Mi primera vez con una travesti

Como por fin me desvirgaron el culito

Con esta mi primera contribución quiero relatar como me desvirgaron y como me convertí en un adicto a las travestis, sobre todo activas, para el resto de mi vida. Quiero resaltar que es un relato verídico al 100%, sólo omitiré los datos que considere necesarios.

Yo no fui engañado como en muchos relatos, eso me da un morbo terrible, pero en mi caso ya no es posible, yo me inicié en este mundo de forma plenamente consciente y luego de haberme masturbado infinidad de veces contemplando todas las fotos a las que tenía acceso sobre "shemales", que no eran muchas, aun no existía internet tal como la conocemos hoy.

Soy un chico alto y fornido, con una polla de unos 15 cm y bastante guapo, al menos lo suficiente para que una profesional se sienta cómoda conmigo. Y por supuesto higiénico y educado, por eso pocas veces he tenido problemas con alguna de ellas.

Pero vamos al grano, mi primera vez fue después de contactar con una travesti canaria a través de un anuncio de prensa. Mi estado era de nerviosismo total, podéis imaginaros, con miedo a tropezarme con algún conocido y sin saber si me iba a atrever o iba a escapar corriendo con el rabo entre las piernas, algo que ya había hecho otra vez (marica estrecha me llamó la travesti desde la puerta de su piso, luego de despedirme con cajas destempladas). Pero esta vez sí seguí adelante. La traviesa era una chica jovencita, muy bien cuidada en cuanto a su aseo y a su depilación, tenía una piel suavísima, aunque no tenía pechos y el rostro era un tanto masculino, pero en general me pareció hermosa, estoy seguro que hoy en día su belleza debe ser mucho mayor luego del necesario tratamiento hormonal. Tengo que decir que la experiencia no fue todo lo buena que yo esperaba, o por lo menos no tan buena como hoy en día se que pueden llegar a ser. Entre mi nerviosismo que se traducía en una gran timidez y que ella era bastante reservada, pocas palabras cruzamos. Primero nos fuimos desnudando y abrazándonos, pudiendo sentir la calidez de su piel y la ya comentada suavidad, me resultaba muy excitante. Cuando pude ver su polla comprobé que no era muy grande, algo menor que la mía e igual de gruesa, lo que me sorprendió fue la erección que lucía, que no bajó en toda la sesión (no tuve ocasión de verla en reposo, algo que también me encanta). Me preguntó que quería hacer, yo muerto de vergüenza le dije que chupársela. Se colocó boca arriba y yo me situé de rodillas entre sus piernas, y luego de masturbarla durante un rato con mi mano, me la introduje en la boca, comprobando su extrema dureza y la gran suavidad de su piel, especialmente la del glande, me encantó desde el primer minuto. Mi experiencia era inexistente, pero supongo que no lo hice muy mal por el empeño que le puse. Gracias a que no tenía un tamaño exagerado me la introducía casi por completo en la boca, aunque debido a sus empujones sufrí un par de arcadas. Como sólo había contratado media hora, pronto volvió a preguntarme que me apetecía hacer. Dudé un momento, me apetecía follármela o que me la chupara, pero ese primer día quería ser completamente pasivo y por fin notar una polla en mi culo. Esta parecía idónea, no muy grande y completamente erecta. Le dije entonces que quería que me follara (esta vez casi me muero de vergüenza, notaba que la sangre ardía en mis mejillas), me preguntó si era mi primera vez y le contesté que si.

-Ponte de pie al lado de la cama e inclínate sobre ella.- me dijo, e inmediatamente la obedecí.

Mi excitación era enorme, allí con mi culo expuesto y de reojo viendo como se colocaba la goma y se embadurnaba de lubricante la misma. Luego noté sus dedos en mi culo, recuerdo perfectamente la sensación, esa humillación de sentirte entregado, primero le había comido la polla y ahora hurgaba con sus dedos en mi ojete, en mi interior. El momento culminante de entrega se acercaba y mi deseo de ser humillado y dominado por una mujer con polla estaba a punto de cumplirse. Sentí su glande apoyarse en mi orificio, empujó y noté un gran dolor, como si me rajasen el culo, escapé hacia delante. Volvió a repetir la acción, esta vez mordiendo la almohada aguanté, noté como centímetro a centímetro me la introducía toda. Cada vez la notaba más, ya no era un dolor tan lacerante, pero parecía que me abría en canal. Parecía increíble, pero aquella polla no muy larga, con su grosor se estaba haciendo notar dentro de mí. No fue la experiencia muy placentera en lo físico, el dolor nunca me abandono, pero el placer de la humillación, de por fin sentir una polla dentro, fue indescriptible. Al poco le dije que no aguantaba más, que quería correrme con su polla en mi boca. Me dijo que me tumbara boca arriba y se sentó a horcajadas sobre mi pecho, metiéndomela de nuevo en mi boca, para gran deleite mío. Yo me masturbaba mientras notaba como me follaba la boca, entre esto y recordando la enculada que acababa de propinarme me corrí como un loco en poco tiempo, grité tanto que me puso su mano sobre la boca, en claro ademán de que no armase tanto escándalo, pues estábamos en un piso, aunque por fortuna era de día. Cuando acabé de correrme me entró una especie de remordimiento, me vestí y me marché a toda prisa. Cuando llegué a casa estuve llorando y preguntándome que sería de mi, que me había vuelto maricón (como si no lo supiese ya) pensando que no había marcha atrás. Pero luego acabé masturbándome compulsivamente y corriéndome infinidad de veces, recordando toda la aventura y fantaseando con las que estaban por venir. Nunca volví a encontrarme con ella ni recuerdo su nombre, la verdad es que me encantaría volver a verla con mi experiencia actual.

Las que vinieron después las iré contando poco a poco, no todas porque son muchísimas y no creo que ni me acuerde de todas, pero eso si, adoro a las travestis.

Saludos para todos y espero que les haya gustado mi debut.

Rodin