Mi primera experiencia que no se terminó
De como nos cacharon...
En mi vida, siempre he sufrido el mundo de acoso, toqueteo y arrimones. Por ejemplo, una vez que iba caminando sobre la banqueta bastante amplia, se me aparecieron 2 chavales, montados en una bicicleta, enfrente de mí, y en dirección contraria. Al momento de pasar, enfrente de mí, el que iba detrás sacó su mano, y tocó una de mis bubies. Obviamente, me enojé, pero ¿qué podría hacer, en ése momento? Y más cuando se echado a toda velocidad a alejarse de mí, y el que me la agarró, gritaba con júbilo su logro.
Otro de estos eventos, fue cuando era niña, compañeros de mi edad, me agarraban por la cintura, y me daban mis restregones. Y mis compañeras me decía que era yo la única tonta, ya que según ellas, era la más que dejaba que lo hiciera. Otra, estando en la secundaria, había niños que me agarraba desprevenida, por atrás de mi asiento, y me abrazaba, agarrándome de mis bubies. De vez en cuando, cuando podía reaccionar, le daba buenos cachetadones.
Y por estas razones, de vez en cuando, me “desquitaba”, cuando los chavos estaban parados en el barandal de la escuela, viendo hacia abajo, yo pasaba disimulando, pasar mi mano agarrando el barandal, y cuando pasaba por ellos, les daba su buena tocad de mi mano en sus glúteos. Obviamente, ellos reaccionaba, me encaraba y yo fingía demencia, jejejejejeje.
Pasando ya el tema principal. Tenía un compañero de la escuela, bastante peculiar. Le encantaba estar acosando a nosotras, incluyéndome. A mí, me agarraba las bubies, por detrás, me agarraba por la cintura desde atrás, me daba mis arrimones, etc.
El chico no era feo, al contrario, estaba guapísimo. No era alto, al contrario, era chaparrito, estaba de mi estatura. A pesar de que ya estábamos en 3º de secundaria, y él en 2º, nos moríamos por él, hasta que comenzó a “hostigarnos”, con esas acciones. Y eso, a varías si no es que a todas, excepto yo, les molestaba. En lo personal, me agradaba mucho, que sentía atracción por mí.
Muchas veces, cuando me agarraba así, por detrás, y de forma inmediata me daba arrimones, sentía su pene erecto en su pantalón, en medio de mis glúteos en mi falda, pants, o shorts.
Lo que más le gustaba hacer, es agarrando por detrás, cuando nosotras estábamos distraídas mirando desde el barandal, mirando hacia abajo del edificio o a lo lejos del horizonte. Nos agarraba por la cintura, y luego el arrimón, aventándonos su pene en nuestros glúteos, de tal forma que su pene erecto se mete en medio de nuestros glúteos.
En una ocasión, por alguna razón estaba tan distraída, que no me daba cuenta lo que pasaba en mí alrededor. De tal manera, que mi mirada estaba tan perdida en el horizonte. Según me cuenta mis amigas, que sabían lo que iba a pasar, que el chico en cuestión, que por cierto su nombre era Jesús, se metió una de sus manos, debajo del pantalón, y vieron que la acomodó su pene, al parecer ya erecto, de tal forma que me agarrada por detrás. Pero en esta ocasión fue algo diferente a las veces anteriores, en vez de agarrarme por la cintura y abrazarme de tal forma, tan fuerte, para atraerme hacia él. Fue distinto, en vez de la cintura, me agarró metiendo sus brazos entre mis brazos y mi torso, ya que estaba apoyada en el barandal con mis manos, yo inclinada hacia delante, de tal forma que tenía mi culito parado hacia atrás. Y él, meter sus manos entre mis brazos, y mi cuerpo, pudo posar sus manos en mis lolas. Me agarró tan fuerte ahí, y luego sentir su empujón de su pene erecto, que me la metió lo más que pudo, con todo la falda ajustada que traía, en mi rajita. Lo sentí, tan rico, que no protesté por eso.
Creyó que iba a reaccionar violentamente, porque cuando me agarró, yo en vez de protestar, me le quedé mirando seriamente, ya que nuestras caras quedaron frente a frente, o sea, yo giré mi cabeza hacia atrás mirándolo. Le sonreí, y él con la cara súper espantado, en eso, le planté un beso corto y rápido en su boca cerrada. En eso, entendió que yo estaba dispuesta a ser suya, y solamente de él. Y su respuesta no tardó tanto, y nos comenzamos a besarnos más prolongado y más jugoso. Entre los besos, pude abrir mis ojos y buscar a mí alrededor a mis ex de ese momento, y ví cómo se quedaron como diciendo, “maldito, ya nos ganaste”, y después mis amigas y compañeras, ahora entendía el por qué me dejaba ser agarrada por él, de esas formas que a ellas les molestaba.
A partir de ese momento, me convertí en su novia, no importando sí él me era fiel o no, ¡sólo ser su novia! Nos besábamos en las escaleras, en el laboratorio, en el pasillo, etc. Y siempre me abrazaba por la cintura y aprovechando agarrándome las nalgas, al besarnos. Le obsesionaba mis glúteos, ya que si no eran sus manos, era sus restregones con su pene, al frotarlos ahí. Y ahí, supe, lo que yo no sabía en ése momento, que me decían: “la morenita del culito respingón”. Y eso, era lo que siempre le llamaba la atención a todos, y más en especial a Jesús.
La dinámica en la salida de la escuela, era irnos agarrados de las manos, dándonos besos, y como él vivía prácticamente a una calle de la escuela, siempre era yo la que acompañaba hasta su casa. Nuestro trayecto era muy simple, tan sólo constaba en llegar en cualquiera de las esquina, doblar hacia el Este, y entrar a la siguiente calle, y regresar, hacia el norte o hacia el sur, o despedirnos ahí, yo seguir mi camino hacia su casa. En una de ésas, al estarnos despidiéndonos, besándonos, y él agarrándome las nalgas, como de costumbre, y yo mis manos en sus hombros; le sugiero que vayamos a su casa, que le daría una deliciosa despedida, él no sabía a lo que me refería, pero entendió que era algo bueno.
Afortunadamente, nadie se encontraba en su casa, al entrar en ella, nos volvimos a pararnos, de frente a frente, besándonos, el agarrándome las nalgas, yo en sus hombros, en eso, meto mis manos debajo de su camisa y suéter, lo comienzo a acariciar su torso, su abdomen, de forma suave. Como me apretaba mis nalgas, de forma que me empujaba hacia él, noté como se ponía vigoroso su pene, en eso, trato de alejar sus manos de mis nalgas, comienzo a inclinarme, de tal forma que pudiera bajar mi cabeza, para besarlo primero en su cuello, su torso, sus hombros, su abdomen, y seguir más abajo. Ya casi en cuclillas, comienzo a desabrochar su pantalón, y quitarle su cinturón. Meter mis manos debajo de su trusa, siento que lo bastante gorda su herramienta, de forma inmediata mi pussy palpita de placer, y mis labios son remojados por mi lengüita. Yo ya no podía más, y decidí sacarlo de una vez por toda, mis expectativas no podía desilusionarme. La tenía ya bastante gorda, y fue ahí, que desde que me comenzó a gustarme de esa forma.
Comienzo a saborearlo, como un cono de nieve. La lengüeteo, recorriendo por todo su tronco, muchas veces recorriendo toda su puntita con la punta de mi lengua, después lamerla otra vez, todo su largo tronco, muy lentamente. Ya con mis labios remojados, comienzo a darle mordisco, en su tronco, y chuparla la puntita, y lo hice también de forma lenta. Hasta llegar el momento, de metérmela en la boca, poco a poco, comenzando con su deliciosa punta, y de ahí, succionarla, ayudándome con la lengua, masajearla dentro mi pequeña boquita. Debo reconocer, que casi no lo tuve toda dentro, ya que sí me lastimaba, y duré más tiempo, sólo succionando su puntita y con mi lengua ayudándome. Fue de tal manera, que se vino dentro de mi boca, y fue tanta que expulsó, que me hizo safarme de su verga, y salpicarme en la cara, afortunadamente no me cayó en la ropa.
Ya terminándome de limpiarme, nos despedimos, lo único que no me gustó, que no quiso despedirme de beso en la boca, y sólo me dio un beso en la frente. Pero bueno, entendí porque lo hizo. Y se repetía casi diario, cuando no se podía, porque había alguien en su casa, lo recompensaba en la escuela, en los rincones donde se podía.
Fue tantas ganas que nos teníamos, que no bastaba con sólo mamársela. Que tuvimos que pasar a la siguiente fase, o sea, la penetración, tanto vaginal como la anal. Para él, quería forzosamente nada más la anal, quería presumir con sus amigos que “me cogía en mi culito respingón”. Pero, al principio, sólo lo obligaba que sólo la vaginal, le mentía que “la anal, todavía era vírgen”, obvio, ustedes que me siguen, sabrán que no es así.
Lo hacíamos principalmente, en la escuela, en los salones donde nadie estaba en clase, incluso, en los salones de los grupos, que a esa hora, tenían clases de educación física, o en clase de taller. Por lo general, lo hacíamos, de forma parada, detrás de la puerta para que no nos pudiera vernos. O escondidos en las escaleras, abajo, o entre piso. Lo hicimos tantas veces, que la última vez, no tomamos precaución de escondernos tan bien.
La última vez, lo hicimos detrás de un edificio, prácticamente detrás de los baños. Supongo que alguien, travieso, nos vió, al asomarse en la ventana que estaba tan alta. Y creo que tuvo suerte, ya que estábamos en la pared, más bien, yo recargada en la espalda en la pared, y mi chico me tenía cargándome, prácticamente y literalmente, yo estaba entre la pared y su espada de carne. Me tenía cargándome en las piernas, siendo penetrada muy vigorosamente, yo sólo sentía sus penetraciones ricamente, con los ojos cerrado. Y él, empujándome hacia arriba, y yo cayendo debido a la gravedad. Estaba disfrutando tan rico, sus estocadas en mí, que cuando de pura suerte, ví, que varios nos estaban observando, incluyendo maestros, en eso, reacción, le hago entender mi hombre que parará, y que se fijará.
Creo que fue ahí, que tuve mi primera frustración, más aparte de tuve mi primer hiper regaño y un castigo bastante feo. A los dos, no sólo tuvieron que llamar a nuestros padres, sino que también fuimos expulsados. Tuve que volver a repetir el año. Tuve el mayor castigo, que consistió en eso, repetir, pero también estar casi casi, sin salir de la casa, y también prácticamente comenzar con los problemas familiares. Y bueno, prácticamente, perdí todo contacto con Jesús. Y ya no tuvo la oportunidad de dárselo mi anillo codiciado por todos. Lo bueno de repetir el 3º año de secu, es que tuve, la oportunidad de conocer chicos nuevos, que será en la próxima que les contaré de cómo estuvo.