Mi primera sesión

Primera sesión de una zorra con su AMO.

El relato que viene a continuación es el primero que hago, así que no se que tal estará ni si será muy creíble. Aún así, espero que lo leáis y que os guste

J


Por fin ha llegado el día de mi primer encuentro con mi AMO, aunque mis nervios hacen que pase mucho más lentamente que normalmente. Empiezo a prepararme para mi AMO: me pongo el tanga naranja que me pidió, una mini tejana muy pequeña, que casi muestra mi culo respingón y una camiseta marrón muy escotada, sin sujetador. Cuando por fin llega la hora salgo de casa para dirigirme a la estación de metro en la que he quedado con mi AMO. Estoy muy nerviosa, en parte porque no se si gustaré a mi AMO y en parte porque tengo un poco de miedo de lo que voy a hacer, ya que será mi primera vez. Pero, aun con el miedo, el morbo puede mucho mas, y llego con el tanga empapado.

  • Hola perra! Veo que has sido puntual.

  • Sí, AMO – respondo, con la mirada baja, demostrando mi sumisión.

Subimos al metro para dirigirnos a casa de mi AMO, donde pienso que empezará la sesión. Pero voy un poco equivocada, ya que la sesión empieza realmente en el metro. Por suerte el vagón no está demasiado lleno.

  • Acércate a aquél chico de allí y quítate el tanga, de forma provocativa y que vea lo que haces. Y luego ni se te ocurra meter el tanga en el bolso, quiero que lo lleves en la mano todo el trayecto.

Me acerco al chico que me ha dicho y empiezo a moverme provocativamente, amarrándome cada vez a él, hasta que se fija en mi. Luego me abro ligeramente de piernas, de forma que el chico pueda ver claramente mi tanga y lo que se ve de mi coño y cuando veo que está completamente absorto en mi entrepierna me empiezo a bajar el tanga muy lentamente.

  • Me molestaba un poco – le digo, a forma de explicación.

  • Tranquila, lo puedo entender – me responde guiñándome un ojo.

  • Puedes tocar, le gusta – dice mi AMO, que se acercó sin que lo notara

El chico no tiene que oírlo dos veces. Disimuladamente me mete la mano en mi entrepierna i empieza a frotarme el clítoris. El esfuerzo lo tengo que hacer yo para no estallar en medio de un orgasmo que podría oír todo el metro.

Bajamos en la siguiente estación y, ahora sí, nos dirigimos a casa de mi AMO. Pero antes de llegar me ordena que me meta el tanga en la boca, para saborear mi gusto a zorra en celo. Así que ya me veis paseando por la calle con el tanga en la boca intentando inútilmente que se note.

Una vez entramos en la casa, mi AMO me hizo desnudarme y me puso cinta aislante en la boca, para que el tanga quedara dentro todo el rato, y luego me tapo los ojos con un pañuelo. Noté algo que me dolía en el pezón izquierdo y luego en el derecho (luego supe que me puso una pinza de cocodrilo en cada uno).

  • Estate quieta! – me dijo, dándome un azote en la cara

  • Perdón, AMO

Me arrastró hasta otra habitación y de un golpe me dejó tumbada en su cama. Me hizo poner de 4 patas y me ató los brazos a las patas de la cama, de forma que no tenía mucha movilidad. Mi AMO me mete un vibrador en el coño y me abre las nalgas para follarme el culo. Sabe que es mi primera vez, pero no parece importarle mucho, ya que solo se preocupa para humedecerlo con un escupitajo, pero me mete su polla de golpe, provocando en mi un grito que queda ahogado a causa de mi mordaza. Cuando siente que está a punto de correrse para y, de repente, noto su voz delante de mí.

  • Chúpamela y déjala bien limpia, zorra!

Sin pensarlo dos veces meto su polla en mi boca y empiezo a recorrer mi lengua por ella, hasta que mi AMO me coge del pelo y empieza un mete-saca en mi boca hasta correrse. Yo, cómo ya me había indicado antes, me lo trago todo, al principio con un poco de asco, pero me empieza a gustar cuando noto que el gusto no es tan malo como creía.

Me hace ponerme de pie y noto como da golpes a la pinza izquierda con algo hasta que, de repente, esta salta, provocando en mi un dolor increíble, aunque no sale de mi ningún grito a causa de la mordaza. Cuando éste ha saltado hace lo mismo con el derecho. Luego me saca el pañuelo de los ojos y la mordaza y me hace poner con el vientre encima de la mesa y las piernas bien abiertas, de forma que queden mi culo y mi coño expuestos.

  • Ahora voy a castigarte por haber tardado tanto en tener una sesión conmigo.

Dicho y hecho. Coge un látigo y empieza a darme golpes en mis nalgas y en mi coño. Golpes que sacan gritos de mi, pero que también me ponen muy cachonda. Cuando decide que ha terminado el castigo da por terminada la sesión.


Bueno, hasta aquí el relato, espero que os haya gustado

J

Acepto cualquier tipo de crítica (siempre que sea constructiva), tanto aquí como en mi correo: zorra_sumisa@hotmail.com