Mi primera vez en Benalnatura

Historia real de mi primer encuentro gay en Benalnatura buscando otro tipo de trío

Hola a tod@s, antes de empezar mi relato me gustaría comentaros algunas cosas. La primera es para agradecer y felicitar la web y a los que escriben sus relatos, aunque la gran mayoría son inventados, son muy excitantes y me permiten fantasear, y muchos de los que dicen que son 100% real no lo son, pero da igual, son igual de excitantes. Aunque yo os ponga que el mío si es real, seguramente no me crean, pero tampoco me importa, me excita contar esta experiencia que tuve y para mí es lo importante. Me presento, tengo algo más de 50 años, hasta hace poco he estado muy delgado, ahora tengo un poco de barriguita (poca), morenos de piel, ya con canas, 1,75 de altura, en la época de la historia delgado, bien físicamente pero nada del otro mundo la verdad, aunque hago deporte no estoy musculado, y lo que importa, sobre 17cm, no sé si es mucho o poco, creo que será la media y no es delgada, aunque tampoco es un bote de spray. Por último, felizmente casado, con tres hijos, dos ya han terminado la universidad y la tercera empieza este año. Llevo casado más de 25 años, pero en cuestión de sexo mi mujer es paradilla, sin embargo yo estoy siempre a punto, soy muy morboso y me encanta las situaciones picantes, pero ella no me sigue. Mi apariencia no aparenta lo que soy realmente en la intimidad o en mis pensamientos. Los dos somos profesores y lo que os voy a contar ocurrió hace unos quince años, yo estaba trabajando en un instituto de Málaga y ella estaba en un pueblo de Sevilla con los niños. Teníamos un piso en Málaga, así que yo me quedaba toda la semana y volvía con ellos los fines de semana. Me encanta el sexo, pero no sé cómo describirme, me gustan las mujeres, pero me encanta jugar con mi culito y con el culito de mi mujer aunque a penas me deja, y tenía una fantasía de que en un trío me hicieran un beso negro y después me follaran el culo. Pues, el primer año que tuve solo, me apunté a un videoclub y todas las semanas sacaba una peli porno, sobre todo de sexo anal con mujeres y me compraba calabacines o pepinos, uno más delgado y otro más grueso, y con el lubricante me follaba el culo hasta que me corría, me ponía de todas las posturas y lo hacía normalmente en mi cama con las puertas de la terraza a la que daba el dormitorio abiertas, por si alguien quería verlo, también soy algo exhibicionista y voyeur, completado vamos. Siempre me han atraído las playas nudistas, aunque nunca había ido a una porque a mi mujer no le gusta. También, siempre estaba en pelota en casa, me encanta la desnudez. El segundo año, empecé a pensar en ir a una playa nudista de las que hay en Málaga cuando hiciera bueno. Conocía dos en Málaga, una está en Benalmádena y otra en Marbella, en Cabo pino, seguro que muchos las conocéis. Empecé a investigar sobre ellas por internet y en principio Me decidí por la de Benalmádena, se llama Benalnatura. Para los que no la conocen os la describo: es una calita pequeñita que se accede por una escalera desde un parking, regentada por un club naturista y justo al lado, que se llega andando por unas rocas hay otra aún más pequeña y algo más privada, aunque hay una urbanización antes de bajar y desde algunos pisos por aquella época se veía algo la playa, pero si te acercabas a la pared te podías ocultar. Ahora han hecho una pasarela que rodea toda la urbanización y se ve demasiado bien las dos casitas. Una tarde, a principios de junio, un día que hacía buenísimo y no tenía ya casi que corregir, ni trabajar, me cogí el coche y me presenté en el parking de Benalnatura. Me preparé un poco por si tenía suerte y me hice una lavativa, no me gustaría manchar a nadie y me dejé los pelos del pubis muy cortitos y rasuré todo lo demás, desde los huevos hasta el ano y todo mi culo, no me gustan los pelos en esa parte. Conforme iba bajando las escaleras, que por cierto es muy bonito porque tiene mucha vegetación y no se ve nada hasta que llegas al final, mi excitación crecía. Mi fantasía en ese momento era encontrar a una pareja y al final hacer un trío en la calita más pequeña. Cuando llegué al final mi sorpresa fue mayúscula, para ser la época que era, había mucha gente, me costó un poco encontrar sitio, desplegué mi toalla y empecé a quitarme la ropa, primero mi camiseta, después las bermudas que llevaba (para ser un poco más picarón o para insinuar que buscaba algo más que sol no llevaba bañador), cuando me las quité me quedé con tan solo un tanguita blanco de Cánovas Club, me excitó muchísimo exhibirme así, me recreaba en doblar el pantalon. Y por último ese excitante tanga. Para no alargarme mucho ese día, a parte de exhibirme, excitarme por esa situación nueva y de ver otros cuerpos desnudos, no pasó nada. Me quedé un poco decepcionado, pero cuando llegué a casa pues me desahogué. No desistí y la siguiente semana se me presentó otra oportunidad. Volví a la playa y en este caso y no sé por qué, casi no había nadie. Esta vez me puse más cerca de la orilla, me bañe (me encanta sentir el agua por mi cuerpo desnudo aunque esté fría) y me puse a tomar un poco el sol en la toalla. Había hecho el mismo ritual que la vez anterior, y me percaté que un chaval, todo vestido de blanco, camiseta y bañador, se fijó mucho en mi, como yo llevaba gafas de sol, podía mirarle sin que se diera mucha cuenta. Estaréis pensando que cuándo llega lo excitante, pues ya pronto. Al final en la playa sólo quedaba una pareja, el chico de blanco y yo. De repente vi que este muchacho empezó a dirigirse hacia la otra calita y cuando le perdí de vista me picó la curiosidad por verla y por ver que haría allí ese chaval solo. Me fui detrás, por donde él había ido y un poco antes de llegar de repente veo que está hablando con otro chico, con la cabeza toda rapada. Estaban como en un recoveco entre unas rocas por lo que sólo les veía un poco más de las cabezas, pero por los movimientos se veía que el rapado se estaba haciendo una paja. Me quede mirando un momento y ellos se dieron cuenta y me miraron y cuchichearon entre ellos mirando hacia mí. Yo me corté, pensé que les había cortado el rollo y me volví para atrás, me quedé en una roca, por encima de la orilla, sentado mirando al mar, ya no los veía. Volví a mirar hacia ellos, aunque sabía que desde allí no los vería, pero cual fue mi sorpresa cuando veo que el chaval de la ropa blanca estaba justo detrás mío pegado a la pared y manoseándose la polla por debajo del bañador, al principio me sorprendi, no sabía si estaba enfadado por ese atrevimiento o excitado por lo que estaba pasando o podía pasar. Volví a mirar para atrás y ahí seguía él, mirándome y tocándose la polla. Desde dónde se había puesto no le veía tampoco el que cuida la playa de la asociación, así que el seguía esperando que yo me decidiera y lo hice. Me levanté y me fuí hacia él. Era un chico normal, me puse al lado suyo, pegado a la pared, sin decir nada, yo sólo miraba el bulto que tenía debajo del bañador y el mi polla que aún no estaba del todo erecta. Acercó su año a mi polla y empezó a recorrerla desde el pubis hasta la puntita del capullo. Eso fue como un resorte para ella, empezó a ponerse dura rápidamente, para mi fue una sensación rara, era la primera vez que una mano que no era la de mi mujer me tocaba la polla y, aunque era la de un tío, me excitó. Yo me dejaba hacer, seguía recorriendo la polla de arriba a abajo, pasaba la mano por debajo para acariciar mis testículos, cada vez me iba poniendo más burro. Él, con la otra mano se bajó el bañador hasta que saltó fuera su polla, era similar a la mía, y me dijo: Quieres tocármela. No respondí, sólo llevé mi mano hacia esa polla que estaba empalmada y empecé a tocarle el capullo, ufff, era la primera vez también que tocaba otra polla que no fuese la mía y me gustaba. A mí se me veía un poco cortado, pero el muchacho se notaba que lo había hecho más veces. Pasó su mano por detrás de mi espalda, me separó un poco de la pared y empezó a bajar, hasta que llegó a mi culo, lo acarició, suave, a mí me dió un cosquilleo y separé un poco las piernas para que pudiera llegar mejor a la entrada de mi ojete. Yo seguía recorriendo su polla, bajaba hasta sus huevos y también los acariciaba, e igual que yo, separó las piernas para que mi mano pudiera seguir por debajo hasta su culito. Se chupó un dedo y acariciaba mi ojete por fuera, eso me estaba poniendo a cien, yo hice lo mismo y así estuvimos un rato, sobando nuestras pollas y acariciando nuestro culos. Yo no podía más y necesitaba que llegara un poco más lejos, y para insinuarselo arqueé un poco mi espalda dejando mi culo algo más espuesto. Él se dió cuenta y empezó a hacer presión con su dedo en la entrada, no le costó mucho meterlo, ya os dije que lo tengo entrenado, así que al poco ya tenía a dos de sus dedos urgando en el interior de mi culo. Se dió cuenta que lo tenía limpito y me dijo: - Vaya, venías prepará. Yo también empecé a introducirle un dedo, que sensación más rara pero a la vez excitante, ahí estaba yo, pajeando a un desconocido con un dedo en su culo y yo recibiendo la misma medicina. A todo esto, el chaval rapado no dejaba de mirarnos desde su guarida. Seguía manoseandose su polla.. Mi amigo (lo llamaré ya así), paró un momento y me preguntó si me importaba que nos uniéramos los tres, ya estaba tan excitado que sin decir nada me fuí hacia donde estaba el otro chaval y mi amigo me siguió, ibamos los dos con las pollas tiesas por las rocas hasta su rincón, que nos protegía un poco más de las miradas y, además, había algo de arena en el suelo y era más placentero y cómodo que las rocas. Estaba un poco más dotado, no por larga sino por ancha. Sin decirnos nada, yo empecé a tocarle la polla al nuevo amigo, no era el trio que había pensado pero me gustaba y lo estaba pasando genial. Mi primer amigo, se puso detrás y empezó a bajar sus manos por mi pecho, jugó un poco con mis pezones, siguió bajando, cogió mi polla y la sobó un poco y, a continuación, hizo que agachara mi espalda, separó mis piernas y sus manos separaron mis cachetes. Intuí lo que iba a hacer, enseguida note su lengua rozar, recorrer mi culo, lamía mi ojete y la introducía un poco en mi interior. Mientras tanto, estando en esa postura, el rapado aprovechó para poner su polla cerca de mi boca, siempre me había dado asco pensar en chupar una, sería la excitación que tenía, lo que estaba disfrutando de ese beso negro y qy me sentía totalmente poseído y sin posibilidad de escape, que empecé a pasar mi lengua por su capullo, despacio, como con vergüenza, pero él no se pudo aguantar, me cogió la cabeza y metió su polla en mi boca, di una arcada pero conseguí reprimir vomitar. Jo, que espectáculo, que sensación, mientras uno me comía y dilataba mi culo, otro me estaba follando la boca. Estuvimos así un ratito, en un momento dado, mi primer amigo, el que me estaba haciendo un beso negro se levantó y le dijo a su amigo: - Ya lo tienes listo, a punto de caramelo. Yo ya me dejaba hacer, me dieron la vuelta, volví a la misma postura de antes pero ahora me metió su polla en la boca mi primer amigo, el rapado demoraba un poco su entrada en juego, me tenía un poco desconcertado, pronto descubrí que estaba poniéndose un condón, puso sus manos en mi culo, separó mis cachetes y enseguida noté la punta de su polla en la entrada de mi culo. Noté como una de sus manos soltaba uno de mis cachets, con la otra los separaba y sujeto su polla para ayudarse a metermela. Fui notando como los pliegues de mi ojete se iban separando, como su polla iba entrando, algo más rápido de lo que él pensaba y comentó: - Jo tío, si que me lo has dejado bien, no cuesta mucho meterla. - No, que va, este cabrón ya venía preparado, seguro que no es lo primero que le entra en ese culo. Cuando pasó su capullo la sensación era de estar lleno, pero venía lo peor, su polla se iba ensanchando y aquello empezó a doler, pero era un dolor placentero seguro que sabéis de que os hablo. Poco a poco la metió entera, mientras el otro me seguía follando la boca. Empezó a meter y sacar la polla de mi culo, cada vez era más violento, con empujones más fuertes, que gustazo, estaba disfrutando como un loco. Noté que su polla se ponía tensa, él aceleró las embestidas, mi culo palpitaba yo gemía de placer con la otra polla dentro de mi boca y enseguida empecé a notar los espasmos del que me enculaba. Se corrió, pero se quedó un poco más dentro de mí. Cuando la sacó fue como cuando estas muy acalorado y te remojas con agua fría, que placer. Este le comento a su amigo: - Bueno, vamos a dejarle que disfrute ahora él un poco, no? Como si no hubiese gozado ya con todo aquello. Al que le estaba comiendo la polla, se dió media vuelta, y me ofreció su culo, el rapado me acerco un preservativo, me lo puse, mojé mis dedos y se los pasé por el ojete, metiéndolos un poco para lubricarlo, pero se ve que no hacía mucha falta, también por ese cupo habían pasado más de una polla. Le separé los cachetes, sujete mi polla y la dirijí hacia la entrada. El rapado se puso detrás mía e iba como dirigiendo la operación de penetración, sentía su polla morcillona ya pegada a mí culo. Empezó a entrar, el chaval se movía con destreza para que la penetración fuese más rápida, al poco ya la tenía toda dentro de su culo. Empecé a moverme, a meterle y sacarla, y sentí la mano del rapado en mi culo, ufff, eso y era el no va más, empezó a meterme dos dedos directamente, me había dejado el ojete bien dilatado. Fijaros, yo follandome un culo y otro volviéndome a follar el culo con sus dedos. No guante ya mucho, y empecé a estremecerme a penetrarlo con más violencia, con golpes de mi cadera que pegaban contra su culo y esploté, momento en el que el rapado aprovecho para meter tres dedos lo más profundo que pudo y eso hizo que el orgasmo fuese aún más intenso. Al muchacho que me había follado, no había terminado aún, así que el rapado me cogió de los hombros, hizo que me arrodillara delante de él y me dijo: - Ahora se agradecido y terminalo con una buena mamada. No sé lo que quiso decir, porque yo no hice nada, este me sujetó la cabeza y me la dirigió hasta su polla y yo solo tuve que abrir la boca y tragarmela, porque era este el que me movía la boca haciendo que la polla del otro muchacho entrara y saliera de mi boca sin parar. No duró mucho, porque también estaba ya muy excitado, la sacó de mi boca y derramó todo su semen por mi cara. Estaba exhausto, nos metimos en el agua para limpiarnos y refrescarnos. Ellos me dijeron que cuando quisiera que volviera, que ellos estaban normalmente por allí a esas horas. Le di las gracias y les dije que seguramente volvería, me fuí para mí toalla y ellos se quedaron hablando en la calita. Estaba derrotado, tenía el culo que me ardía, pero me encantaba esa sensación. Después de descansar, me vestí con mi tanga y me fui para casa. Espero que os haya excitado mi experiencia que ya os digo que fue tal cual os cuento, más adelante os contaré otro encuentro, pero este en las dunas de Cabo pino, seguro que la conoce más de uno y otra historia con el perro de mi hija. Un saludo.