Mi primera infidelidad en la oficina

Nunca pense que hacerlo en la oficina con un compañero, me diera tanto placer y morbo.

En la oficina he tenido algunas experiencias, con jefes, compañeros, lo he hecho con mi esposo y algunos clientes, pero la primera vez que fui infiel con alguien de la oficina fue con un compañero que trabajaba en el mismo piso y en el mismo departamento que yo. El se llamaba Sergio, ya no trabaja en el banco, y desde que nos conocimos tuvimos atracción el uno por el otro, aunque el era el que mas se me insinuaba. El no era un súper tipo, tenía cara linda y un buena cuerpo, pero nada del otro mundo, aunque eso era lo que se le veía, porque la sorpresa que tenía para darme era mayúscula

El cada rato me invitaba a tomar café, a almorzar y cosas así, a mi me encantaba que hiciera eso porque me sentía deseada, lo único malo es que nunca intentaba algo mas allá de una buena conversación.

Como les conté anteriormente, me gusta usar minifaldas aunque no me las pongo todos los días, hay días en las que llevo una falda que me llega hasta un poquito mas arriba de las rodillas solamente.

En la oficina cuando veía a Sergio le coqueteaba. Al entrar yo en su oficina, siempre me sentaba en una pose sensual, cruzando mis piernas y dejando que el las viera, ya que siento que mis piernas son mi mejor arma cuando de seducir a un hombre se trata. También cuando el entraba en mi oficina, nos sentábamos en el sofá que tengo, para coquetearle de la misma forma, también cuando caminaba me le insinuaba bastante.

Mi objetivo era seducir a Sergio y lo conseguí. Un día me dijo que si podía pasar por la oficina que tenía que entregarme unos documentos y hablar conmigo sobre una cosa, le dije que claro, pero nunca pensé que venía con otras intenciones. La verdad pensé que Sergio se me insinuaría de otra manera y esa mañana me tomó por sorpresa.

Ese día tenía una falda no muy corta, me llegaba hasta un poquito mas arriba de la rodilla, como 3 dedos solamente, era ajustada y era de color negro. También tenia una blusa de botones, rosada y ajustada, mi ropa interior era brasier blanco, tanga negra, medias y zapatos de tacón, es decir, iba como me gusta vestirme, sexy, pero nada para hacer que cualquier hombre cayera.

Sergio llegó y estaba normal, traje, corbata, bien afeitado y con loción. Cuando entró noté que algo andaba mal porque cerró la puerta y cerro las persianas de la ventana, el nunca había hecho eso. Lo que pensé es que lo que tenía que contarme era algo supremamente importante y delicado y quería privacidad. Ahora entiendo porque quería privacidad aunque no se si lo logró del todo. Entró y me saludó como siempre, con un beso en la mejilla, me dijo que hoy estaba demasiado linda y que verme de esa manera había hecho que se apresurara a hablar conmigo. Le dije gracias y claro, comencé a seducirlo, pero de una manera suave, digamos que hasta inocente. El me entregó los documento, esa parte de lo que el dijo era cierta, cuando me los entregó el se ofreció para explicármelos. Ahí si pensé que sus intenciones eran otras porque nunca había pasado algo así, además si necesito explicación la pido y ya. El se paro de la silla donde estaba sentado y para "explicarme" los documentos rodeo el escritorio y se puso detrás de mí. Yo sabía cuales eran sus intenciones, pero me encantó que por fin se hubiera decidido intentar hacer algo conmigo. En ese instante me hubiera gustado que mi falda fuera mucho más corta, cuando crucé las piernas, no se veían mucho, solo un poco mas arriba de la rodilla, aunque como era ajustada si se marcaban bien las piernas.

Cuando me estaba diciendo algunas cosas sobre los documentos, me dijo que definitivamente estaba muy linda hoy y que mi perfume lo enloquecía. Comenzó por acariciarme el cabello, lo hecho para atrás y me dio un beso en la mejilla.

Que estas haciendo, le pregunté

Me encantas Susana y de ahora en adelante me dejaré llevar por mis sentimientos y mi deseo hacia ti.

Cuando dijo esto comenzó a besarme el cuello, y de una me agarró las tetas por encima de la blusa. Lo único que hice fue cerrar los ojos y comenzar a disfrutar, aunque no estaba tan segura.

Espera, para, alguien puede entrar o escucharnos

No te preocupes por eso, solo deja que tu deseo se apodere de ti. O es que acaso crees que yo no se lo que me deseas

Claro que lo deseaba y estaba pasando algo que quería que pasara desde hace tiempo, solo que en ese instante dude, porque nunca lo había hecho en la oficina, nunca lo había hecho en un sitio en donde hubiera mas gente, siempre lo había hecho en lugares donde por lo menos había seguridad que estaba sola con mi amante de turno.

El continuaba besándome el cuello y agarrándome de las tetas, comenzó a desabotonar la blusa e introdujo sus manos para continuar agarrándome las tetas. En ese instante yo ya estaba perdida y quería de todo con este tipo que me había excitado tanto. Cuando el estaba a punto de poner una de sus manos en mis piernas, le dije que se detuviera por un instante, entonces me paré a la fuerza porque quería ir a revisar que la puerta estuviera asegurada y que nadie nos interrumpiera ese momento, pero cuando estaba saliendo de mi escritorio, Sergio no me dejo avanzar mas, me tomo por la espalda, me empujo hacia la ventana que daba a la calle, por fortuna es un edificio y estábamos en el 8 piso, así que nadie nos podía ver por la ventada. Cuando me tenía recostada, mirando hacia la ventana, continúo besándome el cuello, pero esta vez de una forma mucho mas apasionada, estaba totalmente descontrolado y yo ya estaba gimiendo y disfrutando como loca de la situación.

Mientras me besaba el cuello descontroladamente, desabotonó por completo la blusa y me bajo el brasier, mis tetas salieron por encima de este y estaban tiesas y con los pezones apuntando al cielo. Sergio me besaba y me apretada las tetas, me las sobaba y yo gozando y gimiendo como loca. Continúo besándome el cuello y ahora sus manos me subieron la falda, como la falda era ajustada, cuando la subió, se mantuvo arriba sin ningún problema. Al ver mi culo sin la falda, me dio nalgadas, me lo apretó y bajo a comenzar a chupármelo. Me lo besaba y yo gemía como loca. Mientras me chupaba el culo, paso sus manos por mi cuca, por encima de mi tanga y supo lo mojada que estaba. Luego me bajo la tanga, cuando esta cayo el la tiro a un lado, luego abrió mis piernas y comenzó a chupar mi culo, luego me volteó, subió mi pierna izquierda en su hombro y comenzó a chuparme la cuca. Me chupaba el clítoris, me metía la lengua y me daba mi primer orgasmo. Yo estaba perdida, gemía, me retorcía del placer. Después de venirme por primera vez, acerqué a Sergio a mi boca y nos besamos con mucha pasión, nuestras lenguas recorrían la boca del otro descontroladamente. Lo llevé al sofá que tenía en mi oficina y le quité la camisa y le baje el pantalón y el bóxer. Que sorpresa me llevé cuando vi ese trozo de pene tan grande y grueso, que delicia. Cuando me estaba besando el cuello y el lo frotaba por encima del pantalón sobre mi culo, ya había sentido que era grande, pero cuando lo vi, mi sorpresa fue mayor al igual que mi excitación incremento. De una me lo introduje en mi boca, no me cabía, la mayor parte quedaba por fuera, además que era súper grueso. Lo comencé a chupar, aunque no como hubiera querido por el tamaño que tenía, entonces me dedique a recorrer, a chupar y a lamer el glande. Yo chupaba como loca y el gemía. Mientras lo chupaba me acariciaba mi clítoris y mi vagina hasta que no aguante mas, no quiera chuparlo mas, mi cuca no aguantaba mas.

Que haces mamacita, sigue mamando

Tranquilo amor, es que mi cuca esta que quema

Me lo saqué, vi ese pedazo de verga parado, tieso, grueso, me acerque a Sergio lo bese apasionadamente y me dispuse a sentarme encina de el. Me lo fui metiendo despacio hasta que estuvo totalmente adentro. Que delicia!!!! No solo era la excitación del momento, sino el morbo que daba, parecía una puta atendiendo a su cliente. El con la camisa abierta y los pantalones abajo, yo con mi blusa abierta, mis tetas por encima del brasier, mi falda en la cintura, sin tanga, con medias, con tacones y siendo infiel, una puta total. Pero no me importaba, que delicia tener ese pedazo dentro mío.

Comencé a cabalgarlo, al comienzo fue suave, mientras me acomodaba a la verga de Sergio, pero mi excitación no aguantaba mas, empecé a cabalgarlo como loca, con movimientos descontrolados, subía y bajaba de una forma enloquecida, me lo clavaba duro, lo cabalgaba duro, cabalgaba a toda. Abajo y arriba, saca y mete y también me movía un poco hacia delante y hacia atrás. Mis tetas se movían al ritmo de la cabalgada. Que inmenso placer. Sergio también se movía de arriba abajo, me acariciaba las piernas, me apretaba el culo, me apretaba y se comía mis tetas. Tuvimos un orgasmo fenomenal, me corrí delicioso y el me lleno la cuca de leche la cual comenzó a salir y a recorrerme las piernas.

Luego me paré y comencé a chupar de nuevo la verga de Sergio, la lamía y limpiaba los líquidos que tenía, duré así un rato, hasta que se puso tiesa otra vez y recobró ese magnifico tamaño. Al ver esto quería sentarme otra vez en ella, pero Sergio me detuvo con sus manos y me dijo que me estuviera quieta, así como estaba. Sergio se paró de la silla y se puso detrás de mí, yo estaba arrodillada en el piso y recostada de frente contra el sofá. Sergio chupo mi culo, abrió mis piernas y me la clavó de una, comenzó a clavarme de una forma descomunal. Yo gritaba del placer que era tener ese pene tan rico dentro de mi cuquita. Sergio mientras me clavaba fuerte, duro, a toda velocidad, me agarraba de las tetas, me cogía la cintura y me daba nalgadas. Mientras me clavaba, mis nalgas chocaban contra el y el ruido era excitante. Yo gemía, gritaba de placer, le decía que me diera más

Sergio!!!! Papasito rico!!!!!!!!!! Dame, dame…..dame duro….no pares amor…clávame duro, rómpeme la cuca…. Ah aah aah aah aah aah aah aah aaaaaahhhhhhhhh

Creo que esos gemidos se escucharon en todo el edificio. Tuve un orgasmo fuerte, intenso, rico y el lleno mi cuca por segunda vez y nuevamente su semen se salía y comenzaba a chorrear por mis piernas.

Fue delicioso, me quede sentada por un momento en el piso. Sergio se arregló, se coloco los pantalones, se arreglo el pelo, me dio un beso y una nalgada y se fue. Yo me quedé en el piso mas tiempo, desarreglada, semidesnuda, cuando me paré, tome un pañuelo facial de mi escritorio para limpiarme. Me coloque mi tanga, acomode mis tetas, apunte mi blusa y me baje la falda, me arregle y luego fui al baño para acabarme de arreglar.

Que follada tan deliciosa había tenido con ese hombre, me había hecho sentir increíble. Cuando salí del baño, algunos me miraron con ciertas miradas extrañas y no seria raro. Creo que escucharon mis gemidos, además Sergio entró, cerro la puerta y se demoró dentro, luego me ven la cara de satisfacción que tengo, porque por mas que una se arregle, cuando un hombre me lo mete así de rico, se nota.

Al mediodía llegó mi esposo para ir a almorzar, se saludaron con Sergio y el lo miró como queriéndole decir, gracias por esa esposa tan rica que tiene, si viera como me la acabo de coger. Esa situación me excito mucho, pero solo hasta la noche me pude desahogar cuando hice el amor con mi marido. Que rico que es tener dos vergas diferentes el mismo día.