Mi primera salchicha

No sé qué me pasa hoy, he llegado encendida de la calle y ahora mismo estoy a cien.

Mi primera salchicha

Busco por toda la casa algo que follarme. Me deshago de lo caliente que estoy. Mis flujos chorrean por mis muslos. Voy a probar algo nuevo. Abro la nevera, hay una gran salchicha. Está decidido. La lavo y la lubrico con aceite. Mi coño no puede más. Toma. Uf. No es dura, pero sirve. Se abre paso sin dificultad, larga, hasta el fondo. Me da gusto. Aprieto las piernas y entonces la siento entera dentro de mi. Me doy la vuelta. Boca abajo en la cama, con la mano izquierda manipulo la salchicha, y con la derecha pellizco mi clítoris. Froto mis tetas contra el colchón, es tan agradable. Sé que me voy a correr. Me aflojo, comienza el delicioso vaivén de las caderas, mi mano izquierda empuja la salchicha todo lo que puede, esa salchicha gigante, toda dentro de mí. Paro un momento, quiero que dure más.

Boca arriba de nuevo, acaricio mis pezones, froto mis pechos, uf, qué sensibles, qué agradecidos, qué calientes. Noto a mi amiga ardiendo dentro de mí, mojada, algo viscosa. Estoy enorme, me pellizco toda, deliro, meto y saco, si, si, si, así, así, así, ay, me muero, me muero, me voy ya, toma, ay qué rico, ay cómo me corro, ay si, ay si, ay si...

Tengo que sacarme la salchicha, um, qué pereza, lo haré lentamente, con mucha suavidad.¿Se habrá roto?. No, parece que sale entera. Ay, qué larga, uf, despacito, mmm no te aceleres, muy larga, ay, si, cómo sale, cómo me gusta. Tiro con la mano, a la vez que con la vagina hago fuerza para introducirla, casi se mueve sola, tengo la sensación de irme con ella, de verterme toda, de explotar, voy a correrme otra vez, sin querer, de regalo, ya no puedo contenerme. Tiro por fin de lo que queda y me corro con las piernas abiertas, sin tocarme, bañada por el río de flujo que la consoladora deja por fin salir.

Humilde Discípula