Mi Primera Sumisa- Castigo de Angelica

Osvaldo al saber del mal comportamiento de Angélica toma cartas en el asunto.

Salgo de la habitación en busca de Angélica, ella también debe ser amonestada por su desubicación, la encuentro sentada en el sofá del living.

-De pie perra- grito.

-A ver Joaquín te estás pasando, yo no soy tu sumisa ni tu un amo que tenga que respetar, así que bájame el tono.

Esas palabras me hicieron enojar aún más, lo que provoco que actuara con rabia propinándole una cachetada, luego de ello le tomo de un brazo y la llevo a la pieza de visitas.

-Suéltame infeliz, mi amo se va enterar de esto, ¡!quien te crees que eres¡¡.. ella siguió gritando hasta llegar  a la pieza, y yo como si lloviera, al llegar la ate a la cama desde el brazo, mientras buscaba con que atarla, amarrarte como un perro, eso mereces - le digo.

-Joaquín desátame ahora, y mi amo no se enterara.

Se atrevía a amenazarme la infeliz, fui a la pieza de Laura en busca de una bola para cerrarle la boca, y un collar de perro, le puse bozal y collar amarándola a los pies de la cama. Cerré la pieza con llave y fui en busca de mi sumisa.

Jugamos toda la tarde, la hice gozar muchas veces y le enseñe la forma de comportarse como sumisa, tal como Osvaldo me ha indicado, ya bien tarde cerca de las 10 de la noche, fui a ver a Angélica, estaba orinada entera, la desate le indique que se bañara y cambiara de ropa, lo que hizo sin chistar, luego la invite a cenar, ya de noche la volví atar a la cama, pero esta vez con una correa más larga que le permitiera tumbarse sobre la cama, le iba a poner el bozal pero ella me pidió con humildad que no lo hiciera.

Osvaldo llega temprano, primero conversamos a solas le comente lo sucedido con Angélica y Laura el día anterior, me felicito por mi actuar con Laura pero en cuanto lo relacionado a Angélica considero que fui débil, le explique que no quise castigarla duro por ser su Sumisa.

-Joaquín, Angélica debe acostumbrarse a ser castigada y usada por cualquier Amo, u persona que yo le designe, ella actuó muy mal ayer y eso lo castigare. Permiso.

Va en busca de Angélica, la trae desnuda y maniatada casi igual como la había dejado, su idea es castigarla frente mí. Osvaldo pide ayuda para atarla en unos de los vigas de la casa, ella queda atada con los brazos arriba de su cabeza provocando que sus pies apenas toquen el suelo, al estar lista él se acerca a su cuerpo, empieza acariciándola con suavidad luego la deja, para ir a buscar su bolso de viaje de dónde saca un látigo de ocho tiras, una picana eléctrica y otras cosas. Se aleja de Angélica, mueve el látigo en el aire provocando atención en la sumisa.

-Angélica, quiero saber por ti lo sucedido ayer, no me ocultes nada, pues lo sabré de inmediato.

Angélica no se atrevía a emitir ni un sonido, se había dado cuenta que había cometido muchos errores, me miraba en busca de ayuda, solo atine a levantar los hombros dejando entre ver que no era mi problema, en eso escucho un chasquido del látigo directo en sus pechos.

-Estoy esperando tu respuesta.

-Amo perdón ayer actué mal

-Eso no fue lo que pregunte, perra.

Se escucha otro chasquido esta vez el golpe es en su sexo.

-Ayer, comente que Laura era sumisa de Joaquín. Luego lo amenace con usted si se atrevía a castigarme.

-Con que esa tenemos, ahora Mi sumisa, cree que puede amenazar a mis amigos y contar sin tapujos lo que hablamos.

  • No amo, no es eso.

-Calla, perra, grita Osvaldo empieza a castigarla…20 latigazos he contado y para acaricia el cuerpo lastimado de su sumisa, recoge sus lágrimas y las bebe, acaricia su rostro.. Angélica esto es por tu bien debo educarte – dice Osvaldo, ella asiente con la cabeza.

Mientras sigue castigando a su sumisa, yo me pongo a cien llamo a mi sumisa, cuando está cerca mío, la empieza a desnudar suavemente le quito la sudadera la que me sirve para atarle las manos, luego acaricio y pellizco sus senos, desde mi bolsillo del pantalón saco dos pinzas las cuales coloco en cada seno, una vez puestas la muevo provocándole dolor, a su vez empiezo a tocarla por encima de su ropa, la cual voy sacando despacio, ya desnuda le acaricio el sexo lo encuentro humedecido y jugoso, tal como me gusta, la coloco sobre la mesa y la follo hasta alcanzar juntos un gran orgasmo.

Cuando terminamos, Osvaldo también ha terminado y suelta a Angélica, yo desato las manos de Laura ordenándole la  que atienda.

-Joaquín, te parece que hagamos competir a nuestras sumisas por nosotros.-me dice Osvaldo

-Sería interesante, ¿que se te ocurre?

-Perras vengan, las quiero en cuatro patas cada una frente a su amo- Ambos estábamos sentados en sillones opuestos.

Osvaldo se para en busca de dos cinturones y una cuerda, coloca cada cinturón en las caderas de las sumisas uniendo los cinturones con una cuerda.

-El juego es simple cada una tirara de la cuerda con el fin de acercarse a su Amo, quien toque primero los pies de su amo, recibirá un premio quien pierda un castigo. La mejor de 5 intentos será premiada con un orgasmo provocado por la perdedora.

El juego fue interesante en la primera partida gana Angélica, cuyo premio fue que Osvaldo le aplicara una crema anestésica en sus heridas y Laura recibió 5 toques con la picana eléctrica.

La segunda y tercera  partida la gana Laura a quien como premio le doy un poco de agua y acaricio sus partes doloridas.

La cuarta prueba la gana Angélica, Osvaldo también la atiende dándole sorbos de agua.

La quinta prueba fue peleada, ambas querían ganar por lo cual ni una cedía un centímetro a  la otra, ya me estaba aburriendo de este juego así que empiezo a fustigar a las sumisas en forma alternada para provocar que una gane, ni aun con eso, al final Osvaldo da a ambas el primer lugar a su tiempo cada una hace gozar a la otra.

Después de este juego, dejamos descansar a las sumisas, luego nos preparan un rica, este juego las hizo unirse, al menos por esta noche trabajan unida, ya después de la cena Angélica y Osvaldo se despiden prometiendo una nueva visita la próxima semana.