Mi primera vez con él
Lo ví, me gustó, me cogió y lo perpetua mis unos meses.
Hola, mi nombre es izzit, soy morena, delgada con caderas anchas y un buen trasero, pechos grandes y muy bien puestos.
Esta es la primera vez que publico, se trata de mis vivencias en el mundo del sexo, el cuál fui descubriendo poco a poco y con ayuda de varios “amigos”, intentaré ser explícita y espero les guste.
En esta ocasión les contaré sobre mi primera vez con un amigo, que se convirtió en una relación extraña, de sólo sexo, sin exclusividad de ninguno de los dos.
Lo conocí en una posada en Diciembre de 2015 y desde el momento en que lo ví, sentí que no sé describir, pero me encantó, estuvimos conversando toda la noche, yo coqueteé con él, cómo para ver hasta donde llegaría esto, esperando que fuera muy intenso, y así fue.
Acabó la reunión y decidimos seguir la fiesta, para mí suerte, el único que tenía casa sola, era él, por lo que nos dirigimos a su casa, compramos bebidas y continuamos divirtiéndonos, un grupo de amigos y nosotros dos, que no nos separábamos para nada.
En un momento de la madrugada, me invitó a ir a su habitación, para estar más tranquilos, pero yo sabía que nos saldríamos de control – y lo estaba deseando- así que fuimos y cerramos la puerta.
Parecía que habíamos acumulado mucha tensión sexual durante la noche, porque en cuánto entramos, nos abalanzamos, para besarnos cómo posesos, tocándonos por encima de nuestras ropas, las cuales dejamos caer apresuradamente en el piso, dejando de besarnos sólo para desnudarnos rápidamente.
Me empujó a la cama e inmediatamente se abalanzó sobre mi, besándome sin tregua y tocándome mis pechos, mis nalgas y vagina, mientras yo acariciaba su pene de arriba hacia abajo y amasaba sus testículos, lo cuál me puso a mil por hora, además de encontrarme totalmente ebria, lo que aceleró el proceso para calentarme y ceder completamente.
Gemía estruendosamente, sin importar que los de afuera me escucharan, solo quería gozar de su pene erguido.
Me besaba de manera posesiva y hambrienta, y yo gozaba de la misma manera e intentaba darle el mismo placer intenso, con mis manos en su miembro y mi boca en la suya.
Sin más, me penetró con fuerza, haciéndome gozar de manera indescriptible y me perdí totalmente en las sensaciones, dejándome llevar, en parte por el deseo y en parte por el alcohol que llevaba ingiriendo desde temprano.
Estuvo cogiéndome de esa manera por muchos minutos, con fuerza constante y yo le pedía que me diera más y con más fuerza, él me complacía compulsivamente, me dio la vuelta y me puso de perrito, me penetró con mucha fuerza, grité por el placer tan intenso que me proporcionó su pene, yo estaba excesivamente mojada y receptiva, lo que facilitó su trabajo.
Yo le pedía más y más, a grito abierto, gimiendo y diciéndole – más fuerte, dame más verga, que él me decía que estaba muy rica y que me cogería por siempre.
Me cogió por mucho tiempo de perrito, me nalgueaba fortísimo y yo gozaba como nunca y quería más y con más fuerza, el me complació, entre palabras obscenas que me generaban un morbo increíble y un placer indescriptible, hasta que me saco su verga y me eyaculó en la espalda, con su semen caliente y abundante.
Después me acurruque en su pecho desnudo y yo completamente sudada, extasiada y delirantemente complacida, pero también cansada, dormí un breve tiempo, desnuda y cachonda.
Desperté, me vestí y me despedí de todos, para irme a casa a descansar y recordar el increíble momento que acababa de pasar, con un chico al que acababa de conocer.
Esto se repitió por varios meses, después les contaré sobre esos encuentros igualmente placenteros.
Espero les gusten mis vivencias. Saludos