Mi primera vez con un hombre, un hombre mayor.

Un encuentro casual y una invitación a fumar un porro, terminó en mi primera vez con un hombre mayor.

Ya era la madrugada del Sabado y con mi grupo de amigos de secundaria seguiamos vagando de bar en bar, compartiendo risas, bromas, cervezas y cigarrillos. En un momento la idea empezó a sonar, queriamos fumarnos un porrito, pero nadie tenía.

¿Cómo haremos para conseguir uno ahora? Seguimos caminando, buscando algun grupo de gente o alguna persona sola que estuviera fumando, para pedirles una pitada, o preguntarles si al menos tenian para vender, pero no tuvimos suerte. Pasamos por varios bares, esquinas, plazas y calles, pero no encontramos nadie.

Uno de los chicos, cansado de caminar y con muchas ganas de fumar, grita "Como puede ser que sea tan dificil conseguir un porro en pleno Sabado a la noche!". Todos nos reimos y cansados nos sentamos en una plazoleta a terminar nuestras cervezas.

No pasaron unos minutos, que un hombre mayor se acercó a nosotros. Estaba vestido muy normal, con un jean oscuro, un buzo muy sobrio con bolsillos, zapatillas y un morral. Nos saludó y de su bolsillo sacó un porrito a medio fumar.

  • Escuché gritar a uno de ustedes y justo estaba por prenderlo, para mi la noche ya terminó, asi que compartámoslo si quieren.

Se nos iluminó la cara a todos, de repente todos los encendedores salieron de los bolsillos y los brazos se estiraron hacia este desconocido señor. Se prendió el porro y empezamos a pasarlo entre todos. Estabamos sentados en una plazoleta entre varios bares, donde la gente se reune a tomar y fumar, asi que simplemente nos pusimos a hablar con este hombre, que nos dijo se llamaba Carlos.

Si bien la diferencia de edad era muy grande, nosotros recien terminabamos el secundario y este hombre ya tenia sus canas, era una persona muy agradable y graciosa con la que pudimos bromear y disfrutar unas buenas risas de la locura.

Al cabo de un rato, el efecto de la marihuana se fue desveciendo rapidamente, porque no habia sido suficiente para todos y fui el primero en quejarme.

Carlos nos ofreció si queríamos más, lo cual nos dejó boquiabiertos, pensamos que tenia otro armado en el bolsillo!

  • Jajaja! no, no, perdón, no lo tengo encima. No salgo con mucho a la calle por las dudas, pero en casa tengo más, vivo acá cerca.

  • Donde es?

  • A unas cuadras, estoy siempre por estos bares porque vivo acá nomás.

Nos miramos entre todos y las ganas de fumar pudieron a mas de uno.

  • Bueno, dale y despues nos vamos para el bar de la esquina.

Emprendimos camino a su casa, que al final quedaba algo lejos, pensabamos que serian 1 o 2 cuadras pero terminamos caminando como mas de 10. Estabamos por llegar y algunos de los chicos decidieron aprovechar que ya era tarde y estaban cerca de su parada del colectivo, para irse a sus casas. Yo seguia con muchas ganas de fumar y de repente quedé solo con Carlos en medio de la calle, sin saber que hacer. Estaba medio borracho y fumado, asi que envalentonado decidi seguir con la misión pensando que nada malo podia pasar. En todo caso, podria defenderme.

Llegamos a la puerta de un departamento muy lindo, con todo un recibidor con plantas, marmol y espejos. Definitivamente era alguien que podia pagar un buen lugar.

Subir esos 12 pisos fue un momento muy extraño. El ascensor era grande y estabamos separados, pero pude sentir el calor de su cuerpo irradiando hacia el mio. Y creo que el también sintió algo asi que emanaba de mi. Me miró de arriba a abajo y yo a él, como escaneandonos.

En esa epoca, yo tenia el cabello largo hasta los hombros, rubio y ondulado. Era bien delgado, con los ojos azules, tez blanca leche y siempre una sonrisa maliciosa en la cara.

Carlos era un hombre grande, ya con arrugas en su cara y sus ojos color miel. El cabello lacio mitad negro y mitad blanco de a mechones, ojos color café y con unos kilitos de más. Pero por su actitud, parecia mucho mas joven.

Entramos a su departamento, era el piso completo. Era enorme! Tenia además de todo, sillones enormes para sentarse a ver una TV gigante, un bar, mesa de pool, equipos de música. Mejor que cualquier lugar donde podría pagar para ir a tomar algo.

Inmediatamente me tiré al sillon a admirar el lugar y esperar que caiga con el porrito para fumar.

  • Me voy a dar una ducha primero, que hace calor y estuvimos caminando, si querés agarrá algo del bar, servite.

  • Ok, pasame el porrito que lo voy armando de paso.

Me serví un whisky del que nunca jamas habia visto la marca y me senté en el sillon con todos los artilugios para armar. El whisky me pegó fuerte sumado a las cervezas que habia tomado y empecé a sentir el efecto del alcohol.

Detras mio escucho que Carlos estaba entrando a la ducha y cerrando la cortina. Sentado en el sillon, me puse a fantasear que iba al baño a espiarlo, intentar ver si podia verlo desnudo y tal vez entrar y tener sexo con él. Me imaginé abrirle la puerta y tocarlo, tomarlo de su pene y masajearselo, meterme en la ducha y... tantas cosas me imaginé de repente, que tuve una erección tremenda.

Empecé a tocarme por encima del pantalon, pensando en esas ideas y cuantas cosas más haría, preguntandomé si me animaría o no a hacerlo.

Carlos salió de la ducha rapidisimo, ya cambiado, seco, y vino directamente a sentarse al sillón a mi lado, se prendió el porro y se tiró para atrás. Yo todavía estaba con mi verga muy dura, no habian pasado ni 2 minutos de mis fantasias.

Se estiró hacia atrás, relajado y todo su bulto se marcó en sus pantalones. No pude evitar mirarlo y creo que se dio cuenta que lo veia.

  • ¿Y como está la noche para conseguir chicas? Ustedes son jovenes, deben tener exito

  • No te creas, no es tan facil como parece hoy en día...

  • Jajaja hace mucho no tenés sexo?

  • Hace unas semanas, con una amiga, pero no estuvo muy bueno

  • Y estuviste con un hombre ya?

Cuando me preguntó eso, me quedé helado, acaso me estaba incitando a algo?

  • No, nunca probé

Apenas le respondí, apoyó la mano sobre su entrepierna y comenzó a presionarlo.

  • No hay que descartar las posibilidades, siempre se puede probar algo nuevo.

  • Es verdad, a veces uno se limita demasiado.

No se como salieron esas palabras de mi boca, pero apenas terminé de decirlas, clavé mi mirada en su entrepierna y Carlos vio como la mia seguia aun erecta, era muy notorio.

Quise aguantarme la tentación, pero no pude. Estaba muy fumado y envalentonado por el alcohol, asi que estiré mi mano y la apoyé en su bulto, lo toqué y traté de sentir el grosor de su pene, era mas grande que el mio definitivamente y de repente se puso mas duro aun.

  • ¿Te gusta?

  • No se, deberia verlo mejor

  • Jajaja, no esperaba que seas tan directo

Se bajó los pantalones y su verga tan parada quedó como un mastil frente a mis ojos. Era muy gruesa, arrugada, y con los testiculos colgandole de una forma que lo unico en lo que pensé es si podia ponerlos dentro de mi boca completos.

Me levanté del sillon y me arrodillé frente a él, con mi mano izquierda tomé su pene y bajé mi cara hastas sus bolas. Las tomé con mi mano derecha y me las acerqué más aun a mi cara.

  • ¿Podré meter ambas en mi boca?

  • Si lo logras, te puedo hacer un regalo.

  • ¿Qué tipo de regalo?

  • Es sorpresa, primero intentalo.

Abrí mi boca lo más que pude y para mi asombro, logré meterme ambos sin problema. Empecé a lamerselos con mi lengua y mi paladar, succionandolos y estirandolos mas de lo que ya estaban. Comencé a masturbarlo mientras seguia con mi boca llena, quise mirarlo a los ojos, pero estaba todo recostado con la cabeza mirando al techo de placer. Mientras seguia con sus bolas en mi boca, apoyé su pene en toda mi cara, mis mejillas, mis ojos, solté sus bolas con un ruido de succión que lo hizo gemir y puse la cabeza de su pene en mis labios.

  • Ufffffff, lo lograste, no me esperaba eso realmente. Pero espera, no quiero que me la chupes aun, tengo que darte tu regalo.

Me tomó por debajo de los brazos y me subió al sillón, tenia mucha fuerza y yo era muy liviano para él. Me puso en cuatro a su lado, me bajó los pantalones con desesperación y abrió mis nalgas tan fuertes que sentí mi ano abrirse también. Me nalgueó ambos gluteos con su pesada mano y un gemido salió de mi boca.

  • Que chiquito se ve, parece que nunca le han dado cariño, no?

  • No, nunca. Confio en que vas a tener cuidado.

  • Claro que si, justamente, ese es tu regalo.

Juntó saliva y la dejó caer sobre mi ano, con una mano me mantenia la cola abierta y con la otra comenzó a estimularme esparciendo la saliva para lubricarme. Primero simplemente acaricio mi orificio con la punta de sus dedos, intentando entrar suavemente. Me pidió que me recostara y levantara mas la cola, curvando mi espalda, él queria una pose bien sexy para dilatarme.

Yo ya estaba desesperado, mi pene estaba durisimo pero no queria masturbarme, solo queria sentir el placer por este nuevo lugar a explorar.

Siguió jugando con su dedo en mi cola, volvió a lubricarse y sin aviso, metió todo su dedo indice dentro, lo que me hizo gemir como nena, disfrutando una ansiada penetración. Comenzó a hacer entrar y salir su dedo de mi cola repetidamente, se detuvo de golpe y sopló suavemente en mi ano. El aire frio me comprimió todo, haciendo presión en su dedo, que estaba metido bien hasta el fondo.

  • Te gusta?

  • Me gusta, me gusta mucho... ahhh...

  • Tengo un juguetito que te va a gustar y nos va a servir en este momento

De la mesita que habia delante del sillón, abrió un cajón y sacó un plug anal de silicona negro, con una gema color roja.

  • Abri la boca, y chupalo bien. Voy a usar tu propia saliva de lubricante para metertelo

Me metió el plug en la boca como si fuera un chupete, al mismo tiempo que con la otra mano metió dos dedos en mi ano, sin ninguna resistencia. Ya estaba bastante dilatado para lo que yo esperaba. Me quitó el plug lleno de saliva de mi boca, y lo metio en mi cola suavemente hasta que senti como mi propio cuerpo lo succionó, dejandoló quieto en su lugar.

Estaba muy excitado y la boca me hacia cosquillas sedienta de seguir chupando, no me habia dejado el plug mucho tiempo. Me levanté del sillón y volvi a arrodillarme delante de él. Tomé su pene entre mis dos manos y empecé a chuparseló furiosamente, succionandoló con fuerza y lamiendole con mi lengua desde sus testiculos hasta la cabeza de su verga. Nunca habia intentado hacer una garganta profunda, pero aprovechando el momento de valor por el alcohol y lo fumado que estaba, probé varias veces hasta que lo logré. En ese mismo momento, Carlos me tomó por la nunca, y me hizo tragarmela hasta el fondo, me excité tanto de esa violación repentina que apreté el ano de la sorpresa y senti el plug presionandomé el culo.

Me soltó el cuello, liberé mi boca y pude respirar. Ya no aguantaba más, queria que me penetre, le llené su pene de saliva, me paré y puse mi cola frente a él.

  • Quitamelo, hay que cambiarlo por otra cosa.

  • Creo que tenés razón, ya estas preparado para lo otro.

Me sacó el plug de un tirón e inmediatamente me senté de espaldas sobre él. Apoyé la punta en mi cola y con una mano comencé a guiarla hacia mi ano, empecé a metermelo de a poco, sintiendo la textura de su arrugado y grueso pene me abría a cola por primera vez. Finalmente lo estaba haciendo y no era como siempre lo imaginé, era mucho mejor. Comencé a bajar cada vez más y más y más, hasta que logré meterlo por entero dentro mio. Me quedé sentado con su verga completamente dentro por un rato, disfutandolo y haciendolé presion con mi interior.

Con sus dos manos me tomó de la cintura y me hizo subir, hasta que solo la punta seguia dentro de mi, luego suavemente me volvio a bajar hasta el fondo. Nos dimos cuenta que ya estaba listo.

  • Ahora vos. quiero que me masturbes con tu culo hasta hacerme acabar.

Eso que me dijo, me encantó y me excitó muchisimo. Mi cuerpo era solo un reemplazo de su mano, para masturbarlo. Comencé a saltar una y otra vez, gimiendo como loco, disfrutando cada entrada y salida como si fuera la primera. Con su mano izquierda me tomó del estomago y me tiró hacia atrás y con la otra mano comenzó a darme palmadas en mi pene y mis testiculos, el dolor se transformó en excitación y me puse durisimo. Agarró mi pene con fuerza y empezó a masturbarme mientras seguia cogiendomé, mi ano no soportaba más tanto.

  • Me vás a hacer acabar, me excita demasiado.

  • Todavía no, vas a acabar conmigo.

Soltó mi pene y me tomó con ambas manos de la cintura, y con una fuerza que no se de donde sacó, me empezó a violar como si fuera una muñeca inflable, a una velocidad increible. Sentí que iba a estallar de tanta fricción.

  • Ay nooo! Voy a acabar igual por el culo.

  • Solo un poco más, ya te voy a preñar toda tu vagina de niño.

De repente sentí como su pene se engrosaba dentro mio, como empezó a pulsar, a bombear. Sentia mi interior abrirse y dilatarse más que nunca, hasta que pude percibir como los chorros de su semen entraban y se escurrian por mi interior, llegando más adentro que nunca.

Fue tan excitante que no necesité masturbarme, el solo hecho de sentir su leche en mi interior me hizo acabar instantaneamente, con una fuerza que me dejó exhausto.

  • Muy bien, así me gusta. Te gustó, no? Que un hombre te coja bien cogido como a una nena? Eh? Esos gemidos femeninos que hacías no son los de un varón.

  • Me encanta, ay dios, me gusta muchisimo, ufff... no puedo más, necesito recostarme, me tiemblan las piernas.

Con la fuerza que le quedaba, me levantó y quitó su verga de dentro mio, que aun seguia dura y erguida. Mi culo estaba adolorido, pero era tan placentero, sabía que queria sentir ese placer el resto de mi vida. Me quedé recostado en posicion fetal sobre el sillon y todo su semen comenzó a escurrir por mi ano, aun estaba caliente y lo sentí chorrear por mis gluteos y muslos.

Carlos se levantó del sillón y fue al baño a limpiarse.

Estaba muerto, cansado, sobrepasado de placer, bienestar y relajación. Me quedé un rato en el sillón disfrutando eso y sin darme cuenta, me quedé dormido.

Cuando me desperté, ya era la mañana. Carlos estaba al lado mio con el desayuno preparado, mirandomé y riendo.

  • La pasaste bien anoche, no? Levantate dale y date una ducha, que me tengo que ir a trabajar. El fin de semana que viene podés venir de nuevo de visita y te puedo dar otro regalo. O sino, podes esperarme acá a que regrese, con la cena preparada y tu colita abierta. ¿Te parece?

  • ¿Querés que sea tu mucama? ¿Tenerme en tu casa y violarme mientras hago los quehaceres?

  • Si, me encantaría.

  • Andá a trabajar, que se te hace tarde.

  • Jajaja, ok, te dejo las llaves en el mostrador.

Se fue de la casa, y me quedé a solas, en un lugar desconocido, de un hombre que la noche anterior me habia hecho sentir el verdadero placer y yo despesperado por más, accedí a ser su nena, para que me usara como su objeto sexual.