Mi primera vez
Nunca me hubiera imaginado que primera vez, ocurriera asi.
Fue al abrir la verja del jardín cuando la vi, estaba acurrucada en una esquina.
Hola! Que haces ahí. ?
Me miró con aquellos ojos grandes, redondos y suplicantes. Entonces me di cuenta de que tenía una herida en la pata trasera.
Pobrecita! Que te han hecho?
Le acaricie la cabeza. Parecía un Dálmata, aunque debía estar cruzada porque era mas pequeña que los perros de esa raza, pero todo su cuerpo blanco estaba lleno de manchas negras.
Vamos! .Ven!
Me dirigí al garaje y ella me siguió cojeando. Allí la curé con agua oxigenada y mercuro cromo. Permaneció cuatro días en el garaje, hasta que mis cuidados y los de mi madre, la convirtieron en una perra alegre y juguetona. A mi me idolatraba, cuando llegaba del colegio, me estaba esperando siempre junto a la verja y se volvía loca de alegría nada mas verme. Y por supuesto se quedó en casa, mi madre se había encariñado con ella, era una perra docil, obediente y cariñosa al máximo. Se convirtió en mi sombra, Cuando yo estaba en la casa, me seguía a todas partes, ni un minuto se separaba de mi. Me iba a mi cuarto a estudiar y ella se echaba al lado de mi silla, se enrollaba y allí estaba sin moverse horas enteras.
No habían transcurrido ni tres semanas de su estancia en la casa cuando ocurrió.
Yo me duchaba cada noche antes de acostarme y ella se colaba siempre en mi baño, se acurrucaba entre el inodoro y el bide y allí esperaba a que yo acabara. Luego me acostaba, ella se echaba en la alfombra al lado de mi cama y allí pasaba la noche.
Aquel día, como siempre fui al baño a ducharme antes de irme a la cama, me desnudé, dejé la ropa en el suelo y mi braga quedo cerca del hocico de Bonita, así le habíamos puesto de nombre, la olisqueo y luego empezo a lamer el salva slip, para a continuación empezar a comérselo.
Bonita no seas guarra. !Deja eso¡
Se lo quite y lo tiré en el inodoro sin darle mayor importancia.
Aquel día hacía un calor insoportable y después de ducharme, me tumbe encima de la cama sin ponerme el pijama. Pasé la manos sobre mis pechos aún húmedos y al hacerlo mis pezones se pusieron duros inmediatamente, los acaricié un momento sintiendo que mi cuerpo pedía algo mas, Abrí los muslos y cuando mi mano separó los labios de mi vulva, ya estaba mojada. Me acaricié el clítoris con la yema de los dedos moviéndolos en círculos, dándome suaves masajes y metí dos dedos de la otra mano en la vagina. El placer llegó despacio, lo alargue cuanto pude hasta correrme entre gemidos.
Bonita estaba como siempre echada en la alfombra junto a mi cama y me miraba como sorprendida de mis suspiros.
Bonita me he hecho una paja muy rica.
Estiré una mano para acariciarle la cabeza y entonces ella husmeó mis dedos y a continuación comenzó a lamerlos.
Te gusta? ¡eh!
En aquel momento me vino a la memoria el momento en que Bonita lamía mis bragas y empezaba a comerse mi salva-slip. Sentí un enorme calor en todo el cuerpo y algo así como un ataque de angustia, el sudor inundo mi frente y mi pecho, el corazón empezó a latirme alocado y pese al calor el vello de mi cuerpo se erizo. Miré a Bonita, ella seguía lamiendo mis dedos.
Me he vuelto loca - pensé
´Me senté en el borde de la cama, Bonita se puso en pie y yo fui abriendo muy despacio las piernas. Ahora temblaba excitada ¿Que estoy haciendo? Separe los labios de mi vulva con las manos.
Ven Bonita.
La perra dio un paso y se colocó entre mis piernas. Las gotas de sudor resbalaban entre mis senos. La tenía tan cerca que noté su aliento en mis manos.
Bonita ..
Mi voz me pareció un lamento. El hocico de la perra me rozó los dedos que mantenían abierta mi vulva, la olió y después .después creí que me iba a desmayar con la excitación tan enorme que invadía los rincones mas recónditos de mi cuerpo. Me dejé caer sobre la cama, la lengua de Bonita estaba en la entrada de mi vagina y lamía ¡y de que manera!
Ay madre mía! Ay madre mía!
Aquella lengua entraba y salía y daba largas lamidas a toda mi vulva y cuando volvía a colarse dentro de mi vagina su hocico se movía sobre mi clítoris. No se si por la increíble excitación o por que motivo empecé a correrme casi inmediatamente, empecé a tener unas fuertes convulsiones, la cabeza se me iba de un lado a otro, me pareció que iba a perder el conocimiento tan fuerte era el placer que estaba sintiendo, poco a poco noté que mi cuerpo se relajaba, el hocico caliente y áspero de Bonita apretaba mi clítoris mientras su lengua hacía estragos dentro de mi vagina lamiendo los jugos que manaban como una catarata. A un orgasmo le sucedía otro ¡aquello era maravilloso! Me corría una y otra vez y Bonita parecía encantada de que los jugos manaran sin cesar. Empecé a notar que las fuerzas me faltaban, ya no podía mas.
Ya Bonita .ya preciosa, no sigas.
La aparte y me tendí en la cama.
Aquello marco mi vida a partir de entonces. A mis 18 años, no había tenido ni una sola relación sexual. Me masturbaba con cierta frecuencia, pero ninguna otra mano había tocado aquel tesoro que tenía entre las piernas y no es que yo fuera fea ¡ni mucho menos! y las ocasiones me sobraban, los chicos revoloteaban a mi alrededor, pero lo mas lejos que había llegado había sido con Juan que una ocasión me había besado un pecho. Hasta aquel momento ningún chico me había hecho tilín, como suele decirse y sin embargo una perrita callejera me llevaba a la mas altas cimas del placer sexual.
Bonita era lista y obediente y aprendió muy rápido mis ordenes.
Despacio Bonita .así así.
Y ella seguía mis indicaciones como si tuviera entendimiento. Me ponía un dedo cerca del clítoris y le decía
Lame aquí .eso es .Ummm que bien
Bonita pasaba la punta de la lengua sobre el clítoris, además parecía distinguirlo perfectamente y lamía sobre aquel punto sin equivocarse, o eso me parecía a mi.
Ahora .ahora, vamos rápido .mas adentro ..mas adentro.
Cuando quería un orgasmo violento, de esos que me ponían al borde del desmayo, cuando ya había tenido varios y quería explotar por completo Bonita sabía trabajar mi vagina, su lengua entraba dentro y se movía como un molinillo buscando los jugos, mientras su hocico metido entre los labios de mi vulva rozaba y golpeaba mi clítoris. Parecerá increible pero estoy segura de que sabía perfectamente cuando mi orgasmo había llegado al limite porque entonces empezaba a darme fuertes lametones en todo el coño.
Vasta ya para
Bonita salía de entre mis muslos y se quedaba de pie mirándome y moviendo la cola .
Aquella fue la primera vez que alguien ajeno a mi tenía acceso a mi coño , pero fue el camino que me abrió la puerta a otra relación que os contaré en una próxima ocasión.