Mi primera experiencia zoo
Lo que empieza como un juego sexual entre dos amigas se transforma en un trío con un enorme perro que las folla, sodomiza y lame a placer, mientras consoladores y bolas chinas hacen su trabajo.
Hola nombre es Rubi, y esta fue mi primera experiencia zoo.
La reunión había terminado, en el departamento de Karla solamente nos encontrábamos ella y yo. Sentadas sobre el enorme sofá de la sala disfrutando de una copa de vino; Karla traía una minifalda muy corta y tenía las piernas cruzadas sobre el sofá y por su entrepierna dejaba ver su tanguita blanca, cada vez que yo le veía abría un poco mas las piernas dejando ver un poco mas, dejando mi copa a un lado fui y me senté a su lado colocando mi mano entre sus piernas mientras mis dedos comenzaron a rozar lentamente su vulva sobre su tanguita, fue abriendo completamente las piernas para que mis dedos siguieran jugueteando sobre la suave tela que cubría su vagina, al seguir acariciando su tanguita se fue introduciendo entre la vagina dejando al descubierto sus labios que ya comenzaban a humedecerse.
Mientras yo seguía tocando su vagina ella desabrochó mi blusa dejando al descubierto mis pechos que ya tenían los pezones endurecidos, muy suavemente comenzó a besar y mis pezones y a morderlos ligeramente, excitándome aun más, deje de tocar su vagina y fuimos desnudándonos hasta solamente quedar en tanga, mi tanguita era aun mas diminuta que la de Karla, solamente era un pequeño triangulito que poco cubría mi vello. Para desnudarnos nos paramos del sofá y así quedamos por unos minutos mientras nuestras bocas se fundieron en un largo beso.
Separándose de mi volvió a besar mis pezones pero pronto los dejó para seguir besando mi vientre hasta llegar a mi vagina , me senté en la orilla del sofá, sentía como mi tanguita iba saliendo de entre mis nalguitas y de entre mi vagina cuando Karla me la quitaba y más me excité. Abrí completamente mis piernas mientras dejando al descubierto mi vagina frente a su cara, acercando su cara hasta mi húmeda vagina comenzó a lamer mi clítoris y los labios de mi vagina, con una de sus manos abrió mi vagina y sin dejar de lamer mi clítoris introdujo dos de sus dedos dentro de mi, con mis manos abrí toda mi vagina para que siguiera penetrándome con sus dedos provocando que me mojara completamente, después de unos minutos ella subió al sofá y se recostó en la orilla del sofá dejando las piernas hacia abajo pero muy abiertas dejando ver su parte de su vagina que aun tenia la tanguita entre los labios, me giré hacia donde estaba ella y nuevamente nos besamos, nuestras leguas se rozaban y probé el sabor de mi sexo en su boca excitándome aun mas, dejando su boca me hinqué frente a su sexo, tomé las delgadas cintas de la tanguita que estaban a la altura de su cintura y se la fui quitando muy despacio dejando al descubierto su vulva rasurada.
Con las dos manos abrí suavemente su vagina y comencé a lamer, mi lengua recorría todos los rincones de su vagina y por ultimo pasé mi lengua por su ano y el placer provocó que Karla se estremeciera, separando sus nalguitas con una de mis manos dejé al descubierto su ano introduje mi dedo índice en su vagina para humedecerlo con sus líquidos, traté de que mi dedo su mojara completamente y fui sacándolo suavemente jugueteando a la salida de su sexo con sus labios, separé aun más sus nalguitas, mi dedo humedecido se fue metiendo en su ano provocando que Karla moviera su cadera hacia atrás y adelante para lograr una penetración mayor, atrapando entre mis labios su clítoris fui apretándolo suavemente entre mis labios hasta que ella comenzó a gemir de placer.
Después de unos minutos me pidió que la dejara pues aun no quería terminar, me senté a un lado de ella nos abrazamos me dijo que si quería probar sus juguetes a lo que asentí rápidamente. Se dirigió a una de las dos habitaciones de su departamento a buscar los consoladores y yo a un excitada me recosté en el sofá, así permanecí con las piernas abiertas y con mi dedo masajeando mi clítoris para continuar excitada.
Nunca me imaginé que sucediera y que me atrevería a hacer lo que hicimos.. Antes de la reunión, eso me lo platicó Karla días más tarde, encerró a su perro en una de las dos habitaciones de su departamento, y justo ahí tenia guardados los consoladores, al abrir la puerta el perro salió corriendo y fue a sentarse junto al sofá donde yo estaba recostada, lo vi entrar pero no le di importancia pues pensé que Karla lo volvería a encerrar así continúe masturbándome frente de Oso, ese es el nombre del perro, pasaron algunos minutos regresando Karla con un consolador en cada mano, eran enormes y bastante gruesos si no he calculado mal creo eran de unos 30 centímetros de largo y unos 6 centímetros de grueso pero muy suaves y flexibles, además de esos enormes penes en una bolsa traía más sorpresas, al llegar a mi lado se hincó y volvió a chupar mi clítoris, abrí mis piernas para que la chupara aun más adentro, mientras devoraba mi vagina de la bolsa sacó un tubo de gel el cual untó sobre uno de los consoladores y lo puso frente a mi vagina abrí aun más mis piernas pero solo lo introdujo unos centímetros y lo sacó, al oír mis gemidos de placer Oso se acercó a donde nos encontrábamos Karla y yo, volteé a verlo y vi que su enorme pene comenzaba a salir de su funda, era enorme y muy rojo y a la luz de lámpara brillaba por el liquido que le escurría, no le di mas importancia y volví a cerrar los ojos para seguir disfrutando de las caricias de Karla, subí los pies sobre el sofá dejando mi vagina en la orilla para que ella pudiera meter mejor el enorme miembro que traía en la mano, pero creo de último momento cambio de opinión y comencé a sentir algo caliente y áspero sobre mi vagina mientras sentía como me la estaban abriendo completamente con las manos, entreabrí los ojos y vi entre mis piernas la enorme cabeza del perro que rápidamente lamía mi vagina y tratando de meter la lengua mucho mas adentro para sacar todo mi jugo, sentí miedo y a la vez mucho placer era tan rápido el movimiento de su lengua que comencé a mojarme aun más gemía como loca y levantaba mi cadera para poder recibir un poco mas adentro su enorme lengua, fueron unos minutos increíbles pero Karla lo quitó y Oso se quedó muy quieto a un lado de ella, Karla se sentó a un lado de mí y se colocó en la misma posición en la que yo estaba, me pidió que abriera muy bien su vagina y llamó al perro y éste sacó su enorme legua y volvió a chupar pero ahora la vagina de su dueña, Karla tiene un poco mas abierta la vagina que yo así que la lengua de oso podía entrar más adentro provocando que ella con cada lengüetazo de su mascota gimiera y levantara la cadera, yo veía como la enorme lengua se perdía en el interior de ella, aun mas excitada por tal demostración le pedí que me dejara una vez mas gozar con su perro, alejó a Oso de entre sus piernas y me dijo que me volviera a acomodar como ya lo había hecho minutos antes, me puse una vez mas en la orilla del sofá y ahora ya sin miedo a Oso, entrecerré los ojos y esperé que el can volviera a arrimar su lengua a mi vagina, los dedos de Karla abrieron mi vagina ofreciéndosela a Oso, parecía que el perro sabía que yo deseaba que lamiera y metiera su lengua hasta mi matriz, la enorme lengua se deslizaba sobre mi sexo haciéndome gemir de pasión, fueron unos minutos que no quería que se terminaran, llegué hasta el clímax y más liquido me comenzó a salir, fue algo de locura pues Oso al probar mis jugos lamió con rapidez mi vagina e introduciendo su caliente lengua dentro de mí una y otra vez haciendo que llegara al orgasmo, Karla lo hizo a un lado y me abrazó mientras nuestras bocas se volvieron a juntar con un gran beso. Pasados unos minutos ella tomó mi mano y se la colocó entre sus piernas, me incorporé y tomando uno de los consoladores lo fui metiendo lentamente en su vagina, al ver como se iba perdiendo el enorme miembro dentro de ella me fui excitando nuevamente, aun con el consolador dentro se incorporó y me puso boca abajo, separó mis piernas y levantó mis nalguitas, tomó el otro consolador lo cubrió de gel y lo fue metiendo suavemente en mi vagina, lo fresco del gel y lo excitada que estaba me hicieron abrir más mis piernas para recibir todo aquel miembro, sentía como aquel grueso juguete me iba abriendo y rozando mi matriz haciendo que mi cadera subiera y bajara rítmicamente mientras mis manos tocaban mi clítoris aumentando el placer. Karla dejó de mover el falo que me habia insertado, dejándomelo adentro de mi sexo, giré la cabeza para ver qué haría ahora pero ella estaba observando a su mascota que seguía aun lado de nosotras, tomo mi mano y me levantó para que yo viera lo que ella veía, el perro seguía ahí observándonos fijamente, pero de entre sus patas traseras se podía ver su pene ahora se veía mas grande me imagino que casi lo tenía todo fuera de su funda, se veía bastante grande y grueso, Karla tomó mi mano y me dijo que me sentara en la alfombra a un lado del sofá, a cada movimiento que hacia sentía como el enorme miembro que aun tenía insertado me tocaba mis entrañas y más de mis líquidos fueron mojando mi vagina, ella al igual que yo seguía con el consolador adentro y se sentó aun lado mío, sonriendo me preguntó que si aun estaba dispuesta a continuar con nuestro juego a lo que yo asentí, sentadas en la alfombra y al sofá a nuestras espaldas volteó a ver al oso llamándolo, el perro llegó ante nosotras y ella lo tomó de las patas delanteras obligándolo a subirlas sobre el sofá, en esta posición que el perro sin hacer movimiento a la altura de nuestras caras había quedado el enorme miembro del oso ahora si pude verlo como era y me imagine lo que mi amiga se proponía, entre sus manos tomó el pene del perro lo acarició entre sus manos estirándole la piel, ahora sí estaba todo de fuera, era mas grande de lo que se podía ver, se me quedó viendo y me dijo que también lo tocara que estaba muy caliente, sentía un poco de nervios que me provocaban mas excitación, acerqué mi mano y lo toqué, era algo diferente lo sentía muy húmedo y resbaloso, Karla se recostó un poco sobre su lado izquierdo y me dijo que hiciera lo mismo, ahora el enorme miembro quedaba frente a nuestra cara muy cerca de nuestra boca, seguíamos acariciando aquel miembro caliente y resbaloso, vi como Karla entrecerraba los ojos abriendo lentamente la boca y sacaba la lengua acercó aquel miembro animal a su boca y lo atrapó entre los labios, con movimientos pausados fue metiendo y sacando aquel pene rojo en su boca, bastante liquido escurría por sus labios cayendo sobre sus pechos, alargué la mano y fui untando aquel líquido , mezcla de saliva y liquido del oso, sobre sus dos pechos, ella varió los ojos y se me quedó viendo fijamente, sacó el miembro del perro de su boca y me lo ofreció para que yo continuara mamándolo, nunca lo había hecho ni pensé que lo haría pero cerré un poco los ojos y abrí la boca, llego a mi naríz un olor extraño pero no me importó, coloqué los labios sobre aquel pene caliente, tenía un sabor que no conocía pero continué con lo que había empezado, lo introduje en mi boca y fui pasando mi lengua sobre su superficie que era bastante resbalosa, al hacer esto sentía como un liquido caliente salía del pene del perro llenado mi boca, pero aun no había terminado el oso, seguí mamándolo, lo sacaba de mi boca y pasaba mi lengua a todo lo largo de este, Karla llamó mi atención y me dijo que ya lo dejara pues lo haría terminar y aun faltaban más cosas por hacer. El perro al sentir que lo habíamos dejado bajó las patas del sofá pero ahí se quedó parado. Karla se incorporó y yo hice lo mismo, pero ella dándose vuelta se recostó en la orilla del sofá dejando pero solamente la espalda sus caderas y piernas estaban al aire, se acomodó y se sujetó de la orilla del sofá volteó a verme y me pidió que le sacara el consolador que aun tenia insertado abrió las piernas y se lo fui sacando lentamente con movimientos suaves, llamó al oso hacia donde ella estaba y me pidió que lo ayudara acerqué al perro y lo levanté de las patas delanteras colocándolas nuevamente sobre el sofá cada una a los costados de Karla, tomé el miembro del oso con una mano mientras que con la otra mano separaba los labios de la vulva de Karla, acerqué el enorme pene del perro a la vagina y éste se introdujo de un solo golpe haciendo gemir de placer a mi compañera de juegos, los movimientos del oso eran bastante rápidos haciendo que Karla subiera y bajara sus caderas al ritmo animal del perro, me senté a un lado de Karla y fui sacando el consolador que aun traía en mi vagina, a un lado de mí se encontraba la bolsa que había llevado Karla y que aun estaba sobre el sofá, algo brillaba en el interior de la bolsa, alargué la mano y saqué aquel objeto brilloso, lo que tenía ahora en mis manos era un vibrador de unos 17 cm de largo y unos 3 de grueso, los gemidos de Karla me hicieron voltear estaba cerca de sentir un orgasmo, me hinqué a un lado de ella separé sus caderas dejando libre su ano tome el vibrador y lo puse en mi boca llenándolo de saliva, lo acerqué al ano de Karla y se lo introduje muy despacio, una vez dentro lo encendí, los movimientos de Karla ahora eran más rápidos y sus gemidos más fuertes, de su vagina escurrían los líquidos de ella y de su mascota mojando mi mano que sujetaba el consolador, me coloqué debajo de ella colocando mi cara en su cadera y comencé a lamer su ano rápidamente a un lado del vibrador, los gemidos se hicieron más continuos, los músculos de piernas se pusieron tensos y dando un grito le llegó un orgasmo que duró varios segundos, quedándose muy quieta, se hizo a un lado pues el perro aun seguía bombeando para terminar, Karla había quedado con las piernas abiertas y de su vagina escurría liquido, el perro arrimó su hocico y lamió la vagina de ella provocando nuevos movimientos de cadera de su dueña. El pene del perro aun seguía de fuera lleno de liquido que le escurría, lo tomé entre las manos y agachándome volví a mamárselo pero, ahora tenía ya un olor más conocido, el de mi amiga, fui lamiéndolo hasta limpiarlo completamente, yo estaba empinada en posición de perrita, no sentí cuando Karla se acercó a mi cadera y entreabrió mis piernas, sus largos dedos tomaron los labios de mi vagina algo duro puso entre ellos y lo introdujo, sentí algo frío en mi interior pero como si me lo hubiera tragado, segundos después sentí la misma sensación, y así por tres ocasiones lo sentí deje de mamar el pene del oso y giré para ver que me estaba haciendo Karla, fuera de mi vagina aun colgaban tres esferas de unos 3 cm de diámetro sujetadas por un hilo, se puso frente de mi y tomado las otras esferas las fue introduciendo en mi vagina hasta desaparecer todas, sentía mi matriz muy llena pero a cada movimiento que yo hacia las bolitas rozaban las paredes de mi sexo haciéndome gemir provocando que moviera mi cadera rítmicamente, fueron unos minutos increíbles pero aun faltaba el final. Karla apagó el vibrador aun dentro de mí y lo sacó muy despacio poniendo la mano en mi vagina para que no se salieran las bolitas que traía adentro, me dijo que me pusiera en posición de perrito pero que lo hiciera lentamente, me volteé dejando mis nalguitas hacia arriba, tomo mis brazos e hizo que doblara mis codos hasta que mi cara quedo sobre la alfombra, con una mano abrió mis nalguitas para dejar al descubierto mi pequeño ano y la otra la introdujo dentro de mi vagina, humedeció sus dedos dentro de mí y después fue untando mis líquidos en mi ano dejándolo bien mojado, me soltó y tomó al perro por las manos delanteras poniéndomelas en la espalda, el perro pesaba pero no dije nada dejándola hacer, volvió a abrir mis nalguitas con una mano y con la otra dirigió el enorme pene del oso que hacía unos minutos yo había chupado dejando mojado con mi saliva, sentí la punta caliente del miembro del perro introduciéndose en mi ano haciéndome gemir cuando entró completamente, yo apretaba las manos pues por ahí nunca había sido penetrada y aquel pene era enorme, el perro comenzó a moverse hacia atrás y adelante rápidamente, a la entrada de mi culito sentía a cada movimiento su enorme bola que también creo me quería meter, abrí más las piernas para poder sentirlo todo y que la penetración fuera mejor, los movimientos del oso fueron en aumento y al igual que él yo también comencé a gemir a cada penetración, sentí como aquel enorme miembro se ponía mas duro y me comenzaba a llenar de algo caliente dentro de mí y que escurría fuera de mí mojando también mi vagina, el oso estaba terminando dentro de mí, al sentir lo caliente de su semen un nuevo orgasmo me llenó y dejé que me penetrara aun más, el perro dejó de moverse pero aun dejó su pene dentro de mí, Karla lo retiró y me obligó a sentarme a la orilla del sofá a cada movimiento que hacía me escurría el semen del perro por las piernas saliendo caliente y espeso de mi culito, aun yo me estremecía de placer cuando me senté a la orilla del sofá me abrí las piernas y con la boca comenzó a sacar una a una las bolitas que aun traía dentro de mi vagina pero no solo las sacaba sino que en cada ocasión besaba mi clítoris encendiéndome nuevamente, al sacar la última bolita yo estaba a punto de venirme nuevamente pero se quitó pero arrimó al perro y la lengua de este me volvió nuevamente loca, su lengua áspera y caliente se movía rápidamente sobre toda mi vagina y en ocasiones metiéndose hasta mi matriz haciéndome gritar, el orgasmo me llegó pero ahora más rápido, sentía como mis jugos escurrían pero el perro se los tragaba, Karla alejo a su mascota y se recostó a mi lado y me abrazó, nos dimos un delicioso beso que me supo a todo lo que había probado esa noche: la vagina de Karla, el sabor de mi coñito, y el pene del oso. Después de unos minutos nos quedamos dormidas y a un lado nuestro el oso, nuestro juguete de aquella noche.