Mi primera infidelidad (1)

He decidido abrirme y contar mi vida sexual, aprovechando el aburrimiento en mi trabajo y teniendo esta computadora, detallando los episodios mas calientes que me han tocado vivir.

Mi primera infidelidad – 1º parte

Hola a todos los que me lean, la verdad, he decidido abrirme y contar mi vida sexual, aprovechando el aburrimiento en mi trabajo y teniendo esta computadora, detallando los episodios mas calientes que me han tocado vivir.

Me presentare ahora con el nombre de Fernanda (de fantasía obviamente), no obstante confieso que lo que relatare en el presente relato como en las próximas entregas sucedieron realmente. Soy una chica que actualmente tiene 25 años, de Argentina y que en estos últimos 3 años ha tenido una vida sexual muy activa, donde en mi vida hubo un punto de inflexión que cambio todo, de ser una persona quedada, muy tímida a ser una mujer abierta al pleno sexo, incluso en mi carácter se refleja, de seriecita muy formal a ser simpática, alegre.

En el plano físico soy de contextura chica, delgada. Para que se den una idea más remota, mido un metro 62 cm., mi peso esta entre los 47 a 49 Kl., soy de tez blanca con el cabello castaño. Con un cuerpo con las curvas bien marcadas, con unas medidas aproximadas de 86, 58 y 92, como verán, tengo poco busto, pero lo que tengo me gusta realzarlo, una cintura pequeña que deriva en un trasero (cola, culo, como mas les guste) bien firme y respingón, como dice un amigo, "…bien carnoso y rico…". Sin más que agregar como carta de presentación, pasare a contar mi primer relato.

Mi vida sexual comenzó allá por el verano del año 2002, con mi primer novio Ramiro (aclaro que todos los nombres q usare son de fantasía), así como también comenzamos con el final de nuestra relación de mas de 4 años de noviazgo. Durante nuestro 2 primeros años la distancia nos separaba, pero nos gustaba mantener charlas intimas que muchas veces nos llevaron a masturbarnos cada uno en su lugar, después nos juntamos y el tuvo la paciencia de esperarme un año casi hasta que llego nuestro momento, si nuestra primera vez, la mía, fue linda si, pero no lo que esperaba, no termine tan satisfecha tan plena, como cuando me masturbaba y eso fue así una y otra vez. Y la verdad, esto influyo en nuestra relación, todo se vino abajo, pelea tras pelea, hasta que llego el momento que cambio mi vida, lamentable momento. Descubrí a mi novio que supuestamente se dirigía al baño de mi casa en plena noche, sentado en el sillón del living con mi prima Juliana practicándole sexo oral sin piedad. No, no me quede viéndolos, ni tampoco les grite, ni menos los insulte, tampoco llore, solo regrese a la cama y volví a dormir, no se como hice para dormirme de vuelta, pero lo hice.

Todo cambio, nunca le cuestione nada a mi novio de lo sucedido con mi prima, yo empecé a salir con mis amigas, siempre las había dejado de lado por mi novio y en mi cumpleaños numero 22, el 7 de julio, una de mis amigas me presento a Sebastián, un chico por aquel entonces de 18 añitos, tuve que pedirle el documento, porque la verdad no lo aparentaba, y si, mide casi 2 metros, 1,97 para ser mas exacta y rasgos bien marcados, bien masculinos. Allí empezó mi relación con el, primero amistad, actualmente es mi novio.

Tras 13 días de hablar todos los días por el msn, mandarnos mensajes por los celulares, acepte su invitación para salir, si el 20 de julio, día que en Argentina se celebra el "día del amigo". Nos encontramos en un pub (o bar como le digan), dado que su intención era pasarme a buscar por casa, pero aun la relación con Ramiro seguía, mal pero continuaba. Allí tomamos algo, nos conocimos mas, hablamos mucho, casi dos horas en ese lugar, después a mover el cuerpo, fuimos a bailar. La verdad, no me hice resistir mucho, deje que acariciara un poco, que me sintiera pegada a su cuerpo, mucho lo estimulo eso, dado que después de una hora, me sorprendió con un beso y un fuerte abrazo, incluida una importante mano en mi culo sobándomelo, para luego susurrarme al oído, "…vayamos a mi departamento, estoy solo…", nunca olvidare esa frase. La verdad ni lo dude un segundo, accedí deseosa ya de estar en la cama con él.

Una vez en su departamento, la música suave y la luz tenue creo un ambiente especial. Sebastián no demoro en abrazarme por detrás, tomándome de la cintura y llenándome los oídos de susurros y palabras fuertes, calentadome cada vez mas. Aun mas cuando sentí sus manos dirigirse en sentidos opuestos, una hacia arriba y otra hacia abajo.

Así empezó a besarme en mi cuello, a la vez que la mano que subía, fue la mas atrevida, escabulléndose por debajo de mi top, llegando a mis pechos, acariciándolos, sobándolos suavemente, produciendo una erección inmediata de mis pezones, calentadome mas con pellizcones con sus dedos. Mientras la que descendió, sobre mi jean, presionaba fuerte contra mi entrepierna, estimulándome a punto tal que no aguante más, llevando mi mano hasta el sierre de su pantalón, bajándolo e introduciendo la misma buscando lo que mas ansiaba, su pene.

Vaya sorpresa me lleve, acostumbrada a los 14 cm. de Ramiro, esta sin duda tenia una talla especial, mas larga y mucha mas gruesa, ya la quería tener adentro, pero había que disfrutar cada momento. Ya muy caliente ambos, Sebastián se sentó sobre el sillón de su departamento, llevándome hacia él, rápida me acomode sentándome sobre su falda, encerrando sus piernas entre las mías. Los besos eran candentes, mis labios se fundían con los de él, nuestras lenguas se buscaban sin cesar una y otra vez, mordiscones de labios calentaban aun mas la situación, sus manos paseaban por mi espalda, mientras las mías le sujetaban su cabeza contra la mía. Los besos se volvían mas intensos, a la vez que sentía como Sebastián desprendía mi cinturón y los botones de mi jean, pudiendo así sentir sus manos en mi culo, o como me dijo él, "…que hermoso culo tengo en mis manos…".

Ya sus manos se desesperaban en mi culo, acariciándolo, sobándolo, apretándomelo con fuerza, haciéndolo suyo, buscando a su vez con su boca, mi cuello, el cual fue recorrido en su plenitud, deslizándose poco a poco hacia abajo en busca de mis pechos. Sin tardar, baje mi top y me quite el corpiño, dejando todo a merced de su boca. La cual comió mis pechos rápidamente, la succión de sus labios con mi pecho, era espectacular, su lengua jugando con mi pezón, rodeándolo, mojando el contorno de mi pezón, poniéndomelo durito al máximo y así durante un buen tiempo.

Hasta que empezó a bajarme el jean, pidiéndome que me parara sobre él, también quitándome la diminuta tanga que usaba, me tomo nuevamente por mi trasero llevándome hacia el, pero no sentándome sobre su falda, esta vez, llevo mi vagina a su boca. No podía creerlo, Ramiro nunca me lo había echo, era increíble la sensación, desde el mismísimo momento que sentí su lengua rozando mis labios vaginales, que lengua inquieta, el desliz era continuo de un lado a otro de mi vagina, sin perder el contacto entre mis labios, yo ya estaba extasiada, acariciándome mis pechos, descontrolada, gimiendo como nunca. Con esa lengua que me hacia perder ya, jugando con mi clítoris, uuuffff, que hermoso recuerdo, no daba mas, estaba al venirme, cuando comencé a sentir como Sebastián, introducía un dedo en mi orificio anal. Su lengua con mi clítoris, sus manos en mi culo y ahora eso, era mucho para mi, ya no pude contenerme mas y llego mi primer orgasmo, Seba se deleitaba, disfrutando de mis jugos vaginales, sin parar de calentarme con sus palabras, "…si rubia, venite así rica…".

Me senté satisfecha sobre su falda nuevamente, juntando nuestras bocas en un beso más que caliente. Y si, ahora era mi turno, cuando el me propuso ir a la cama, lo detuve, quitándole la camisa y abalanzándome sobre su pecho, recorriéndolo con mi lengua, chupeteandolo con mis labios, descendiendo de a poco, hasta esas abdominales firmes que me comí con mi boca, pero no aguantaba, estaba golosa, quería ver lo que mis manos habían tenido entre ellas. Desprendí su pantalón, bajándoselo pudiendo ver como su bóxer apretaba ese hermoso bulto. Me arrodille entre sus piernas y comencé a sacarle su bóxer, era simplemente impresionante, mis manos no alcanzaban a cubrirla y así con las dos juntas, firmes sosteniendo aquel pedazo de carne empecé a masturbarlo. No sabia como encararlo, todo eso en mi boca no cabria seguramente, por lo que opte por dejar la parte superior descubierta y seguir masturbándolo suavemente con la mano de abajo, para ir acercando mi boca, abriéndola y posar mis labios en la puntita, se sentía caliente, dura. Baje un poquito y mi lengua empezó a saborearla, arriba, abajo, sin despegarse en ningún momento, recorriéndola sin parar, me encantaba, estaba disfrutando mi dulce venganza. Pero aun quería mas y mi mano empezó a estimular mas a ese hermosa verga, larga y gruesa, jalándosela mas rápido, a la vez que mi boca se abría e iba succionando toda ese pene, encerrándolo con mis labios fuertemente y mi lengua nuevamente jugando, disfrutando y saboreando todo lo que podía, mientras sentía las manos de Sebastián que se posaban sobre mi cabeza, enredando sus dedos con mi cabello para sujetarme e incitarme a masturbarlo con mi boca, con bajadas y subidas suaves, rápidas, alternadas, apretujando cuanto mas podía esa verga con mis labios, que cada vez mas caliente estaba.

Cuando pensé que Sebastián iba a venirse en mi boca, se detuvo todo y me paro rápidamente, el también hizo lo mismo, abrazándome al instante y comiéndome la boca con un beso fogoso, llevándome hacia atrás, contra la pared. Bajo sus manos hasta mi culo, firme lo hizo suyo y me levanto hasta su cintura, la cual rodee con mis piernas, así alzada contra la pared, empecé a sentir su pene caliente abrirse espacio entre mis labios vaginales y comenzar a penetrarme a la vez que yo descendía sobre todo ese pedazo, mi gemido continuo alzaba volumen al ingresar cada vez mas esa verga dura y gruesa, haciéndome erguir mi cuerpo, amoldándose mi vagina a todo eso.

"…ahora vas a disfrutar gringa…", fue el susurro de Sebastián a mi oído, como si ya no lo estuviera disfrutando, me volvía loca cada ves mas. Y así empezó a moverme, penetrarme una y otra vez, sin cesar, haciéndome subir y bajar de su verga, llenándome toda, dándome el placer máximo a mí y disfrutándome a su antojo. La sensación era increíble, todo ese pedazo dentro de mi vagina, el roce interno era de lo mas caliente, mis paredes vaginales presionando contra esa verga caliente, me hacia mojar como nunca. La penetración se incremento, los movimientos se aceleraron al son de mis gemidos aumentar, entrelazándose ya algún grito. Mi ya segundo orgasmos estaba ahí, "…mas, maaas…asiii….", mas pedía a gritos y mas obtuve, Sebastián, ya sin piedad me penetraba fuertemente y rápido, extasiándome a punto caramelo, hasta mi gemido final, "……aaaaaaaaahhhhhh….", donde me desvanecí literalmente, buscando la boca de mi pareja ocasional, bañando su verga caliente que firme se mantenía dentro de mi sexo, haciendo una pequeña pausa con un beso nuevamente caliente.

Me bajo de sus brazos, acomodándome contra la pared nuevamente, pero de espalda a él. Yo coloque mis manos sobre la pared y comencé a retroceder, a la vez que me inclinaba hacia la pared con mis manos, allí Sebastián tomo su miembro pegándolo a mi vagina, introduciendo la puntita, para luego de jalón penetrarme nuevamente, haciéndome gritar de nuevo de placer. Así estuvo, tras 4, 5 penetraciones de jalón, fuerte, soberbias, disfrutando de mis gemidos, empezó a penetrarme rápido, tomándome de la cintura, afirmándome para cada penetración. Podía escuchar el choque de mi cadera contra su cintura, todo se volvía mas caliente, cada movimiento aumentaba mas, mis piernas ya no aguantaban mas, pero el placer era mas fuerte y se hizo sentir, cuando sentí su ultima penetración, clavándome todo lo que tenia y explotando con su semen caliente dentro de mi, llenándome toda, no paraba de expulsar su leche, incluso aun, cuando saco su sexo afuera y todavía escupía ya sobre mi espalda, mi trasero, era increíble y eso que recién todo comenzaba….