Mi primera vez con Mari
Ha sido mi primera experiencia con una mujer madura a consecuencia de un masaje en principio, inocente, para ir poco a poco, pasando a ser una experiencia sexual de lo mejor que he vivido. Mari era una mujer con unas curvas divinas y con poco sexo del bueno.
Esta es una de mis vivencias, más inesperadas. He tenido diversas y muy diferentes experiencias sexuales, algunas ya las he contado, otras están por escribir.
Que nadie piense que soy un guaperas, ni nada parecido, soy un chico de lo más normal en cuanto a físico, que no siempre es lo más importante para poder vivir experiencias de cualquier tipo y con distintas mujeres. Digo todo esto, porque en mis anteriores relatos, me han escrito diferentes personas, algunas, felicitándome y otras todo lo contrario. Pero me quedo con lo bueno, que para lo malo, sobra en el mundo. Mi nombre es Jose y en la actualidad tengo 51 años.
Dicho esto, comenceré diciendo, que esta historia, surgió cuando yo tenía unos 18 años, a punto de entrar en el servicio militar. Me gusta dar masajes y en esos años, no disponíamos de Internet para poder ver y aprender, sólo nos quedaba ver libros y algún que otro vídeo que había en el videoclub.
Una mañana, mi madre entró en mi habitación y me dijo si podía pedirme un favor.
-Claro que sí-le dije.
-Pues verás, mi amiga Mari, está que no se puede mover por culpa del dolor de espalda que sufre desde hace unos días, me preguntaba, si podrías ir a su casa y darle un masaje de esos que sabes dar también- dijo mi madre.
-Pero mamá, tú sabes que mis masajes sólo son para gente cercana, ya que no soy un profesional. Me da vergúenza dar masajes a gente poco conocida.
-Ay hijo, no me digas que no conoces a Mari, es muy alegre yno pondrá ninguna pega en que le des el masaje, pero andate con ojo.
-Por qué dices eso, mamá?.
-Por nada, sé lo que me digo. Entonces la llamo y le digo que estarás en media hora en su casa.
-Está bien, pero tengo que ducharme y desayunar.
-No hay problema.
Salió mi madre de mi habitación, cogió el teléfono y se llamó a su amiga Mari. He de decir que Mari, era de la edad de mi madre, unos 45 años por aquel entonces. Rubia, media melena, algo regordeta, con buenas caderas y unos grandes pechos. No quería que nadie la tratara de Usted, una de las razones, es que le hacía sentir mayor de lo que ella se sentía.
Terminé todo lo que debía hacer en casa y salí dirección a casa de Mari con mis aceites. No vivía muy lejos, tardaría unos minutos en llegar.
Mari vivía en una casa con un gran jardín y con unos setos muy grandes, desde fuera, no se podía ver nada. Llamé al timbre y por el telefonillo sonó una voz de mujer.
Después supe, que era una empleada de Mari, le hacía la limpieza.
-Entra, que está abierto-me dijo la señora.
Entré y me dirigí a la puerta de entrada a la casa. Cuando me disponía a llamar, la puerta se abrió y ahí estaba la señora.
-Hola, soy Mercedes, puedes pasar.
Entré y menuda casa tenía Mari, bien decorada, con grandes lámparas y unas alfombras que se veían buenas. Mari no trabajaba, pero su marido era Marino Mercante, se notaba que ganaba mucho dinero.
-Si eres tan amable, sigueme- me dijo Mercedes.
Subimos por unas amplias escaleras, llegamos a un pasillo enorme dirigiéndonos a una estancia, abrió la puerta y entramos, era la habitación de Mari. Una gran sofá, en un lado, una puerta que intuía sería un baño y una enorme cama, donde yacía tumbada Mari.
-Hola Jose, gracias por venir, tu madre me dijo que sabes dar unos masajes muy buenos-dijo Mari.
-Bueno, no se me da mal la verdad, pero quizás deberías llamar a un profesional, no quisiera hacerte daño.
-No te preocupes, seguro lo haces bien. Mercedes, puedes dejarnos solos y al salir cierra la puerta.
Mercedes abandonó la habitación y cerró la puerta como le había dicho Mari. Allí estaba yo de pie, con mi neceser en las manos y nervioso como un Flan. Sería mi primer masaje a una mujer que no fuera de mi entorno familiar.
-Jose, como hacemos, me tumbo boca abajo en la cama, mejor en el sofá?
-En la cama está bien, boca abajo y debería quitarse la parte de arriba.
Me di la vuelta para que no se molestara y pudiera desnudarse sin problema.
-Ay, no puedo quitármelo. Podrías ayudarme?-dijo Mari.
Giré mi cuerpo y me encontré a Mari con un camisón semitransparente, dónde se podían ver sus pechos desnudos. Unos sudores fríos recorrieron mi frente, mi corazón latía a mil por hora.
-Quiere que avise a Mercedes para que te ayude?.
-No hace falta, puedes ayudarme tú, verdad?.
-Por supuesto que sí.
Se destapó del todo porque estaba sentada encima del camisón. Me acerqué, la ayudé a moverse y quité el camisón por su cabeza, ante mí, estaba aquella mujer imponente, con sus pechos al aire y solo con una braguita negra. Pero necesitaba una toalla, para no manchar nada.
-Mari, necesito una toalla para no manchar nada.
-No te preocupes, si se mancha se lava, pero si necesitas una, en el baño están.
Fui al baño y al entrar, había una bañera XXL con hidromasaje, además de una ducha, abrí un pequeño armario y cogí una toalla.
La tumbé despacio y con los brazos al lado del cuerpo. Su culo, era grande y la braguita, apenas le tapaba. Cogí los aceites, tenía uno, que me gustaba mucho, por el aroma que desprendía y porque al frotarlo contra el cuerpo, producía un calor intenso.
Eché un poco en mis manos y lo llevé a su espalda, mientras le decía.
-Mari, al principio estará frío.
-Uyyy, si que está frío, pero es una sensación de gusto al mismo tiempo.
Mis manos, empezaron a subir por su espalda, llegaba sus hombros, los masajeba, bajaba hasta llegar a la braguita, masajeba las lumbares. Así estuve un buen rato, hasta que el aceite empezó a hacer efecto calor.
-Que calorcito siento.
-Ahora, te taparé un rato con la toalla, para que el calor del aceire actúe durante un rato, así después te daré otro masaje, con un aceite diferente.
Le puse la toalla en la espalda y me dispuse a sentarme en el sofá a la espera de unos minutos, para empezar con el siguiente masaje.
Al cabo de unos minutos, retiré la toalla del cuerpo de Mari y tenía toda la espalda enrojecida por el efecto del aceite. Cogí el otro aceite, que al contrario que el anterior, producía una sensación de frescor. Al vertir un poco directamente en la espalda de Mari, esta se quejó.
-Ayyy, con lo a gustito que estaba y ahora este frío.
-En breve, notarás un frescor muy bueno, ya verás.
Estiré el aceite por toda la espalda. Agarré sus brazos y los coloqué al lado de su cabeza. Mis manos recorrían su cuerpo, pasaban cerca de sus pechos, rozándolos. Al tiempo que bajaba hasta estar en contacto con su braguita, ya mojada de aceite. Como podéis imaginaros, me encontraba en un estado de excitación tremendo.
Largo tiempo dediqué al masaje, dándome cuenta, de que cada vez que mis manos rozaban sus pechos, Mari levantaba un poco su cuerpo, como queriendo que los tocara mejor. No iba a defraudarla, así que, pasé de rozar su pechos, a apretarlos un poco, Mari, no se quejaba, al contrario, de su boca salieron unos ruiditos de gusto, por lo que me hice más atrevido. Llegué con mis manos hasta su culo, para masajearle las nalgas, con lo que sus bragas estaban empapadas de aceite.
-Ummm, que gusto me das, sigue, ohhhh.
Esas palabras eran un signo inequívoco de que le gustaba lo que le hacía, pero, por qué parar ahí?.
Me dejé llevar animado por las palabras de Mari, mis manos apretaban su culo descaradamente y al llegar a sus pechos, ella se levantaba cada vez más, por lo que llegué a tener sus enormes tetas entre mis manos, sobándolas muy a gusto.
-Ummm, que canalla que eres, como me tocas.
-Acaso no te gusta Mari?.
-Me encanta, hace tiempo que nadie me tocaba de esa manera, ohhhh, siiiii.
-Puedo hacerlo mejor, si tú quieres!!.
-Adelante, soy toda tuya, ummm.
Le bajé la braguita y le dí la vuelta, pude ver su cara colorada y sus pezones duros,me desnudé y mi polla salió como un resorte.
-Que divina juventud, mira como estás por mí, oh si, aún se la pongo dura a un chico.
-Como para no hacerlo, estás muy buena, tus curvas son generosas y tus tetas son una maravilla.
-Son todas para tí, a que esperas?-decía esto, mientas agarraba sus tetas entre sus manos, ofreciéndomelas.
Mi boca fueron a por ellas, las devoré con lujuria y pasión, como había hecho en su tiempo con las de mi madre.
-Que rico, cuanto tiempo sin que me las chupen así, ohhhh. ummm, sigueeee.
Mis manos bajaron por su cuerpo hasta llegar a rozar su coño, lo tenía depilado por completo.
-Aggg, ummmm, tocame más, asi...
Mis dedos jugaron con sus labios mayores, para llegar a su clítoris, podía notar toda la humedad de su entrepierna. Bajé mi cuerpo por el suyo y mis labios atraparon su clítorius, para succionarlo y tirar de él.
-Ohhh, quién te habrá enseñado bribón, como lo haces de bien..
Uno de mis dedos, se introdujo dentro de su coño, su gran cantidad de jugos, hacían muy fácil poder enterrar todo mi dedo.
-.Así, hasta el fondo. ohhh, sii
No dejaba su clítoris en paz, mientras otro de mis dedos, acompañaba al otro.
-Que bien entran, estás muy mojada.
-Estoy como una perra en celo, siii, mete tus dedos y muévelos.
Mis dedos entraban y salían, les daba vuelta dentro de su coño, para rozar su punto G.
-Ayy, que gusto, ahí, ahí, me da mucho gusto, no pares..
Seguí frotando su punto G y Mari, estalló en un orgasmo.
-Siiiii, ssiiiii, pero que me pasa, parece que me meooo, ohhhh
Y vaya que se meó, en toida mi cara y en gran cantidad, más tarde supe, que era su mejor orgasmo, ya que su marido, nunca antes le había comido el coño y menos, llegar hasta su punto G. Algún que otro orgasmo había tenido, según me confesó, pero casi simpre, sola, jugando con un pepino, ya que su marido, se la metía y en poco tiempo, se corría y se echaba a dormir, sin preocuparse de ella.
Pero no le iban a faltar orgasmos, estando yo con ella. En ese momento estaba divina, colorada, con su respiración agitada y medio dormida. Yo no me había corrido aún, por lo que volví a la carga y le comí sus tetas, como un niño alimentándose de ellas.
-Ohhh, me quieres matar de gusto?
-Gusto es lo que vas a tener.
-Pues vamos, quiero que me folles muy duro, llámame puta, perra, lo que gustes, ya que me pone mucho.
-Ah si que esas tenemos, pues ahora mismo, te vas a comer mi polla.
Llevé mi polla a su boca y se la metí de golpe hasta el final, de sus ojos emanaban unas lágrimas y parecía que se atragantaba.
-Así, comela toda, que me quiero correr en tu boca. Y no se te ocurra escupir nada, vamos perra, chupa, chupa..
Literalmente, me la follé por la boca hasta terminar en ella, se tragó toda mi leche, ni una gota se derramó.
Me acosté a su lado y la besé en la boca.
-Oh Jose, me has tratado como una cualquiera.
-Acaso no es lo que deseabas?.
-Por supuesto, no veas lo caliente que estoy en estos momentos, tus palabras resonabam en mi cabeza y me calentaban, además de follarme la boca y obligarme a comer tu leche, que por cierto, está muy sabrosa. Nunca antes ha disfrutado tanto del sexo.
Mientras decía todo esto, su mano estaba en su coño, tocándose. Para que ella quisiera que yo volviera a su casa, debería dejarla con más ganas de mí, así que me levanté, me vestí y le dije:
-Ahora ya has tenido bastante, mañana, si así lo deseas, vuelvo y te doy otro masaje.
-Nooo, no me dejes así de caliente.
Abrí la puerta y salí, cerrándola tras de mí. Al llegar a la puerta de salida, me encontré con Mercedes, estaba con la cara roja y sus ropas estaban mal colocadas.
Acaso Mercedes, había escuchado algo?, quizás disfrutara ella sola, mientyras oía a su jefa correrse. Quién lo podía saber?
-Ya te vas?
-Sí, por hoy está lista Mari. Mañana, si quiere, volveré a darle otro masaje. Hasta mañana.
Mientras iba hacia mi casa, no dejaba de pensar en la mujer que había dejado en aquella casa, caliente como una perra y con ganas de disfrutar del sexo, pero seguro, me volvería a llamar, o no.
Bueno amigos, esta fue mi primera vez con Mari, me ha gustado recordar aquella aventura, tanto, que no he podido resisitirme a desabrochar mi pantalón y dejar salir mi polla, para a continuación, terminar masturbándome en honor a Mari y sus maravillosas curvas.
Habrá segunda y quizás una tercera parte, de momento, disfruten de ésta y dejen sus comentarios. Pueden leer mis otros relatos en mi perfil, saludos.