Mi primera vez (5 mi tía)

Sigue mi relación con mi primo y mi tía

Después de terminar aquel verano, donde yo me había estrenado sexualmente con mi primo, regrese a Madrid junto con mis padres y me centre en mis estudios, durante el invierno sabia de mi primo por la correspondencia de su madre con la mía, donde le comentaba que desde que nos habíamos venido le veía muy apagado y sin ganas de estudiar, que el cambio que había tenido ese verano juntándose conmigo, donde le había visto más alegre y más sociable, se había vuelto igual que antes y esperaba que cuando llegara el verano siguiente mis padres me dejaran volver todo el verano al pueblo con mis abuelos y con ellos para ver si mi primo volvía a cambiar un poco, que mi tío estaba en contra de que siguiera en la escuela y que quería llevárselo con él a las faenas del campo, donde decía que le haría un hombre y se le quitaría  esa pinta de “mariquita” que todo el mundo le decía que tenía su hijo.

Yo durante aquel invierno seguía con mi onanismo, donde la musa de mis pajas seguía siendo mi tía y aquel tremendo culo que tenía y que yo soñaba con penetrarlo y aquel coño bien peludo que yo había observado debajo de aquellas bragas que mi primo me dejo que oliera, por lo demás tuve alguna experiencia con alguna compañera del instituto pero lo único que conseguí es alguna mamada que otra, ninguna quería dejarse follar y más cuando veían el tamaño de mi polla, para mis pajas también usaba unas revistas que me dejo un colega que se las había quitado a su hermano mayor, en ellas se veían unas tías que les hacían de todo, lo que más me impresiono eran las comidas de coño que les hacían, yo soñaba con hacerle eso a mí tía y se me ponía la polla como una estaca de dura.

Llego el mes de Junio y ya había terminado mis exámenes como casi siempre con buenas notas, lo que me permitiría un verano tranquilo, mi madre me dijo que me preparaba la maleta para irme con mis abuelos al pueblo, esto me puso contento porque así tendría cerca a la musa de mis pajas que no era otra más que mi tía, cuando llegue mis abuelos me dijeron que mis tíos y mi primo me estaban esperando en su casa que tenían ganas de verme, nada más llegar mi tía me dio un abrazo y dos besos en las mejillas y al hacerlo yo note esas tetas apretarse contra mi pecho y ya percibí que mi polla se ponía morcillona solo del contacto, me miro de arriba abajo y me dijo que estaba más alto y más fuerte que el año anterior, yo le dije que jugaba mucho al futbol y hacia bastante deporte.

-Sí, desde luego Marcos estas hecho ya un hombre, a que si Luis, dijo dirigiéndose a mi primo

-Sí que es verdad Marcos estas  más alto que antes

Mi primo se acercó y también me dio un abrazo y aprovecho para restregarse contra mi entrepierna, él estaba casi igual que un año antes, seguía estando delgado, quizá el culo si lo tenía un poco más rellenito, pero a mí los ojos se me iban al de mi tía que este sí que estaba bien relleno, se le empinaba detrás y hacia que su bata se le subiera bastante  de atrás, me dijo.

-Hoy te quedas aquí a comer y así ves a tu tío en la comida, después os vais tu primo y tú por ahí a ver si me lo animas un poco, que desde que te fuiste está muy apagado este hijo mío.

Aquello me dejo pensando si mi tía no sabría algo de lo que su hijo y yo hacíamos por las tardes en las siestas

Llego mi tío y también me dio un abrazo y lo mismo que mi tía me dijo que ya era un hombre y aprovecho para decirle a su hijo

-Haber si aprendes Luis, de tu primo y te haces tú también un hombretón como el

-Bueno, bueno, él es dos años más joven que Marcos,- le contesto mi tía,- ya crecerá

Mi primo agacho la cabeza y no dijo nada ante el desprecio de su padre, durante la comida yo no quitaba la vista de mi tía cuando se movía por la cocina se agachaba a coger alguna cosa o se estiraba a coger algo de los muebles altos y se le subía la bata hasta la mitad de los muslos, unos muslos blancos y prietos de una mujer de 42 años no muy alta, con unos pechos grandes y todavía no caídos que se movían cuando andaba en un vaivén que me volvían loco, una cara bonita sin ser guapa de piel tostada por el sol de mujer rural, mi polla crecía en mi pantalón sin yo quererlo y mi primo me miraba de reojo y se sonreía sabiendo lo que me pasaba, terminamos de comer y mi tío como era su costumbre se fue a echarse la siesta,  mi tía a recoger la mesa y fregar los platos y mi primo y yo subimos a la planta de  arriba donde continuaba el mismo colchón viejo y lleno de manchas que no habíamos conseguido quitar del todo, nos echamos y él se abrazó a mí y me comento cuanto me había echado de menos.

-Marcos desde que te fuiste no dejo se soñar con eso que tienes en la entrepierna, no sabes cuánto hecho de menos poder saborearla y sentirla dentro de mí haciéndome temblar de placer y sentirla cuando me riega por dentro.

  • Ya me imagino, yo también echo de menos esas  mamadas tuyas que hacen que me corra de gusto.

-Sí, pero seguro que tú en Madrid tendrás alguna novia que te las haga, yo en cambio aquí no tengo con quien hacer nada, desde que te fuiste mi único consuelo son algunos pepinos pequeños o zanahorias que le quito a mi madre del huerto.

  • Bueno alguna chica si me la mamo, pero no son novias, y solo conseguí eso, ninguna accedió a dejarse follar, y además que tú sabes que a mí la que me pone bien caliente es tu madre, yo también he soñado con ese culo y esas tetas que ella tiene y no sabes las de pajas que me hago pensando en ella.

-Ya he visto como no le quitabas los ojos de encima durante la comida y como tienes ya la polla de dura, pues sabrás que ella lleva unos meses muy rara, discute mucho con mi padre y muchas noches no le deja que la monte diciéndole que se encuentra mal o que está cansada y esto tiene a mi padre de mala leche y termina pagándolo conmigo, lo que hace que a la vez mi madre discuta más con él.

Mientras me contaba esto me había sacado la polla del pantalón, y estaba haciéndome una paja que ya me la tenía bien dura.

-Sabes, como sabía que hoy venias ayer le quite a mi madre del cesto de ropa una de sus bragas usadas que sé que a ti te encanta oler y te ponen la polla como un hierro.

Solo de oír eso ya me la termino de endurecer del todo y cuando me las dio y pude oler ese aroma de hembra y ver donde había entado en contacto con ese coño bien peludo que yo sabía que tenía mi tía y ver algunos pelos suyos allí pegados casi me corro, mi primo sintiendo como palpitaba mi polla se la llevo a su boca sabiendo que no tardaría mucho en llenársela con mi leche cosa que no se demoró mucho debido a la excitación que ya tenía y le solté chorros de lefa que parecía que estaba orinándome en su boca, el trago todo lo que pudo y el resto le escurría por sus labios y caía en el colchón, termino de limpiarme bien toda la polla y yo quede tendido en el colchón temblándome las piernas del gusto que había sentido

-Mmmmm primo, como echaba de menos el sabor de tu leche en mi boca.

Yo había terminado agotado de tanta tensión, mi polla yacía inerte sobre mi tripa, sabía que mi primo estaba esperando que se recuperase para que se la diera por su culo pero esa tarde fue imposible.

Pasaron los días y yo seguía acechando a mi tía para ver si conseguía verle las bragas cuando se agachaba, procuraba ofrecerme para ayudarla en todo lo que podía para estar siempre cerca de ella, cosa que agradecía pero me decía que yo lo que tenía que hacer era descansar de todo el año estudiando, que sabía por mi madre que era un buen estudiante y que sacaba buenas notas, se abrazó a mí y me dijo

-Marcos me alegro mucho que estés aquí, desde que llegaste a tu primo le ha cambiado el carácter, como el año pasado, yo sé que contigo se entiende bien y que tú le tratas bien, no como los otros chicos del pueblo que se burlan de él, él es un niño especial y no tiene amigos, se siente mejor jugando con las niñas pero contigo es distinto y te estoy muy agradecida por cómo eres con el.

Todo esto me lo dijo abrazada a mí y yo sentía esas tetas pegadas a mi pecho, yo también la abrazaba por la cintura y no pude evitar que mi polla empezara a crecer dentro del pantalón y como yo era más alto que ella me rozaba con su tripa y el roce hacia que todavía creciera más, me puse nervioso pensando que mi tía estaría notando esa dureza en su tripa y procuraba echar mi culo hacia atrás, pero ella seguía abrazada a mí y por más que hacia no pude evitar que ella se diera cuenta que algo muy duro se rozaba contra ella,  se soltó del abrazo y vi que estaba un poco acalorada y como un poco miro el bulto que se había formado en mi pantalón, se dio la vuelta y se encamino hacia la casa y yo me quede allí todo nervioso y sin saber qué hacer, al rato me fui a casa de mis abuelo directo al baño para hacerme una paja del calentón que llevaba.

Pasaban los días y la cosa seguía igual, yo acechando a mi tía, pero ya notaba un cambio en su comportamiento, ya no se tapaba tanto y dejaba que la ayudara con las tareas del huerto y allí entre las matas de tomates a ella se le abrían las piernas y dejaba ver esos muslos y esas bragas blancas donde le sobresalían esos pelos  por los lados y en el centro yo veía una mancha como de pis, ella se daba cuenta donde yo miraba pero ya no las cerraba como la primera vez, también cuando se agachaba se le abría la parte del escote y dejaba ver ese canalillo y parte de sus tetas que como casi siempre iba sin sujetador se le movían como dos campanas, como es natural yo terminaba con  unas erecciones de caballo que ella tampoco disimulaba de mirar.

Esas calenturas  casi siempre terminaba apagándolas mi primo en las siestas, bien con su boca o con su culo que se lo dejaba bien lleno, también seguía trayéndome las bragas de su madre y me dijo que cada vez las dejaba más mojadas  que no sabía por qué.

-Yo creo primo que a mi madre se le escapa el pis, últimamente deja las bragas muy humdas.

Pero aquellas bragas no olían a pis, aquel olor era distinto del pis y a mí me encendía mas aquel olor.

Llegaron las fiestas del pueblo y allí todo el mundo estaba de fiesta, el alcalde contrataba un pequeña orquesta que tocaba todas las noches en la plaza donde se reunía todo el pueblo, allí estábamos toda mi familia, mis tíos con mi primo mis padres y mis abuelos, mi tío y mi padre se iban al bar con sus amigos a beber y los demás nos quedábamos en la plaza viendo como bailaba la gente, mi madre y mi tía furiosas porque ellas no tenían con quien bailar, mi tía dijo

-Ya estoy harta de quedarme otro año sin poder bailar por estos hombres nuestros que solo piensan en beber, venga Marcos saca  a bailar a tu tía.

Y cogiéndome del brazo me arrastro a la pista de baile y agarrándose a mi cuello  al que casi no llegaba empezamos a bailar yo le rodee la cintura con mis brazos y nos movíamos al son de la orquesta que estaba tocando una melodía muy lenta, mi tía llevaba puesto un vestido  muy ligero con un pequeño escote y de falda amplia de color  azul oscuro, por aquello del luto que todavía llevaba por su hermano, con el roce del baile sucedió lo que yo temía mi polla empezó a ponerse dura y a rozarse con la tripa de mi tía que seguro que la estaba notando pero al contrario que la otra vez se pegó más a mí, yo estaba más atrevido y baje mis manos un poco más debajo de su cintura y las deje casi a la altura de sus nalgas donde notaba debajo de su vestido el elástico de sus bragas, yo temía que mi madre y mis abuelos que nos miraban bailar vieran el bulto que se me hacía en el pantalón, pero entre tantas parejas bailando y que estábamos en una zona poco iluminada ellos no veían nada, seguía la melodía y nosotros cada vez más pegados, ya no me importaba que mi tía notara nada, ella por el contrario apoyo su cabeza cerca de mi hombro y yo notaba su respiración muy fuerte, esto me envalentono más y baje un poco mis manos hasta dejarlas ya encima de aquella nalgas redondas y duras que se movían al son de la música, en cada movimiento apretaba un poco más mis manos sobre ellas y ya casi las magreaba notando como mi tía daba pequeños gemidos cerca de mi oído, yo notaba como se me mojaba el calzoncillo y veía que me iba a correr de un momento a otro, en ese momento termino la música y nos separamos todos, mi tía estaba toda acalorada y al darse cuenta de cómo me encontraba yo tiro de mí y me saco de la pista de baile por otro extremo y me llevo detrás de las casas  que había y que daban al campo donde todo estaba oscuro.

-Marcos quédate aquí un rato no puedes volver a la mesa con todos así como estas, yo voy al aseo del bar a recomponerme un poco, cuando se te baje eso vuelves tú, si me preguntan por ti les diré que te has ido con otros chicos

Y allí me quede solo mientras ella se alejaba hacia el bar donde estaba su marido y mi padre bebiendo, que aquellas alturas estarían ya medio borrachos todos, aproveche que aquella zona estaba a oscuras y me saque la polla del pantalón y note que tenía todo el calzoncillo mojado, me la empecé a menear y  a la tercera sacudida salió toda la leche contra la pared que tenía enfrente cuando se me bajo la erección me la guarde y mire que el pantalón no estaba mojado, me encamine hacia donde estaban todos y en el camino se oyeron en la oscuridad algunas voces apagadas y algún gemido que otro, estaba claro que aquella zona era aprovechada por otras parejas  para calmar sus calenturas.

Lo que paso en los siguiente días será en otra historia