Mi primera vez con un perro

Ocurrió cuando me sorprendieron en plena faena.

Mi nombre es Dolores y tengo 25 años, tengo un trabajo que casi en su totalidad desarrollo en mi casa ya que se trata de un negocio liberal.

La historia que quiero contaros ocurrió hace unos 3 años y fue de la forma mas inocente del mundo.

Yo, después de haber probado el sexo de todas las formas y posturas, siempre había deseado probar algo nuevo y entre muchas cosas nuevas que se me presentaban siempre estaba el hacerlo con un animal, así que después de haberlo comentado con varias amigas, ellas mismas me recomendaban que tratase de localizar a alguien que lo hubiese probado y que a través de su experiencia te adentrase en ese tipo de experiencia. A mi siempre me ha dado mucha vergüenza hablar de este tema con desconocidos, por lo cual intenté hablar con gente en Internet y ahí me aconsejaron que me comprase un perro y que poco a poco lo iniciase al sexo conmigo.

Al poco tiempo me compre un cachorro de pastor alemán, al principio el animal solo tenia ganas de jugar y yo no sabía como actuar con él, aunque intenté de todo. Cuando el perro cumplió un año de edad y ya se le notaba que entraba en la edad propia de su propia sexualidad, ya que de vez en cuando veía como se lamía su sexo y cada vez que cogía un cojín hacía como que lo tomaba y fornicaba con el, así que un día cuando estaba sentada viendo la T.V. con las piernas extendidas en el suelo, el perro se acercó y comenzó a jugar y alisquearme, así que le puse la pierna y automáticamente me la cogió entre sus manos e inmediatamente comenzó a rozarse de una forma que me excitó bastante ya que pude ver como le salía un pene bastante grande y que lo rozaba contra mi pierna a una velocidad tremenda.

Tras varios intentos por parte del perro y aprovechando un día que yo estaba muy excitada me decidí a tocar el pene del perro y por simple curiosidad se lo cogí entre las manos y pude observar que era tremendo de grande y que al animal le gustaba mas el tacto de mi mano que el de mi pierna, así que comencé a acariciarlo hasta que el perro dio unas sacudidas bestiales y se corrió en mi mano. Esto lo hice varias veces y no pasé de hacerle una paja al perro el cual agradecía lamiendo mi mano después de haberse corrido en ella.

Yo mantenía guardado mi secreto y observaba que el perro cada día me buscaba con mas frecuencia pero no me atrevía a pasar de los simples tocamientos aunque por dentro ardía en deseos de hacer otras cosas, pero temía los resultados. En fin temía que al dejarme tomar por el perro me hiciese el nudo ese que todos me comentaban y que debía tener mucho cuidado, así que no pasaba de ahí.

Un día, ya cuando el perro había cumplido en año y medio y ya era todo un perrazo, yo vine de la calle cansada y me di una ducha rápida, comí algo y me eché en el sofá como casi todas las tardes mientras el perro jugaba a mi alrededor. Me dormí un rato y después de una hora de siesta me desperté con una sensación muy placentera ya que sin darme cuenta me había dormido boca arriba y con las piernas abiertas por lo cual el perro estaba aprovechando la postura para lamerme por todos los sitios buscando juego, pero cuando descubrió que mi zona íntima era de un olor y sabor diferente, aprovechó y estuvo lamiéndome el coño hasta que desperté sobresaltada pero muy excitada. Primeramente me asusté al verlo lamiéndome pero inmediatamente me acomodé y lo dejé hacer hasta que no pude mas y me corrí en la boca del perro, cosa ya había soñado en alguna ocasión, y mientras mas me excitaba mas húmeda estaba y mas jugos salían de mi vagina por lo cual el perro tenía mas golosinas que lamer así que me produjo un segundo orgasmo tremendo.

Tras de esta ocasión me dio un poco de corte de mi misma cada vez que el perro se acercaba a mi para jugar, ya que sabía que al final terminaría ofreciéndole mi raja para que se la comiera y disfrutar como una bestia. En ningún momento quería llegar a mas pues seguía con miedo a dejarme tomar por el perro y que me metiera el nudo ese tan famoso.

Así que tras casi dos años de juego con mi perro, un día ocurrió lo que debió ocurrir mucho antes y así haber podido disfrutar mucho mas. Un día estando trabajando con el ordenador, se produjo un apagón en toda la casa que me hizo perder toda la información que tenia trabajada durante todo el día, por lo que un vecino me proporcionó el teléfono de un señor que entre otras cosas hacía reparaciones eléctricas, por lo cual sin mas le llamé y quedamos para por la tarde a partir de las 5, así que como era aún temprano, las 11 y media de la mañana, cogí al perro y nos fuimos al parque y a comer a un burguer para hacer tiempo hasta la llegada del técnico. Sobre las 3 y media nos fuimos a casa y aunque estábamos a oscuras me fui al salón y me dispuse a descansar como hacía todos los días y ¿como no?, el perro comenzó con la tarea diaria y esta vez me puso como una moto, y cuando estaba a punto de correrme llamaron al portero, así que inmediatamente me lavé y para cuando llegó el técnico ya estaba aseada.

El técnico era un señor de unos 45 años bien presentado y muy educado, e inmediatamente se dirigió al perro para acariciarlo pues decía que le gustaban mucho los animales. Después de varios comentarios le expliqué lo que había ocurrido y él inmediatamente se dispuso a buscar la avería, y después de pedirme permiso para poder entrar por las habitaciones para poder localizarla se puso a trabajar mientras yo le dije que si necesitaba algo, estaría en una habitación donde tenía una lámpara de bateria.

Mientras me dirigía hacia la habitación el perro seguía jugando conmigo y buscándome mi zona íntima y yo cada vez mas excitada iba dispuesta a correrme con él, por lo cual cerré la habitación y una vez dentro con el animal nos dedicamos a disfrutar del sexo mientras el electricista seguía con su trabajo en la casa. Yo me abandoné tanto disfrutando con el perro que llegó un momento en que se me olvido de que no estábamos solos y cuando llegó el momento en que no podía mas, me quité las bragas y dejé que el perro me lamiera el coño libremente hasta que no pude mas y me corrí dando un pequeño gemido, así que temiendo ser sorprendida apagué la lámpara y seguí con mis placeres, pero cuando estaba a punto de conseguir mi segundo orgasmo la puerta de la habitación se abrió y Luis, que es como se llama el técnico, dirigió su linterna hacia mi y me sorprendió en pleno acto. Me dio una vergüenza terrible e inmediatamente aparté el perro de una patada y traté de taparme lo antes posible.

Lejos de asustarse, Luis, muy tranquilamente se dirigió a mi y me tranquilizó de inmediato, explicándome que él no se extrañaba de nada y que comprendía mi situación, comenzamos a hablar y me preguntaba hasta donde había llegado con el perro, me preguntó si había llegado a copular con él, a lo que le contesté que no pues me daba miedo y me dijo que si quería el mismo me podría ayudar dirigiendo y controlando al perro. Yo de momento me sentía muy violenta pero al poco rato le dije que lo pensaría y le contestaría. Él se fue a conectar pues ya tenía controlada la avería, y al volver de nuevo a la habitación se dio cuenta de que yo accedía a lo que habíamos hablado anteriormente.

Me pidió que siguiera en la misma postura en la que estaba antes de entrar él, así que me descubrí, abrí las piernas e inmediatamente el perro se disparó hacia mi coño para lamerlo con ansia, pero a mi me daba vergüenza y no conseguí excitarme como antes, por lo que Luis comenzó a explicarme muy dulcemente lo que iba a hacer en cada momento, primeramente con cuidado comenzó a acercarse al perro y a acariciarlo hasta llegar hasta sus genitales y siguió por la zona hasta que este sacó un pedazo de pene tremendo, y poco a poco me lo puso en la mano para que yo lo acariciase mientras el perro seguía lamiéndome. Una vez que Luis puso al perro casi encima de mi, sacó la polla del animal por detrás de las patas traseras y me lo dio a lamer, primeramente me dio un poco de asco pero dado que yo ya estaba excitada superé el momento y me la metí en la boca, tenía un sabor extraño como un poco ácido pero el tamaño era muy superior al de alguno de mis amantes humanos, al perro le gustaba la situación y se dejaba hacer.

Después de un rato, Luis me dijo que era el momento de dejarme poseer por el perro y tras superar el miedo me ayudó a ponerme a 4 patas e inmediatamente puso al perro sobre mi espalda, pero este no sabía que hacer, por lo que Luis seguía masajeándole la polla mientras la dirigía hacia mi coño que estaba mas que húmedo. Poco a poco fue excitando al perro e incitándole a moverse con el fin de introducirme la polla, así que cuando el perro empezó a dar enculadas puso frente a mi coño aquella enorme polla y cuando pasó un trozo dentro de mi lo soltó y de un golpe me metió toda aquella tranca y de una forma frenética comenzó a follarme como nadie lo hizo hasta ahora, os puedo decir que ya no me importaba que estuviese alli Luis y me corrí por lo menos 3 veces que yo recuerde y cuando el perro se corrió me llenó toda la vagina de un líquido caliente y espeso que yo noté con sumo placer.

Yo después de esto terminé agotada al igual que el perro que jadeante se echó en el suelo a descansar frente a mi. Luis entre tanto me explicaba que había que educar al perro para que no comenzase a buscarme nada mas verme, sino que obedeciese a mis órdenes en un momento determinado, así que quedamos para vernos en varias ocasiones mas con el fin de ayudarme en los quehaceres de la educación del perro y hasta el momento todo va muy bien.

Yo lo llamo de vez en cuando y viene a casa a ayudarme pues él nunca ha intervenido conmigo, aunque no me importaría que lo hiciese alguna vez, pero hasta el momento no ha ocurrido.

Gracias a esto alguna de mis amigas tambien han probado esto y con la ayuda de mi amigo Luis están muy contentas y disfrutan con locura.

Y esto es todo, espero que mi perro siga con la misma vitalidad que hasta ahora y como nunca pide nada, me resulta mas gratificante que las relaciones que tenía antes con hombres, aunque de ven en cuando echo alguna canita al aire con alguno de mis conocidos amantes.