Mi primera vez

Muchos de los chicos tienen conflicto con los sentimientos gays que desde dentro comiensan a florecer... esta es la historia de dos reclusos que se desean pero no aceptan su condicion...

EN LA CARCEL

Desde Colombia por Cristiam

Eran las seis de la mañana cuando entro Carlos en la celda, solo levante mi mirada, sin darle ninguna importancia al nuevo recluso, era un joven tímido de unos ojos preciosos donde se reflejaba la tristeza de un pasado negro o turbulento, sus labios expresaban ternura, mientras que en todo su rostro existía una expresión melancólica que impedía ver mas allá.

La celda tenia dos camas, a si que él, de una se sentó frente a mi, quien distraído leyendo el libro de Gabriel García andaba perdido en el mundo de los " Cien años de Soledad ".

-- ¿Es muy buena no? -- me dijo mirando fijamente mientras esperaba una respuesta mía.

-- ¡si!, es chévere, interesante. Le respondí sin mirar. Luego se levanto, agarro los barrotes de la celda mientras se hundía en una tristeza amarga que se reflejaba en todo sus cuerpo.

-- ¿por qué estas aquí? – le pregunte sin dejar de leer.

-- por una tontería – me contesto después de una pausa y mientras daba media vuelta y regresaba a la cama.

-- ¿es primera vez que vienes a la cárcel? – le pregunte mirándolo por encima del libro. Me miro fijamente, fue entonces cuando vi el poder de sus ojos, su mirada me atrapo y entonces sentí que algo se apodero de mi, algo como una fuerza, sentí algo que no les puedo describir.

-- No. Es la segunda vez – me contesto mientras se recostaba en su cama.

Mi respiración se volvió tibia cuando se quito la camisa y dejo ver su torso; no entendía qué me pasaba pero no podía dejar de mirarlo, su cuerpo era perfecto, entonces apreté fuerte el libro, para no cometer una locura, y detener a si el impulso que tuvo mi cuerpo.

A la mañana siguiente, cuando pensé que lo de la noche anterior había sido una tontería, tuve que hacer un esfuerzo sobrenatural para no correr hacia él y tocar todo su cuerpo y dejar salir esa sensación que desde adentro me quemaba.

-- no puede ser, ¿Qué me esta pasando? – pensé, pero a pesar de todos los esfuerzos era imposible que mis ojos corrieran hacia él.

Lo más terrible fue a la hora del baño: una electricidad corrió por mi abdomen y un calor invadió todo mi ser, cuando vi la hermosura de su pene, la perfección de sus glúteos, la belleza de sus piernas, la fortaleza de sus brazos y la exquisitez de sus abdominales. Cerré mis ojos y baje la cabeza para disimular. ¿Pero como no mirar ese cuerpo mojado, las gotas de agua que seducían su piel y jugaban por todo su cuerpo?

Decidí esperar que él saliera para luego yo bañarme, pues, no quería estar desnudo junto con él para evitar cualquier locura.

Poco a poco nos fuimos haciendo buenos amigos, pero a medida que esto pasaba mi "atracción" por él aumentaba, era algo tan raro y tan extraño, que yo me negaba a aceptarlo.

Seguía yo luchando contra este estremecimiento que ya me había dominado casi por completo. Seguía luchando contra un mostró que me comía desde adentro, peleando contra algo desconocido que era más fuerte que yo, buscaba salidas que no existían, trataba de imponerme una personalidad machista para convencerme de mi hombría, pero lo que estaba en mi, era cada ves más fuerte, mas potente, y había tomado control total de mis sentidos.

No sabia que hacer. Me debatía entre ser hombre o dejar que el otro yo, dominara por completo mi ser.

-- ¿qué te pasa? – me pregunto él al notarme un poco incomodo y ansioso; y era que siempre me sucedía cada vez que él se quitaba la ropa frente a mi para quedar en bóxer a la hora de dormir, yo tenia que hacer un gran esfuerzo para no dejar notar mi interés en el bulto que dejaba ver su ropa interior. Lo que se convertía en una tentación casi intolerable.

Fue peor aun cuando una noche se acerco y se sentó a mi lado, mi cuerpo estaba lleno de sudor y cada célula de mi piel lo pedía a gritos -- ¿te sientes bien? – me pregunto

-- Si. Creo que si – le conteste con un gran esfuerzo.

-- ¡No mira estas frió y sudando! – me dijo mientras agarraba mi brazo. Lo que provocó que mi respiración comenzará a entre cortarse. A duras penas pude sonreír y mirarlo.

-- te pongo nervioso verdad – Me dijo mientras posaba su mano en mi muslo. Entonces di un salto y caí sobre mis pies y quedándonos inmóviles, nuestras miradas se entrelazaron y entonces una cosa rara se apodero de todo mí ser.

-- Tranquilo. Tranquilo… y… disculpa, mira yo… mi intención no era hacerte sentir mal, hermano disculpe ¿Si?

-- No no no… yo… Tranquilo no pasa nada.

-- disculpa… no se que me paso – me dijo mientras busco el refugio de su cama. Y como siempre, exhibía su cuerpo casi desnudo, posando en esa cama con un erotismo disimulado y erótico que lograba llamar y cautivar por completo toda mi atención, su piel canela era un imán que me atraía cada vez con más fuerza y su cuerpo un ciclón que me arrebataba la tranquilidad. Al verlo ahí tan erótico y provocativo,

comenzó mi respiración a acelerarse, entonces, me derrumbe en mi cama tratando de olvidar la sensación de su mano puesta en mi pierna, y al no poder, me puse de pie y camine de un lado a otro. Aún no entendía qué me pasaba.

Después de mil negaciones y contradicciones mentales, después de tratar de controlarme, mil y una vez, llegue hasta el umbral de su lecho, baje mi mirada y contemple su hermoso cuerpo, en aquel momento me encontré con su mirada y la sonrisa de sus labios, bellos labios que como hechicera me conjuraron a desearlos por siempre.

-- siéntate – me dijo mientras abría campo para que lo hiciera – ¿tienes miedo? – me pregunto, pero mi vos se negó a responder, a si que solo pude menear la cabeza positivamente. La luna se me vino encima cuando sentí que su mano toco mi pecho y suavemente me empujo hacia la cama. Pensé que soñaba. Una pequeña electricidad recorrió todo mi ser cuando sus labios tocaron los míos; entonces deje de luchar, y comencé a ser conciente que no podía combatir con algo que viene de adentro. Sentimiento que no me invente y que nunca pedí sentir. Sensación que llegó y que nunca supe de donde. Fuerza extraña que es más fuerte que yo.

Cuando me di cuenta, ya estábamos desnudos. Su piel consumía mi cuerpo mientras él recorría con sus labios cada rincón de mi alma y me cubría con su potencia y su hombría.

Sus besos me sabían a miel, sus manos me azotaban con suaves caricias. La expresión de sus ojos me consumía. Entonces explote en mil sensaciones y deje salir mi verdadera identidad: lo lance contra la cama y contemple su cuerpo como el de un dios. Su pene erecto me invitaba a hacer lo que nunca. Y sin pensarlo lo tome su enorme verga entre mis manos y me la llevé a la boca, fue entonces cuando sentí ese olor y por primera vez el sabor de un hombre. Era algo mágico, distinto y excitante. Olvide todos mis prejuicios y me deje llevar por lo que carne me pedía.

Inmediatamente nos perdimos en la pasión de un beso acalorado. Luces de colores me rodearon cuando sentí la tibia sensación de sus labios en mi pene, un torrente de mil sensaciones nunca antes sentidas llegaran a mi cerebro; entonces pude darme cuenta de la diferencia: aunque mujeres ya me lo habían hecho, nunca me habían hecho sentir lo que esa noche sentía. (Y es que ¿Quién mas que un hombre para saber donde y como se debe chupar? A un hombre)

Tuve que hacer un esfuerzo para no morirme cuando su potencia ciclónica arremetió con toda su fuerza contra mí.

Sentí que me moría cunado su pene toco mi orgullo; era una sensación orgásmica. De manera impredecible sentí como empujaba su arma e invadía mi propiedad. Cuando penetraba mi vida. Cuando con ternura me hacia suyo.

Tuve que morder la almohada para soportar y no gritar, empuñaba mis manos para buscar fuerzas, pero fue inútil. No pude evitarlo. Grité de placer al sentir como su pene se deslizaba bruscamente muy adentro de mí.

-- aaahaa --

-- uuhau – expreso con placer – esta virgen. Entonces se quedo quieto y mientras el calor de su pubis quemaba mis glúteos; él busco mis labios y entrego su lengua a mi antojo.

Comenzó a entrar y a salir, mientras que yo tenía que quejarme al ritmo de sus apasionados movimientos que no cesaron hasta que sentí que mordió mi espalda y empujo con toda su fuerza, metiendo sus brazos por debajo de mis hombros culeaba como animal y empujaba como bestia y sin tener compasión lo hizo hasta el empujón final. Entonces sentí su verga palpitar mientras sus chorros tibios me invadían por completo.

Entonces, a reacción normal, de tanta excitación mi pene reacciono con una eyaculasión explosiva lo que causaba que mordiera la verga que aun dentro de mí descargaba sus últimas gotas de pasión.

El, cayó desplomado sobre mi cuerpo húmedo de sudor, su respiración quemaba mis oídos y aún su verga dentro de mí palpitaba de ves en cuando.

Todavía recuerdo como se deslizaba su pene hacia fuera y la sensación de ardor y placer que me quedo. Entonces busco mis labios y me apretó entre sus brazos Y allí, nos consumió el sueño. Desperté en su pecho, quien sabe a que hora, y aún desnudos entrelazábamos nuestros cuerpos hasta la mañana.

Esta fue mi primera vez, y desde entonces, lo hacemos cada vez que queremos. Y cada arremetida es un derroche de pasión, que hace bajar las estrellas.

Carlos te amo.

También he comprendido que nadie es culpable de sentir lo que siente ni de ser lo que es. Tú no te programaste para querer ser gay, ni lo eres por que te da la gana. Ser gay no es malo; malo: es no saberlo ser.

Son dos cosas diferentes. La mujer sabe a manzana, mientras que el sabor a banano del hombre es diferente.

Esta historia fue basada en un hecho real.

Si te gustó escribe a mi correo: Yojalm@hotmail.com ó Yojalm2@yahoo.es o bien a CRISTIAM@conexcol.com

También puedes sugerirme temas de los cuales quieres que escriba.

Saludos a todos:

C R I S T I A M

VIVA COLOMBIA!