Mi primera vez (2)

No para de soñar con aquel rabo enorme.

Mi primera vez (2)

Un rabo enorme dentro de mí, follandome en el cuarto de baño de los tíos, metiéndomela una y otra vez dándome un placer infinito. El placer recorriendo mi cuerpo y mi mente llena de fantasías mientras sentía por primera vez ese sexo masculino dentro de mí. Aquel enorme trozo que carne viril que me daba tanto gusto

  • "Si, si mas, mas…"

Y el despertador sonó, había vuelto a soñar con Nacho y nuestra escena del cuarto de baño. Me desperté completamente enfangada con las braguitas empapadas en mis pringosos fluidos.

Mientras me dirigía rápidamente al baño pensaba que no podía seguir así, soñando día si, día también con se penetrada salvajemente por aquel animal humano. Hacía días que habíamos estado los dos a solas en el aseo para chicas de mi instituto, cuando haciéndome la mayor había consentido que Nacho me apartara de la fiesta y me llevara hasta allí. No es que yo no supiéramos a que íbamos, pero es que cuando vi el enorme salchichón que tenía entre las piernas, el primero que veía en vivo, me asuste tremendamente. Salí huyendo y lo dejé allí, con la poya en ristre.

Eso había sido la semana pasada. Desde entonces Nacho me había evitado y siendo mayor que yo y estando en tercero, no le costó mucho. Tan solo le vi por los pasillos y nunca cerca ni solo, por lo que me faltó valor. Pero mientras me duchaba decidí que no podía dejar pasar un día más. Tenía que ser mío.

Pero ese día tampoco hubo suerte, no lo encontré, ni siquiera rondando cerca de las aulas de los de tercero. Ni en la cafetería donde tomaba el desayuno normalmente. Así que desistí.

Pero el día siguiente, un jueves lo vi nada más entrar en el instituto. Reuniendo valor, me acerqué a él y delante de todos sus amigos le dije:

  • "Tenemos que hablar, espérame aquí en el recreo"

Sus amigos, mirándome raro, hicieron coro para burlarse.

  • "UuuH la rubita quiere que la esperes, Nacho."
  • ¡Callaos! Y de que tenemos que hablar tú y yo Yola. Está todo dicho."

Sin saber que decir delante de tanta gente, dude un instante y como poseída por un segundo me acerque a él y le di un pico.

  • "De esto y de lo otro"

Y sin decir nada más me di la vuelta y me marche corriendo a clase, mientras oía los comentarios jocosos del grupito.

Las primeras clases pasaron lentísimamente, pero yo no podía concentrarme en nada. Tenía las imágenes de los sueños húmedos de toda la semana en mi cabeza y no podía pensar en otra cosa. Media hora antes del recreo ya tenía mi sexo empapado.

Cuando por fin salí me apresuré hacia la entrada, pero él no estaba. Durante unos interminables minutos esperé, con la certeza de que no iba a venir y de que estaba perdiendo el tiempo.

Pero entonces llegó. Con su cazadora de cuero negra, sus vaqueros negros que tan bien le marcaban sus atributos y su media sonrisa.

  • "Bueno Yolita, aquí estamos. Si lo que quieres es una disculpa vas lista, sabias muy bien a lo que íbamos así que no me vengas con rollos ahora.
  • "Déjalo, ¿vale? Mira, me asuste" y acercándome a él le susurre: "Es que soy virgen"

El chico se quedó perplejo, me miraba con cara de circunstancias. Y le oí susurrar algo así como: "Claro coño, si es que esta en primero"

Yo no quería que la conversación se fuera por otro lado y no quería desperdiciar la oportunidad, así que le cogí de la mano y lo lleve por los pasillos en dirección al ala de experimental, que solía estar bastante más vacía.

  • "Tía, joder, es que como me habías dicho todo aquello, pues yo…, vamos que no había caído que solo tienes... ¿Cuánto catorce?
  • "Trece"
  • "Joooder", "Joooder es que no lo aparentas, con esas…, o sea que pareces mayor"
  • "Tonto pero si estoy en primero. Tú lo sabes"
  • "Y yo en tercero y tengo 17. Pensé que eras repetidora y venias de otro instituto o yo que se… Simplemente no caí. Además como te tiraste el rollo… yo creía que eras mas mayor tronca."

El estaba bastante sorprendido, pero en ese momento reparó donde estábamos, entrando en el cuarto de baño de ese ala, que estaba desierto, por lo menos por un rato.

-"Mira Yola, no sé qué coño quieres trayéndome aquí pero…"

-"Yo lo que quiero es otra cosa. Aunque sí que tengo un coño por si tu lo quieres"

-"Anda la niña. ¿Y eso a que viene?"

-"Viene a que llevo toda la semana soñando contigo"

Le besé con ganas y le empujé hacia uno de los cubículos de los retretes. Se dejó conducir pero empezó a devolverme el beso y pronto su lengua estaba hurgando dentro de mi boca, dándome placer, excitándome aún más.

Se detuvo un segundo y me miró, como queriendo comprobar que iba en serio. Creo que vio que de verdad tenía muchas ganas y entonces se decidió.

Me dio la vuelta y se puso detrás de mi su cuerpo pegado al mio. Me abrazaba con una mano por la cadera mientras su otra mano comenzaba a recorrer mi cuerpo que se quedaba completamente a su merced deseando sus caricias. Sus labios y sus dientes en mi cuello me hacían sentir oleadas de placer entre escalofríos.

Notaba como el bulto de su pantalón se apretaba más y más contra mi culo, y me sentía terriblemente excitada imaginándolo creciendo allá abajo. Poniéndose duro por mí y para mí.

Nacho me desabrocho la blusa y comenzó a manosearme las bombas, miraba por encima de mi hombro mis tetas desde atrás y sentía como su respiración se aceleraba.

Sus manos me acariciaban por encima de la minifalda apretando contra mi conejito que a esas alturas era una fuente de fluidos. Mientras seguía jugando con mis tetas metió la mano debajo de la mini y deslizo un dedo por debajo de la goma de las bragas hasta el interior de mi vagina. Fue como un calambrazo para mí, pero de puro placer. No era la primera vez que un chico me tocaba ahí pero si la primera vez que lo sentía tan intensamente.

Hizo que me apoyara en la taza del wáter y trabajosamente se desabrochó el pantalón. Yo estaba asustada porque sabía el monstruo que Nacho tenia entre las piernas, pero después de mis sueños húmedos lo deseaba mucho más de lo que lo temía.

Me quedé muy quieta, como un animal deslumbrado por los faros de un coche, esperando que me embistieran. Nacho terminó de liberar su miembro, y coloco la punta en mi rajita.

Aún recuerdo muy bien la sensación y a menudo cuando me masturbo imagino este momento. Mi tierno chochito abriéndose despacio ante el avance del rabo de Nacho. Mi primera polla, mi primera vez.

Me la fue metiendo poco a poco apretándose contra mí despacio pero sin parar ni un momento. Mis piernas y brazos temblaron y estuve a punto de caerme. Sentí el dolor más placentero que se pueda imaginar al irse abriendo mi coñito al paso de aquella descomunal polla. Cuando por fin acabo de entrar y la encajo completamente dentro de mi pensé que había tardado minutos. Entonces la sacó despacio, solo hasta la mitad y yo me retorcí de placer. Si me había vuelto loca al meterla me había matado al sacarla.

Comenzó a follarme despacio, dejándome notar la fricción de todo su miembro, sacando todo menos la punta y volviendo a meterla. Un poco más rápido cada vez. Yo tenía miedo de que me hiciera daño, que aquella enorme barra me rompiera algo por dentro, pero el placer me tenia paralizada, como atrapada en un hechizo de amor. Mi cuerpo solo se movía involuntariamente con escalofríos y espasmos de placer y con las embestidas de Nacho contra mí.

-"Yolita eres el pivon mas macizo que me he follado nunca"

Yo no podía hablar, solo gemía mientras él me penetraba una y otra vez. Sentía fuego en mi interior.

Siguió dándome su polla una y otra vez durante un buen rato, los dos jadeando con la respiración acelerada hasta que me vino el orgasmo, me corrí gritando sin poder contenerme, a pesar de saber que habría gente cerca. Me convertí en una muñeca de trapo desmadejada clavada en la lanza de Nacho, sintiendo oleadas de placer que me hacían palpitar.

No pude más y me desplome con las tetas sobre el inodoro, con Nacho jadeando detrás.

Nacho me dejó descansar durante unos segundos mientras se pajeaba mirando mi cara contraída por el placer de los últimos estertores del orgasmo.

-"Supongo que tampoco habrás chupado nunca una polla, ¿no?

Yo le miraba incrédula, ¿pretendía que me metiese en la boca aquella cosa? No es solo que dudaba de que semejante cantidad de carne cupiese en mi boca sino que estaba completamente llena de la mezcla de nuestros fluidos.

-"Venga Yola, no tenemos tiempo y tienes que hacer que me corra yo también"

Sin pensarlo, cerré los ojos y abrí mucho la boca. El se rió pero antes de que pudiera hacer nada mas ya tenía la cabeza de su polla en mis labios. Intento meterla más pero me dio asco y me atraganté. Así que empecé a pajearle mientras chupaba la punta con mis labios. Sabia amargo pero no era desagradable y seguí jugando con su rabo con mi lengua, como si fuese una bola de helado de cucurucho.

Le masturbé más y más rápidamente mientras él me agarraba fuerte del pelo y se limitaba a recrearse y a gemir. Y entonces me inundo la boca de leche, caliente y salada. Me entró tan rápido que me atraganté. Le solté y tosí unas cuantas veces, mientras él seguía echado leche en andanadas que cayeron sobre mis bombas. Y se me colaron por el canalillo.

Nos limpiamos con papel de wáter y salimos lo más rápido que pudimos de allí. Intentando pasar desapercibidos, pero nada más abrir la puerta dos chicas que estaba lavándose nos miraron fijamente sin decir nada, pero era obvio que nos había oído.

Salimos de allí a toda prisa y nos separamos sin apenas decir nada. Me preocupaban mil cosas, que pensaría el de mi, que iba a tener fama de guarra en el instituto etc… pero ahora todo eso quedaba a un lado, porque había algo más importante que todo eso.

Ya era una mujer completa y había tenido a Nacho para mí.