Mi primera vez con un hombre árabe
Hombre que me dejo sacármela de la boca, dejándome tomar aire mientras podía observar como de mi boca resbalaba por las comisuras de mis labios, un líquido blanquecino que no era otra cosa que la mezcla de líquido preseminal y de babas, líquido que resbaló por mi barbilla hasta el suelo.
Mi primera vez con un hombre árabe
Antes de nada, agradecer tantos a aquellos que me leéis como los que me ponéis un comentario, ya sea al portal de www.todorelatos.com como a mí email, pues por vosotros me dais animo a continuar. No debería de decirlo, pues parecería cuando a un culpable se le pregunta cómo se considera. Digo esto a razón de cuando suelo decir, esta confesión es real, aunque está te pueda parecer una invención, cuento o fantasía. Muchos son los que me han preguntado si he tenido o mantenido relaciones con hombres de origen árabe, preguntas que han ido con la petición de que cuente mi primera vez, pues aquí va, pero bueno, mejor será que comience…
Mi primera vez con un hombre árabe fue algo casual, no fue premeditado, yo no lo planee, sinceramente fue algo fortuito. Debo decir que me ocurrió en aquella época en la cual trabajaba por Tomares (Sevilla), época que tras terminar mi jornada laboral era de esos que aún tenido una mujer que lo esperaba en casa, solía decir que tenía que quedarse en la oficina a echar horas. Cuando en realidad, acababa por acercarme a la zona denominada ‘Charco de la Pava’, donde tras conocer en su momento a Manuel, uno de tantos hombres que conocí. Persona que me embriago y que de alguna forma me sedujo. No sabría deciros si fue por su madures (entre los cincuenta y pocos a los cincuenta y muchos años), quizás su aspecto 8 metro sesenta y ocho centímetros, corpulento con barriga, apenas cabellos y cierto atractivo), o quizás su acento italiano (español que estuvo trabajando en Italia durante cuatro años). En total fue un cúmulo de circunstancia que junto a su tono acabo por seducirme, aunque realmente sabía a lo que íbamos, pero fue la forma y la paciencia la que hizo que durábamos tanto.
Manuel se contentaba en aquellos inicios con mi cuerpo y chupármela, recibiendo hasta dos mamadas hasta el éxtasis, fue esa persona que te recomienda algunas cosas como la limpieza anal, entre otras sugerencias. Hombre maduro que nada más vernos, comenzábamos a besarnos y eso que no era persona de besar, pero de alguna forma el me embaucaba. Quizás fuera sus labios o la forma de hacerlo, pues me comía la oreja y el cuello que me ponía a cien, cuello que mientras besaba o me daba muerdos al mismo tiempo desabotonaba los botones de mi camisa… uuummm!!. Quitándome a veces esta para continuar por mi pecho hasta mis pezones, ¡besar y lamer… uuuffff!!, chupar con suavidad y morder con ternura cuya erección de ambos era más que evidente. Era momentos en que mientras él estaba dándome ‘calor’, yo no dejaba de magrearlo y masturbarlo, acabando por inclinarme hasta introducírmela dentro de mi boca… uuummm!!. Jugueteando con su capullo, babeando su glande e introduciéndome lentamente su tronco, deslizando mis labios al mismo tiempo que los aferro a su dura carne, sintiendo como mi lengua la deslizó por sus venas hinchadas… uuummm!!. Boca que finaliza en la base de su miembro e inicio de sus gordos huevos, genitales a los cuales no dejo de magrear con suavidad, tragando a modo de que note como su glande roza mis amígdalas. Mientras Manuel para esos momentos ya me está follando con sus dedos, suplicándome que no parara al mismo tiempo de su inminente corrida, orgasmo que no dejaba que me lo tragara pero si deseaba continuar, no me quedaba otra que hacerlo… uuummm!!. Mi amigo Manuel me enseño mucho y sobre todo sobre mi mismo, ya que él no dejaba de decirme…
- “Yo soy Hetero… tanto como tú”.
Dejándome claro que yo también lo era por mucho que otros me dijeran lo contrario, soltándome…
- “Lo principal es que tú estés convencido, ya que a partir de aquí lo demás son fantasía que deseamos realizar”.
Manuel a pesar de su aspecto era un hombre muy culto, persona que dominaba tres idiomas a pesar de no tener una carrera universitaria, no dejaba de explicarme que la sexualidad es un mundo abierto siempre que las personas no se pongan barreras. Es un mundo si lo deseamos que nos permite poner a rodar nuestra imaginación con el objetivo de crear y experimentar todo tipo de fantasías, perversiones, preferencias, fetiches, posiciones, gustos y juegos, siendo nosotros los que a nuestro antojo queramos y como queramos lograr saciar ese apetito de placer. No dejaba de decirme…
- “No pienses en las diferentes inclinaciones sexuales que nos condicionan, si te aceptas de que eres y como eres, no debes de enmarcarte el decir que eres… soy heterosexual, bisexual o homosexual, pues es erróneo ya que solo es un tabú de nuestra sociedad”.
Me explico que su orientación sexual era heteroflexible, definiéndomelo como una orientación similar a la heterosexual, pero que puede tener experiencias con alguien de su propio sexo (homosexuales), sin la necesidad de serlo y menos ser bisexual. Pues me explico que lo que diferencia esta orientación (conducta) es que la relación es puramente y simplemente ‘sexo’, no debiendo haber ningún tipo de vínculo afectivo o amoroso. Otra cosa diferente es que tú quieras mantener una relación o sentimientos con alguien de su propio sexo, entonces no debes negarlo… eres bisexual. Acabando por resumirme…
- “Mira José para que lo tengas claro, la heteroflexibilidad es solamente un tema sexual, una cuestión de fantasías, tabúes, fetiches, etc. sexuales no importando con quien los realice, pues es un deseo de la piel y del cuerpo que deseas realizar y de paso explorarlo, es eso… simplemente es una conducta sexual”.
Después de eso nuestra relación es eso… puro sexo, donde mi follamigo fue una persona que poco a poco fue moldeándome, donde nuestros encuentros es puro sexo, sexo con protección y que se marchaba hasta después de haberse corrido hasta tres veces. Persona que digamos que más que una relación, este se aprovechaba sexualmente de sus perversiones, pues eso.
Recuerdo aquella vez, aquella que como era costumbre, estacionábamos los coches paralelos a la loma de árboles que separaba la Avenida Carlos III (Ctra. Cádiz-Huelva), vehículos que nos ocultaba de cierta forma de mirones. Donde normalmente y era habitual, nada más llegar era una comida de boca que rehuía pero que finalmente caía, continuando este por lamer, besar e incluso morder sin dejar marcas mi cuerpo… uuummm!!. Cosa que dejaba porque lo deseaba, aún me pongo al recordar cómo me chupaba el lóbulo de mi oído, como me estremezco al recordar como devoraba mi cuello o pecho… uuuffff!!. Manuel era de esos que con el tiempo evolucionaba, tanto que inicialmente se contentaba con que se la chupara hasta alcanzar hasta dos orgasmos, realizándomelo a mí y hacerme correrme una vez. Pasando luego a sexo oral… o sea mamada, y luego penetración, donde precisamente de los tres orgasmos por su parte dos de ellos eran follándome.
Pero que esas ganas de hacer cada vez más conmigo, también fue una manera de que me perdiera poco a poco, pues Manuel fue perdiendo ese cuidado por la discreción, eso y esos detalles por cuidar nuestra intimidad. Donde no le importaba que nos miraran mientras que yo se la chupara, o incluso cuando me penetraba, dejando que otros disfrutaran e incluso se masturbaran a nuestra salud. Pues le fue poniendo que mientras me penetraba que otros le incitara, haciendo a veces que la penetración fuera bastante dura, ya que sus grandes y gordos cojones golpeaban con brutalidad mis nalgas… aaahhh!!.
Pero aquella tarde/noche fue algo diferente, pues si como era costumbre, estacionamos nuestros coches paralelos a la loma, donde entre los preliminares, como era normal por este me dejaba con la camisa abierta… o sea desabotonada, pues mi cuello, pecho, vientre y sobre todo pezones habían sido disfrutado. Tocándome arrodillar y comenzar a comerle la polla, labor que disfruto tanto como él el recibirlo… uuummm!!. Y mientras estoy en tal labor, raro es la vez que no escucho el paso de los coches pasar, e incluso alguno detenerse, siendo precisamente ese momento esa vez. Mientras se la chupaba tanto tronco como huevos, lamiendo y babeando para que me entrara en su totalidad, aguantando y soportando tanto arcadas como nauseas… uuuffff!!. Escuché ese vehículo detenerse detrás de mi coche, acto seguido el sonido de una puerta abrirse y en minutos cerrarse, continuando por pasos hasta que, por el rabillo de mi ojo derecho, pude verlo como estaba de pie frente a nosotros. No escuche a mi amigo hablarle, pero si note como me acariciaba mis cabellos, como minutos después se inclinaba a modo de deslizar su mano por el interior del cuello de la camisa, mano que descendió y con su brazo tiraba de mi camisa hacia abajo hasta dejármela en los codos, y claro está mi espalda desnuda a la vista de este desconocido.
Mi amigo resoplaba y gemía a modo de que el otro entendiera el placer que estaba recibiendo, gemidos y algo poco habitual como suspiros o exclamaciones. Momento en que sentí como una mano grande y cálida se posaba en mi espalda, mano que recorría mi piel hasta la cintura para ascender hasta mi cuello, caricias que me estremeció y que esta mano continuo por acariciar m nuca… aaahhh!!. Pero lo que más me descuadro fue escuchar a mi follamigo Manuel, decirle…
- “¿Te gusta lo que ves?”.
Este permanecía callado, pero supongo que ese tío se estaría masturbando, cuando nuevamente escuche decirle…
- “¿Te gustaría que te la chupará?”.
Tirando de mis cabellos hacia atrás, sacándome su polla de mi boca, apartándome y echándome hacia un lado, lado que no era otro que donde estaba este, donde asombrado me quedé no por el color de su piel, sino por el tamaño de su miembro, pues pocas veces por no decir ninguna pude ver una como esa. Comencé por masturbársela donde comprobé que era al menos de tamaño tres manos mías, mano que intenté cerrarla, pero no pude, ni mucho menos que las yemas de mis dedos tocasen la palma de mi mano.
Comencé a pajearle durante un rato, acabando por acercar mi boca y calentar a este, ¡restregando su glande por mis labios… uuummm!!, continuando por lamer y chupar su largo tronco hasta la base, cuyos enormes testículos lamí y chupe, levantándole su tronco… ooohhh!!. Volviendo a donde comencé, acabando por introducirme su glande, cabezón que me costó un poco metérmelo en la boca, sacándomelo con lágrimas en mis ojos, escupí sobre este y con mi mano deslicé por su tronco. Cuando volví a intentar metérmela, me volvió a sorprender mi amigo Manuel al hacerme oler un pequeño bote, soltándome…
- “No te preocupes, esto te ayudara”.
Volviendo a metérmela en la boca, chupe poco a poco e introduciéndomela lentamente… ooohhh!!, metiéndomela mientras no dejaba de pajeársela y de magrear sus genitales… uuuffff!!. Acabe por introducirme algo más de la mitad, pues por mucho que abrí la boca no logre metérmela, incluso me dolía las comisuras de mi boca. Cogiendo Manuel y nuevamente Manuel me hizo oler de ese pequeño bote, un olor extraño… pero nada fuerte, sustancia que a los pocos segundos notas como un subidón, sustancia que de alguna forma me ayuda a tragarme aquel bicharraco… ooohhh!!. Dedicándome a tragar, chupar y lamer al tiempo que lo masturbo, pero sin dejar de alternar con saborear y comerme esos enormes huevos… mmm!!. Mientras este suspiraba y jadeaba, soltando algo que no pude entender… quizás algo en su lengua, acariciándome mis cabellos, mis orejas, mi pecho e incluso mi espalda, acostumbrándome poco a poco a ese pollón a pesar de las náuseas y arcadas. Hombre que, envalentonado y excitado, acaricia mi espalda y dejándose llevar se inclina con la intención de tocarme el culo. Brazo que estira hasta que los dedos de su mano rozan mis nalgas, no contentándose con esto, coge y se inclina un poco más a modo de introducir su mano por la cinturilla de mi pantalón. Movimiento que hace que su pollón me entre un poco más con la sensación de ahogo, ya que su glande se aloja en mi garganta, rozando mis amígdalas… aaahhh!!.
Creo recordar que intente apartarlo, ¡pero esto hace que este se incline un poco más, cuya consecuencia la logra pues no es otra, que la de introducir su primera falange de su dedo corazón dentro de mi orificio… ooohhh!!. Eso y el resultado de introducir en su totalidad ese pedazo de pollón, cuyo dolor me lo llevo de primera las comisuras de mis labios, pues me hace pensar que me lo está rajando… eso y que mi dentadura se fuera a desencajar. Volviendo a darme por tercera Manuel por inhalar de aquel pequeño bote, bote que vez que es de color amarillo y que hasta entonces nunca había visto, olor característico que siento un ardor, mareo y un subidón… uuuffff!!. Manuel que, llevado por el momento, cogía y se dedicó a quitarme el cinturón, desabotonar el botón de mi pantalón, descalzarme, tirar de mis pantalones y calzoncillos hacia abajo… dejándomelo en mis tobillos. Sin dejar de chupársela a este extraño desconocido, me hizo levantar, manteniéndome con las piernas separadas y el torso inclinado hacia delante, comenzó a darme palmadas en cada nalga. Pero que este aprovecho la posición para comerme el culo, cosa que pocas por no decir ninguna este me lo hizo, ¡continuando por introducirme sus dedos con ayuda de vaselina… uuummm!!, primero uno… luego dos y finalmente tres… aaahhh!!.
Tras retirar sus dedos de mi interior, sentí como rozaba mis doloridas nalgas con la punta de su capullo, glande que deslizo a lo largo de mis glúteos y entre estos hasta toparse con mi orificio… mmm!!. Noté su glande hay parado en la entrada al tiempo que este me sujetaba por mi cintura, ¡comenzando a presionar y cuya consecuencia fue como entraba su polla dentro… aaahhh!!, claro está no pude emitir sonido alguno con semejante polla en mi boca… uuuffff!!. En mi mente me veía a mí mismo… no era una imaginación ya que era real, me vi comiéndosela a ese hombre maduro de ascendencia mientras era penetrado por detrás por Manuel… uuummm!!. Hombre que me dejo sacármela de la boca, dejándome tomar aire mientras podía observar como de mi boca resbalaba por las comisuras de mis labios, un líquido blanquecino que no era otra cosa que la mezcla de líquido preseminal y de babas, líquido que resbaló por mi barbilla hasta el suelo. Mi amigo que comenzó a embestirme con fuerza, mostrando una frialdad poco común en él, llevado quizás por el morbo y la perversión, no dejando de gemir y suspirar e incluso insultar…
“Toma zorra… toma… uuuffff!!”
“Menudo coñito tragón que tienes… aaahhh!!”.
Embestidas que me ayudaba a tragar semejante pollón… uuummm!!. Cosa que este desconocido maduro árabe, acabo por sujetarme mi cabeza con ambas manos por mis cabellos, sujetándome bien fuerte y comenzar a mover su pelvis, forzándome a tragar su enorme miembro… aaahhh!!. No fue el tamaño de esta… sino más bien el grosor lo que me hizo temer, temer digo por la falta de aire, eso sumado a las náuseas y arcadas, eso y el involuntario gesto de cerrar mi boca, cuyos dientes rozaba una y otra vez su tronco. Acabando este por zarandear mi cabeza, soltándome…
- “Cuidado puta con esos dientes… aaayyyy!!”.
Mis ojos comenzaron inevitablemente a soltar lágrimas, babeaba por mis fosas nasales, ¡mientras era forzado a tragar aquel endiablado pollón al compás de las fuertes embestidas de Manuel… ooohhh!!... aaahhh!!. No podía más, me dolía la mandíbula, este cabrón al cual Manuel le había dado alas no paraba, además Manuel no me daba respirado. Era una imagen lamentable en la cual se me veía, como las babas discurrían por mi cara, mientras unas iban desde mi barbilla descendía por mi cuello hacia mi pecho, otras caían directamente desde mi barbilla hacia mis pies… uuummm!!. Ese semental de ascendencia árabe, cuyo vástago podría asegurar que le mediría unos veintitrés centímetros por cinco centímetros de grosor, semental que me tenía sujeto por mi sien con ambas manos, follando mi boca y apretándola una vez tras otra contra él… aaahhh!!. Hombre cuyo acento árabe pregunta a ese hijo de puta al cual llamo amigo…
- “Puedo probarlo yo también por ahí, tengo unas ganas terribles de follármelo, me dejas…”.
Cosa que Manuel le contesto…
- “Claro que sí, además te lo estaba preparando para semejante cacharro”.
Cogiendo Manual y sacarla de mi orificio sin haberse corrido aun, momento en que pude escuchar como este le decía…
- “Tú crees que le cabra una como está”.
Pensé que quizás se referiría a su pollo al ver la que calza Manuel, pero cuando Manuel quitándole importancia, le hizo saber que me cabria esa y el doble, este volvió a soltarle…
- “Yo tengo capuchón… no suelo utilizarlo, fuera aparte que no suelo uno de mi talla”.
Cosa que nuevamente mi follamigo le hizo entender que no hacía falta, pues a mí no me importaba hacerlo a pelo, asegurándole que somos limpios y sanos. Acabando hay la conversación, pues este tras abrir la puerta trasera de mi coche, me cogió como un pelele y me hizo tender en el asiento trasero, acabando por tirar de mis prendas que tenía en mis tobillos, dejándome como únicas prendas… la camisa y los calcetines. Hombre que me hizo ponerme de rodillas, colocado a cuatro patas… para entendernos en posición de perrito, me cogió de mis caderas y tiro de mi hacia él, obligándome a bajar un poco el trasero. Comenzó por palmear mis nalgas… como hizo antes Manuel, alabo mi trasero y continuo por golpear con su glande mis glúteos, alojándolo entre estos y deslizarlo… uuuffff!!. Deteniéndose y tras colocar su glande en mi entrada anal, comenzó a presionar al tiempo que yo le pedía…
- “Despacio por favor… despacio”.
Continuando por gritar ante tal bicharraco, ¡sentía como me iba entrando poco a poco… ooohhh!!, soltando por mi parte sollozos, pero al mismo tiempo gemidos, era una mezcla de dolor, pero al mismo tiempo de placer… uuummm!!. Le pedía que tuviera compasión, pidiéndole que fuera más lento… cosa que este iba muy despacio, entrándome poco a poco… aaahhh!!. El dolor hizo que mi orificio pusiera algo de resistencia, pero gracia a ese pequeño bote que Manuel me dio a inhalar, me hizo relajarme y que este entrara mejor… aaahhh!!. Comenzando a disfrutar ambos, disfrutar él de semejante follada y disfrutar yo de aquella enorme polla que me estaba partiendo en dos… uuuffff!!.
Me la metió entera hasta el fondo, sentía sus pelotas golpear mis nalgas… ooohhh!!, notaba su grosor y sobre todo sus venas palpitar… uuuffff!!. No pude escuchar la gran parte de lo que me decía, pero por la expresión de su rostro tuvo que ser degenerado… uuummm!!. Me gustaba como me estaba follando… disfrutaba, comenzó primero a follarme muy despacio, controlando los espasmos de mi cuerpo o como me estremecía, para de repente cambiar y comenzar a acelerar el ritmo, penetrándome con fuerza y arrancarme los gritos de placer… aaahhh!!. Manuel estaba delante de nosotros, mirando a través de la ventanilla, pudiéndose ser testigo de la tremenda follada que estaba recibiendo, observando mi cara de gozo. No tardando mucho en unirse a nosotros, abriendo la puerta trasera del coche, acabo metiéndose y sentarse junto a mí, sacando su polla del interior de su pantalón y metiéndomela en mi boca… ooohhh!!.
Teníamos espectadores, varios mirones eran testigos de esa escena, escena que podría ser cualquier película porno, donde yo no me sentía precisamente el actor principal a pesar de estar degustando de dos pollas. Polla como la de ese semental maduro de ascendencia árabe, polla que me estaba partiendo en dos y que me hacía pensar que cuando me follara otra vez Manuel, como que ni la iba a sentir. Pero que esa escena también estaba precisamente Manuel, quien me estaba follando la boca y que en minutos comenzó a descargar, tragando parte ya que la posición no era para tragar, sino más bien lo contrario… uuummm!!. Yo estaba gozando, deleitándome precisamente con esa manera de follar, no me importaba ni la hora que era, ni recordaba que en casa me esperaba mi novia, lógicamente para follar también. Cuando Manuel me preguntaba…
- “Te has corrido ya tú, como está tu polla”.
No es momento en pensar en ella, pues bien sabe este que cuando me penetran pierde toda erección, aunque es cierto que era tal el placer que estaba sintiendo que estaba a punto de reventar, pues era tal mi estado que con un roce podría correrme, por eso no tenía intención de tocarme… uuuffff!!. Fue en esos momentos cuando este nos soltó…
“Sabéis una cosa, estoy disfrutando de verdad, ¡pocas veces he sentido un placer como este… uuummm!!”.
“Cuando tengo relaciones sexuales con mi mujer y duro más de media hora penetrándola… me aburro, pero no sé porque motivo, ¡ahora lo estoy disfrutando… aaahhh!!”.
Pero si queréis que os sea sincero… la verdad fue de las pocas veces qué se me hizo eterno, pues en otras ocasiones la follada que me están dando se me hace larguísima, y eso que cuando miras el reloj… vez que solo han pasado diez minutos. Pero bueno continuo, este comenzó a acelerar las embestidas, acabando por pedirme…
- “Aaahhh!!... déjame preñarte, no puedo más y como la saque no me voy a correr… uuummm!!”.
No me dio tiempo ni a contestarle, cuando siento en mis entrañas como este se corre dentro de mi… uuuffff!!. Quedándose un rato dentro de mí, tiempo que recupero su respiración, sacándola de mí y que continuaba morcillona, polla impregnada en semen y algo de excrementos, restos que se limpió con toallitas húmedas, mientras nuevamente en un lenguaje que no entendí, seguramente me diría algo agradecido. Temía decirle algo pues tenía el sabor a semen de Manuel aun, dándome por echar mi mano hacia atrás a modo de palpar mi dolorido orificio, pudiendo darme cuenta que este aún permanecía abierto. Eso y que, por las miradas de los mirones, me di cuenta que yo estaba desnudo, no me acordaba que estaba sin ropa. Hay termino todo, tras arreglarse este y echar a los mirones, me ayudo a vestirme, no dejando oportunidad de cogerme el culo e incluso chupar mis tetillas, haciéndome perderme nuevamente, pues me vi otra vez con los pantalones en mis tobillos mientras este me follaba con tres de sus dedos, siendo Manuel el que me recordaba la hora que era. Hombre que me decía…
- “Hace mucho tiempo que no me dejaban bien satisfecho, y la verdad, nunca pensé que lo lograría con un chico”.
Me dijo y continuo…
- “No me importaría repetirlo otro día, no sé qué te ha parecido a ti o a tú amigo, pero por mí si queréis mañana lo repetimos”.
Acercándose nuevamente, volviéndome a coger el culo, suelta…
- “Sabes, me gustas, me has dado mucho placer y ha sido una muy buena follada, quisiera repetirlo y hacer posible en un lugar más tranquilo, donde podamos incluso variar las posturas y de paso hacer que te corras”.
Pero la verdad quedo en eso, quedo en que este no se presentó, no importándonos a nosotros que continuamos follando en ese lugar, lugar que este continuaba ofreciéndome a otros para su disfrute, otros que en un momento dado en una ocasión fue dos chicos de color, como en otro llegaron a ser cuatro hombres. Donde como he mencionado, aquello lo fue perdiendo con sus degeneradas fantasías e imaginación depravada, pues dejo de recordar que lo nuestro no se compartía, aunque eso… era yo. Bueno, pues muchas gracias por vuestros comentarios, no es una excusa, pero antes de ser publicado es corregido hasta por dos correctores ortográficos y gramaticales, pero que supongo que quizás tiene fallos como un ser humano. Dicho esto, y por deseando alargarlo mucho más, os dejo y espero que os haya gustado, deseando recibir vuestros comentarios, ya sea a este portal como a mi correo. Claro está, mi email es: jhosua 1974 @ gmail. com (obviamente… todo junto).