también sentía como Alfred me hundía poco a poco con el, hasta que mi cara dio contra sus bellos, fue entonces que sentí todo su ser en mi, yo sentía que algo rompía mi respiración y me inflaba el pecho y eso me encantaba sentirlo, era exquisito, me quede sin aliento y entonces Alfred lo noto sin que yo parpadeara y jalo mi cabeza, con mas lentitud que la otra vez. Ahora Alfred había entrado en mi por completo, me había tragado todo de el y eso me hacia sentir asqueado y humillado, pero a la vez tan feliz que me hacia llorar.

––¿Porque estas llorando, te hice daño? ––Pregunto Alfred aterrorizado.

––No, es solo que me gusta, tu sigue. Si me duele yo te juro que te lo digo.

Tímidamente Alfred me tomo nuevamente y repitió el proceso, solo que mas rápido, esta vez con la excepción de que cuando me lo metió completamente, comenzó a moverlo, movía su cadera y mi cabeza de un modo tan perfecto que me lo saca y yo respiraba y luego lo metió hasta el fondo, el roce era tan divino que el gemía de placer y apretaba con sus manos mi cabeza, hasta hacerme a la sensación de que yo era lo mas valioso y que jamás iba a soltarme. Fue entonces que no me puede controlarlo y me corrí.

Yo cerré los ojos y el me saco de su pene, yo con dificultad y jadeos de arcadas le dije:

––Me corrí.

Alfred giro la mirada y vio mi pene, estaba mojado de liquido preseminal y un fino hilo de semen bajaba de el (yo no boto casi nada, ya que mis testículos son pequeños) se acerco a mi pene y le chupo el semen, eso se mereo de asco, no era yo quien bebía eso y de todos modos me regresaba las nauseas. Cuando hubo terminado, Alfred me acario el estomago y me dijo:

––Ya es hora de que seas de mi, te voy a meter el pene en el culo y eso te haré mío.

––Oye espera, yo no soy así, no quiero que me hagas tu puto o algo así, yo hago esto porque creo que tu me quieres lo suficiente para respetarme.

––Yo no te quiero, te amo, pero tu no entiendes lo que te dije, cuando alguien te penetra que quita la virginidad, hace que tu cuerpo cambie y se adapte a quien te la quito. A mi me la quitaron sin mi permiso y ahora yo te lo haré a ti como siempre quise que fuera mi primera vez, te daré mi cuerpo y mi amor y tu me darás tu ser. Así aunque nos alejemos, estaremos juntos siempre.

Esas palabras me movieron el alma, no me conmovieron demasiado ya que el miedo a que me hiciera sentir dolor seguía presente, pero me daba confianza y calor.

––Yo quiero que lo hagas, hazlo sin parar, se lento si sabes que tengo tu dolor y continua cuando me recupere, quiero que me mimes si lo necesito y quiero que me hagas tuyo entonces.

Alfred, que había estado a mi lado todo el tiempo, se levanto de la cama, tomo el lubricante y lo vacío en mi culo, en su pene y en sus manos, luego tomo posición y repitió el proceso de los dedos, al terminar, apretó mi muslo con la mano derecha y con la izquierda se agarro el pene y lo acerco a mi.

Primero sentí que algo se asomaba, como si un dedo mas entrara, entonces comencé a notar que ese dedo era diferente, se engrosaba mas con cada momento y llego el instante en que comencé sentir que me estaba estirando demasiado, mi ano, mi esfínter lo aceptaban bien, pero era la abertura lo que me daba dolor, yo creía que no estaba estirándose y se lo dije.

––¿Cuando de la cabeza me has metido?

––casi nada, creo que un cuarto.

––Sigue entonces, dije, asimilando mi cruel destino.

Alfred continuo, metió y metió tan lento que lo único que me dada una idea de cuanto metió era un creciente dolor, que había llegado a un punto en el que tuve que cerrar los ojos para que no me hiciera gritar o exclamar, entonces sentí que me lo saco y todo volvió a su puesto, ya un poco hinchado pero volvió a su buen lugar

––No debería dolerte tanto, solo tengo una mitad y parece que te revientas. ¡Tenemos que parar porque si te duele ahora te puedo romper!

––No vamos a parar, tu seguirás y te prometo que la culpa de cualquier herida que me hagas la tendré yo que te doy permiso.

––Pero es que no creo que podamos, yo lo tengo grande y tu tienes el agujero estrecho, puede ser peligroso porque te puedes desgarrar.

––Yo te doy permiso para hacerme eso, tu quítame mi virginidad ahora que estamos juntos por primera vez. ––Dije, yo que por la excitación estaba bastante intenso

Alfred me miro, el estaba incluso mas asustado que yo y fue entonces que comprendí lo que el me había dicho, el me poseería y seria el dueño de mi cuerpo, pero así como su pene me doblegaría, su amor por mi lo doblegaría a el, lo haría hacer cosas que no quería y yo seria el dueño de su espíritu. Me llene de confianza pues supe que lo que el me entregaba era mas valioso que lo que yo le daría a el, el obtendría placer, sangre, mi dolor, una eyaculacion mas y la magnifica pero pasajera sensación de ser mas fuerte y de ser mi dueño, yo obtendría el amor incondicional de la única persona que seria capaz de comprenderme tal y como era y seria dueño de su voluntad siempre que nos amaramos, yo. Desde una perspectiva mucho más valiosa que la física, seria el señor de su alma y el seria el guardián de mi cuerpo, el protector de mi castillo y yo obtendría su protección y su cuidado eterno a cambio de darle ese castillo....

––No tengas miedo, yo se cuidarme y se cuando debo parar, lo único por lo que debas temer es que no puedas controlarte cuando yo diga que te detengas.

––Te prometo que te gustara, no te daré dolor porque no me gusta hacerte daño, yo voy a detenerme cuando solo tu me lo ordenes.

––Esta bien, continua Alfred.

Alfred sonrío y me miro con ojos de amor, se limpio el sudor que le había brotado por la excitación de la mamada y me agarro de la cintura, con su pene comenzó a recorrer mi ranura, hasta que llego un punto en el que se poso sobre mi agujero, se puso el dedo índice sobre el pene y lo fue empujando, de esa forma era sorprendente lo poco que dolía al principio, sin embargo, llego el momento en que el debía meterme toda la cabeza. Yo sabia que el momento debía llegar y que cuando lo hiciera me dolería, haci que le señas para que continuara, el lo hizo y junto con el dedo índice me metió todo el huevo, yo no pude hacer otra cosa que gritar, el dolor me desgarraba y tuve que apretar los dientes y cerrar los ojos para soportarlo.

––¿Me detengo?

––No, sigue.

El continúo y metió un poco más del palo, saco su dedo índice y me alivio un poco el dolor. Al hacerlo yo me moví y lamentablemente el avance hecho se perdió irremediablemente.

El no se enojo con migo por moverme, pues sabia que no podía evitarlo, por el contrario se enojo con sigo mismo, porque tendría que volverme a hacer doler.

Con ímpetu me tomo fuertemente de la cintura y me jalo contra su pecho, yo me deslice hacia abajo cuando el me soltó y justamente quede entre sus piernas, el unió su huevo con su dedo índice y me penetro con la técnica de antes, esta vez tense los músculos para evitar moverme y una vez que la cabeza del huevo de Alfred estuvo en mi, el saco el dedo y me agarro con aun mas fuerza, lentamente me empujo a el, esto dolía horror de veces mas que antes y me hizo brotar una lagrima del ojos izquierdo ya que mi agujero estaba muy caliente, un pene de 16 me lo abría y una sensación de hinchazón me lo inflaba con cada latido, y yo, producto de la excitación respiraba igual o menos que en las arcadas que tuve en la mamada.

Alfred continuo introduciéndome el huevo, él estaba tan excitado que gemía y cerraba los ojos y me daba la impresión que el huevo le había crecido mas, sentía que cada vez era mas grande y que con cada parte que metía le creía mas, era eso, o la dureza que había alcanzado su miembro me estaba volviendo loco, yo me sentía terrible por el dolor, trataba de apretar mi ano para ver si lograba controlar el dolor, pero nada pasaba, el pene de Alfred no se encogía ni se suavizaba, se endurecía mas y a mi me causaba mas dolor, entonces llegue a un punto en que con todas mis fuerzas lo apreté, nada le paso a esa barra de acero que se metía en mi pero lo opuesto fue con mi ano, que sentí que se había reventado del dolor, eso que había ello era entupido, me había auto-lastimado por no permitirme confiar en él, por no poder decirle con confianza a Alfred que para unos segundos, sin mencionar que el dolor no era la principal molestia; yo había empezado un llanto que no solo era de dolor, era de rabia, la rabia y la impotencia que sentía de ser tan pequeño y miserable que no pude ni siquiera detener a un pedazo de carne que entraba.... hasta esos momentos me había gustado ser poseído, sentirme pequeño y protegido por Alfred me encantaba, pero esa situación ya no era agradable, yo me sentía muy humillado, demasiado inferior a él como para seguir disfrutando, él noto que mi llanto no era normal y detuvo la penetración, me pregunto que me pasaba, yo no le respondí y entonces sentí que empezó a sacármelo, yo le ordene que no hiciera y el se detuvo, me soltó la cintura y comenzó a limpiarme las lagrimas, su cara era de espanto lo notaba muy preocupado y por su expresión pararía creer que me había desgarrado o algo peor, yo quería decirle que no se preocupara, pero no sentía que eso fuera correcto, yo estaba preocupado por mi mismo y quería que me expresara su ternura al máximo porque los sentimientos de impotencia me hacían desconfiar y alejarme de el.

Nosotros éramos tan inexpertos que no conocíamos nada fuera de los que habíamos visto en las películas y no sabíamos que apretar los músculos me aumentaría el dolor. yo por mi parte disfrutaba mas de sus mimos y sus cuidados al verme llorar que deseaba que todo terminara en ese momento, que lo metiera lo mas rápido que pudiese, que comenzara a embatirse hasta aflojar lo que debía aflojar, que me mojara los intestinos en semen y que estuviera mimándome hasta desaparece el dolor con su ternura, sin embargo Alfred no quería, las lagrimas que había visto lo habían asustado y decía que si lo hacia mas rápido me podría dañar mucho el ano y que si ya habíamos llegado a ese punto sin hacerme sangrar o darme desgarro quería decir que lo hacíamos bien..... Claro, el no era el que tenia lagrimas de dolor en los ojos, el solo gemía y sudaba con una sonrisa en su cara.

De repente Alfred dejo de darme besos y limpiarme las lagrimas y se irguió por completo dejándome ver su pecho, estaba remojado en sudor y enrojecido de excitación, se le delineaban músculos por el esfuerzo de haberme jalado hacia el por casi 5 minutos.

Alfred estuvo en esa posición hasta que se le normalizo la respiración y entonces tomo mis manos y me las puso sobre los hombros, las apretó con las suyas y apoyo sus brazos en ellas. Esa posición me éxito, sentía mi pene reposando en su pelvis y sus bellitos tocándome, percibía su varonil olor a sudor y su cuerpo me cubría de pies a cabeza, yo estaba acorralado por la prisión que hacían sus brazos, su pecho, por su sudor que me escurría en la frente y el cuerpo y desde debajo de él me encantaba sentirme pequeñito y controlado por sus ahora visibles músculos

––Te lo voy a meter entero. ––Me dijo mientras me miraba felizmente. Él aun no me metía ni la mitad del palo, ya que había procurado tardarse bastante y hacerlo lento hasta ese momento y se había detenido cuando yo empecé a llorar y gemir.

––¿eso dolerá?

––Creo, pero iré despacio y si te duele demasiado me aprietas las manos.

––OK

––Oye Daniel, antes de que empiece te quiero preguntar si te lastime mucho cuando empezaste a llorar.

––Un poco.

––¿Que fue lo que hice que te lastimo así? Yo creí haber ido igual de lento que siempre.

––No se, talvez se te fue, pero ya no me duele, eso es lo que importa.

Alfred me miro con timidez e indecisión, yo le respondí con una mirada de impaciencia y el respondió haciéndome sentir un tiron en el culo, había comenzado a meter lentamente y el dolor comenzaba a aparecer "Mételo de una, que no quiero sufrir de apoco" le dije yo. "1, 2,3" Alfred comenzó a contar y al llegar a tres un roce intenso y un grito de dolor por mi parte me indico que Alfred me lo metió completo.

Tenia el ano ardido de calor y sentía un estirón insoportable, mis piernas reposaban sobre los muslos de Alfred y estas temblaban del incomodo escalofríos que tenia, yo apretaba los parpados, los dientes y las manos y mi pene estaba morcillón pues el dolor lo había desinflado y mi pareja gemía y respiraba con dificultad.

Alfred lo saco y mantuvo su pene afuera por mucho tiempo.

––¿Que haces, porque lo sacas?

––Me apretaste las manos.

Yo estaba sorprendido, aun con la bestial excitación que debió sentir al meterme todo el huevo, logro notar mis manos y tuvo la valentía de no ignorarlas y cortar con el momento.

––Olvida eso, si yo quiero que lo saques lo digo, ignora mis manos y mi cara y cojéeme hasta que te salga la leche. ––Le dije con total confianza, después de presenciar la conciencia y empatia que Alfred sentía de mi.

––Esta bien.

––Y ve al ritmo que tu quieras, ve rápido y te late o normal si quieres, no tienes que ir lento si yo no te lo exijo.

Alfred me miro unos instantes para ver si estaba convencido de lo que decía, luego alineo la cabeza de su pene con mi culo y lo metí hasta la mitad, luego lo hundió y lo saco hasta la separación de cabeza y el palo, y empezó a hundir y sacar, me dolía pero me encantaba, estiraba mi ano pero al menos me daba éxtasis y de tanto sacar y meter, Alfred se volvió loco, me lo sacaba rápida y completamente y luego lo volvía a meter un tanto mas calmadamente y sus embates eran tan fuertes que de no ser porque me sujetaba con sus manos me hubiese tumbado de la cama. El dolor era horrible pero tenia tanta excitación que lo ignoraba y me dedicaba a gemir o balbucear y Alfred gritaba y gruñía de gusto, mostraba sus dientes y tensaba los músculos, era con cada metida una bestia mas salvaje y cruel, cada vez iba mas y mas fuerte y en cualquier momento pensaba que me haría suyo dejando su rastro en mi.

Yo sentía el ano abierto, sentía como el aire podía entrar en el y como ya no me dolía tanto que Alfred me penetrara, ahora sentía gusto, me daban ganas de moverme y cerrar los ojos para aumentar el alucinante placer de la sensación de masaje que me hacia el pene de mi amigo, mi pequeño pene expulsaba chorritos de liquido preseminal y no sabia si yo era capaz de eyacular dos veces seguidas, pero sentía como un picor me nacía en la cabecita.... Alfred me soltó las manos y saco su pene con rapidez, me tomo de la cadera y con una fuerza sorprendente me jalo a el como si mi peso fuera de pluma, luego me sentó con las piernas recogidas sobre en sus muslos, puso su cabeza junto a la mía, con una mano me sujeto para que yo no cayera y con la otra tomo mi pene, luego alineo su pene con mi agujero y lo metió.

Esa posición era un poco incomoda, a el le costaba moverme para penetrarme y el esfuerzo que hacia para masturbarme al mismo tiempo debía ser bárbaro, yo por mi parte estaba desecho, no quería moverme y me sentía muy débil, casi sin voluntad, así que yo me dejaría hacer lo que a Alfred le saliera de los cojones, incluso si comenzara a golpearme no me importaría, era la excitación, el acostumbrarme a tanto dolor, el sentirme tan poseído y tan dependiente que me dejaba si ánimos de chistar u oponerme, yo simplemente confiaba en Alfred, ya yo me había corrido y no tenia mas voz o voto que explicara mi placer y al fin y al cabo esa experiencia no era para mi eyaculacion, era para la de el, que aun con tantas arremetidas parecía estar muy lejos...

El me lo continuo metiendo, yo estaba mudo y lo único que hacia era tocar a Alfred en los brazos, que estaban tan inflados que me excitaban, el me movía como un juguete, de arriba a abajo y su mirada expresaba molestia....

Con un pene dentro de mi sentí que me hundían, Alfred me estaba jalando hacia el y me empezaba a doler nuevamente, me jalaba y me jalaba tanto que con un gemido de dolor me salio un chorrito de leche que comenzó a escurrirme por segunda vez. Yo estaba a punto de reclamar por la rudeza cuando Alfred me retiro la mano que me sostenía y me dejo caer boca abajo, yo me levante asustado y lo mire, me lo había sacado completo y estaba bastante excitado.

Me dio vueltas y me coloco boca arriba, con las manos me abrió las piernas de un golpe y alineo su pene con mi ano, luego me apreso los ante-brazos y me lo metió con una rapidez asombrosa, yo grite del dolor y comencé a golpearlo con las piernas y a moverme con brusquedad mientras le decía:

––Ey ¿te volviste loco suéltame?

––Lo siento. Pensé que ya no te dolía ––Me dijo mientras me soltaba los brazos y me retiraba el miembro.

––Al menos me hubieras dicho que me advirtieras que ibas a hacer eso con migo.

––Lo lamento, tu dijiste que podía hacerte todo.

––¿Tiene que ser así ese todo?

––Bueno, descubrí que me gusta mas cuando es rápido

––Bueno, yo te dejo que lo hagas así, pero no tan agresivo.

––Esta bien.

Retomamos la poción anterior y por mas ilógico que resultara me resultaba provocador que lo fuera a hacer así, hacia unos segundos le había gritado y lo había golpeado y ahora que le había dado permiso y el me daba garantías de lo que haría me sentía tan seguro que me provocaba comenzara a sufrir....

El me empezó a dar embates fuertes y a meter su pene bastante rápido, el dolor se presentaba con cada metida y como estas eran tan rápidas parecía que aumentaba con cada vez. Pasados unos segundos ya no lo podía soportar, los sentía enrojecido y las orejas me ardían de tensión, estaba a punto de tirar la toalla y salir corriendo de esa habitación con todo y el culo reventado, pero podía notar que el pelvis de Alfred comenzaba a contraerse y su pene se movía dentro de mí como un columpio, decidí resistir un poco y al cabo de un minuto sentí un chorro caliente dentro de mi, eso me alivio la incomodidad considerablemente, pero contrario a lo que yo creía, Alfred me lo estaba sacando de nuevo, esta vez se puso una mano en el huevo en cuanto le tuvo a fuera y como un troglodita se acerco a mi.

––Se me va a escapar ¿que esperas abre la boca?

Yo negué con la mirada, sabia que haría el si llegaba a decir algo.

––¡Rápido! ¡AAAAA! ––Alfred gimió de excitación y aun con el esfuerzo que su mano hacia para contener el semen debido a que estaba circuncidado me lanzo un chorro que me cubrió todo el rostro.

El asco que sentí me dio nauseas y tuve que abrir la boca para gritar ¡ASCO! En ese entonces Alfred me metió la cabeza y hay se vacío todas las bolas de un chorro.

Yo estaba anonadado, de un chorro o dos de su pene tenia la boca llena de un liquido suave, blanco y de sabor agrio, era tanto ese liquido que estaba ahogado y tuve que toser y expulsar una parte de el al suelo, la otra muy a mi pesar me la tuve que tragar con todo y las nauseas que daba.

Alfred estaba extrañado y un poco avergonzado por mi reacción, mientras yo tosía me daba palmadas en la espalda y me limpiaba la cara una sabana.

––Lo siento, yo pensé que te gustaría probar la leche.

––Para nada. ––Dije tosiendo y conteniendo las ganas de vomitar.

––¿Estas bien? ¿no te duele nada verdad?

––Me duele el culo y siento el estomago desecho.

––Discúlpame, yo la pase bien, ojala que tu también lo hagas la próxima vez.

Alfred me abrazo y junto su cabeza junto a la mía, me miraba con ternura y se estaba acoplando a mi pecho.

––¿Quien dije que no lo disfrute?

Yo, por primera vez en todas las veces le correspondí al abrazo, el me recostó en la cama y monto una pierna sobre mi, aun sentía su pene hirviendo y expulsado pequeñas gotas de semen, sus brazos me protegían y dejándome llevar por las caricias que Alfred le hacia a mi cabello me quede dormido sin darme cuanta...............

Desperté un par de minutos luego, Alfred no estaba pero tenia la ropa puesta y limpia, no tenia olor a semen o sudor ni me sentía pegajoso, estaba como nuevo. Me erguí y vi la habitación, luego me puse de pie y un dolor en el ano me hizo volver a sentarme, había sentido que todo lo que estaba dentro de mi se había ido a bajo y estaba mareado.

Alfred llego entonces y me dio un beso en la mejilla.

––Cuando puedas debemos irnos, mama estará aquí pronto y tu jefa estuvo aquí pa chequearte, yo obvio no le dije que estabas reposando de una cogida bestial, pero le explique que estabas en el baño y que cuando terminaras de limpiar la computadora te irías.

––Es raro que no entrara para tocarme la puerta y ver si estaba hay.

Alfred río entre dientes y dijo:

––antes de irnos te tengo que regalar unas pomadas y cosas de esas, te las vas a echar para que te recuperes pronto.

Alfred busco las medicinas y ayudo a salir. Sufrí un horror al tratar de llegar a mi casa y me dio muchas tristura que Alfred y yo no pudiésemos despedirnos como era debido, pero que se podía hacer, fuimos muy tontos al pensar que el amor podría ser libre, no nos seria nada fácil y menos si el tendría que irse sin regresar hasta el año siguiente, pero así el mundo, así es el amor.....

Las clases empezaron y tuve que fingir que nunca supe nada de lo que Joan o Raúl habían hecho con Alfred, tuve que regresar a fingir como lo hacia antes

Me volví fanático de tener Chat con Alfred y de desnudarme para el mientras el lo hacia para mi, comentábamos que se sentía deprimido sin mi y un día no lo vi mas en conexión. Al cabo de un tiempo recibí un correo donde me decía que le había dicho a sus padres que era gay, no les hablo de mi, pero al parecer su padrastro lo expulso de casa, según el mensaje ahora vivía con unos tíos que también habían tenido un hijo gay que estudiaba en el extranjero; me dio la dirección de una casita junto a la avenida de la capital, decía que el trabaja duro como asistente de un taller mecánico en un motel de carretera, que la paga era mala y que se tenia que esforzar mucho, pero que se sentía feliz, decía también que se cambiaria pronto a mi escuela.

Usando la dirección, la fecha y los teléfonos que me dio en ese correo conocí el motel en el que trabajaba. Cada que tenemos la lana para alquilar una habitación de un motel el me llama, cuadramos y nos encoframos en el lugar, ahora es un chico normal que se hace pasar por mi hermano mayor cuando pedimos habitación, tomamos camas separadas para que no crean nada y nos gusta tener que estar muy juntos para repetir nuestra primera experiencia.... es ahora mi novio secreto, tenemos planes de ir a la misma universidad y si eso era posible, ser compañeros de dormitorio.....