Mi primera vez

Mi primera vez y con mi primo

Buenas a todos, os voy a contar mi primera vez y además con mi primo.

Os pondre en la situación actual, tengo 21 años y mi primo los mismos aunque quince días menos, yo soy alto y delgado y mi primo unos 10 cm más bajo y unos kilos de más, aunque esta historia comenzó a los 13 años. Yo me llamo Jorge y él José Luis.

Desde que tengo memoria, mis veranos los he pasado en un pueblo de Guadalajara de la zona del Alto Tajo, donde vivian mis abuelos y mis tios.

Cuando eramos pequeños, eramos unos trastos, nos pasábamos el día de un lado al otro investigando y haciendo las mil y una perrerías pero nuestro lugar favorito era el rio, que aunque tenía el agua muy fria, nos daba igual y nos metiamos de golpe sin importarnos nada, y si no había nadie por los alrededores, bañadores fuera.

Nuestra niñez fue feliz y divertida, poco a poco ibamos creciendo y mientras estabamos juntos (verano, navidades, semana santa y alguna que otra escapada con mis padres) eramos inseparables, dormiamos en el mismo cuarto pero en camas separadas que posteriormente juntamos para no estar cada uno a un lado de la habitación que, por cierto, era enorme. Estudiabamos mucho los dos durante el curso para que el verano fuera largo y sin otra precoupación que pasarlo bien.

A los 12 años empezamos a descubrir la sexualidad y supongo que nos iniciamos como todos, masturbándonos, y la verdad, eramos unos viciosillos, aprovechabamos cualquier oportunidad para hacerlo, cuando nos levantabamos, cuando estabamos por el campo, cuando estabamos en el rio, cuando nos acostabamos, vamos que no parabamos. Ese verano fue tremendo, abonamos con nuestro semen hasta el último rincón del pueblo.

El invierno siguiente, en Reyes, mis padres tuvieron la brillante idea de comprarme un portatil, mi padre ya estaba harto de que le quitara su ordenador para mis trabajos escolares. Y claro, la libertad de poder usarlo en mi cuarto hizo que ampliara mis horizontes sexuales, aunque ya sabía por mis compañeros del cole todo eso del porno por internet, al cual me aficioné rapidamente y además viendo de todo tipo, cosa de la que informaba puntualmente a mi primo cuando hablaba con él por teléfono.

Ese verano estaba deseando que se acabaran las clases para irme al pueblo y contarle de primera mano a mi primo todo lo que había visto y leido en internet. La primera semana fué tremenda, salimos menos de la casa por que mi primo no paraba de preguntar, de alguna forma me convertí en una especie de profesor y gracias a la gran cantidad de detalles que le daba, nuestra excitación era permanente.

Las primeras semanas pasaron igual, perrerías, baños en el rio, relatos de lo que había visto, pero nos empezamos a preguntar como sería aquello de follar y deseando hacernos mayor para que las chicas nos miraran y quisieran hacer aquello que yo le contaba con nosotros. Una noche mientras nos tocabamos, empezamos una conversación que se salía de las habituales:

  • Primo, me has dicho que las mujeres, en esas pelis, se la menean a los hombres.

  • Si claro, por que lo dices.

  • No sé, es que estaba pensando en como sería que te la tocara otra persona y no nosotros mismos.

  • Jajaja, eso sería estupendo imagino.

  • Y por qué no probamos?

  • Probar con quién?

  • Pues nostros, solo para probar que se siente, aunque solo sea una vez, es que... bueno que me gustaría probar a ver que tal.

  • Pero que dices José, estás loco primo, eso es de maricones jajajajajaja

  • No Jorge, solo una vez a ver que tal, una cosa entre nosotros, sería nuestro gran secreto, es que no quiero esperar a ser mayor.

  • Jo tio, no sé...

  • Venga primo, si quieres apagamos la luz para que no nos de vergüenza hacerlo.

Supoongo que mi primo había sembrado en mi cabeza ese deseo con solo proponerlo, como sería eso de que te la meneara otra persona, no era una chica pero bueno, era mi primo y nos conociamos desde siempre no podía ser nada malo, estuve como cinco minutos pensándolo pero la siembra dió sus frutos:

  • Bueno Jose vamos hacerlo pero una sola vez y con la luz apagada.

  • Biennnnnn, biennnnn, biennnnnn - no dejaba de repetir-.

Nos levantamos, nos quitamos el pijama, los boxer y alli estabamos de pie, con la picha tiesa mirandonos y riendonos por lo que estabamos a punto de hacer. Nos volvimos a meter en la cama y apagamos la luz. A tientas nos buscamos nuestra pollitas y empezamos a tocarnosla, con un suave movimiento de arriba a abajo, creo que nos daba miedo hacerlo tan rapido y fuerte como nos lo hacíamos habitualmente.

  • Jose la tienes muy caliente y dura.

  • Jajaja y tu también, te está gustando?

  • Si, jajajaa, mucho.

Poco a poco fuimos cogiendo confianza, acelerando el ritmo, a veces se nos soltaban por que nuestros brazos tropezando uno con otro, pero enseguida volvianmos a cogernosla. Creo que aquello nos estaba gustanto mucho más de lo que imaginabamos al principio. Aquello estaba durando más de la habitual, nuestros jadeos de gusto eran continuos, creo que no nos corríamos para que aquello tan placentero durara mucho tiempo pero todo acaba y nos corrimos casi sin avisarnos poniendonos pringados unos a otros.

Aquello había sido una pasada, me había encantado, perdón nos había encantando, cuando encendimos la luz se nos notaba en la cara la felicidad, el placer que habíamos sentido. Nos limpiamos como pudimos y nos volvimos a meter en la cama, nos dormimos rapidamente sin decir palabra.

A la mañana siguiente, cuando nos despertamos, nos dimos cuenta de que estabamos desnudos con lo que nos levantamos rapidamente y nos pusimos el pijama, no era plan que entrara mi abuela o mi tía para decirnos que ya estaba el desayuno y nos viera desnudos jajajajajaja

Momentos despues salimos para desayunar casi lo tenían preparado, teníamos hambre y ganas de salir, supongo que estabamos deseosos de comentar lo de la noche anterior. Comimos a toda velocidad, nos despedimos de la familia, nos pusimos el bañador y nos fuimos corriendo al rio.

Años antes habíamos descubierto un recodo rio arriba en el que habia una pequeñita playa rodeada de maleza, en el que nunca habíamos visto a nadie más y que además estaba protegido de las miradas de cualquiera que estuviera en la otra orilla. Ese era nuestro objetivo, estar solos y hablar de lo de la noche anterior.

  • Primo, te gustó lo de anoche.

  • Si tio mucho, vaya pasada Jose y la cantidad de leche que nos salió jajajajaja

  • Jajajajaja si mucha, fué una pasada primo, y como la tenías de dura.

  • Y tu también, dura y caliente.

  • Si pero la tuya es más grande.

  • Bueno puede ser pero es que soy más alto que tú, ya te crecerá jajajajaja

Las risas no paraban, la verdad es que estabamos como locos por lo bien que lo habíamos pasado, aunque se nos notaba un nerviosos, visto desde la distancia que da el tiempo, supongo que también pensabamos que eramos dos chicos y no una chica y un chico.

Al momento decidimos bañarnos desnudos, comprobamos que no venía nadie por la parte baja, nos despelotamos y al agua, fria como siempre, pero que nos espabilo de golpe cortandonos la respiración, como siempre.

Cuando nos dimos cuenta de que teníamos arrugados los dedos fué la hora de salir y tumbarnos en la arena, no nos daba el sol por la vegetación pero el calorcito que hacía nos relajó lo suficiente para calmarnos, era el momento de volver a hablar de lo de la noche anterior y fué mi primo quién empezó.

  • Primo, lo de anoche estuvo genial.

Yo estaba medio dormido y solo conteste con una especie de gruñido de confirmación.

  • Me gusto mucho y se lo que dijimos de que solo fuera una vez pero bueno, no se, pero quizás podríamos repetirlo alguna vez más, bueno si tu quieres claro.

Eso me despertó, debiamos repetirlo, me preguntaba, la verdad es que me había gustado mucho y por que no repetirlo, no haciamos nada malo, mi primo Jose no era una chica pero era mi primo y solo estabamos jugando y disfrutando.

Me incorporé, me puse frente a él con las piernas cruzadas.

  • Jose pero creo que no debemos hacerlo por las noches, ya sabes que a veces entra la abuela para ver como estamos, imaginate que nos pilla desnudos y con las pichas tiesas y tocandonosla.

Mi primo se incorporo rapidamente también y se puso enfrente mía en la misma posición.

  • Tienes razón Jorge, la que se puede liar si nos pilla la abuela, mi padres o los tuyos, nos matan primo jajajajajaja

  • Si claro, a la abuela le da un infarto, con los años que hará que no ve a un hombre desnudo jajajajajaja

. No sea malo Jose que es la abuela jajajajajaja

Las risas volvieron rapidamente, por lo de la abuela y por la idea de repetir.

  • Este no es mal sitio, nunca nos hemos encontrado a nadie por aquí.

  • Tienes razón Jose, los del pueblo se quedan abajo, no suben hasta esta parte del rio, está lejos.

  • Si claro, lo hacemos ahora entonces -me preguntó-

  • Si, si.

Y sin cambiar de posición alargamos los brazos para empezar a tocarnos, era una posición diferente, más de tira y suelta, pero enseguida nos excitamos y se nos pusieron duras, nuestra miradas iban de nuestros ojos a nuestras pollas, no decíamos nada, pero estabamos disfrutando, nos dimos cuenta que cuanto se nos levantaba si las empujabamos hacia abajo nos daba más gusto, aquello era una pasada, nos gustaba "picarnos". cuando uno aceleraba el ritmo el otro le seguía aún más rapido, nos encantaba y mucho pero como la noches anterior, aquello llegaba al final pero esta vez nos avisamos, nos incorporamos y cada uno cogio la suya para terminar y corrernos. Y se me ocurrió la "brillante" idea apuntarle para que cuando saliera le salpicara a él.

  • Jose te voy a pringar -le dije, apuntandole con mi polla cvuando estaba a punto de correrme-.

  • No primo -y se dio la vuelta para evitar esquivar lo que se le venía encima-.

Se dio la vuelta y aún tengo la imagen clavada en mi mente, estabamos negros como tizones salvo la zona del bañador, con lo que ese culo grande (estaba gordito) y blanco hizo un "clik" en mi cabeza, le apunté al culo y me corrí, parecia que me iba a vaciar, le puse el culo y parte de la espalda con grandes manchas blancas. El se corrio también inmediatamente salpicando su leche por las plantes de alrededor.

  • Jo primo mira que te dije que no lo hicieras.

  • Lo siento Jose, me pareció gracioso hacerlo jeje.

  • Pues ahora me limpias pero no lo hagas con la toalla que luego se queda todo pegado.

  • Metete en el rio y te limpias.

  • De eso nada, limpiame tú, que eres el me ha manchado.

  • Bueno, vale -y me acerque para limpiarlo, no podía quitar mis ojos de ese culazo blanco casi deslumbraba-. Inclinate para que lo haga.

Se arrodillo y se inclinó.

  • Así - me preguntó-.

Esa imagen fué aún más perturbadora. En mi cabeza se mezclaban imagenes de las pelis que había visto a escondidas cuando la chica se ponia en la misma posiciñon y el chico la penetraba por cualquiera de los dos agujeros. Empecé a limpiarlo directamente con la mano y me la limpiaba en el bañador, ya lo limpiaría luego en el rio.

No se cuanto tiempo estuve haciendo o más bien tocandole directamente el culo, pero cuando me di cuenta se me había puesto dura nuevamente, no quería que se diera cuenta, y me levanté dandome la vuelta, para que no me viera y me fuí diretamente al rio.

  • Que haces primo, ya has terminado.

  • Si, si, ya he terminado - le dije desde el agua-.

  • Bañate y nos vamos que tengo hambre Jose.

Nos fuimos a casa sin hablar, yo me alegraba de que no me hubiera visto palote otra vez, me daba vergüenza. Comimos con toda la familia, respondimos a las habituales preguntas que donde habíamos estado, que que habíamos hecho y demas, y cuando terminamos y lo smayores se tomaron su cafés, la correspondiente siesta, que siempre protestabamos pero que nos venía bien para recuperar fuerzas para porla tarde y, la verdad, a ver quien salía a la calle a esas horas con el calor que hacía.

La tarde la dedicamos a ayudar a mi tio a arreglar el desván, estaba hecho un desastre, había cachorros viejos por todos los lados. Mi tío quería organizalo y saber lo que había allí, unos días antes había conocido en la capital a un anticuario que estaba interesado en herramientas antiguas del campo. Fué una matadera. Aunque la casa era muy grande no nos podíamos imaginar la de cosas que se acaban almacenando con los años.

Esa noche cenamos y nos fuimos a la cama rapidamente, creo que ninguno de los dos pensara en otra cosa que dormir, y así fué, caimos rendidos rapidamente, creo recordar que ni apagamos la luz pero eso da igual.

A la mañana siguiente, mi primo se despertó antes que yo pero no se levanto de la cama. No se cuanto tiempo despues me desperté yo, pero cuando lo hice me di cuenta de que me daba la espalda y yo estaba totalmente pegado a él pero aun medio dormido me di cuenta de que notaba algo raro, mi primo tenía cogida mi mano y la apretaba con la suya sujentando su polla, se estaba masturbando con mi mano.

  • Que haces Jose - le pregunte aun medio sopa-.

  • Jeje, nada, es que me gusta más que me la toquen que tocarmela yo.

  • Pero y si entran y nos pillan.

  • Que va, hace rato entro mi madre, me despertó y me dijo que se iban todos al pueblo de a lado a comprar, estamos solos.

  • Que suerte, podemos estar en la cama y no hace falta ir al rio, pero estoy en desventaja primo.

  • Y eso por que lo dices.

  • Yo te la estoy tocando y tu no a mí, date la vuelta y me la tocas también.

  • No, no, que estoy comodo así, muevo el brazo yo y seguimos así.

Cambio de mano, me sujeto la mia con la izquierda para que yo no parara y tanteo hasta que me toco la mía.

  • Quitate el pijama para no mancharte -y me quite el pantalon y el boxer rapidamente-.

En aquella posición rara y algo incomoda aunque por otra parte placentera nos masturbabamos mutuamente muy despacio. Como estabamos tan juntos, cuando se me puso dura empecé a rozarme con su culo.

  • Jose no llevas pantalones -le pregunté-.

  • Claro que no, tampoco quiero mancharme, mira -me solto un momento y tiro de la sabana hacia abajo y "clik" otra vez, ese culo grande y blanco, me dio un escalofrio por todo el cuerpo que acabo en mi polla, que se estaba endureciendo pero que con esa visión se puso como el mástil de una bandera y se soltó de su mano.

  • Que te pasa primo -me preguntó-.

  • Nada, nada -contesté como pude, no sabía que decir y menos que verle el culo me daba aún más placer, y empezó a rierse-, por qué te ries Jose.

No paraba de hacerlo, se reía y reía.

  • Venga ya Jose, de que te ríes -me estaba poniendo nervioso tanta risa- o me lo dices o te la suelto -amenacé-.

  • No, no pares y te lo cuento. Jajajajajaja -volvió a reirse- perdona primo, ya no me rio más. Es que te ha pasado como ayer.

  • ¿Como ayer? -ñe pregunte haciendome el nuevo, aunque pensé que si se había dado cuenta de que se me había puesto dura cuando le vi y le toque el culo-.

  • Si, como ayer en el rio, no te hagas el tonto, dime por que se te puso así ayer y ahora, venga primo cuentamelo.

No quería hacerlo, no quería contárselo, me daba vergüenza, que pensaría de mí, mi cabeza era un torbellino, supongo que estaba rojo como un tomate, me ardía la cara. El seguía insistiendo, no paraba de preguntarmelo, y mira que es pesado cuando quiere algo.

Cuando al tiempo me quedé sin excusas acepté a contarselo pero con contrapartida, no se podía reir de mí, no se podía enfadar, y varios no más, que aceptó sin rechistar. Paramos de tocarnos, nos pusimos boca arriba y le conté que me había pasado al ver su culo grande y blanco, lo que había visto en las pelis, la posición que era, lo que hacían los tios cuando ellas se ponian así, etc, etc etc.

Él hacía esfuerzos por no reirse, pero cuando yo lo notaba le decía rapidamente que se acordara que me lo había prometido, y eso a nuestra edad era sagrado, así que se contenía.

Cuando le conté todo y más solo me preguntó:

  • En esas pelis, la leche donde la hechan, fuera o dentro del culo.

  • Según, una veces dentro y otras fuera.

Se quedó pensativo un poco, se puso de rodillas, se dio la vuelta y se inclinó sobre el colchón.

  • Venga primo ponte detrás y dime como lo hacen.

Ya no estaba dura pero cuando se puso así me dió un respingo y me puse de rodillas detrás de él, sin pensarlo, de forma automática, y me pegue a su culo poniendo mis manos en su espalda.

  • Así se ponen, le dije.

"""" y hasta aquí la primera parte de mi relato, en breve más, y perdonar las falta de ortografía, que seguro que alguna habrá"""