Mi primera vez con B mi Pastor Belga

Mi perro me hace entrar al mundo de la zoofilia

La primera vez que sentí su lengua en mi vagina salte asustada, lo regañe y le dije que se fuera, estaba yo quitandome la ropa para bañarme y el rondaba a mi alrededor, cuando me agaché a recoger las panties que me acababa de dejar caer al piso fue cuando sentí su lengua recorrer desde mi vulva hasta mi culito, era larga, tibia y rasposa, mientras me bañaba no dejaba de recordar el escalofrío que me recorrió cuando la sentí y me sorprendí tocando mi vulva, entonces fue que me di cuenta que eso me había puesto muy cachonda, pero era mi perro, ¿cómo podía estar cachonda porque pasó su lengua por mi vagina?.

Pasaron los días y dejé de pensar en el asunto, pero un sábado por la mañana me encontraba sola, mis esposo estaba trabajando y las niñas se habían quedado de fin de semana con los abuelos, prendí un poco de mota, le di varios toques, puse música y me dispuse a pasar una mañana relajada, entrecerre las cortinas, me tendí en la cama y puse unas pelis, mi pastor Belga me hacía compañía recostado a un lado de la cama, la peli que veía se puso cachonda y yo también, así que deslice mis calzones, subí mi vestido, abrí mis piernas y comencé a frotar mi clitoris, mis jugos comenzaron a salir de mi vagina caliente y fue entonces que sentí de nuevo el lenguetazo de "B" me detuve y trate de sentarme en la cama, pero sentí otro lengüetazo pasar desde mi culo hasta mi vagina y fue tan delicioso que en vez de levantarme abrí más mis piernas, ofreciéndole toda mi vagina hinchada a "B", el continuó lamiendo más y más, sentí su lengua penetrar mi vagina, eso me puso más caliente, mi jugo salía y salía callendo al piso, yo gemia de placer mientras el continuaba impetuoso su tarea, era el mejor oral que había sentido en mi vida, daba pequeños mordiscos a mi clitoris de ves en cuando y eso me hacía gritar de placer, fue un amante muy gentil, de pronto lo sentí retirar su lengua y pensé que se había ido, pero salto sobre mi cuerpo moviendo su cadera, sentí miedo y quise parar, le dije NO "B" abajo e intentaba quitarlo de encima de mi, pero el es un perro muy grande, cuando se para en dos patas me abraza por los hombros, entonces sentía todo el peso de su cuerpo sobre mi y comencé a sentir su verga muy mojada sobre mi estómago, sentí pánico de pensar que pudiera entrar en mi, yo solo quería si lengua, así que lo comencé a empujar me tratar de deslizarme hacía abajo de la cama para poder safarme, quedé de rodilla en el piso y lo empuje, entonces logre que se quitara, pero el se dio la vuelta y subió sus patas a mi espalda, lo hizo con un pequeño salto que me empujó hacia adelante, entonces quedé a gatas y fue cuando sentí su verga cerca de mi entrada trasea, me tenía a su merced, sentía su verga mojada sobre mis nalgas, dando golpes torpes, buscando una cueva para entrar, sentí una mezcla de pánico y exitacion, sabía que no era correcto sentirme así, quería quitarlo y a la vez no, fue entonces que sentí la primera embestida en mi culo, la verga de "B" estaba aún delgada y puntiaguda, muy roja y estilaba por lo que la enterró muy fácilmente en mi culo, di un grito de susto y placer, embistió por segunda vez muy rápido, porque se movía con frenesí y se salió de mi culo, siguió embistiendome pero su verga ya no atinaba a mi hoyito, después de un par de intentos más se bajó, yo ya estaba muy caliente y quería más así que me puse bien en cuatro abrí mis piernas lo más que pude y lo llamé para que me montará, se fue de inmediato sobre de mi, estaba muy frenético y agitado, me lamia toda y trataba de penetarme pero no encontraba mi pucha, yo gemia solo de pensar en que me iba a coger mi perro, busque ayudarle, pero no alcanzaba su verga, yo estaba tan ansiosa como él, pero el subía y bajaba después de un par de intentos y no logré que me penetrara.

Así que fui por mi dildo, me senté al borde de la cama y me lo metí hasta el fondo, estaba tan mojada y tenía tantas ganas de verga que lo deboré todo, mientras me daba placer con él dildo "B" se acercó y me comenzó a lamer la pucha de nuevo, fue su lengua la que me hizo llegar al orgasmo, su tibia y rasposa lengua que me recorría toda, que se metía en mi culito y me hacia vibrar de placer, estalle en el más rico de los orgasmo que había sentido, cuando me recuperé me sentía culpable, pero sabía que quería que volviera a pasar, sabía que iba a volver a pasar.