Mi primera vez
No me imaginaba que me gustaban los hombres, todo comenzó en el baño de un parque.
Mi nombre es Danny vivo en Quito- Ecuador y es la primera vez que envió un relato a esta página.
Verdaderamente yo no me había dado cuenta que me gustaran los machos hasta un día que decidí entrar al baño de un parque en el centro de la ciudad, todos los días pasaba por ahí, pero no me había sucedido nada hasta el momento.
Ese Día entré a los urinarios como de costumbre que a propósito no tienen divisiones y se le puede ver el miembro al otro hombre que está orinando allí. Ese día estaba sólo orinando como de costumbr5e cuando de repente entró un chico de unos 25 años, se paró a mi lado y empezó a observarme mi miembro mientras orinaba, se sacó el suyo y empezó a masturbarse mientras me veía.
Yo tenía un poco de miedo porque nunca me había pasado esto; un poco tembloroso le pregunté que si tenía algún problema con mi pene ya que no le despegaba la vista, me dijo que le gustaba mucho y quería que pasáramos un rato agradable juntos, salí desesperadamente del baño porque me había dado miedo; sin embargo el salió atrás de mí, me alcanzó y me dijo que no me as}uste que me iba a gustar mucho, así que acepté.
Fuimos a un hotel al frente del parque, hablamos, me dijo que se llamaba Paúl, él era un chico guapo, musculoso, y bien dotado (22 cm); como hacía un poco de calor me dijo que se iba a dar un baño antes de que comenzáramos nuestra relación.
Lo esperé cuando de repente salió completamente desnudo de baño, nunca habías visto un hombre en esas condiciones, por lo que me dio un poco de vergüenza, se sentó a mi lado y me dijo que me quitara la ropa, yo accedí a esa petición y estábamos en ese momento los dos completamente desnudos, se agachó y empezó a mamarme la verga, que me creció al máximo parecía que me iba a reventar pero al mismo tiempo sentí un placer tan grande que me llevaba a la luna, nunca había sentido nada igual en mis experiencias con mujeres.
Después de que el me acabó, yo también le mamé su miembro ., realmente se sentía muy rico, vimos juntos películas porno en la tele de la habitación, lo cual nos sirvio de inspiración y me dijo que si quería dejarme penetrar, en ese momento en que estaba tan excitado no me importó nada y acepté; me cogió entre sus brazos y me dio la vuelta, me introdujo sus dedos en mi ano para prepararme un poco, luego me metió toda su verga, me sentí de maravilla, como si volviera a la vida. Acabó en poco tiempo toda su leche se había regado en mi espalda y se sentía delicioso.
Salimos del hotel y cada uno se fue por su propio camino, hasta el momento no he sabido nada de él. Pero me gustaría volver a vivir esta fantasía con alguien más.