Mi primera infidelidad
La primera vez que se dieron las cosas fui infiel y ahora se los relato.
Hola a todos, esta es la primera vez que escribo para todorelatos, pero por fin me he animado. Hace tiempo (no mucho) que empecé a leer las historias de esta pagina, que la verdad me parece buenísima. Yo francamente, no tengo tanta imaginación como para escribir historias; así que lo que haré será contar experiencias que me hayan sucedido.
Para empezar, me presentaré; mi nombre es Dalia Gpe. Y actualmente tengo 24 años, vivo en Veracruz, en donde nací. Físicamente soy agradable, mido 1.73 mts. De estatura, y peso alrededor de 60 kgs. De piel blanca, delgada, cabello castaño muy claro, y ojos color miel, nariz recta y bueno, no me corresponde a mí decirlo, pero dicen quienes me conocen que soy bonita. Mis medidas son 90 59 89.
Bueno, en esta ocasión, les contaré sobre mi primera infidelidad, de cómo fue que se dieron las cosas y lo que ocurrió.
A mí me encanta la pesca deportiva, me gusta mucho ir a pescar, una ocasión, quedamos mis amigas y yo en ir de pesca en el bote del novio de una de ellas, yo mas o menos conocía al chavo, asi que bueno. Ese domingo, después de una semana llegó mi esposo de trabajar.
Hola, corrí a abrazarlo emocionada como cada vez que lo veo llegar, "hola" me contesto con voz algo seca y actitud fría, ¿qué tienes?, le pregunté, nada, déjame por que tengo que ir a comprar unos coples de una medida especial al rato y en domingo veo difícil encontrar donde. Me molestó su actitud, pero bueno, a regañadientes y bastante inconforme acepté que me abrazara, sabía lo que quería.
Empezó a besarme en el cuello, siempre que lo hace es porque sin duda acabaremos en la cama, aun que realmente sin ganas, le seguí abrasándolo y sujetándolo por la cara, lo bese en la boca, pero él me respondió un poco frío.
De pronto, sin desnudarme me levanto la falda y me bajó el panty yo ni siquiera estaba todavía excitada cuando vi su pene ya listo. Algo que no me agradó mucho y de hecho me causo extrañeza, fue verlo sacar un condón de su bolsillo y ponérselo, y eso para que???, pregunté algo inconforme, "es para que no vayas a embarazarte accidentalmente, hay que cuidarnos. Al escuchar eso pensé pestes, pero bueno, tal vez este no quiere correr riesgos, en fin.
Me incliné un poco y el se acomodó sujetándome por las caderas, me penetró rápidamente, me sobresalte un poco, no estaba muy excitada aún pero me gusto sentir su miembro entrar en mi vagina empezó a moverse, y yo ya entonces estaba encendida, siiii así metemelaaa, decía al ritmo de sus embestidas, de pronto él acabó entre berridos de satisfacción.
Me dio muchísimo coraje eso, ni siquiera me dejo a mi acabar, le dije, oye, ¿ya acabaste?, si, disculpa, pero es que vengo muy cansado. Mientras se limpiaba el miembro todo embadurnado de semen al quitarse el condón.
¿Recuerdas que te comenté acerca de ir a pescar?, le dije ya durante la comida, ya quedamos con Lucia el novio de Sandra nos va a llevar en su bote. ¿Y eso que? Me contestó hosco, pues que tu hace tiempo me dijiste que ibas a acompañarme a pescar, ya lo olvidaste???? Pregunte en tono francamente molesto. Si pero hoy estoy muy cansado me respondió ya en tono indiferente, ok no hay problema, pero yo si pienso ir, ni modo que después de que alboroté a todas mis amigas y a este chavo, que apenas y conozco hizo un tiempo para hacer el favor de llevarnos, me de por decirles "saben queee, que siempre no voyyy". Pues si quieres ve, pero por favor Dalia regresa temprano, tengo ganas de ir a algún lado después de que descanse un rato.
Me fui al club de yates en donde habíamos quedado de vernos Lucia, Sandra y yo, con el novio de esta ultima, el ya estaba puntual esperando, era un chico bastante agradable, alto, como de 1.80 y la verdad no mal parecido, yo ya llevaba mi caña lista, anzuelos y carnada que compré para la ocasión.
¡Hola! Lo salude sonriendo, él me respondió del mismo modo, ¿y Sandra? Pregunté por su novia, no ha llegado aun me dijo, haaa bueno dije y empezamos a platicar cosas triviales. Yo empecé a desesperarme al ver que no llegaban las otras dos huevonas, ya había pasado hora y media después de la hora convenida. Creo que no haremos nada hoy, dije totalmente desilusionada, había esperado dos semanas casi para ese día y ahora tenía que conformarme con regresar a mi casa. Él pareció darse cuenta de mi sentir, pues me dijo: oye Dalia, si quieres vamos te llevo para que pesques algo, de todos modos la cerveza y las caribes ya las compré y tu ya compraste tu carnada, ni modo que nos quedemos en tierra. Normalmente y en otras condiciones me habría dado pena y no aceptaría, pero estaba tan ilusionada desde hacia días ya, que le dije después de pensarlo un poco, bueno, vamos.
Fuimos un poco mas allá de la isla de sacrificios, eran ya casi las 4 de la tarde. Heché el anzuelo y me senté a esperar, el platicaba cosas interesantes, francamente me simpatizaba, ya casi a las 5 no había agarrado casi nada, el tomaba cerveza y reía, se veía muy atractivo con la brisa despeinándolo.
Voy a nadar un poco le dije, me saque la playera, única prenda que traía arriba del traje de baño de dos piezas, me gusta usar tangas, pero aclaro, no de hilo dental, eso ya me parece demasiado. Me puse mi visor y me arroje al agua.
En esa parte no era muy profundo, había algunos corales y así estuve un rato, estaba feliz de nadar y sentirme tan libre hasta que por fin en una de esas que salí a agarrar aire él me dijo: Dali ya es tarde ya regresemos. Nadé hacia el bote, y él me ayudó a subir a bordo, al hacerlo, ( el luego me dijo que por mi sonrisa, y mi cara chapeada lucían algo infantiles y eso lo maravillo) yo sonreía de oreja a oreja, y al sujetarme para subir, quedamos de frente, muy cerca. En eso, a la fecha no me explico porque, me sentí como hechizada, sentí una fuertísima atracción y sentí algo dentro de mi pecho, como mariposas o abejas volando, a el le paso algo similar, porque no podía despegarme su mirada de mis ojos, de pronto, sentí como nos empezamos a acercar uno al otro hasta que nos besamos, me pareció un beso muy dulce, cerré los ojos para disfrutar mejor la caricia, el me tomo por la cintura mientras me besaba, y de pronto subía a mi cabello una mano para acariciarlo, y volvía a bajar a mi cintura. Sentí su lengua entrar en mi boca, hurgar dentro de ella, y el aire de la brisa ya un poco mas fuerte debido a la hora.
Nos seguimos besando no sé cuanto tiempo, pero en una de esas que nos separamos lo solté, el se me quedo mirando como sorprendido, en ese momento, no sé que me pasó, pero no me importaba ya nada, delante de el, me solté la parte de arriba del traje de baño, con lo que mis pechos quedaron libres, al ver esto, quedaba mas que claro para el y para mi, de hecho, que habría mas que besos, el se levanto y me tomo por las caderas, me jalo hacia si, y me volvió a besar en la boca, un beso profundo y muy cálido aun hoy parece que pudiera sentirlo cuando lo recuerdo.
Empezó a bajar por mi cuello, me metió la lengua en una oreja y eso me excitó muchísimo, solté un pequeño gemido, el entonces comenzó a besar mis pechos, mis pezones color marrón los tocó primero con la punta de la lengua, y después abrió la boca y empezó a succionarlos, de un modo delicioso, sentí la gloria al hacerlo, los jugaba con la lengua, los besaba, los acariciaba con los dedos y volvía a meterlos en su boca, me tenía casi enloquecida de excitación. empecé a gemir ya mas descarada, siiii, así, mamamelos le decía ya totalmente excitada y cínica.
Mientras se daba gusto en mis pechos, con otra mano empezó a acariciar mis nalgas, recorría su forma por encima de la tanga y subía pos mi espalda un poco para bajar de nuevo, en esas comenzó a jalar la tanga hacia abajo, yo le ayude subiendo la pierna. Comenzó a bajar su cabeza, dejo mis pechos y me besó el vientre, el abdomen, se detuvo un poco en mi ombligo, al cual le dedico unos segundos, y así llego a mi región púvica, mis bellos dorados y rizaditos, se abrieron para dar paso a su lengua, que traviesa jugo primero por arriba, de pronto me jalaba con los dientes un poco de bellitos, eso me mataba de placer, empecé a hacerme para atrás, hasta que quede recargada sobre uno de los asientos del bote, el seguía con su labor. Por fin, decididamente hundió su lengua en mi vagina, al hacerlo berreé de placer, sentí la gloria cuando al fin su lengua estuvo dentro de mí.
El cielo empezaba el crepúsculo, el aire corría algo fuerte, en medio del mar, me sentía como en un sueño, creo que q cualquier chava que le pasara algo así, en esas circunstancias habría sentido lo mismo. Él estaba totalmente sumergido en mi, sentía su lengua recorrer los pliegues de mis labios, jugar mi clítoris, de pronto, se ensalivó un dedo, sin dejar de mamar mis labios me lo metió por detrás, justo en el ano, al sentir eso, casi aullé del placer, haaaaaa, dije, siii asiiii, el dejó mi vagina y me dio vuelta, de modo que quede boca abajo, con las nalgas paradas, recargando el resto de mi cuerpo en el asiento.
Sentí como una descarga eléctrica por todo lo largo de mi columna vertebral, al sentir la punta de su lengua en mi ano, jamás nadie me había hecho algo así, era increíble, era fantástico sentía delicioso, empezó a hacer un juego de sexo oral justo en mi ano, su lengua entraba y salía, recorría mi ano, mis nalgas, con una de sus manos me acariciaba la vagina, me tenía fuera de mí, gemía como loca.
Sentí riquísimo cuando me metió otra vez un dedo por ahí empezó a meter y a sacarlo, cada vez más rápido, yo estaba totalmente fuera de mí, gemía y le pedía mas, así, dame, asiiii, movía mis caderas como loca, hacia arriba y abajo, en eso, el se puso de pie, y sentí escalofríos por todo mi cuerpo, cuando sentí la punta de su pene tocar la entrada de mi ano, ya antes había hecho el sexo anal, que por cierto siempre me ha encantado, pero por lo general, los hombres prefieren hacerlo una vez que ya han penetrado por delante y mas o menos ya están al punto.
Antes de metermela, ya estaba teniendo mi primer orgasmo, mientras lo tenía, sentí como empezaba a entrar, lo hacía lentamente, con cuidado, al llegar a la mitad de toda su magnifica longitud, de pronto, se detuvo, y saz ¡!!, metió el resto de una embestida. Después de eso, empezó él mete saca, sentí la gloria cuando me tomo por las caderas, y empezó el movimiento rítmico de vaivén, mi ano se abría a lo que daba para permitir la entrada de su miembro, que francamente era algo mayor que el de mi esposo, y sus movimientos eran lo de un profesional.
Sentía un placer indescriptible, él empujaba y yo, movía las caderas en forma circular, pero lentamente, pues ya han de saber que durante el sexo anal, hay que tener un poco mas de cuidado, él me decía cosas increíbles mientras me daba su pene: "muñequita hermosa, así, mi princesita, muévete bonita" esas palabras me tenían en la locura, mientras escuchaba lo que me decía, sentí una ternura increíble, de los gemidos empecé a sollozar, me despertaba un sentimiento indescriptible cada palabra que me decía. "reinita de mi alma", al decir esto de plano me solté ya a llorar, mientras me cogía por detrás, yo lloraba de placer, de gusto, de alegría, no sé, de pronto sentí una especie de liberación, explote en un orgasmo arrasador, jamás creí que hubiera tal grado de placer, y menos aun, que un chico al que apenas conocía de poco tiempo.
Fue fantástico, aun hoy lo recuerdo como uno de los mejores momentos de mi vida, el mientras tanto, siguió embistiendo, podía escuchar su pelvis al momento de chocar con mis nalgas, como pequeñas palmadas, las lagrimas corrían por mis mejillas, y mis gemido se fundían con mis sollozos, mi culo ya estaba todo empapado, y empezaba a arderme un poco, en eso, el empezó a gemir en voz alta, y me sujeto bien fuerte de la curva en donde acaba la cintura y empieza la cadera, me embistió hasta el fondo, lo cual me hizo respingar por una punzada, y por fin, se vino, eyaculó hasta la ultima gota de semen que traía dentro del cuerpo.
Finalmente, se separo de mí, y me abrazo, me empezó a dar pequeños besos en la frente, en los párpados, mojados de lagrimas, en el mentón. Pero ya pasada la euforia, yo me sentía muy, pero muy sacada de onda, me separe de el, y me di la vuelta dándole la espalda, sin decir palabra, él me pidió que anduviera con él, que yo era fantástica, única, que el estaba conciente de mi situación de casada, pero que me prometía mucho respeto y discreción, pues estaba muy interesado en conservarme, pues le parecía que yo era una persona increíble, pero a todo esto yo solo respondí con silencio, de espaldas a el, no conteste nada, me sentía muy desubicada, por fin, pareció entender un poco el cómo me sentía, y arranco el motor para regresar.
Ya en mi casa, en la noche, hice el amor con mi esposo, pero en mi mente, solo tenía fijas las imágenes de lo vivido esa tarde, cuando había sido infiel al hombre que amo.