Mi primera infidelidad fue con Jordi
Jordi viene a casa y aprovecha que no está mi marido para penetrarme
Después de darle muchas vueltas me decido a contar la experiencia de mi primera infidelidad. Me da un poco de vergüenza pues no es habitual que las mujeres nos atrevamos a escribir sobre nuestras experiencias sensuales pero he querido normalizarlo en defensa de las mujeres, no solo los hombres tienen derecho a ser infieles.
Este relato tiene su principio en el verano que pasé en Ibiza con Javier, mi marido, y que él os contó en los 6 relatos con el nombre "Mi mujer se transforma en la playa"
Esos días de playa pude lucir mi cuerpo en diferentes situaciones, tengo unos bonitos pechos, el culo ligeramente respingón y un pubis rubio rizado que junto a la cara de niña inocente que todavía mantengo, a pesar de mis 42 años, me hace muy deseable según mi marido.
Después de ese verano Laura, nuestra vecina jamaicana, se había incorporado a nuestra vida sexual, se unía frecuentemente a nosotros cuando practicábamos sexo, era normal dormir juntos, la mayoría de las veces en su casa, aprovechábamos cuando no estaban nuestros hijos, éramos un matrimonio de tres personas perfectamente compenetradas, era una relación muy bonita y para nada obscena.
A finales de Junio, Montserrat y Jordi, la pareja de Barcelona que conocimos en la playa el último verano, nos llamaron para vernos aprovechando que estaban en Madrid, quedamos para cenar esa noche. Eran una pareja muy liberal en lo que al sexo se refiere, practicaban frecuentemente intercambio de pareja con unos amigos, en él destacaba su generoso pene mucho más grande de lo habitual.
Durante la cena nos comentaron que se habían visto con Ana y Luis una pareja de jóvenes con los que coincidimos un día en la casa de la playa, ella estaba enamorada del pene de Jordi como se pudo ver en la barbacoa que hicieron Montserrat y Jordi en su casa donde no dejó de tocarlo cada vez que pudo.
"Ayer tuvimos una buena ración de sexo con Ana, es una mujer insaciable" dijo Jordi.
¿No estaba Luis? pregunté.
"Al parecer había tenido sexo esa mañana con una amiga y estaba un poco cansado, prefirió quedarse mirando" comentó Montserrat.
"Ya se vio en la playa que eran una pareja muy de probar todo" dijo Javier.
"Desde luego no hizo ascos a nada, estuvo muy activa, nos manoseo bien a los dos y se llevó el culo perforado por el pene de Jordi mientras su chico miraba"
"Pues debió de dolerle con semejante tamaño" dije.
"Para nada, parece que suelen usar un vibrador tamaño XX para satisfacerse, estos dos no se privan de nada"
El resto de la cena transcurrió hablando de temas superficiales.
Estos días hacia mucho calor en Madrid por lo que les invitamos a la piscina de casa aunque Javier no podría estar pues esa semana estaba muy ocupado.
"Por nosotros encantados si Paula puede" dijo Jordi.
"Yo tengo libre toda la tarde, pasaros cuando queráis"
Os diré que soy un poco presumida, esa tarde cuando llegó Jordi a casa yo vestía una camisa amplía, tenía que tener cuidado pues al agacharme se me veían las tetas, ya que desde las últimas vacaciones en la playa había dejado de usar sujetador, abajo llevaba un pequeño pantalón que dejaba ver el principio de mis nalgas "vengo solo, Montserrat ha ido a ver una exposición, espero que no te importe"
"No para nada" ¿porque me iba a importar?
"No se si a tu marido le puede molestar que nos veamos solos y más estando tan sexi"
Me pareció un comentario muy machista y respondí de forma agresiva "él no tiene nada que opinar en esto, yo soy libre para vestir y hacer lo que quiera"
"Que liberal te has vuelto"
No me gustaba nada el tono que estaba Jordi empleando "No se en que te basas para decir eso, yo siempre he sido así"
Un doble sentimiento, contrapuesto, se estaba produciendo en mi, por un lado la idea de volver a ver desnudo a Jordi me atraía y la posibilidad de tocar su enorme pene me excitaba y por otro lado el poder llegar a engañar a Laura y Javier me horrorizaba pues entre nosotros no había secretos.
" No me pareció eso en la playa, te tuvieron que obliga a desnudarte cuando ya estábamos todos sin ropa, tú por ti sola no lo habrías hecho nunca"
El comentario me enfureció, no estaba dispuesta a quedar como una puritana de colegio de monjas ¿piensas que me molesta el nudismo?
Él se dio cuenta del momento y lo aprovechó ¿entonces no te incomodo si me desnudo? "Me pone bastante la idea de volver a enseñarte el pene"
No quería aceptarlo pero mi cuerpo empezaba a excitarse, me sentía mal por ello, pero no podía negar que esta sensación me gustaba, sin entender que me empujó decidí dejarme llevar "estás en tu casa, ponte cómodo que no sería la primera vez que te veo sin ropa"
Jordi que lo estaba deseando no tardó en desnudarse dejando a la vista su generoso pene, con las piernas abiertas me facilitaba la visión, empezó a manosearlo "seguro que más de una vez te lo has imaginado entre tus manos"
Torpemente lleve mi mano al pene, apenas podía abarcarlo, empecé a desplazarla a lo largo del mismo llegando al glande que tocaba suavemente con los dedos, el placer se apoderaba de mi cuerpo.
Por un momento pensé que había llegado demasiado lejos e intenté pararlo pero la excitación era tan grande que me empujaba a seguir "eres un cerdo, has estado buscando esto desde el primer momento" la voz entrecortada delataba mí nerviosismo.
Jordi agarrándome la camisa me la quito de un tirón, mis tetas aparecían desafiantes, empezó a tocarlas con pasión, después de mordisquearme los pezones me quito el pantalón recreándose en mí rizado pubis a medida que me bajaba las bragas, ya me tenía completamente desnuda.
Sentí un cierto pudor y le dije de forma quizás poco convincente "por favor dejémoslo aquí"
"No lo esperes, he soñado con tenerte a mi disposición desde el día que el salido de tu marido te dejo desnuda en el jardín de la playa"
Cogiéndome en brazos me llevo a una habitación, me tumbo boca arriba y empezó a chuparme el coño "madre mía que húmeda que estás, parece que te está gustando"
La situación me impedía poder articular palabra, solté un pequeño grito de dolor cuando Jordi me la metió, no estaba acostumbrada a semejante tamaño "es más grande de lo que parecía"
"Él cornudo de tu marido te tiene mal acostumbrada"
Metió una mano debajo de mis nalgas elevándolas ligeramente para facilitar la entrada del pene, la otra mano presionaba mis tetas de forma grosera, sus envestidas eran tan bruscas que por momentos pensé que me iba a reventar.
El orgasmo no tardó en llegar, mi cuerpo se retorcía de placer, la respiración entrecortada sonaba cada vez más fuerte. Llevé mis manos al culo de Jordi y lo empujé hacia mí para terminar de correrme.
En ese momento sentí vergüenza por mostrar tanto placer delante de él, seguro que me veía como una viciosa.
Entonces Jordi sacó el pene y agarrándome de las caderas me puso boca abajo, ¿que vas a hacer? le pregunté recelosa.
"No pensarás que voy a desaprovechar la ocasión de follar éste culito"
La cobardía hizo que me entregase "Puedes hacerme lo que quieras, pero por favor no me hagas daño"
Noté que Jordi estaba sorprendido por la docilidad "no pensé que iba a ser tan fácil, quiero que te pongas a cuatro patas, apoyada en los brazos y rodillas como la zorra que eres"
La carencia de voluntad a la que me había llevado hacia que obedeciese al instante ¿así está bien?
Había puesto el culo hacia arriba a la espera de ser atacado, sus manos separaban mis nalgas facilitando la vista del ano.
"Estás de foto, parece que llevases toda la vida haciéndolo"
Mojando los dedos en mí vagina empezó a metérmelos por el culo moviéndolos en círculo para abrir camino a lo que llegaría después.
No podía creerlo, me estaba empezando a excitar de nuevo, intenté disimular pero la humedad del coño me delataba "eres una viciosa, te estás poniendo cachonda otra vez"
"Es por tu culpa, yo te dije que lo dejásemos"
"Estás loca, no todos los días se tiene una mujer como tú a mí disposición" con una fuerte embestida me metió la polla hasta el fondo, agarrándome por las caderas empezó a follarme bruscamente.
Cerré los ojos y ya sin ningún reparo suspiraba de placer, entonces Jordi aprovechó para hacer una foto. Este hecho no lo descubrí hasta pasado un tiempo.
Mordiéndose los labios de placer empezó a soltar semen de forma descontrolada que rebosaba por todos lados, tuve la sensación que me llegaba hasta la boca.
Al momento sentí un espasmo interior que dio paso a mi segundo orgasmo.
"No te quejarás, has tenido doble sesión.
"Nunca había tenido dos orgasmos seguidos" dije satisfecha.
Nos dejamos caer exhaustos sobre la cama.
En mi cabeza rondaba el hecho de haber sido infiel "te quiero pedir un favor"
"Después de la tarde que me has dado, lo que quieras"
"No cuentes a nadie esto, me muero de vergüenza"
Con una sonrisa maliciosa me dijo "No te preocupes, será nuestro secreto"
Al rato Jordi se marchó.