Mi primera infidelidad

Mi primera infidelidad, con una compañera de trabajo.

MI PRIMERA INFIDELIDAD

Hola me llamo Jose, este es mi primer relato y voy a contaros lo que me pasó una tarde en la oficina. Espero que os guste.

Tengo 32 años, trabajo de Técnico de Sistemas en una empresa de construcción, ese día me tuve que quedar hasta tarde ya que debía realizar un mantenimiento en la red y para ello necesitaba que no hubiera ningún usuario conectado. Eran ya las 8 y fui a comprobar en el servidor que no quedase nadie conectado, pero vi que en el departamento de personal estaba aun conectada Carla, una de las chicas que allí trabajan, así que subí a la segunda planta donde se encuentra dicho departamento a preguntarle sobre que hora iba a irse para poder realizar mi trabajo. Debo deciros que Carla es una de las mujeres mas guapas de la oficina, tiene 27 años, no es muy alta, medirá 1,60 aproximadamente, con pelo negro y unos ojos verdes que hacen que la mires y casi quedes hipnotizado, unas tetas de un tamaño perfecto y un culo maravilloso. Cuando llegué vi a Carla sentada delante de su ordenador tecleando, ella no se dio cuenta de que yo estaba allí, estaba vestida con una falda negra ajustada, y una blusa blanca, los zapatos los tenía quitados debajo de su mesa. Me acerqué a ella.

-Carla, dije yo.

Ella se giró entre sorprendida y asustada.

  • Que susto me has dado, pensé que ya estaría sola en la oficina, dijo ella.

  • Pues ya ves que no, yo también me he tenido que quedar hoy hasta tarde, le contesté.

  • Es que como estamos a final de mes tengo que preparar los pagos que si no luego os enfadáis conmigo si no cobráis a tiempo, me dijo sonriendo.

  • ¿Y te queda mucho?, es que hasta que tú no termines, no puedo yo empezar a hacer mi trabajo.

  • Como media hora, me contestó, si quieres te aviso cuando termine, me dijo ella.

  • Está bien, le contesté. Y bajé hacia mi planta.

Estuve un rato adelantando trabajo del día siguiente, hasta que sonó mi teléfono, habían pasado unos 15 minutos, y pensé que Carla habría terminado antes de lo previsto, pero no, era Carla que quería que subiera un momento para ver por que no le funcionaba la impresora. Subí y vi a Carla de pie junto a la impresora, seguía sin sus zapatos, pero aprecié que llevaba la blusa con algún botón mas desabrochado que en la visita anterior.

-Mira esta impresora a ver que le pasa que si no, no acabamos en toda la noche, y yo le he dicho a mi marido que estaría en casa en una hora, me dijo.

Yo miré la impresora y no vi nada extraño, mande un trabajo a imprimir y funcionaba perfectamente.

Al girarme no pude evitar mirar a sus tetas, que con la blusa medio desabrochada se le veía parte de ellas.

  • ¿Te gustan?, me dijo.

Yo un poco avergonzado le dije:

  • Perdona pero no he podido evitar mirarte.

  • Yo no te he preguntado eso, te he preguntado si te gustan.

  • Si, le respondí, a que hombre no le gustarían.

  • Pero si no has visto a penas nada, me dijo tirando un poco de la blusa hacia un lado, dejándome ver algo más uno de sus pechos cubierto por el sujetador.

  • ¿Quieres verlas bien?, preguntó.

A lo que yo respondí con un rotundo "SI".

Ella con una sonrisa pícara se desabotonó completamente la blusa, y me dijo:

  • Acércate.

Yo me acerque a ella, estaba como en un sueño, y mi erección empezaba ya a notarse.

  • Tócalas, no muerden, me dijo sonriendo.

La empecé a tocar, y baje un poco el sujetador para poder tocar también sus pezones, que a esas alturas estaban ya duritos, ella se quito completamente la blusa y yo aproveche para quitarle el sujetador, mis manos dejaron paso a mi boca y le bese y le lamí los pezones, dando pequeños mordiscos en ellos, algo que a Carla le hacía emitir algunos gemidos de placer. En ese momento recordé que aunque estuviéramos solos en la oficina podían pasar los guardias de seguridad del edificio haciendo la ronda, se lo dije a Carla y ella me contestó.

  • Pero como puedes pensar en eso ahora, sigue con lo tuyo por favor, además pasaron justo 5 minutos después de que tú subieras por primera vez, así que tenemos todo el tiempo del mundo para nosotros, me contesto algo molesta.

Así que, ¿como no hacer caso a una mujer en esas circunstancias?, la recosté sobre su mesa y volví a mi tarea con sus preciosos pechos, ahora con mi mano puesta ya en su entrepierna y masajeando por encima de su tanga. Así estuvimos un rato, hasta que me separe de sus tetas y me aparté para quitarle el tanga, la falda la tenía ya enrollada en la cintura, volví a mi posición sobre sus tetas pero ahora empezaba a meter uno de mis dedos en su coño, haciendo círculos con él, después metí otro dedo, y Carla estaba ya a punto de correrse, en ese momento paré y saque mis dedos de ella, ella me gritó:

  • ¡¡¿Que haces? ¿Porque paras ahora?¡¡.

Yo sin decirle nada, fui bajando mi lengua por su tripa, hasta su ombligo y seguí bajando hasta su sexo, en ese momento ella se volvió a recostar en la mesa, sabiendo ya que no la iba a dejar a medias, que solo quería que se corriera mientras se lo hacía con mi boca. Le lamí primero los labios, y empecé a intentar follármela con la lengua, ella estaba gozando de la comida que le estaba haciendo, después empecé con su clítoris, que no era muy grande, pero se notaba durito, lo lamía, lo besaba, lo chupaba, y le metí de nuevo los dos dedos, entonces Carla ya no pudo contenerse y noté que su respiración era ya muy rápida y corta, empezó a gemir mas fuerte y note que el flujo de su vagina aumentó de una manera bastante abundante, signo inequívoco de que había terminado en mi boca.

Me incorporé y la vi tendida en su mesa un poco despeinada y bastante sudorosa, yo ya estaba que no podía más, mi polla necesitaba salir del pantalón, estaba que iba a estallar ella levantó un poco la cabeza y me dijo:

  • Fóllame por favor

Me saque la polla y se la metí de un solo golpe, ella estaba tan lubricada que no me costó nada metérsela, empecé con un movimiento suave y poco a poco fui aumentando el ritmo, con el calentón que tenía ya estaba a punto de correrme dentro de ella, pero Carla lo notó y me hizo parar, se levanto de la mesa, me sentó en su silla y me quito el pantalón, ella se sentó encima y empezó a follarme, con un ritmo pausado pero constante, me quitó la camisa y se puso a chuparme los pezones, estuvimos así un rato, parecía una profesional del sexo, porque cuando notaba que yo iba a acabar, ella cambiaba el ritmo y me hacía aguantar un poco más. De repente aumentó el ritmo y yo no pude evitar el correrme dentro de ella, fue una corrida impresionante, yo no recordaba que nunca antes hubiera echado tanto semen, al notarlo ella tuvo otro orgasmo y quedamos los dos abrazados sobre su silla sin poder apenas movernos, sin hablar, solo después de un minuto mas o menos nos miramos y nos dimos un beso impresionante. Se levantó nos limpiamos con unos pañuelos de papel y nos vestimos.

Entonces ella sonrió y me dijo:

  • Por cierto, yo ya he terminado con mi trabajo, ya puedes hacer el tuyo.

Pero ya ese día no podía ponerme a trabajar, así que nos marchamos los dos. Desde entonces somos amantes, aunque no hemos vuelto a hacerlo en la oficina.

Podéis mandarme vuestras opiniones a jgonsouto@hotmail.com , si sois mujeres mejor.

Un beso a todas y un saludo a todos.