Mi primera vez con un maduro, fue con mi maestro
Relato sobre como mi profesor de Redes, me enseñó lo que era coger bien, lo que era una verdadera verga
Hola comenzaré este relato introduciendome a mi misma. Mi nombre es Julieta, tengo 22 años y actualmente soy estudiante de informática.
Tengo el cabello negro, ojos grandes y cafés. Mi cintura es pequeña pero tengo un trasero grande así que el contraste es notorio.
Esta historia sucedió cuando comencé a estudiar la carrera, tenía solamente 18 años, tenía novio y no conocía a nadie.
Tenía muchas asignaturas pero la que me parecía más complicada era Redes. Siempre que tenía que tomar esa clase era un dolor de cabeza, a tal grado que prefería terminar todo antes para irme, mi maestro era un señor de aproximadamente 45 años. Era un mundo de diferencia.
Saben, él era ese tipo de hombre grosero que podía hablarle a los alumnos como el quisiera y aún así lo idolatraban, era muy inteligente y no estaba nada mal, además siempre se le marcaba un paquete muy decente. Su trato conmigo era casi nulo, bromeaba con todas y les coqueteba y ellas a él de forma casi desesperada, creo que gran parte de nuestra atracción sucedió porque yo no le hacía caso.
El último día donde el sería mi maestro se acercó a mí y jamás olvidaré su mirada imponente y cara sería.
-Anota tu número -dijo esto mientras extendía su celular a mí-.
Ni siquiera lo pensé, estaba tan hipnotizada viéndolo, que olvidé que era un profesor, que yo tenía novio y que además él era casado. Así que eso hice, apunté mi teléfono sin pensarlo.
Al pasar los días él me escribió bastante, yo le contestaba y teníamos platicas normales, hasta el último día, donde yo debía entregar un proyecto final.
-Esperame a la salida
-Si, está bien, estaré en la puerta. -Le dije eso sin entender porque había sido tan accesible-.
Pasaron aproximadamente dos horas y yo lo sabía, que me iba a coger, lo presentía y me mojé. Fui al baño, me aliste y lo esperé. Mi conchita siempre ha estado depilada, me gusta que cuando me laman, nada se interponga.
Él llegó en su auto, me subí y al avanzar y dejar la universidad atrás, para que nadie nos viera, comenzó a tocarme los senos, sin aviso.
Yo tenía puesto un vestido verde ese día y recuerdo sus manos rígidas y calidas tocando cada espacio. Estaba tan caliente que solo salían pequeños gemidos de mi boca.
Dejo de tocarme para abrir su Zipper, yo sabía lo que el queria y yo también, quería mamarsela, mostrarte lo puta y buena que era mamando verga, quería ver ese paquete que se marcaba en sus pantalones y que muchas querían. Cuando lo saqué me quedé atontada, era más grande que el de Alex, mi novio. Era tan gordo, si bien el tamaño era grande, lo impactante era el grosor, cuando me cogiera eso me iba a doler y yo amo el dolor que me provocan las penetradas de un macho como él.
Se la comencé a chupar toda, le comí todo el tronco y a ratos la sacaba de mi boca para lamerla completita, él jalaba mi cabello guiandome.
-Que rico la chupas mi niña, primero lo rico de tus grandes tetas y ahora esa lengüita comiéndome la verga, quien lo diría.
Yo no hablaba, estaba hipnotizada comiéndome su verga mientras el conducía.
Llegamos a un motel y cuando nos bajamos, cerró el garaje del auto y comenzó a acariciarme mientras me besaba, subió mi vestido y me dejó desnuda por completo.
Me tiro a la cama, abrió mis piernas y comenzó a comerme la conchita, era tan fuerte, nada gentil, eso me encantaba, me lamía desesperado y yo no paraba de jugar con su cabello. Trato de apartarse pero yo no estaba satisfecha
-No, dame más por favor, quiero más, no pares
Continuo así como 5 minutos más y después sin condón, puso su verga en la entrada de mi conchita y comenzó a ejercer presion, eso me dolía como no tienen idea pero me encantaba como se trataba de ensartar, hasta que dejó de ser cordial y me la metió de un golpe
-Ay que apretadita estás puta, quien diría que te tengo tan abierta de piernas cuando eres una niña tan creída y fresa
-Ah por favor no pares, es muy rico, aggg
-Te gusta como te cojo putita, te gusta como te tengo, eres una perra que pide verga a gritos, mira como te tengo, pidiéndome más
-Ah que rica verga, que gruesa es, quiero sentirla toda
-estas bien apretadita, ahora sí vas a ver cabrona, lo que es que te coja alguien de verdad
Mientras hacia eso, mordía y jalaba mis pezones, yo estaba volviéndome loca sintiendo su verga dura, nunca me habían cogido de esa forma
-Te gusta como te tengo de mojada? Se ve que lo disfrutas, ve tu cara, parece que estás en el cielo putita
-Si por favor, cógeme, cógeme duro yo no le diré a nadie
-Mas te vale perrita, porque si alguien se entera dejaré de cogerte y apuesto a que quieres más verga
-ah por favor jalame el cabello papi, por favor cogeme duro
-Resultaste ser más puta de lo que imaginé, toma perra, toma mi verga
Estaba poseída, tenía las piernas tan abiertas como jamás las había tenido, solo quería sentir como me desgarraba y era maravilloso
-Ah, por favor no pares voy a correrme, me gusta mucho tu verga
-Termina puta, mojame toda la verga, toma mi leche, tómala
Se vino dentro de mi mientras me daba pequenas cachetadas y eso para mí fue el inicio del cielo.
Esta fue mi primer entrega, si te gustaría tener platicas privadas o diferente contenido, no dudes en enviarme un mail