Mi primera vez con un negro III
Como mi marido dejo que me follara un negro a cambio de un bolso. Y solo fue el principio de lo que acabo siendo una locura
Hola a todos de nuevo, soy Sonia y hoy os contaré mi primera experiencia interracial. Para quien no me conozca os resumo un poquito. Tengo 37 años y hasta que no conocí a mi marido hace 7 años no descubrí lo que es el sexo en su sentido más amplio. Os recomiendo que leáis los relatos anteriores, para que veáis como empezó todo y como ha ido evolucionando.
El de hoy es la primera parte de una experiencia que todavía marco más nuestra sexualidad, fue un antes y un después. Algo que aunque se que ya he dicho anteriormente jamás me había imaginado, pero es que con Pedro cada vez vamos más allá.
Esto sucedió en un mes de julio que nos fuimos unos días Benidorm, llevamos un tiempo de culo entre el trabajo, la peque que entonces tenia dos años y pocos y necesitábamos desconectar un poco de la rutina y conectar como pareja. Ya hacia unos meses de nuestro primer trio. Así que como nos gustan muchos los parques de atracciones nos fuimos a terra mitica.
Después de estar un día en el parque de atracciones, decidimos quedarnos un par de días más en Benidorm, disfrutar de la playa, de nosotros...
Todo iba genial, nos lo pasamos estupendamente en terra mitica incluso follamos en uno de los wc entre atracción y atracción. Pero lo que marcó un antes y un después vino dos días después.
Habíamos estado en la playa tomando el sol, y decidimos ir hacer una paella antes de volver al apartamento, ya en el restaurante Pedro me decía que podíamos hacer algo especial a la noche, salir, ver que tal el ambiente de Benidorm y ver si pescábamos algo. Que podríamos repetir lo del trio, yo entre la sangría y recordar esa experiencia ya me estaba poniendo cachonda y le dije que bueno no estaría mal.
Después de comer con la excitación y el puntillo encima nos fuimos hacia el apartamento, hasta que en el paseo vi un puesto de bolsos ambulantes, paré a mirarlos y me extraño que Pedro no me dijera nada, puesto que odia ir de compras y yo siempre lo miro y remiro todo. De repente me dijo en voz alta –Mira que pedazo de rabo ese te abriría bien. Yo me puse nerviosa y mire para delante al negro del puesto, pedro empezó a reírse y dijo – a ese no me refiero, sino a este que esta en el suelo y me señalo una polla de madera, que estaba al lado de unos elefantes. Yo me puse roja puesto que lo primero que había hecho es mirar al negro. Pedro comentó en voz todavía más alta y dirigiéndose al chico, -aunque este con lo grande y fuerte que esta seguro que a lo mejor la tiene más grande que la figura no amigo? A lo que el negro contesto –eso se puede comprobar fácilmente, tan solo tengo que animarme un poco. Pedro ni corto ni perezoso, me cogió de la mano me hizo dar un vuelta sobre mi misma y después me levanto el vestido que llevaba enseñando mi culo y dándome un azote dijo –¿esta blanquita te anima? Si la quieres un rato te la presto a cambio del bolso que estaba mirando.
Yo estaba alucinando literalmente, no me salían las palabras me estaba ofreciendo a un negro de 1,90 por unos bolsos, pero la verdad que era una situación muy excitante.
Hablaron un poco más y se reían, pero resumiendo, el negro recogió el chiringuito en un momento y nos fuimos los tres al apartamento que estaba a unos 5 minutos.
Fueron 5 minutos pero se me hicieron una eternidad, ¿de verdad sería capaz de follarme a un negro? Estaba muy nerviosa pero estos dos parecían amigos de toda la vida, pedro le decía a “nuestro amigo” –a ver si es verdad el mito de los negros, mira que a esta blanquita tímida le va la caña aquí donde la ves, espero que no nos defraudes. A lo que el negro le decía – tranquilo tranquilo, soy experto en sacar la zorra que llevan dentro estas mujeres tan tímidas. Y si se porta bien tengo un par de bolsos más que seguro que le gustan, pero para eso tendrá que sacar a su puta de verdad. Pedro dejó de reírse, paró en seco y me puso de cara al negro, mientras me abrazaba por detrás y pegaba su paquete ya duro contra mi culo. Y muy serio dijo –esta mujer es la madre de mi hija, el amor de mi vida, mi compañera. Hizo una pausa y yo pensé que algo le había molestado y ya no quería que hiciéramos nada. Pero continuo –solo hay una condición tu usa protección y nada más cerrar la puerta puedes follartela hasta reventarla de placer, es toda tuya hasta mañana no nos vamos. Se miraron los dos fijamente y el negro delante de mi marido y conmigo en medio me metió la mano por debajo del vestido y me toco el coño, contestándole –este coño va a disfrutar como nunca.
Al minuto ya estábamos delante de la puerta del apartamento, yo temblaba de miedo, de nervios, de excitación, nunca había visto a Pedro tan serio y ofreciéndome de esa forma, pero era tan excitante, ver como tenía tantas ganas de que disfrutara, de que ese negrazo me follara y me hiciera chillar. La duda era ¿podre follarme a un negro tan grande? si realmente tiene la polla más grande que la figura me va a destrozar.
Pedro abrió la puerta nos hizo pasar a los dos y nos dijo que nos quedáramos quietos, que no había prisa. Se fue a la nevera se abrió una cerveza se sentó en el sofá y cuando dio un trago dijo –Que empiece el espectáculo, hay tienes a tu zorra!
El negro me miró fijamente, me agarro el culo y me atrajo hacia él, mientras me agarraba con una mano el culo y no dejaba de mirarme sacó la polla de madera y me la metió en la boca diciendo –puta esto es lo más pequeño que vas a chupar chupar hoy. Yo parecía que me había meado de lo mojada que estaba, esa situación , sentirme un juguete, ver a mi marido observando y mirar a los ojos de mi amante que parecía que quería matarme a placer, era una sensación de locura total.
Me sacó la polla de madera de la boca, empezó a magrear mis tetas, mientras me besaba apasionadamente, recorriendo con su lengua toda mi boca, me apretaba con fuerza el culo, las tetas Hasta que de repente mientras acariciabas con suavidad la espalda me arranco el vestido con fuerza y me empujó tirándome con brusquedad en el sofá al lado de mi marido. Se desvistió quedándose en calzoncillos y solo ver su cuerpo me excito, tenia unos brazos fuertes, un pecho muy trabajado y unos muy buenos abdominales, se arrodillo ante mi, me levantó las piernas y empezó a besar mis pies, y poco a poco iba subiendo por mis pantorrillas, el interior de mis muslos, pasaba sobre mi coño muy suave sin tocar casi, al final me agarró el culo, puso sus piernas sobre sus hombros escupió en mi coño y me lo empezó a comer, no tarde ni 15 segundos en correrme como una puta loca y derramar una cantidad de flujos en su boca que hasta me dio vergüenza. Nuestro amigo lejos de molestarse paró, se rió y me dijo –tranquila tu también tragaras!
Me cogió del pelo con firmeza pero sin ser brusco y me hizo arrodillarme delante de él mientras me decía –venga zorra que lo estas deseando acaba de ponerla dura que vamos abrir ese chochito tuyo. Le baje los calzoncillos y me acojoné, la polla estaba semierecta y era más grande que la de la figura de madera, y mucho pero mucho más gorda, la agarre y no era capaz de rodearla con una mano, la tenia justo delante de mi boca y no sabía que hacer, eso era una monstruosidad no me cabía ni de coña en la boca, y a duras penas entraría en mi coño, estaba como en un sueño.
De repente sentí un azote y un escozor en mi culo, era pedro que se había quitado el cinturón y me había azotado con él y me decía – Amor, recuerda las putas no piensan solo disfrutan. Me puso las manos a la espalda y me las ató con el cinturón, cogió la polla del negro con la mano y empezó a pajearla mientras me miraba y decía –te va a reventar zorrita mía! La soltó me cogió de las mejillas con fuerzas y me escupió en la boca mientras me susurró –disfruta amor tu coño puede con eso y más
Yo me sentía un juguete, un juguete echo para disfrutar y estaba completamente a mercer de esa tranca enorme que tenia delante, así que me la metí en la boca como pude. Dios que sensación, tenia un sabor tan diferente, estaba tan caliente, el negro me agarró de la cabeza y me decía – muy bien tu marido es estupendo, sabe como tratar a las putitas, las buenas la chupan sin manos, ponla bien dura que quiero abrir tu coño y prepararlo para lo bueno. Yo chupaba como podía, a veces me costaba respirar, empezó literalmente a follarme la boca, notaba como este trozo de carne iba creciendo y poniéndose duro, no me lo podía creer, abría la boca lo más que podía para intentar poder abarcar esa polla.
-bien puta me dijo mientras me cogía del pelo, prepárate y me puso a 4 patas en el suelo mirando hacia mi marido, este le dio un condón, se lo puso y dijo me va un poco ridículo cómpralos más grandes la próxima vez van hacer falta y soltó una carcajada
Estaba con las manos atadas a la espalda y con el pecho apoyado en las rodillas de marido el cual se había quedado en pelotas y tenia la polla a reventar de dura, y aunque para mi no era pequeña, en este caso las comparaciones eran odiosas. Empezó a masajear con fuerza mi culo, a la vez que me metía dos dedos en mi mojado coño, que entraban sin dificultad, después metió 3 y finalmente 4, empezó a masturbarme a un ritmo frenético, estaba muy húmeda y dilatada, sacó sus dedos, apoyo su polla en mi coño metió solo la punta y dios! A pesar de lo dilatada y mojada que estaba, notaba como solo la punta abría mi coño que no dejaba de palpitar. Me agarró bien culo con las dos manos y de un empujón me metió los 23 cm de salchichón que tenía entre las piernas, no sé pero ese empujón parecía no tener fin, fue una sensación muy placentera. Cuando la tuvo toda dentro me tiró del pelo y me hizo meterme la polla de Pedro en la boca, volvió azotarme y empezó a metérmela despacito pero sin sacarla toda de mi coño, que placer madre, de vez en cuando sacaba toda su verga de mi coño y la volvía a meter entera, cuando lo hacia era incapaz de comerle la polla a pedro, el placer que me estaba dando no me dejaba coordinar.
Pedro me dijo que no dejara de chupar que quería llenar mi boca de leche, como puede entre jadeos me la meti en la boca y pedro me agarró bien la cabeza para que no dejara de chupar y le dijo a nuestro amigo –sin contemplaciones y tu cielo no dejes caer ni una gota y ni se te ocurra clavarme los dientes. El negro me pego un azote que me hizo ver las estrellas, pero el dolor desapareció cuando empezó con sus embestidas, entre lo duro que me estaba dando, yo que estaba corriéndome a duras penas podía comerme la polla de pedro, pero esto no me dejaba que dejara de chupar y de repente me lleno la boca de leche, la cual me trague como podía mientras escuchaba como decía –si zorra si disfruta, no dejes ni una gota.
Cuando Pedro se corrió, el negro me volvió a coger del pelo y me puso la cabeza en el suelo, exponiendo así más mi gran culo , mientras yo tenia un orgasmo que parece no tener fin dijo –vamos a ver ese culo! Yo quería decir que no, nunca he tenido sexo anal, ni siquiera un dedo, no es algo que me atraiga y me da miedo, pero no me dio tiempo ni a decir que no, con el orgasmos que estaba teniendo no podía articular palabra, y de repente note como un dedo se introducía en mi culo, sorprendentemente entro relativamente bien y sin excesivo dolor, el hecho de no poder pensar supongo que ayudó, ya con el dedo en mi culo seguía moviendo su polla dentro de mi coño, mientras apoyaba un pie en mi cabeza para que no la levantara del suelo. Que placer, sin sacar el dedo de mi culo y moviéndole por dentro con seguridad y suavidad, me sacaba toda la polla y la clavaba hasta que sus huevos daban en mi coño, ya no podía más empecé a gritar como lo que soy un puta, y le decía –follame fuerte, dame duro, quiero que me partas. De repente el muy cabrón paró, sacó su polla y su dedo del culo, y me dijo sin dejarme levantar la cabeza del suelo y mientras miraba a Pedro -tu marido es genial, un puto cachondo y creo que le va a gustar, ¿quieres que te siga taladrando? –Si cabrón, date prisa grité sin pensar! –tranquila zorrita no tengas prisa, ¿harás absolutamente todo lo que te pida? – otra vez más no pensé y volví a gritar –si pero joder dale dale fuerte y metió su polla en el coño y el dedo en el culo con decisión y empezó un mete saca como si le fuera la vida en ello, yo no paraba de gritar y correrme sin parar, hasta que de repente el negro resopló y se corrió dentro de mi.
Estaba agotada me había follado como nadie lo ha hecho y todo gracias al amor de vida, mi marido, yo me quedé tendida en el suelo, me quitaron el cinturón de las manos y me di la vuelta, quedé boca arriba extenuada y satisfecha, no solo por lo que había disfrutado sino por ver la cara de orgullo y satisfacción de pedro. El negro se quitóel condón, que la verdad entre lo estrecho que le iba y la corrida que se pegó no se como no reventó y me lo vació en la tetas y dijo –Acuérdate harás todo lo que te diga, quedamos donde tenía el puesto de los bolsos a las 00:30, y que tu marido deje ese coñito y ese culo bien suave no queremos ver nada de pelo, que se vea bien o tragón que es este coño blanco. Se vistió y se fue
Pero esto ya es otra historia.