Mi primera vez con mi hermana y su amiga

Mi hermana y su amiga llegan borrachas luego de salir de fiesta y entran a mi cuarto a desvirgarme

Mi nombre es Alberto, vivo en Venezuela con mis padres y mis dos hermanas. No soy particularmente apuesto, más bien soy flaco y alto, sin embargo desde muy pequeño tengo el pene grande. Al punto en que no hay fiesta en la que no sea tema de conversación, pero eso lejos de ayudarme me ha hecho inseguro y tímido, me da mucha pena cuando empiezan a hablar de eso, esa misma inseguridad ha hecho que nunca me haya dado siquiera un beso con una chama. Soy el menor en mi casa, tengo dos hermanas mayores, Carolina que me lleva 7 años y Andrea  que es mayor por 10. Siempre he tenido una buena relación con ellas pero nada raro hasta hace unos meses.

Estábamos solos en la casa porque mis padres se habían ido a la playa para celebrar su aniversario, ese día yo había ido a jugar futbol todo el día con los muchachos del colegio y luego habíamos ido a comer en la noche. Llegué directo a dormir porque no aguantaba más. Mi hermana Carolina no estaba y me envió un mensaje de texto diciendo que llegaría tarde con su amiga Johana, no me sorprendió, ella es bastante rumbera y bastante puta según me he enterado. Carolina es bajita, un poco rellenita pero con unas tetas grandes y redondas y un buen culo, su amiga al contrario es rubia, con las tetas operadas pero no inmensas, más de una vez le he dedicado una paja y cuando se queda en casa siempre intento entrar al cuarto mientras se cambia, una sola vez alcancé a verle las tetas en la playa gracias a una ola.

Llegaron haciendo mucho ruido y se notaba que estaban borrachas, al poco rato empezaron a hablar casi en susurros y volví a quedarme dormido. No sé cuánto tiempo pasó desde ese momento hasta que empecé a sentir una mano que me recorría la entrepierna y agarrarme el pene, al principio creí que estaba soñando, la mano me acariciaba el pene suavemente al principio, luego con algo de violencia me quitaron el pantalón y sentí una lengua que me recorría todo, finalmente sentí el calor de una boca, abrí los ojos y era Johana, que me lo estaba mamando  duro, sentía su respiración en mi pene y ella me estaba viendo. Apenas crucé la mirada con ella acabé pero no se lo sacaba, la leche le salía incluso por la comisura de los labios y aún así no lo soltaba, luego de un rato se tragó todo. - Quería ver si era verdad que tenías el güevo grande, no pensé que sería así, es enorme - me dijo.

No sabía qué hacer, muchas veces había imaginado cosas parecidas pero ahora que ocurría no lo podía creer ni tenía idea del siguiente paso. Johana se me acercó y me dio un beso, olía a alcohol y semen pero no me importó, me susurró al oído: -Yo ya te complací a ti, ahora te toca complacerme a mí. Ella tenía puesto solo una camisa larga para dormir, se la quitó rápidamente y se quedó solo con las pantaletas. Yo prendí la luz de la mesita de noche para poderla ver bien. De inmediato tuve una erección, sentía la verga tiesa como nunca antes en mi vida. Johana se dio cuenta que la estaba viendo y lentamente se fue bajando la pantaleta, se volteó y me dejó ver su culito pequeño con el hilo puesto, se lo fue quitando. Fue increíble, mejor que cualquier fantasía, ahí estaba ella con su vagina perfectamente depilada excepto por un poco de vello, sus tetas perfectas, ni muy grandes ni pequeñas con unos pezones rosados hermosos. Se acercó a mí, yo seguía acostado y a horcajadas se sentó sobre mi cara, había visto suficiente películas porno como para tener una idea de qué debía hacer, sin embargo, ninguna película me preparó pero el intoxicante olor de la vagina de Johana, era fuerte, penetrante, la verga se me seguía poniendo dura así que con una mano exploraba su cuca y con la otra empecé a hacerme la paja. Johana se dio cuenta y se volteó para hacer un 69, ahora tenía su culo en mi cara, con desesperación empecé a lamerlo completo. Pero justo en el momento que Johana se estaba tragando mi verga, mi hermana entró al cuarto y al vernos gritó: ¿Qué están haciendo?.

Yo quise saltar pero Johana no me dejó, calmadamente fue sacándose mi pene de la boca, lamiéndolo.

-¿Qué parece que estoy haciendo?

-Estás loca si ese es mi hermano y es un niño

-Pero no es mi hermano y tampoco un niño, ¿cuándo has visto tú a un niño con un huevo como éste? ¿O a un adulto? No me jodas, además tú eres la que se la pasa hablando del tamaño de su pene.

-Sí pero...

-Pero nada, quedé demasiado picada esta noche con Antonio y su minihuevo, apenas le puse la mano acabó. Así que vete o quédate pero déjame seguir en paz.

Apenas terminó de decir esto se volteó y se sentó sobre mí para que la penetrara. Gritó con una combinación de dolor y placer. Cerré los ojos del placer mientras sentía como mi miembro entraba completo en su pequeña vagina. Johana gritaba, abrí los ojos para verla y me encontré con sus tetas casi en mi cara. Creí que acabaría otra vez nada más de verlas. Giré mi cara y vi con incredulidad que mi hermana continuaba en la habitación. No sólo eso sino que se estaba tocando con la mano dentro del pantalón mientras nos veía. De nuevo sentí que se me endureció el huevo. Johana aceleró el paso hasta quedarse en silencio por unos segundos y luego colapsar sobre mí, sentí las contracciones de su vagina. Cuando vio a Carolina tocándose puso una cara de picardía y le dijo: Ven. Se sacó mi pene y se lo ofreció mientras me masturbaba.

Carolina de inmediato dijo que no sin dejar de tocarse.

-Todo esto está mal, es mi hermano, no sé qué me pasa.

  • ¿Qué te va a pasar? Que el bobo ese de tu novio no te satisface, necesitas un huevo como este, amiga, es increíble. Pruébalo.

Hablaban de mí como si no estuviera. Me puse a ver a mi hermana, esta vez con otros ojos. Alguna vez la había visto desnuda y me había dado verguenza e incluso algo de asco pero ahora era diferente. Veía el escote que dejaba ver sus tetas y su mano dentro del pantalón.

-Vente hermana, quiero estar contigo.

Carolina puso cara de sorpresa pero era realmente lo que necesitaba, se acercó a mí y empezó a mamarme el huevo con desesperación mientras con seguía masturbándose con la otra mano. Esta vez no acabé tan rápido aunque sentía muchísimo placer. Johana no quiso quedarse quieta y empezaron a turnarse entre las dos. Pero yo no quería ser tan pasivo. Así que me levanté y desnudé a mi hermana y ella que nunca se dejaba  ni siquiera abrazar por mí se dejó quitar toda la ropa. Lamí sus tetas mientras le metía los dedos en la cuca. No la tenía tan afeitada como Johana pero me gustaba como se sentía. La abrí de piernas y me deleité pasando mi lengua por sus labios hasta llegar a su clítoris. Se retorcía de placer.

-Hermano, cógeme ya, méteme ese guevote

No aguanté y lo hice. Me puse sobre ella y estaba tan húmeda que pasó sin problemas, apenas un pequeño gemido soltó. la embestí con fuerza mientras ella gritaba de placer. Ahora era Johana la que se tocaba mientras me cogía a mi hermana. Sentía que ya estaba por acabar. Carolina se dio cuenta.

-Acábame adentro hermano, quiero tu leche. Quiero verte a la cara mientras lo haces.

Y fue decirlo y acabar dentro. La sensación fue indescriptible. Ella también tuvo un orgasmo mientras acababa. Nos vimos a los ojos mientras lo hacíamos y nos besamos con cariño después. Al poco tiempo nos quedamos dormidos los tres desnudos.

Esa fue mi primer incesto pero no el último.

Cualquier comentario me lo pueden enviar a principegris12@ gmail.com