Mi primera vez anal
Anal, él me dijo si te duele es porque no saben hacerlo... y fue estupendo!!
Vamos a revivir un dulce momento…
Había regresado a mi antiguo trabajo, aquel donde conocí a un hombre casi perfecto y el “casi” es porque él es casado, pero, y eso qué importa?, yo también lo soy… El punto es que aquel hombre me encanta, me fascina, pero para mí solo era un sueño, un amor platónico que nunca podría alcanzar, o bueno eso creía yo hasta que regrese a la empresa y lo volví a ver.
El estaba de pie, dándome la espalda, pase detrás de él, y sin dejar de caminar acaricie lentamente su espalda provocando que me siguiera con la mirada y me buscara. Me saludo con la sorpresa de verme de nuevo me abrazo y me dio mi respectivo beso. Él no podía saber todo lo que para mi significaba su saludo, su beso, su abrazo. Sin embargo en mi cuerpo, mil y una sensaciones eran provocadas por aquel hombre.
Cada mañana yo me presentaba en su oficina para saludarlo, y en cada saludo yo quería gritarle que me moría por él, por sus labios, por su cuerpo, sin embargo permanecía callada. Un día, lo salude, platicamos un rato, y cuando ya me iba, volví a su rostro, nos miramos y nos besamos a la mitad de la boca… no había sido error, era real, y yo tenía que reafirmar eso, lo mire, y me dejo acercarme a sus labios, apenas los rocé, pero fue maravilloso. Viaje de la tierra a la luna de golpe. Y me encanto. Salí de su oficina flotando sobre nubes. Era real, me había dejado besarlo, él me había besado…
Le envié un correo, un simple “gracias por dejarme tocar tus labios” y a partir de ese momento comenzó nuestra historia. Mil y un mensajes y al fin llego el viernes, yo quería estar con él a solas, sin testigos, moría por comerme sus labios. Pero no sabía que tan correspondida era hasta ese viernes, donde quedamos en salir y vernos en algún lado. Yo tenía en la mente un café, pero si se podía mas, obvio no iba a decir que no, tal vez sería mi única oportunidad de estar con él.
Me subí a su camioneta negra, hermosa, y nos fuimos juntos. Él ya pensaba en lo que me iba hacer, yo no sabía que pasaría, se lo insinuaba, pero no estaba segura de que me entendiera. Finalmente llegamos a un hotel bastante escondido. No lo podía creer, estábamos ahí, los dos y entonces supe lo que pasaría.
Entramos a la habitación, me tire en la cama, se acerco a mí y no hubo preámbulo, comenzó a besarme desesperado, me despojo de la ropa, y se despojo de la suya con casi nada de mi ayuda. Él sabía lo que quería, y yo me dejaría hacer, pues no podía creer que aquel hombre que yo veía inalcanzable estuviera allí para mí.
De pronto me dio miedo él tomo todo el control de la situación, me estaba dominando, yo no quería que entrara sin protección, pero no podía hacer nada, entre sus besos, sus caricias y mi excitación no alcanzaba a coordinar palabras, sin embargo se lo pedí, he hizo caso omiso… finalmente no me importo, mi placer estaba primero. Que me hiciera el amor, como quisiera pero que me dejara disfrutarlo.
Me beso apasionadamente, casi desesperado como si él también hubiera aguardado por ese momento tanto como yo. Y luego, separo mis piernas y comenzó a comerme, su lengua tocaba el comienzo de mis labios, apenas rozaba mi clítoris, pero me estaba llevando a un placer inimaginable, acariciaba suavemente, como quien da lengüetazos a un helado que no se debe acabar. (Debo aclarar que me encanta tener rasurada esta parte pues en definitivo pienso que debe ser bastante incomodo comerse los vellos). En fin aquellos movimientos con su lengua eran únicos y deliciosos, separaba mis labios y exploraba todo, se detenía en mi perla. La chupaba hacia él… alucinante!!, yo no podía dejar de gemir, y me movía involuntariamente por aquel placer proporcionado; pero él me detuvo, me tomo las manos y controlo mis movimientos, aquello era demasiado, y la vdd no aguante mucho, estar detenida, sin poder moverme, hacia que me concentrara únicamente en las ricas sensaciones de su lengua en mi perla, y de repente lo solté, mi primer orgasmo estaba saliendo de mi. Supongo que él lo noto y me dejo un momento, solo en lo que llego a mis otros labios y me pregunto “te gusto” y respondi, “solo un poco” Errooorrr!!! Xq entonces no obtuve tregua, me penetro sin misericordia, clavo su espada hasta el fondo de mí, provocando oleadas de placer continuas. En verdad yo no podía dejar de gemir, el placer era demasiado y eso lo excitaba aun mas. Aceleraba la embestida y cuando estaba yo a punto de terminar él se detenía, prolongando de esta forma mi placer. Y provocando que fuera yo quien consiguiera un mayor y mejor orgasmo. Yo nunca había tenido tantos orgasmos juntos, estaba empapadísima, ya no recuerdo cuantos orgasmos tuve, tal ves 4 o 5, que importa era demasiado rico para pensar.
Apenas termine y trataba de reponerme, cuando de nuevo él me estaba provocando otro orgasmo, siguiendo la misma técnica acelerar y frenar; en verdad esto me enloquecía. Me sostenía por el cabello demostrándome que era él quien estaba controlando mi placer. Yo creí que no iba poder más, pero mi cuerpo no pensaba igual que yo y le respondía sin problema. Y termine de nuevo…
De pronto se levanto me jalo hacia él como si fuera una muñeca y me colocó de espaldas empezó acariciarme entre mis labios vaginales, se mojaba los dedos con mis fluidos… yo estaba demasiado extasiada él me miraba, observaba cada gesto de mi rostro, mi mirada, mi boca, mi cuerpo. Lo disfrutaba en vdd. Yo no podía más que dejarme hacer y perdí como nunca, perdí como nadie. Me penetro de nuevo esa posición, en cuatro me hace llegar al cielo y tocar las estrellas, lo consiguió, otro orgasmo. Y mi cuerpo seguía respondiéndole, cómo era posible? Nadie había logrado algo así en mi antes. Me deje caer, en vdd no podía mas, a mi me temblaba todo pero mi cuerpo no decía lo mismo.
De pronto sus dedos entraban en mi vagina, mi miel escurría, y todo él lo aprovecho para mostrarme otra forma de sentir placer una que ni yo misma lo había pensado. Yo estaba totalmente entregada a él. Y de pronto sentí sus dedos en mi ano acariciaba tan despacio que apenas y lo note. Jugaba con toda esa parte, mi vagina, mi clítoris, mi ano… y yo no lo podía creer. En verdad lo haría? Yo me dejaría? Me dolería? Ah, eran demasiadas preguntas por mi cabeza.
Me dedique a sentir; todos sus movimientos me relejaban, él me decía que estaba muy mojada y yo lo podía sentir. Podía sentir como sus dedos se movían libremente por toda esa parte, y presionaba muy lento sobre mi ano, muy despacio. Se tomo el tiempo suficiente para que mi cuerpo respondiera. Y yo supongo que lo hizo, porque de pronto me puso en cuatro, yo no sabía si quería pero él no se detuvo lance “no’s” entre cortados, me preguntaba si quería que se detuviera, yo decía “si” sin fuerza… en realidad quería probar, pero tenía miedo. Y él me entendió, entendió mi lenguaje sin palabras. Entonces me preparo tan bien que entro en mi sin problema, me preguntaba si me dolía, y la verdad era que no. Era diferente, rico, placentero, pero diferente. Mi ano se acoplo a él y entonces sucedió, él podía entrar y salir libremente de mí. Consiguió ser el primero y estoy segura él único en estar en mi virginal ano. Su máximo placer era yo. Y me tenía a su merced, dispuesta a todo dejándome hacer de todo. Y por fin lo escuche, el estaba logrando expulsar su semen, yo creí que me había llenado de él. Después me entere que no fue así. Se dejo caer sobre mi extasiado entrelazo sus manos a las mías. Y empecé a relajarme.
Jamás hubiera imaginado que viviría algo así con él, con mi hombre “casi” perfecto, con mi amor platónico. Lo soñé si, muchas veces… pero esta vez era real. Lo podía sentir, lo podía tocar, estaba ahí, solo para mi.
Y me enamore como una loca!!!