Mi primera vez, con el novio de mi tia

Llegué a casa de mi tia y solo estaba su novio, con ganas de coger a alguien, aunque fuera yo.

Bueno, aquí va mi primer relato que escribo, mi primera vez con un hombre, el novio de mi tía, cuando yo tenía 18 años y el unos treinta.

Yo tenía 18 años, y mi madre de vez en cuando me obligaba a llevar un plato de comida a casa de mi tía, algo que yo odiaba. Cuando llegó ella estaba trabajando pero sí estaba su novio Javi, el típico tío en paro sin ganas de moverse, y eso era algo que repugnaba, lo único que le libraba es que tenia un buen paquetón que me quitaba el aliento.

Me invitó a pasar y a sentarme a ver la tele con él un rato, cosa que yo acepté. Yo estaba muy nervioso, él estaba sin camiseta y no paraba de acariciarse el vello y ponerse bien el paquete como un buen macho, y yo no dejaba de mirar de reojo. Cosa que se dio cuenta porque no paraba de sonreír.

La poya se me empezó a poner dura, y estaba muy incómodo y me daba vergüenza colocármela bien por si se daba cuenta, así que me levanté para ir al baño y cuando pasé por delante de él me dio un golpe en el culo. Yo lo vi como algo normal entre tíos, pero en verdad fantaseé y me puse a mil.

Cuando volví él estaba viendo el partido como hipnotizado, así que me volví a sentar. A todo esto vi que me miraba de arriba abajo bebiendo a la misma vez la cerveza. Y de repente me dice;

-" Has crecido muy rápido sobrinito".

A la misma vez me tocaba los brazos comprobando que estaba bien formado, como un amo a su perro de lucha. Yo lo dejé hacer, y me da un pequeño golpe en el paquete, y me dice;

-"¿Eso lo tienes también ya como un hombre o aún como un niño?"

A mí me entró la risa tonta y le dije que lo tenía todo como un hombre. Me mira, me coge de la mano y llevándola a su paquete y me dice;

-"¿Así de grande como esto?

Quedé helado, y dejé mi mano acariciar su paquete y cada vez lo restregaba mas, hasta que sacó el cinturón bajo la cremallera y liberó su poya morcillona, aún no dura del todo. Me quedé viendo esa poya que me ataría tanto, hasta que el cabrón me dice q voy a ser su zorra, me coje de la cabeza y me la lleva a su poya y me la mete entera.

Como me gustó, empecé como un loco a comerle la verga, mientras él me cogía el culo y me apretaba... mmmmm, nunca se me olvidará ese sabor. Cada vez me cogía mas fuerte de la cabeza y me apretaba mas, me daban arcadas, algo que se ve le gustaba mas y me daba mas fuerte. Cuando intenté despegarme no me dejó y veo como levanta el culo mas para meterla y de repente noto como los chorros me inundan la garganta...

A todo esto, cuando acabé de tragarme la leche, me di cuenta q la otra mano estaba en mi culo y dos dedos dentro. Yo no me había dado cuenta, joder, que cachondo estaba. Le miré a la cara de cansado, me guiñó un ojo, me bajo los pantalones y me la comió hasta correrme yo también en su boca. Me volví a vestir y me fui. En la siguiente historia os contaré nuestro segundo y último encuentro, en donde le di todo mi culo para él.