Mi primera vez con un desconocido parte II

Mario y yo buscamos donde coger durante la parada del autobús para cenar, después de una mamada y una dedeada dentro del camión nos urgía calmar la calentura, pero no nos esperábamos lo que sucedió.

Como recordaran, la calentura, las manos expertas del desconocido, la oscuridad del autobús y los comentarios vulgares y lascivos de mi compañero de asiento fueron la combinación perfecta para tener una super calentada en pleno viaje, el cual se vio abruptamente interrumpido por una parada para cenar de 15 minutos que sonaban alentadores.

Como pudimos nos acomodamos la ropa y bajamos lo mas rápido del autobús. Ciertamente en México, las carreteras no tienen siempre lugares con gran infraestructura y ese no era la excepción, era definitivamente un restaurante llanero, de solo 2 edificaciones, el restaurante y un taller mecánico. Nada esperanzador para los fines que Mario y yo teníamos al bajar. Pero la calentura y las ganas de coger fueron más fuertes y a pesar de que el lugar era polvoriento y había poca luz, lo que favorecía nuestros planes, tuvimos que ir a la parte trasera del restaurante.

Por fortuna había una pick up que la oscuridad hacia perfecta para nosotros abrió la puerta de la caja y con su ayuda subí, en cuanto me recosté, Mario inicio la maniobra para quitarme el pantalón, diciendo que tenía unas ganas tremendas de chuparme la panocha. El aire helado junto con tan románticas palabras, inmediatamente me volvieron a calentar. Mis pezones estaban duros de frio y excitación, estábamos en despoblado, con el riesgo de ser vistos por cualquiera y Él no dejaba de ser un desconocido para mí. De pronto sentí algo que rozaba mi clítoris al tiempo que con una aspiración profunda y una voz enronquecida me decía; que rico huele tu rajita, esta muy mojada, tu si que tienes una rajita muy caliente. Su lengua tocaba los pliegues de mi vulva mientras sus dedos recorrían mis muslos suavemente y con la otra mano detenía mis vellos para abrirse camino, cuando finalmente su lengua toco el interior de mi vagina, un estremecimiento recorrió todo mi cuerpo, me lamía todo el interior de la rajita, chupaba con fuerza mi clítoris mientras yo me retorcía de placer, realmente estaba disfrutando de su lengua, no pude contener mis gemidos que iban en aumento a medida que el primer orgasmo se acercaba, me empezó a masajear con los dedos la pepa mientras metía y sacaba la punta de su lengua. De pronto le dio una palmadita a mi clítoris, no fue fuerte pero lo inesperado fue el detonante de mi orgasmo.

Podía escuchar claramente como Mario chupaba y se chupeteaba mis jugos que salían abundantes sin dejar de masajearme el clítoris, luego volvía a chuparlo y succionarlo y de pronto sentí como introducía 2 dedos con fuerza dentro de mí, la embestida de sus dedos era cada vez más rápida y profunda, al mismo tiempo que continuaba lamiendo y succionando mi clítoris con rapidez, a lo lejos se escuchaban murmullos de gente seguramente del restaurante, lo que me éxito aun mas ante el riesgo de ser vistos y eso me provoco otro orgasmo que lleno la mano de Mario de jugos y a mi me provocaba estremecimientos y gemidos fuertes.

Mario se separo y escuche como bajaba la cremallera de su pantalón y me dijo: ahora si puta, te voy a llenar toda de leche y vas a gozar como nunca, dicho esto, me tomo de las caderas para jalarme hacia el borde de la caja y de una fuerte embestida me metió su gran y deliciosa verga. Fue imposible evitar un gemido que más parecía un grito de placer, sentir su dureza, la fuerza de su penetración, lo largo que se sentía su pene dentro de mí, lance un grito de placer que tenía contenida

  • eres una puta muy caliente, estas bien mojada y eres una guarra gritona, me encantas puta!

  • dame duro, más rápido, métemela hasta el fondo!

-que rico coño tienes, esta apretado y muy caliente, siento como escurren tus jugos.

La conversación me hiso venirme de una forma muy intensa, mi vagina se contrajo con gran fuerza apretando su verga entre mis paredes y haciendo que un squirt saliera disparado y salpicándolo de mis jugos.

-eres una guarra, que caliente estas, mira como chorreas puta!

Cuando saco su verga de mí, lance un quejido y me dijo: no te preocupes puta, que aún no termino contigo, acto seguido, me tomó nuevamente de las caderas, pero ahora me giro y me puso boca abajo y me jalo hacia abajo para apoyarme en el piso, únicamente recargada con el pecho en la camioneta. Me embistió muy duro desde atrás, invadiendo mi vagina que punzaba en la espera de sentir nuevamente su verga dentro de mí.

  • ¿sientes esto puta?, ¿te gusta? ¡Dime!

-sí, meeeee encaaaantaaaa, dame duro!

Y me dio un par de nalgadas super fuertes, cuyo sonido fue mucho mas estrepitoso de lo que me dolió o quizás fue tanta la calentura y la excitación que ni siquiera sentí dolor sino un nuevo orgasmo que hacia que mis jugos me escurrieran por la entrepierna.

De repente una pequeña pero intensa luz nos iluminó y una voz muy tranquila proveniente del operador del autobús nos decía:

-seguramente son el asiento 21 y 22, ¿cierto?, los pasajeros me han reportado que un olor a sexo, seguido de gemidos y sonidos extraños provenientes de su asiento. ¿por supuesto saben que eso es una falta grave a la moral y que las políticas de la compañía dicen que además de reportarlos, tengo que dejarlos aquí a que esperen a las autoridades?

Por poco y me da un infarto, al menos recuerdo que sentía que mi cara iba a explotar de vergüenza, pero Mario, ni siquiera hiso el intento por sacar su verga dentro de mi y con sus manos me mantenía sujeta a la camioneta e imposibilitaba que me quitara de su lado.

-seguramente eres un empleado muy respetuoso de las políticas de tu compañía, pero si tu intención fuera sancionarnos, habrías venido con alguien mas como testigo o para resguardarnos. Dime, ¿hay alguna otra forma de solucionar esto de una forma que no implique autoridades o dejarnos aquí? -dijo Mario-

-a como yo veo, solo hay 2 opciones: o me dan $10,000 pesos en efectivo, ahora mismo o…. retrasamos la salida 10 minutos mas y me uno a su fiesta.

  • ¡que te pasa pendejo ¡¿A caso crees que voy a dejar que me toques? -no podía creer lo que nos estaba planteando el operador

Intente librarme de la fuerza de los brazos de Mario, pero él no me soltaba y para mi sorpresa dijo:

  • ¡cállate puta!!! Tu calentura nos metió en esto y tu calentura nos va a sacar, además, dudo que no lo vayas a pasar bien, así que, relájate y disfruta lo que viene.

Me tomo los brazos por atrás de la espalda y me puso de rodillas en el piso, mientras me decía: vas a darle una mamada de verga, así como me la estuviste mamando en el camión. No supe en que momento el chofer se sacó la verga, que, si bien no era grande, si era muy gorda, la podía ver porque el hombre seguía sosteniendo la lampara y la apuntaba hacia su verga. Me debatía entre pedir auxilio y ceder ante la situación, aunque debo confesar que, estaba muy excitada por el trato de puta que me estaban dando, además de que nunca había estado con 2 hombres al mismo tiempo. Si bien fueron pocos segundos, parecía una eternidad o al menos el tiempo iba en cámara lenta, me sentía aturdida, avergonzada pero caliente al mismo tiempo. De repente me levantó Mario y me dijo al oído.

-si cooperas lo vas a disfrutar mas puta, te prometo que te vas a correr como nunca en tu puta vida.

Le dijo al chofer que se sentara en la caja de la camioneta, con la verga de fuera y las piernas colgando, Mario me acerco a él y me tomo del cabello para dirigir mi cabeza a su verga y abrí la boca, saque mi lengua y le empecé a mamar la verga.

Mario me soltó los brazos y la tome entre mis manos, iba chupando todo el pene, de arriba abajo, mientras una de mis manos acariciaba sus huevos y con la otra acompañaba el sube y baja de mi lengua. Sentí las frías manos de Mario en mis caderas, acomodándome y acariciándome las nalgas, metió su mano a mi rajita y empezó a frotarme el clítoris, de pronto me embistió con mucha fuerza y me metió la verga hasta el fondo, empezando el frenético mete y saca en mi vagina.

  • ¡eres reputisima! ¡Estas aún más caliente y jugosa!

Me costaba mantener la verga del chofer en mi boca, además de que me lastimaba la comisura de la boca por lo gruesa que estaba, las embestidas de Mario hacían que perdiera el equilibrio y la concentración, me estaba dando un placer increíble, sentía como mis jugos escurrían una vez mas por mis piernas. Sin embargo, yo trataba de seguir mamándole la verga al chofer, pero mis gemidos y mis orgasmos no me dejaban hacerlo bien. De repente el chofer me separo de su verga y dijo: ¡quiero coger duro a esta puta!

Mario me soltó y me ayudo a subir a la camioneta, monté al chofer y me dejé caer en su verga, el saber que era la segunda que entraba en mi en ese momento, hiso que me viniera con un chorro de jugos.

-diablos, tú si que eres una puta zorra, ya te viniste! El chofer empezó a mover sus caderas con fuerza para penetrarme mas profundo y más rápido mientras yo gemía de placer y me estremecía. Sentí sus manos por debajo de mi suéter subiendo mi brasiere, tocando y estrujando mis senos, torciendo mis pezones que estaban super duros y me hacían estremecer y mojarme aún más.

Mario se subió a la camioneta, me detuvo la cadera y le dijo al chofer: a esta puta la calentura solo se le va a bajar hasta que le cojan el culo. Metió la mano por entre el chofer y yo, remojo los dedos en mis jugos y me froto el culo al tiempo que escupía en él. Estaba tan excitada que su vergota entro como si tuviese mantequilla.

Mi primera vez con 2 vergas dentro de mí, 2 desconocidos, un lugar público…. ¡¡¡¡Me sentía una PUTA!!!!

Las embestidas de Mario no se hicieron esperar, me taladraba el culo mientras seguía teniendo dentro de mi rajita la gorda verga del chofer, la intensidad del pacer, la ola de orgasmos que me invadían uno tras otro, el temblor de las piernas, el dolor del culo, pero el placer que experimentaba, no me permitía ni siquiera gritar, pero gemía, de eso estoy segura porque ambos no dejaban de decirme lo rico que se sentían mis jugos y que era una puta y una perra muy caliente y rica.

Esa sensación de dolor-placer de cuando invaden tu culo, me tenia loca, no pensaba, solo sentía, solo disfrutaba, el tiempo se detuvo, para mi todo era placer, sudor y muchos orgasmos. De repente el chofer grito en mi oído:

-toma mi leche puta, te voy a llenar todo tu agujero!

Mario seguía embistiendo como loco mi culo, la varga del chofer se salió de mi rajita, pero seguía frotándose en mi clítoris empapado de jugos y yo me seguía viniendo y chorreando encima de él hasta que Mario soltó un grito fuerte y se dejo caer sobre mí, dejándome el culo lleno de su leche.

Se rodo hacia un lado y me bajo de encima del chofer, poniéndome en medio de ellos, los tres acostados en la camioneta, con la respiración muy agitada, sudorosos, llenos todos de mis jugos y su semen que me salía por mi rajita y mi culo. El aire frio de la noche que se colaba por mi cuerpo, que refrescaba mis pezones hiso que me estremeciera fuertemente.

-  ¡¡¡¡Mira nada más a esta puta, aun está caliente!!! – dijo Mario

Me acerco de espaldas a él, viendo de frente al chofer y con una mano empezó a masturbarme, me sobaba el clítoris muy rápido y yo me estremecía, me retorcía de placer y me corría en su mano, el chofer me frotaba los pezones y se acercaba para lamerlos, chuparlos y morderlos, los apretaba muy fuerte entre sus manos, los jalaba, los mordía, de pronto una de sus manos bajo a mi rajita y enterró 2 dedos dentro, penetrándome duro, rápido mientras Mario seguía frotándome el clítoris. Yo gritaba de placer, me estremecía y mi cuerpo temblaba.

-vamos mi putita, tu puedes, se que puedes, estas gozándolo tanto como nosotros. Córrete para mí, quiero sentir tus jugos en mi mano, eres una puta muy caliente y no te vas a ir con una gota de jugo en tu cuerpo.

¡No pude más y el orgasmo más intenso que jamás había tenido en mi vida, llegó! Mas que estremecimiento, parecía que mi cuerpo se convulsionaba, el squirt que salió fue un chorro que no corrió por mis nalgas, salió con una presión muy fuerte y nos salpico a los 3.

-wow, que puerca, tú si que eres una mega puta! ¡Qué suerte de cogerte! - dijo el chofer. Eres un suertudo hermano, que hembra tan sabrosa tienes.

-no es mi mujer, es una puta callejera que conocí en el camión y que me abrió las piernas y el culo. Es mi puta de viaje.

Yo no podía ni contestar, menos moverme. Me costaba respirar, mi cuerpo seguía estremeciéndose de forma incontrolable. El chofer, se bajo de la camioneta y se puso su ropa. Dijo que iría al camión a justificar la tardanza, que no demorásemos mucho porque ya habíamos tomado mas tiempo del que se esperaba. Mario le recordó que mi asiento estaba mojado y lleno de jugos, el chofer dijo que tenía un cojín y una cobija que nos podría servir para que no me mojara aún más la panocha.

Me dio un pañuelo que traía y se retiró, Mario me ayudo a acomodarme la ropa, el cabello y a bajar de la camioneta, mis piernas temblaban y apenas si podía caminar, fuimos al baño del restaurante para por lo menos medio asearme, al menos limpiarme los mecos del culo y del coño que el pañuelo nomás no lograba retener junto con mis jugos. Vi con horror que mi cabello estaba enmarañado y mi cara tenía una mueca de estúpido e intenso placer sexual, al menos así me sentía. Rápidamente me sacudí la ropa lo mejor que pude, me peine y con ayuda de Mario llegue al autobús, donde el chofer nos recibió con una gran sonrisa, la manta y el cojín.

Acomodamos el cojín, reclinamos el asiento y Mario me cubrió con la cobija, se acercó a mi oído y me dijo en voz muy baja:

-duerme mi puta rica, te mereces el descanso, te portaste a la altura de la gran puta que eres, tienes el coño y el culo mas rico que haya cogido. Me dio un tierno beso y me acurruco en su pecho, caí profundamente dormida, a pesar de que el culo me ardía, el cansancio era aun mas fuerte y pronto me dormi.

Mario bajo en la estación de Tepotzotlán, antes de bajar me dio su tarjeta y me dijo:

-si un día tu calentura no te deja dormir, márcame y yo te puedo ayudar con eso putita rica. Me dio un beso y se bajó del autobús.

El pasajero que iba en el asiento de adelante, que me había visto cuando Mario me estaba dedeando la rajita, se sentó en su lugar y me dijo:

Espero que no te moleste, pero no quería dejar pasar la oportunidad. No estaba seguro de lo que vi en el camino, pero, cuando llegamos al restaurante en san Luis potosí, los seguí y vi que tú, tu compañero y el chofer, tuvieron una noche intensa. No logre ver todo, pero se escuchaba que la pasaron muy bien.

A esas alturas, mi vergüenza ya había desaparecido, pero estaba muy cansada como para aceptar iniciar mas nada, por lo que me quede callada esperando saber que quería o que esperaba de mí.

-pude oler tus jugos en el asiento, apuesto a que saben aún mejor de lo que huelen y por la cara de satisfacción de ambos hombres, me imagino que eres super puta. Espero que un día tengamos oportunidad de estar juntos. Te soy sincero, me encanta chupar panochas y coger por el culo, así que creo que podemos hacer una buena combinación.

Al ver que yo no decía absolutamente nada, se acerco muy lento y me besó. Debo reconocer que besaba muy bien y que su lengua despertó mi rajita, pero ya estábamos cerca de llegar como para poder tener chance de nada y ya de día es mucho más difícil hacerlo en el autobús. Pero el hombre inmediatamente metió su mano dentro de mi pantalón y masajeo mi clítoris, toco mi rajita y me metió 2 dedos en ella. Fue tan rápido que no me dio tiempo de reaccionar, si bien mi cansancio no me dejaba emocionarme demasiado, la traicionera de mi rajita si se mojó, Javier (como se llama el tipo) de repete saco la mano y olio los dedos, examino la baba y me dijo:

-Para haber tenido una noche tan loca, se nota que eres muy caliente, vas a gozar mucho cuando te coja por todos tus agujeros. Hueles muy rico y me gusta que te dejas llenar de leche, me encanta batir la leche de otros dentro de los coños y los culos. Así que tu decides si quieres que te los llene o que te bata la leche dentro, putita.

Me dio un papel con su teléfono, se chupo los dedos, me dio un beso la frente y se fue a su lugar. Me quedé sorprendida, excitada, extrañada, con ganas, con dudas y obviamente con la rajita palpitando de excitación.

Llegamos a la central, me espere a ser la última en bajar. Llegue al frente del camión y le entregue al chofer la cobija y el cojín. Le agradecí por todo sin voltear a verlo por vergüenza ya qué ni su nombre supe y me contesto:

-No te preocupes putita, el gusto fue todo mío, gracias por ser tan puta y compartir tu panocha y esa rica mamada conmigo. Cuando gustes, aquí me encuentras, me llamo Roberto.

Baje del autobús, tome mi equipaje y me dirigí a la salida de la central. Compre mi boleto de taxi y me forme en la larga fila de espera. Cuando de pronto una voz me dijo al oído:

-Entonces que pensaste putita, ¿te bato la leche o esperamos a cuando quieras que te llenen los agujeros?

….. bueno, si mi respuesta hubiese sido esperar o darle una bofetada, sabemos que no estaría escribiendo estas historias ¿verdad? ¡¡¡Pero como dijo la tía chona, esa… es otra historia!!!