Mi primera experiencia sexual

Realmente mi primera vez fue algo que jamas supuse que podría suceder, pero que tengo un grato recuerdo de esa primera vez

Mi primera experiencia sexual

Mi nombre es Dany, recuerdo que en esa época contaba con 18 años,  salí con un par de chicas, pero nunca tuve sexo con ninguna de ellas, así que la masturbación era mi desahogo  momentáneo,  algo propio de toda adolescencia. Me encantaban las chicas mayores que yo, a las que pretendía, pero no tenía el éxito que aspiraba, por supuesto que ante mis amigos era un perfecto Don Juan.

Durante esa época en la que concurría a una escuela técnica, mamá empleaba una chica para que la ayudase en los quehaceres domésticos, pero no se qué pasaba que las tenía que reemplazar bastante seguido.

Hasta que una tarde que llegaba de la escuela, teníamos una nueva domestica, una chica llamada Sol, delgada con unos  apetecibles senos, y un lindo culo, de uno 20 o 21 años,  algo más alta que yo, que con su pollera corta, cuando se agachaba podía ver su hermoso y apetecible culito. Pero más que nada me atraía su rostro pálido, y a su vez angelical, con esos carnosos labios y sus ojos claros conformaban un rostro, que no podía dejar de mirar.  No tardé en imaginarme cosas con esta linda chica, a pesar que la diferencia de edad podría llegar a ser un inconveniente.

.Día a día mi atracción hacia ella se fue aumentando, trataba de entablar  una conversación, aunque solo me respondía con una leve sonrisa, en los días que venía a casa, me preparaba la merienda apenas llegaba del colegio. Me encantaba su compañía, aunque no teníamos un dialogo muy extenso, porque a la  media hora después de mi llegada, se iba y una hora después llegaba mamá de su trabajo.

Esas tres veces a la semana que venía  Sol a casa, llegaba lo antes posible para estar con ella mayor tiempo, me gustaba su presencia, me atraía, no dudo que comencé a enamorarme de ella, con ese pelo castaño largo, que casi le llegaba hasta la cintura, que lo peinaba con esa cola de caballo que despejaba su hermoso rostro, a la vez que sus ojos celestes me subyugaban.

Una tarde mientras me preparaba la merienda, le digo:

“Eres muy bonita Sol, realmente eres un sol.”

Se rio por mi ocurrencia, y mientras me lo agradecía me dio un beso en la mejilla, diciéndome que era muy lindo chico y muy educado, que fue suficiente para producirme una leve erección.

A partir de ese día cuando se iba me daba un beso cerca de mis labios, pero no me animaba a besar su boca, que si bien había encarado a chicas mayores que yo, sin poco éxito lamentablemente, temía con esta chica, tener un desplante, a pesar que atracción hacia ella se hacia cada vez intenso.

Un día me contó que vivía sola, que había tenido un problema con sus papás, principalmente con su padre y se tuvo que ir, a vivir a otro lado, por eso tuvo que trabajar, pero que su meta era seguir estudiando, me dio pena por su situación, aunque no podía ayudarla demasiado.

A veces venia con una remera, sin corpiño que se marcaban perfectamente sus pezones, sumado a su corta pollera, que cada vez que se agachaba veía sus pomposos  glúteos, apenas protegido por una leve tanga, que rápidamente mi verga no dejaba de alterarse.

Un día le pregunte si tenía novio, esperando la respuesta con algo de escepticismo, pero por suerte su contestación fue negativa. Debí haber puesto una cara de felicidad, porque me dice:

--“Bueno, parece que mi respuesta te ha alegrado?”

Tímidamente le dije que sí, con esto y otras pequeñas cosas que sucedieron, fuimos como compatibilizado nuestras vivencias, no la trataba como nuestra domestica sino como algo mas, a veces me molestaba cuando mamá comentaba “ esta chica de la limpieza, hizo esto así o asa,” en lugar de llamarla por su nombre.

Una tarde mientras se estaba cambiando en el baño, la puerta estaba entreabierta, y su dorso desnudo se reflejaba en el espejo del botiquín, observando embelesado esos divinos  pechos. Hasta que en un momento giró su rostro, y algo sorprendido  con el temor de que me descubriese, seguí caminando, aunque creo que me vio observándola. Esa noche me acosté desnudo, y me masturbe un par de veces, sin dejar de pensar en las tetas de Sol, que por la mañana fue un triunfo tratar de levantarme. Día a día esperaba su llegada, me subyugaba, me excitaba ante su presencia, mi corazón palpitaba a medida que se acercaba la hora de su llegada.

Ese día cuando llegó me besó en la mejilla, y nada más, hablo poco, solo se dedico a sus quehaceres, aunque cuando estaba por retirarse, me dice:

- “Te gustaron mis pechos? “, dibujando una sonrisa.

Me puse todo colorado, disculpándome, pero igual le respondí que me había encantando, acercándose, dándome un leve beso en mis labios, que por supuesto me encantó y hasta llegué a tener, otra leve erección, algo que era común cada vez que tenia esos leves acercamientos.

Realmente Sol, me hechizaba cada vez más, era ms mi obsesión, pensaba en sus pechos, su cuerpo, no perdía las esperanzas en que esa atracción fuese mutua, a pesar que era 4 o 5 años mayor, y hasta algo mas alta, pensaba que no me daría importancia, no quería hacerme la idea, sobre algo que podría ser imposible.

Cada vez que llegaba mi corazón se aceleraba, con el temor de decirle que me atraía o que estaba enamorada de ella. Un día al llegar no estaba, me desilusione al no verla, cuando oigo el ruido de la cerradura, y al abrir la puerta puse una cara, que se sonrió al ver mi expresión posiblemente de felicidad

Me dio un beso y  se fue al baño a cambiarse como lo hacía habitualmente, con su delantal rosa, que marcaba sus partes, pero noté que esta vez tampoco llevaba  sostén, que con sus movimientos se movían sus tetas al no estar contenidas. Eso me excitaba, yendo y viniendo para poder observarla, me miraba, me sonreía y continuaba con su labor. Creo que esa actuación hacia mi persona, me movilizó y hasta estaba dispuesto a algo más.

Realmente estaba como loco ese día, en un momento nos encontramos frente a frente, tenia  desabrochado dos botones de su delantal, aflorando los costados de sus pechos, sin pensarlo demasiado, la abrace y la bese con todo, respondió sin rechazarme, en donde nuestras bocas y lenguas se pegaron de una manera alocada. Fui desabrochando su prenda hasta tocar una de sus tetas, que como chico desesperado mi boca se prendió a su pezón, intentando en ese ardiente y rápido encuentro, traté de levantar su delantal, pero me lo impidió un par de veces.

En ese incontenible deseo de llegar a poseerla, oímos la puerta que se abre, era mi madre, que por suerte no llegó a vernos, creo que fue la primera vez que maldije la presencia de mi mamá. Por supuesto mi alteración termino llevándome a procurarme una suculenta paja.

No tuve oportunidad de decirle algo antes de que se fuese, así que tendría que esperar hasta el lunes para llegar a concretar algo. Sabía que contaba con poco tiempo de poder estar juntos, así que ese día, pedí permiso en el colegio para salir antes, llegué volando a casa, encontrándola barriendo la vereda, la tomé de la mano, y entramos en la casa.

A pesar de su sorpresa la besé apasionadamente, respondiéndome de igual manea,  fui desabrochando su delantal, sin despejar nuestros labios, levantando su sostén, para aplicar mi ansiosa boca en sus pezones, succionándolos de una manera encrespada, sintiéndola gemir y proferir unos grititos como de malestar, ante mi exaltado impulso. Deteniéndome para lamer esos ricos pezones, intentando aplacarlos de la posible  molestia que podría haberle ocasionado.

Intenté quitarle el delantal, pero, me detuvo, diciéndome:

“Tranquilo, amor, no nos apresuremos ”, entendiendo que iba muy rápido, cuando metió su mano a través del pantalón, tomando mi rígido miembro, mientras los besos continuaban, estaba más que excitado, cuando  hábilmente comenzó a agitar  mi verga de una manera suave y continua, hasta que logró que cayesen  mis pantalones,  bajando mi bóxer, dejando liberado mi miembro erecto, que mantenía oprimido

Estaba totalmente excitado, mi cuerpo parecía estar cargado de electricidad, tratando de contenerme para no acabar delante de ella, pero Sol se apasiono con mi verga, sumado a la intensidad de sus besos, que solo me llevó a tener una eyaculación, de la que realmente me avergoncé, al demostrar esa calentura, mojando su delicada mano..

Por suerte, solo me abrazo, mientras me decía:

--“Tranquilo, cariño, tranquilo”

Eso me calmo y me sentí hasta cobijado por esta hermosa chica, que no dejaba de acariciarme, con una especial ternura, que a pesar de haberse aplacado parcialmente mi exaltación, quería continuar, tratando de sacarle el delantal.

--“Por favor Dany, acá no” diciéndolo en una manera suplicante, que automáticamente entendí su ruego.

Fue al baño, se cambio, y se fue sin antes, no besarme, le pregunté donde y cuando podía verla, diciéndome que ya me lo diría. Durante las dos siguientes veces, que vino a casa, solo nos besábamos, y ella me masturbaba, no era que no me gustase pero quería algo más.

Hasta que llegó el día esperado, había programado para el siguiente sábado en su departamento, esos tres días que faltaban no se me pasaban nunca, mi imaginación volaba,  tratando de no masturbarme para guardar toda esa energía para ese momento.

A la hora prevista estaba en su casa, impaciente, con una caja de bombones que le había traído de obsequio, al abrir la puerta estaba radiante, maquillada, con un jardinero azul, corto, donde la pechera tapaba sus pecho, carentes de sostén que permita ver perfectamente su redondez, asomando a los costados de su prenda sus pequeños pies desnudos y las trenzas que caían sobre sus hombros, la mostraban con una gran sensualidad, propio de una Diosa.

Me agradeció mi obsequio a la vez que no besábamos, sin mayores preámbulos, donde bajé su pechera pera admirar sus bellas tetas, que con gran pasión succione sus pezones hasta hacerla gemir de exaltación.

Me fue desnudando lentamente, quitándome la camisa, los pantalones, los zapatos las medias, y por ultimo mi calzoncillo siendo  la primera vez que estaba totalmente desnudo ante una chica, en una situación más que especial. Como una ceremonia nos besamos mientras nuestras lenguas se entrelazaban ávidamente, y mis manos apretujaban sus tetas, y ella manoteaba mi verga, totalmente erecta, hasta que besó mis tetillas, bajándose hasta que se arrodilló para iniciar una sutil mamada, hasta mantenerla íntegramente en su boca, para chuparla, succionando mi glande, una y otra vez, llevándome a un estado de paroxismo más que  alucinante.

Hizo que mi cuerpo se revolucionaba, ante cada una de sus sorbidas, sabía que estaba por acabar, sentía que era una cosa grotesca, concluir en esa boca tan sensual, acaricie su cabeza tratando de quitar mi pene de su cavidad bucal.

Pero me frenó en mi intención, mientras me decía:

“Tranquilo amor, sé que te gusta, déjate llevar”

Hasta que después de breves minutos descargué mi esperma en su deliciosa boca, sin poderme contener, tratando de disculparme por mi proceder, pero se levanta y con algo de mis flujos en su boca me besa con total pasión, percibiendo en ese contacto parte de mi secreción

Estaba como loco, traté de bajar y quitar su jardinero, pero me dijo que no podía, en otro momento, lo haría, dado que estaba bastante aplacado no insistí demasiado, solo pude ver sus tetas, besarlas, pero nada más, aunque antes de irme me volvió a regalar otra hermosa mamada.

Me despedí, aunque deseaba quedarme, pero me prometió en nuestro próximo encuentro hacer algo mas, le contesto:

--“Estoy feliz con esto, maneja tú la situación”

La siguiente salida la invite al cine, con su corta pollera y sus tacos altos superaba mi altura, aunque me sentía orgulloso, mientras caminábamos del brazo y mas de uno se daba vuelta para mirarla, me sentía más que orgulloso, mostrarme con esa hermosa chica.

Fue ella la que propuso ir a su departamento,  que apenas  entramos no tardamos en comenzar a besarnos. Al igual que la vez anterior quitó mi ropa, excitando mi pene con sus manos y su boca, pero esta vez sentí por primera vez su pecaminosa lengua recorrer mi ano, que fue tan fuerte mi excitación que al cabo de unos minutos eyaculé  en su acolchado. Que lleno de vergüenza por lo sucedido, le pedí disculpa, pero me abrazo fuertemente, diciéndome:

No te preocupes me ha encantado que lo hayas disfrutado,” mientras me contenía con sus delgados brazos.

Después de un rato reiniciamos nuestro apasionado encuentro, cuando me dice:

--“ Me voy a desnudar y no quisiera afectar tu sensibilidad” aunque estaba tan caliente y deseoso de verla como dios la trajo al mundo, que no le di importancia a sus palabras, mientras Sol dándome la espalda se fue quitando su ropa, quedando su cuerpo libre de prendas, observando plácidamente su hermoso y redondo culito, resaltado por su esbelta cintura.

Se volcó boca abajo sobre la cama, acercándome rápidamente acariciando su tersa piel, mientras nos besábamos, traté de girarla, hasta que lo hizo, y mi dios……… no podía creerlo lo que estaba viendo, quedándome totalmente perplejo, al ver que era hombre con un pene bastante grande y fundamentalmente grueso, me levante sorprendido, desilusionado, sin saber como actuar.

--“Pero….” , no me salían palabras, mi erección había desaparecido, realmente no sabía qué hacer, irme, putearlo, pero no pude hacer nada de eso, solo me quedé parado, observándolo, mientras Sol, o como fuese su nombre se levantó, comenzando a vestirse.

Hice lo mismo en silencio, creo que tenía una mezcla de tristeza con rabia, aunque debo confesar que me seguía atrayendo.

--“Discúlpame, no quería herirte, supuse que al saberlo podrías rechazarme, por eso no lo comenté de un principio”

No sé si quería continuar o irme, sentado en el borde de la cama, lo que la miraba mientras se terminaba de vestir, sin atinar a nada, solo acaricie su rostro, mirándome cálidamente, mientras tomaba mi mano.

--“ Quieres que te haga algo?” me pregunto con algo de timidez.

--“No, no se ” respondí.

Termine de vestirme, le di un leve beso, y vi sus lindos ojos llorosos, abrí la puerta y me fui, caminando sin rumbo fijo, no quería regresar a casa, ambule como 1 hora, ya era mas de medianoche, no me la podía sacar de mi mente, era una mujer con pene. Pero a pesar de todo retorné a su casa, golpee en su puerta, tardó en abrir preguntando quien era.

--“Soy yo, Dany”

Me abrió de inmediato, estaba con un corto camisón, la abrace y le dije que me perdonase, por mi comportamiento.

“Tranquilo, mi chiquito, relax” me contesta.

Eso fue suficiente para comenzar a quitar mi ropa, lo dejé que continuase para volverme a desnudar, tocando mi miembro hasta que se puso rígido, mientras hacía esto se quitó el camisón, pero no su trusa, yo mismo se la quité,  su pene estaba rígido, era mayor que el mío, de a poco llevo mi mano a su sexo, lo toqué suavemente, no sentía rechazo, todo lo contrario, nuevamente nos besamos, jugando con mi miembro y yo con el suyo, me hizo colocar en posición 69, y hasta besé su sexo, para después mamárselo, era extraño, pero mi excitación volvió a surgir, llegando a mamar su pene con total devoción.

Al último, me coloco en cuatro, besando y lamiendo mi ano, eso fue el sumun, hasta que introdujo su dedo por mi recto, oprimiendo las paredes de mi sensible membrana, hasta introducirlo la totalidad, el juego continuo, ya no me importaba que quería hacerme, la dejé, nunca había sentido algo así, volví a mamar su aparato, me atraía, lo lleve totalmente a mi boca, ya no pensaba, solo me entregue a esa loca faena.

Después de varios minutos volvió a girarme, sintiendo la punta de su pene en mi abertura anal, pero instintivamente levante mi culo, no puedo explicarlo estaba aceptando ser penetrado.

Acaricio mi espalda, separo mis cachetes, y lentamente fue ensamblando su rígido aparato en mi virgen culo, cada  centímetro que me incrustaba, daba una exclamación, estaba algo confundido, más que nada, me agradaba la situación, a pesar de no considerarme homosexual.

Mientras mi cabeza daba vueltas, sentía el falo de Sol, ir penetrándome, hasta que sentí su pelvis pegada a mis nalgas, a partir de ese momento, fue una seguidilla de empellones en donde su verga me bombeaba ávidamente. Gritaba un poco porque me dolía ese abrupto y tenaz bombeo, hasta que se detenía en determinados momentos, captando a través de mi recto las palpitaciones de ese ostentoso falo.

Minutos después me giró quedando boca arriba, elevo mis piernas y continuo con su coito anal, al vernos frente a frente, solo veía a Sol penetrándome, no me importaba, no solo lo aceptaba sino que lo estaba disfrutando. No paraba en su agitado bombeo, tocaba mi miembro, hasta que me dijo:

--“Mastúrbate, acabemos juntos”

Acate su pedido y lo hice hasta que sentía que se aceleraba, aumentando mi exaltación, sintiendo que ya me venía, todo fue simultaneo, mi esperma mojó su pecho, cuando sentía que a mi recto le sucedía algo similar. Apenas llegamos a ese punto de culminación, cayó sobre mi pecho y nos abrazamos con profundos besos.

--“Estas bien?, me pregunta

--“Si, solo algo desconcertado”

--“Me imagino, mas por lo que te hice, estas arrepentido?”

--“No, para nada, solo que por qué actuaste así?”

--“La verdad mi querido Dany, desde que te vi me atrajiste, y si bien tiendo a ser       pasiva, contigo fue distinto, sabía que te impactaría, ver que tengo cuerpo de hombre, aunque interiormente me siento mujer, pero estabas enamorado de mí,  me atrajiste desde el primer día, me encanto tu culito, pero más que nada tu virginidad anal,  que tenía la certeza que lo aceptarías.”

--“Pero no soy homosexual”

--“Lo sé”

--“Quieres quedarte?”

-”No sé, es demasiado tarde, mis padres se preocuparan”

Así que me vestí y me retorné a mi casa, realmente no estaba arrepentido de lo sucedido, todo lo contrario.