Mi primera gordita
Mi primera gordita que bien se lo hice.
Este es mi primer relato y todo es verídico.
Cuando suceden los hechos yo tengo 45 años , soy de aspecto normal. La chica con la que ocurren los hechos tiene 35 años, es gordita, es blanquita con cabello moreno, con cara de niña, de tetas talla 100, aunque para ella dicen que son pequeñas, de un culo bien gordo.
La historia comienza en un instituto de un pueblo de nuestra isla de Gran Canaria, asistíamos a clases para obtener el titulo superior de Administración Financiera, a distancia, aunque acudíamos dos veces por semana a clase, la verdad es que había en clase había muchas chicas de muy buen ver.
Yo me había fijado en algunas que eran más jóvenes que yo, es que era el de más edad, las edades oscilaban entre los 19 y 38 años.
La verdad es que no se como surge todo con esta chica a la que llamaremos Natasha, todo fue por celos de ella, yo siempre andaba rodeado de las otras chicas, al principio de curso con una en especial que todos creían que era mi pareja, pero al cabo de poco tiempo dejo de ir.
Y la profesora me consultó porque había dejado de venir y yo le explique lo poco que sabia y desde ese momento empezamos a tener una buena amistad, la profe y yo, y esta chica se enceló, porque comenzó a charlar e intentar sonsacarle a la profe sobre mi.
Al cabo de un tiempo anduvo haciendo cosas con otro chico y según me dijo era para que me diese cuenta que existía, hasta que un día me vino a pedir ayuda sobre ordenadores.
Hay me doy cuenta que quería algo más que eso y empiezan los tonteos, al principio era quedarnos a hablar un poco al salir de clases y luego fueron roces.
Poco a poco esos roces fueron creciendo, muchas veces pasaba por debajo de la mesa el lápiz por mi pantalón, luego plantaba su mano en mi muslo, y así empecé a seguirle el juego y le ponía mi mano en su cara interior del muslo e iba subiéndole, cuando venía con falda le llegaba a tocar el muslo y se abría para que llegase más arriba.
Un día en clase vino con falda y le llegue a su braga grande y al instante sentí una gran humedad en ella, se había corrido nada más tocarle. Eso fue sucediendo en casi todas las clases esos juegos.
Al poco tiempo me dice que se va unos días a trabajar a Tenerife, hay comienza un juego peligroso, un día por la tarde quedamos en vernos a través del ordenador y charlar durante un rato mientras trabajaba. Ella se conecto desde su hotel y yo desde mi trabajo. Desde el principio se le veía muy lanzada, hasta ese momento todo eran juegos sin casi tocar y menos ver, pero ese día apareció muy sexy.
Comenzamos una video conferencia y la conversación empezó a subir de tono, lo primero que hice fue pedirle que me enseñase una teta y lo hizo con mucho esmero y ella me dijo que me desnudase, yo lo hice y ella también y comenzó un cibersexo, ella a los pocos minutos de comenzar quería que me corriese. Yo le preguntaba porque quería que me corriese tan pronto y ella contestaba que su marido le daba tres o cuatro metidas y se corría. Ella se tocaba mientras yo también lo hacia, al poco rato ella se empezó a correr y lo tapó todo, me decía que le daba vergüenza y así estuvimos tres horas viéndonos y tocándonos hasta que mi corrida salió encima de la mesa.
A la vuelta de su viaje la fui a buscar al aeropuerto y era el dia de recogida de notas, venia con un traje largo, al terminar de recoger las notas tuvimos nuestro primer gran acercamiento en el coche, pero ella no quería llevarse nada en su chochito por lo que fueron dos pajas.
Un día de sábado quedamos en mi oficina para trabajar y ayudarle con unas dudas sobre ciertos aspectos que ella no dominaba.
Nos sentamos y abrimos nuestros respectivos ordenadores y nos sentamos uno junto al otro, ya desde el principio empecé a meterle mano en sus muslos y ella decía que veníamos a trabajar.
Seguía sobándole hasta que ella cedió un poco y le di un beso que le dejo un poco sorprendida y le desabroche el pantalón y le abrí la cremallera y cuando comenzaba a meterle la mano me dijo que se iba al baño, estando ella allí y observando que no había cerrado la puerta me desnude y me presente desnudo ante ella , se quedo atónita, y me dijo que era un guarro, que ella era una mujer casada y yo le dije que hoy iba a saber lo que era una follada.
Ella ante eso se reia, me decía que no duraría mas de tres minutos en el interior de su conejo. La levante le quite la ropa y le empece a besar por todas partes, ella quería salir de allí y nos pusimos en el office, la pegue contra la nevera y mientras le chupaba sus pezones , mi mano busco su conejo que ya estaba empapado y comencé a meterle un dedo y a llevarlo hasta el clítoris cuando tuvo un orgasmo que tiro todo lo que estaba encima de la nevera, fue tal que se apoyo con su cuerpo en la mesa y el culo quedo preparado para metérsela, cosa que no esperaba y se la meti por su conejo super caliente y asi estuve dándole hasta que pudo safarse porque decía que no quería, pero al moverse quedo atrapada y le volvi a tocar el clítoris y por su afán de liberarse quedo mas a mi merced.
Ya más tranquila le dije que se preparase que hoy iba a recibir el mejor polvo de su vida y que si no llegaba a ser así eso ya no se volvería repetir. Ella estuvo de acuerdo.
Y empezó a bajar hasta mi pene y comenzó a chuparlo, al poco tiempo me decía cuando paraba que en poco me correría que nadie le aguantaba, así estuvimos un rato, la levante y la tendí sobre la mesa y me decía que eso no, y le dije que le haría lo mismo. Le chupe el conejo hasta que se corrió, la levante de la mesa y la puse en un sillón a cuatro patas y le comencé a dar por su conejo durante mucho tiempo. Estuvimos cambiando de posición a cuatro patas, otras veces ella sentada sobre mi pene y se movia bastante, sus pechos bamboleaban arriba y abajo, otra vez de frente mientras le chupaba los pezones que no eran grandes pero si duros y puntiagudos, asi estuvimos durante tres horas y me decía que no podía mas que me corriese en sus tetas que era donde mas le gustaban que lo hiciese y asi las deje bañadas.
Ella no podía caminar ni para limpiarse, le tuve que ayudar a llegar al baño.
Al final confeso que nadie le había durado tanto en su conejo tan caliente.
Y me confeso que su marido solo con moverse tres o cuatro veces se le corria y quedaba muy caliente y se tenia que ir a tocar y otro amante que tuvo al metérsela era tal la calentura de su conejo que se corrió sin darle tiempo a nada.
Por lo tanto perdió su apuesta y quedamos en encontrarnos alguna que otra vez.
Si les gusta, seguire escribiendo las otras partes.
Si hay alguna mujer interesada, mi correo es: xsoara0878@yahoo.es