Mi primera vez con mi perro sucker.

Tras una mala situación con mi exnovio decido adoptar a un perro ya que hacía tiempo que quería uno. Sucker resulta que es un semental insaciable e incansable.

Hola a todos.

Quiero compartir mi historia zoofilica con mi perro con todos vosotros. Espero que os guste tanto como a mi.

Desde pequeña he vivido en un pueblo donde básicamente la mayoría son personas mayores. Casi todos los jóvenes, según nos hacíamos mayores, íbamos abandonado el pueblo. Yo concretamente fui a vivir a la ciudad con mi novio, pero al cabo de tres años lo dejamos. Me sentía muy mal, muy deprimida y mi hermano me aconsejó que adoptara un perro ya que yo llevaba tiempo queriendo adoptar uno.

Un día fuimos a la protectora de animales y allí estaba Sucker, un pastor mixto de cuatro meses que había sido abandonado hacia una semana, era tan guapo y se le veía tan bueno.

Me lo llevé a casa y al principio era bastante desconfiado, aunque enseguida cogió confianza.

Pasaba todo mi tiempo libre dedicada a el, enseñándole a comportarse en casa y por supuesto jugábamos mucho.

Me sentaba en el suelo para jugar con el y le gustaba mucho meterse entre mis piernas y me olfateaba todo, incluso la vagina, se hacía una pelotita y se quedaba ahí hasta que se dormía.

Pasó el tiempo y Suker fue creciendo, pero seguía con su costumbre de dormir entre mis piernas. Un día, cuando me terminé de duchar recuerdo que estaba un poco mal humorada, me sentía muy excitada y quería masturbarme en la ducha con el chorrito de agua, pero llegaba tarde al trabajo y no tenía tiempo de eso, cuando salí de la ducha, oí un enorme golpe y salí corriendo hacia el Salón, Suker lloriqueaba porque había tirado una caja de plástico que había sobre una silla y que contenía libros, por lo visto le había caído sobre una pata y le dolía. Así desnuda y mojada como estaba me senté en el suelo sobre su mantita y lo acaricié para consolarlo, Suker en agradecimiento empezó a lamer mi mano, luego la zona interna de mi muslo derecho, olfateo mi vagina y me dio un enorme lengüetazo y comenzó a relamerse, se notaba que le había gustado el sabor de mi vagina.

Aquello me excito muchísimo por lo cachonda que yo ya estaba, pero me levante del suelo sin dar importancia y me prepare para ir a trabajar.

La jornada transcurrió normalmente y la verdad es que no pensé en lo que había ocurrido por la mañana en casa con suker.

Era viernes y me despedí de mis compañeros hasta el lunes. Carlos era mi supervisor y algunas veces quedábamos solo para follar, éramos lo que conocemos como follamigos, me dijo de ir a tomar unas cervezas y luego ir a su casa para follar toda noche ya que su novia no dormía en su casa esa noche, los dos somos muy ardientes en el sexo y lo pasábamos muy bien juntos, pero cada vez llevaba peor el tema de su novia, no por celos, sino por empatía con ella, aunque no la conocía me daba pena y sabía que no estaba bien. Así que le dije que no y me fui a casa.

Aquella noche mientras dormía suker me despertó varias veces subiéndose en mi cama y metiendo su hocico en mi culo literalmente. Estaba inquieto, nervioso, y a las 3 de la madrugada me puse un chándal y lo saqué para que se relajara. Todo el tiempo estuvo alrededor de mi y no se apartó de mi lado, me olfateaba y vi como su capullo salía un poco de su funda, enseguida comprendí que ya era adolescente y que tenía otras necesidades pero yo en ese aspecto no le podía ayudar, así que me planteé llevarlo al veterinario para que lo castrara.

Llegamos a casa y me volví a meter en la cama, suker se volvió a subir y volvía a meter su hocico en mi culo, estaba muy pesado y lo eché de la cama, se acostó en su mantita del suelo y comenzó a lamer la punta de su capullo sonrosado que salía de su funda, aquello me produjo mucha curiosidad ya que era la primera vez que lo veía hacer algo así. Me quedé mirándolo varios minutos pensando que el pobre sucker se había puesto cachondo por mi culpa a consecuencia de haber pasado su lengua por mi coño y aquello le había alterado sus hormonas adolescentes, me senté frente a el en su manta con intención de ayudarle, puse saliva en mi dedo índice y toqué suavemente la punta de su afilado capullo. Suker se excito, jadeaba más fuerte y su polla empezó a salir de su funda presentándose ante mi como un enorme rabo de unas dimensiones descomunales. Como aquel animal podía tener aquel enorme rabo guardo dentro de si mismo?

Cada vez me fui animando más y cuando me di cuenta le estaba haciendo una paja a mi perro.

Su polla era bastante resbaladiza y estaba muy lubricada, no paraba de salir líquido viscoso de su afilado pene, proseguí con la paja, miraba su bola e imaginaba como se sentiría dentro de mi vagina, sucker me tenía muy cachonda, me quité el pijama, acerqué mi vagina a su polla y proseguí con la paja, pero esta vez restregaba la punta de su polla contra mi clítoris, en ciertos momentos introducía un poco la punta de su capullo en mi agujero, aquella sensación era muy placentera y no tardamos mucho en corrernos. Nunca había visto una corrida tan grande y tan duradera. Sucker convulsionaba, creo que fue una experiencia única para el. Su primer orgasmo.

Una vez dejé todo limpio y yo me había lavado volví a la cama y me dormí. Pero sucker me despertó a las 7 de la mañana, pensé que el no había hecho pis después de haberse corrido y debía tener muchas ganas de salir.

Lo miraba de forma diferente y el a mi también, notaba como cierto coqueteo por su parte, como si me quisiera impresionar, me hacia mucha gracia.

Volvimos a casa y mientras desayunaba lo miraba y la verdad es que estaba bastante tranquilo acostado en el suelo. De vez en cuando venía hacia mi, me olfateaba el culo y la vagina, yo abría mis piernas para que pudiera acceder mejor y por supuesto que le dejaba recrearse. Notaba en mi clítoris los empujones de su hocico húmedo sobre mis pantalones del chándal y eso me excitaba mucho, así que me dispuse a buscar información sobre sexo con perros y me quedé asombrada de ver la cantidad de mujeres que mantenían relaciones con sus perros.

Algunas mujeres aconsejaban actuar como una perra a cuatro patas, así que me pasé toda la mañana gateando por toda la casa provocando a Sucker. Daba vueltas al recordar de el y zarandeado mi culo ante su hocico me marchaba para que viniera en mi busca. Cuando vi que su capullo salió de su funda y que se subía sobre mi espalda buscando penetrarme me quedé desnuda, me senté en el suelo con la espalda apoyada contra el asiento del sofá, abrí las piernas y Suker vino a lamer mi coño mojado y deseoso de su enorme polla.

Esa lengua hizo maravillas en mi clítoris, recorría mi coño por completo con fuertes y rugosos lametones, sentía como su lengua entraba dentro de mi vagina y recogía mis fluidos para tragarlos muy gustosamente. Intente ponerle un condón pero aquello iba a ser tarea imposible, así que desistí, me resigne a hacerlo a pelo y me sitúe a cuatro patas apoyando mi pecho sobre el sofá, Sucker se me montó sobre la espalda intentando atinar en el agujero de mi vagina, tenía miedo de que la metiera en el agujero de mi culo, porque me habría destrozado ya que yo soy de culo sensible, hasta que por fin atinó. Aquella fue una sensación indescriptible. Nunca antes había sentido una polla tan enorme dentro de mi, el dolor era enorme y aunque yo intentaba inclinar mis caderas hacia adelante Sucker me seguía con sus fuertes embestidas, creí que me destrozaba hasta que comencé a sentir unos churros de líquido pre seminal dentro de mi y acto seguido resbalaban por mis piernas. Suker se bajó y dio unas vueltas, lamio mi coño y rápidamente volvió a montarme con más énfasis si cabe. En ése momento comencé a sentir placer, mi vagina ya se había acostumbrado al grosor de su enorme miembro y ahora si que lo estaba disfrutando. Suker me embestía fuertemente como la bestia que es, en ese momento el era el líder de la manada, y yo su sumisa, sometida a el, al enorme placer que me daba. En ese preciso momento pase a ser su puta, su perra, sabía que me iba a follar cada vez que el quisiera. Pero lo mejor estaba por llegar, las embestidas empezaron a ser más fuertes y rápidas, hasta que volví a sentir dolor, mi coño se había abierto aún más y la presión era mucho más grande, sucker me había metido la bola y comenzó a eyacular. Su esperma caliente no paraba de llenar mi vagina, estaba muy excitada de ver cómo mi perro me había abotonado con su enorme polla, pero yo no había llegado al orgasmo ya que me dolía mucho la vagina.

Estuvimos enganchados 37 minutos, supongo que porque era la primera vez que sucker follaba y estaba muy excitado. Cuando consiguió soltarse de mi, comenzó a salir todo su esperma de mi vagina y vino a mi para comérselo todo, en ese momento con su enorme lengua me propinó un enorme y bestial orgasmo.

Nos duchamos juntos, en todo momento me lamia por todo el cuerpo dándome besitos de agradecimiento. Yo que siempre había sentido mucho asco de que me chupara, cada vez me gustaba más la sensación de su lengua áspera y húmeda sobre mi cuerpo.

A pesar del dolor tan enorme que tenía en mi vagina, decidí seguir con el rol del can líder alfa y su puta perra esclava y sometida para su disfrute y placer, se situó en la puerta de entrada de casa para protegerme y a diferencia de días atrás comenzó a ladrar cada vez que alguien pasaba por la puerta y luego venía a darme vueltas y lamerme para ver si estaba bien. Sentí pavor ante aquella actitud que había tomado, aunque al mismo tiempo me gustaba, quería saber hasta donde llegaría aquello.

Salimos al jardín de casa ya que para mis rodillas era mucho más cómodo gatear sobre el césped que sobre el suelo frío y duro. Me recosté de lado con la pierna de arriba flexionada y sucker comenzó a olfatear como ya era costumbre, su lengua se introdujo en mi vagina sometida a su anterior tortura, dolorida y con escozor, el seguía lamiendo como queriendo curar mi dolor, pero su excitado capullo asomaba deseoso de entrar en mi vulnerable vagina. Sucker me empujaba con su pata para que me levantara y me pusiera a 4 patas, el ya se había recuperado y quería más. Si quería ser su perra me tenía que dejar montar cada vez que el lo quisiera, asique corte una hoja de aloé vera que tengo en el jardín y la pase por mi dolorida vagina hasta dejarla bien lubricada y resbaladiza para que me hiciera menos daño, sucker se montó sobre mi y comenzó con su danza de caderas para atinar en mi agujero, su puntiaguda polla chocaba contra mis muslos, mis glúteos, mi vagina y me hacia daño, era como una caña afilada. Tenía miedo por el daño que me iba a hacer pero aún así quería su polla dentro de mi. Yo movía mis caderas para ayudar con la tarea de penetración y la verdad es que no tardó mucho en entrar dentro de mi, el aloe hizo que entrara rápidamente. Un enorme dolor envolvió toda la cavidad de mi pobre vagina y un enorme alarido salió de lo más profundo de mi ser, pero a Sucker no le importó y me empotró fuerte contra el césped embistiendo mi coño con agresivos movimientos hasta comenzar a expulsar a presión fuertes chorros de líquido pre seminal. Volvió a repetir el ritual de la mañana apartándose de mi y lamiendo mi coño y culo, me produjo un gran placer, y el lo debía notar porque se recreó bastante tiempo, cuando pasó un rato me volvió a penetrar, previa búsqueda del agujero, y el placer que sentí entonces si era lo que yo tanto deseaba. Fue en ese preciso momento cuando Sucker me hizo el amor, sus movimientos eran rítmicos, pero no bestiales, su polla entraba y salía casi por completo de mi vagina estimulando todos mis puntos erógenos haciéndome entrar en un estado de éxtasis inexplicable. Introdujo su bola dentro de mi coño y un enorme orgasmo se apoderó de mi cuerpo, Sucker se corrió dentro de mi coño y la presión de su semen me produjo otro enorme y descontrolado orgasmo.

Mientras estuvimos enganchados nos recostamos para estar más cómodos y mientras tanto sucker se lamia a si mismo y mi clítoris al mismo tiempo, me produjo con su rugosa lengua otro rico y placentero orgasmo. Pasados varios minutos oí pof, sucker me había soltado y claro…, comió y limpió todos nuestros fluidos que emanaban de mi vagina como una fuente de un rico manjar para el solito. En ese momento me dio el último y placentero orgasmo de ese día y comprendí que soy multiorgásmica, y todo gracias a Sucker.

Nos quedamos acostados sobre el césped, yo no tenía fuerzas ni para acariciar a Sucker ni para hablar, lo abracé con un brazo, no sabía ni la hora que era, solo pensaba que no habíamos comido y que tenía que alimentar a mi macho, pero me dormí profundamente sin poder remediarlo.

Me dolía todo el cuerpo, abrí los ojos y sucker estaba echado a mi lado lamiendo sus genitales, este perro es insaciable. Me levanté del césped y me temblaban las piernas, no tenía fuerzas; vamos sucker, le dije, y pasamos a la cocina para cenar.

Después de salir un rato y de un relajante baño calentito, siempre con sucker mirándome, nos fuimos a la cama y dejé que durmiera conmigo aquella noche.

Yo no podía dormir recordando aquel maravilloso día y lo bien que había salido todo para ser la primera vez, y a sucker parecía que le pasaba lo mismo, el acostado con la cabeza hacia abajo pero siempre cerca de mis genitales, movía la cola, estaba contento de estar acostado junto a su perra y como buen macho, joven e insaciable, seguía lamiendo sus genitales. Y aunque yo no tenía fuerzas para otro asalto le regalé una enorme corrida haciéndole una buena paja que le dejó bien satisfecho y le indujo a un sueño profundo. Nunca había oído a mi perro roncar hasta ese día.

A la mañana siguiente me desperté tarde, a las 9.30h, pero sucker parecía estar agotado, me miró cuando me levanté pero el siguió en la cama y se volvió a dormir. Salió de la habitación a las 11.30 con los ojos hinchados y con andares cansados. Le preparé un gran bol de cereales de buey con verduras y agua fresca para que cogiera fuerzas, pues mi calenturienta mente no paraba de pensar en mi adorado macho, al cual estaba deseando dar placer. Pero intuitivamente sentía que el no estaba mucho por la labor.

Cuando término su desayuno bostezó y se estiró extendiendo todo su cuerpo, se sentó sobre sus patas traseras y lamió su capullo rosado que asomaba, se levantó y se dirigió hacia mi que estaba sentada en el sofá. Abrí las piernas por si acaso la intención era esa. Yo estaba desnuda para que sucker me tuviera dispuesta en todo momento. El se acercó a mi vagina y comenzó a lamerla tranquilamente, sin prisa, sabía que era suya y que nadie se la iba a quitar. Observé su capullo que no terminó de salir y comprendí que al igual que la noche anterior yo le hice una paja, el solo me iba a dar sexo oral y lo hizo muy bien, me produjo un enorme orgasmo.

Salimos a dar un paseo, el hizo sus cosas pero se le veía muy líder, muy orgulloso de la suerte que tenía de que su perra fuese yo, esa actitud suya mu ponía mucho, me excitaba sentirme suya.

No paraba de pensar que al día siguiente tenía que volver al trabajo y no podía estar con sucker todo el tiempo que yo quisiera, me había enamorado de mi perro?. No concebía una relación con otro hombre, todo lo que mi perro me daba no lo conseguiría ninguno hombre nunca más.

Estaba triste, confusa y sucker lo presentía, lo sabía. Se pasó toda la mañana intentando consolarme. Yo me acosté en el sofá a ver la televisión, el recostado a mi lado se dejaba acariciar, pero no paraba de acariciarme con su pata y su hocico, yo lo miraba y lo acariciaba llorando por lo mal que me sentía por haberle hecho eso, pero el que parecía saber lo que yo pensaba se bajo de un salto al suelo y metió su cabeza entre mis piernas empujando fuerte con su cabeza para que las abriera, como diciendodiciendo; lo he hecho porque he querido, así que me deje hacer y volvimos al jardín, la verdad es que en ese momento lo necesitaba, necesitaba que me follara y no pensar en nada más, pero esta vez probé en una tumbona de tomar el sol.

Me acosté boca arriba sobre la tumbona para comprobar si sucker podía llegar bien a mi vagina y la verdad es que la altura es perfecta. Así que comencé a masajear sus genitales hasta que su polla hubo salido entera, me recosté con las piernas abiertas sobre la tumbona y sucker encontró rápido la postura y me hizo el amor plenamente, me penetró suavemente, pero enseguida comenzó con rápidos movimientos, se sentía el líder, me miraba a la cara, cosa que es extraña en los perros, pero el me miraba con dulzura y Pasión como si de un hombre se tratara, aquello me intimidó bastante, entonces sucker comenzó a expulsar líquido, estaba muy excitado y en esa ocasión no la saco, al contrario, comenzó con movimientos más fuertes y rápidos, yo sabía que estaba muy excitado de follarme como había visto que otros hombres me lo hacían y los imitaba, comenzó a lamer mis pezones, su ritmo era cada vez más rápido, incluso lo oí gemir, yo creía que se iba a correr rápido ya que hacia un rato que me había metido la bola, pero no fue así, todavía aguanto un rato más y aunque parezca mentira nos corrimos juntos. Yo me volví a correr una vez más mientras estábamos enganchados y otra vez cuando me estaba limpiando con su lengua todos los fluidos. Es maravilloso el sexo que me da sucker.

Toda la tarde de aquel domingo estuvimos enganchados, no podíamos parar. Era increíble el placer que me estaba dando.

Aquella noche sucker vino a la cama sin que lo llamara, el ya sabía que ese era su nuevo sitio.

A la mañana siguiente del lunes, aunque triste, yo tenía que ir a trabajar. Salimos a dar un paseó cuando terminamos de desayunar y lo sentía como muy posesivo, muy atento a mi, nno se apartaba de mi lado, incluso tiraba de la correa decidiendo donde ir. Había un señor con su perro y se acercó a mi para saludarme y empezamos a hablar, sucker se nos quedo mirando y adoptó una posición de ataque, el señor me contó algo sobre su perro que me hizo gracia y reí a carcajadas, pero a sucker no le gustó y vino directo hacia ese señor que comenzó a correr. Yo llamaba a sucker e intentaba hacerle venir hacia mi, pero no me hizo caso y siguió corriendo detrás de ese señor hasta alcanzarle y abalanzarse sobre el mordiéndole en el brazo y aunque no le hizo nada, nos dio un buen susto. Tuve mucha suerte de que no me denunciará pero me aconsejó que buscara un adiestrador. La verdad es que no hizo falta porque lo voy llevando muy bien, y aunque sabe que en casa cuando quiere follarme el es el macho alfa, no lo dejé que en la calle el siguiera siendo el líder.

Estoy muy orgullosa y contenta del perro que tengo. Y ni que decir tiene que el tema de la castración está totalmente descartado.

Ya os contaré más historias sobre sucker y yo.