Mi primera experiencia lesbica estando embarazada
No se si fueron las hormonas del embarazo, pero experimento mi primera relacion lesbica con mi asistente estando casada.
Hola a todos mis lectores de nuevo, y para los que me leen por primera vez les doy la bienvenida. Mi nombre es Sofía, tengo 34 años soy un poco alta, cabello castaño, estoy llenita, pero con mi cintura marcada o mis caderas anchas, aun no lo defino; tengo poco culo, pero muchas tetas y mis pezones son de tipo mediano, y siempre mantengo una fina y recta línea en el monte de Venus; y si soy psicóloga industrial colegiada, estos datos se los cuento porque muchas personas preguntaron. En fin.
No tengo idea aun, si mi madre en su juventud fue tan caliente como yo y mi hermano, aunque lo sospecho, ya que recuerdo haber visto, darle unos cuantos besos de piquito a la vecina viuda; “su amiga” que se estaba en casa desde que nos íbamos a la escuela; (cosas que tenia bloqueadas probablemente para no juzgar a mi madre). Pero bueno; al menos yo si me considero una mujer que hierve, y soy sexualmente abierta a nuevas cosas, y esta fue una situación nueva para mí en su momento, y ahora se los relato.
Esta anécdota que estoy por contarles me sucedió tan solo dos meses después del encuentro con mi hermano; es decir, dos meses después de mi boda y a los 7 meses de embarazo. Como ya era costumbre en la corporación donde yo trabajo, que es un famoso banco, tenían como tradición realizar un convivio a fin de año. Era una fiesta muy grande, en donde se invitaba a todos los empleados de la corporación, sin importar las sedes. Yo en ese entonces y hasta la fecha sigo trabajando en el reclutamiento y selección de personal, me gusta lo que hago hasta la fecha, y vaya si no. Como cada jefa de departamento tenía una secretaria, que había llegado hacia 6 meses, su nombre es Damaris; una mujer muy guapa que por ese entonces tenia 29 años; de lentes tipo vintage; de piel blanca y tersa; de cabello ondulado, oscuro y un poco largo; bajita y carismática; tetas pequeñas y culo respingón. Damaris era una chica bellísima, siempre estaba atenta a cada orden, era muy eficiente en sus labores, y sobre todo muy respetuosa, pues a pesar que ya le había pedido que me llamara solamente Sofía, siempre se le salía el “licenciada Sofía” a lo que siempre sermoneaba; madre de dos niños, y por lo que me narraba cuando tomábamos un descanso, pienso que tenia un marido mujeriego, que poco se fijaba en ella, y en alguna ocasión me dijo que ya no le llamaba la atención el sexo como antes. Por sus problemas en casa, yo trataba de animarla, ayudándole a veces con dinero extra, cosas para ella y sus hijos, o incluso a veces, cuando teníamos una jornada muy atareada, la invitaba a tomar un café o almorzar, para que se relajara y no bajara la calidad de su trabajo, porque era una maravillosa asistente.
Por fin llegó la fiesta de convivio del corporativo, habíamos tenido mucho trabajo, y una semana muy ajetreada, y me parecía un gran momento para que Damaris y yo nos relajáramos y nos diéramos un gran descanso, le pregunte si iba a ir, a lo que me respondió con un “No” rotundo, no le insistí, pero durante todo el día, trate de convencerla. Cosa que logre a última hora, cuando tuvo que avisarles a su marido y a su madre que llegaría tarde, ya que su madre era la persona que cuidaba de sus hijos cuando el cornudo de su marido y Damaris salían a trabajar.
Ese día mi marido me había dado un aventón al trabajo; por lo tarde que iba a salir, y por lo cerca quedaba el hotel donde seria el convivio de su trabajo, decidí no llevar mi coche. Pero ya me había comprometido con Damaris de darle un aventón a su casa cuando mi marido nos pasara a traer, igual y su casa quedaba de camino a la nuestra, así que no era ningún problema.
Por fin llego la hora de ponernos guapas, por suerte yo llevaba dos vestidos, el que estaba por ponerme, y uno muy corto que tenia meses olvidado en una gaveta de mi escritorio. Debido a mi embarazo, ese vestido ya no me entraba y sabía que por lo bajita que era mi fiel asistente, ese vestido le quedaría perfecto. Los baños estaban repletos y mi oficina era de puerta y paredes de vidrio semitransparentes y no queríamos que nos vieran mientras nos cambiamos. De pronto recordé que tenía la llave de la sala ejecutiva de audiovisuales, tome prestada la llave y fuimos directo a la sala que era completamente cerrada. Rápidamente entramos, lancé mis zapatillas, y me desabroche el vestido que cargaba, me lo quite, y quede en ropa interior, ante la mirada atónita de Damaris. Algo tímida comenzó a quitarse su ropa y a pesar que tenia dos hijos tenia un hermoso abdomen, era bellísima, sus nalgas eran redonditas y tersas, y sus tetas a pesar de no ser grandes se veían muy lindas. Levanto sus brazos para introducir su vestido y note que a la altura de sus costillas de lado izquierdo tenia un tatuaje de un infinito hecho con colores del arcoíris, lo que me causo curiosidad e incluso me pareció un tanto irónico, pues a pesar de todo tenia familia. Preferí guardármelo y no le pregunte absolutamente nada, pero ya me dejaba con algo en que pensar. Sin esperar tanto fuimos directo al tocador y comenzamos a maquillarnos. Cuando terminamos salimos del corporativo y llamamos un taxi para trasladarnos al hotel, donde seria la fiesta.
Ya en el hotel, nos separamos un poco, había mucho champagne, vino y whiskey, bebidas que me tentaban mucho, pero que debido a mi embarazo no podía ingerir, baile un poco con algunos gerentes, reí y bebí una copa de vino, estaba disfrutando la noche, ya luego pase al bufet done nos volvimos a encontrar con Damaris, quien ya estaba un poco ebria, la acerque a mi, y fuimos a las mesas a comer, había muy poca gente en las mesas, y ninguna en la nuestra mas que nosotras dos, casi todos estaban bailando, bebiendo, y quien sabe que mas. Damaris se veía que disfrutaba la fiesta, tanto así que en media comida sonó una canción de la cantante Adele, se levanto disparada, me tomo de la mano y me dio un fuerte tirón que repentinamente me levanto de la silla, me llevo a la pista de baile, y comenzamos a bailar lentamente, moviéndonos de un lado a otro, con nuestro cuerpos muy juntos, el lugar estaba oscuro y dentro del la penumbra veía su bello rostro, sus ojos se clavaron en mi; lentamente y con inseguridad y sin explicación nos fuimos acercando hasta que nuestros labios se rozaron, y se fueron juntando, mientras abríamos nuestras bocas y correspondíamos a la vez. Mi vientre inflado por la preñez tocaba el suyo. Damaris tenía los labios más suaves que jamás había probado. No nos importo quien estuviera a la par nuestra. Nuestros labios se entrelazaba y nuestras lenguas jugueteaban, mientras nuestras bocas se hidrataban de nuestro deseo. Disfrutaba de su aliento a alcohol y dulzura, nos comíamos la boca y no me quería despegar de ella, pues era mi primer beso lésbico y lo estaba disfrutando; pero fue ella quien soltó mi boca, y estoy segura que con ella se fue una espesa liga de baba que nos siguió uniendo, y que nos causo gracia y a la vez morbo. De inmediato sonó mi teléfono; era mi esposo quien había llegado a traernos, y de inmediato salimos, no sin antes darnos un piquito en la recepción como despedida. Subimos al auto, presente a Damaris con mi esposo y pasamos a dejarla a su casa. En su cara se notaba que no se quería separar de mi, pero yo tampoco de ella.
Al día siguiente era sábado, y todo el día pase pensando en ese beso, y tantas cosas que pasaron en mi cabeza durante todo el fin de semana. Por la misma confusión que la situación me generaba, trate de investigar de algo que ya sabía como el lesbianismo, pero encontré un artículo muy interesante sobre el lesbianismo de manifestación tardía, a lo que rápidamente me ayudo para excusarme por lo que había hecho. A pesar de que la situación era mas común que lo que hacia con mi hermano me generaba mucha incertidumbre. Por fin llego el lunes y pasamos todo el día, sin dirigirnos una palabra que no fuera laboral, nos costaba vernos al rostro, y probablemente era la culpa de algo prohibido.
Al terminar las labores, yo me ofrecí a llevarla a su casa, a lo que ella acepto. Cuando íbamos bajando en el elevador completamente solas, mis pensamientos los interrumpió Damaris al tomar repentinamente mi mano, casi al instante la puerta del ascensor se abrió, y yo camine rápido a la salida, soltándome en un instante de ella. Llegamos a mi auto, bloquee las ventanas, y arranque el coche, el silencio invadía nuestra escena en el parqueo del corporativo. Entonces fui yo quien repentinamente se voltio a hacia ella. Tome el rostro de Damaris con mis manos, la vi a sus ojos donde me detuve para grabar su belleza y de inmediato comenzamos a besarnos con muchísimo deseo, al contrario del primer beso, recorrimos cada rincón de nuestra boca, quería que sus labios suaves se volvieran eternos en cada roce con los míos, mi coño comenzó a brotar calor y liquido, la lengua de Damaris se anudaba con la mía, sin soltar nuestras bocas y mientras disfrutaba del beso con otra mujer, sentí que la mano de Damaris toco mi muslo, y de inmediato comenzó a subir; nuestras bocas se abrían mucho, queríamos tragar nuestros alientos, y sin darme cuenta mis piernas en el vestido comenzaron a abrirse y sus manos comenzaron a tocar mi vulva por encima de mi braga que ya hacia notar su humedad, queríamos sentir mas, pero fue la voz de otras personas las que nos hicieron parar y retomar la compostura, pues a pesar que mi coche era polarizado la silueta era notoria. Salí de inmediato del parqueo, mientras las dos entre risas y carcajadas nos limpiábamos la saliva que estaba de más en nuestras bocas.
Mientras conducía, Damaris tomo mi mano y la condujo hacia su vulva siempre sobre su pantalón de tela; yo friccionaba su vulva y ella se retorcía, disfrutando mi mano. Sin preguntarle conduje directo a mi casa, a sabiendas de lo que ambas queríamos, y que en casa de Damaris estaba su madre y sus hijos, y seria imposible culminar lo que deseábamos.
Llegamos en poco tiempo a casa, y no veíamos la forma de entrar lo mas pronto posible. De inmediato cerramos la puerta de la calle, y nuestras manos se posaron detrás de la cabeza contraria hasta llevar nuestras bocas a posarse y rendirse en un nuevo beso lésbico. Estábamos devorando nuestras bocas, mis manos comenzaron a desabrochar los botones de su blusa, yo solté, mis zapatillas y tome la mano de Damaris y fuimos casi corriendo directo a mi habitación donde no tuvimos ni tiempo de cerrar la puerta, pronto me voltee y fue Damaris quien bajo el zíper de mi vestido para dejarlo caer sobre la alfombra de la habitación; nuestras bocas se volvieron a forrar en un nuevo beso mientras Damaris se sacaba su blusa y desabrochaba su pantalón, permaneciendo pegada a mi boca; desabrocho su bra, y sus manos recorrieron mi entrepierna, que recorrió mi vulva por encima de mis bragas húmedas; cosa que por mi excitación termino empujándome hacia la cama, donde caí esporádicamente.
Rápidamente abrí mis piernas y Damaris no tardo en sacar mis bragas que acerco a su nariz primero, y degusto con su lengua mis fluidos impregnados en la tela después; luego lanzo mis bragas al suelo y se acerco a besar mi barriga preñada primero, situación que creo morbo en mi. Mientras besaba mi preñez fue bajando su boca dando besos cortos pasando por mi monte de Venus, hasta que me hizo vibrar cuando llego a tocar mis labios vaginales con los de su boca, lanzo su aliento primero y de inmediato acerco su boca completamente abierta a mi vulva, y con su lengua fue subiendo y fue recorriendo cada parte de mi coño hasta llegar a mi clítoris, y a repetir lo mismo una vez mas. Su boca se expandía por toda mi vagina, moviéndose dentro, y haciendo que me retorciera en el placer que jamás había imaginado, su lengua movía mi clítoris y Damaris metía dos dedos en mi vagina en un mete y saca continuo que en pocos segundos hacia que me retorciera, arqueando mi cuerpo y moviéndome como poseída, sentí que mi vagina se inundaba y automáticamente mis manos sobaban mis senos que sacaba dentro de mi bra. Pronto sentí mi vagina inundarse y mis gemidos fueron inigualables, mi primer orgasmo estaba en escena.
Mientras se iba aclarando mi vista, me di cuenta que Damaris se acercaba a mi para fundirme en un beso, donde saboree el sabor de mis jugos vaginales en todo el rededor de su boca. Rápidamente me levante para desabrochar su bra, comencé a besar sus pezones muy erectos en sus senos poco grandes, y poco a poco me agache le baje sus bragas, que de inmediato se fue con todo y el espesor de sus fluidos, me metí entre sus piernas y comencé a mover mi lengua mientras abría su vagina con mi musculo bucal, casi de inmediato, Damaris comenzó a gemir y parada sobre mi, sus piernas comenzaron a temblar, y se debatían para seguir parada, sus gemidos eran mas fuertes y sin poder avisar un espeso chorro disparado cayo en mi cara, genero mucho morbo en mi que solo abrí mi boca para disfrutar el sabor de sus fluidos como un manjar. Cuando su éxtasis por fin pasó, me levante, y Damaris aun con sus ojos cerrados y sus piernas débiles, me dieron un beso muy agotado, donde probó sus mieles.
Ella solita se subió a la cama muy agotada, pero ambas sabíamos que había mas; rápidamente se concentro en mis grandes tetas, a lo que le acerque un poco mas. Le puse mis tetas a la altura de su boca y de inmediato Damaris devoró mis pezones, yo comencé a apretar mis tetas y de inmediato salió mi leche directo a su boca y su cara. Damaris no quería perderse su leche y trataba de meter mis dos tetas en su boca, ambas estábamos muy concentradas cuando de pronto mi bebe aun en mi vientre comenzó a dar pataditas, cosa que Damaris sintió ya que mi vientre estaba pegado al de ella, sus patadas eran fuertes cada vez mas como reclamando su leche, sus tetas o quizás su madre. Ambas reímos y nos reacomodamos tocando nuestros sexos con nuestras manos, y casi como si lo hubiéramos tenido planeado comenzamos a formar unas hermosas tijeras como de película porno, quería saber lo que se sentía y vaya que se cumplió mi deseo casi de inmediato. Nuestras vulvas se rozaban unas con otras, nuestros clítoris estaban muy saltados y los podíamos sentir cuando se rozaban, nuestros coños se inundaban en fluidos y poco a poco fuimos acrecentando el jaloneo. A causa de lo mojado que estaban nuestros coños, se escuchaba un fuerte chasquido en toda la casa, era muy morboso y muy excitante nuestros ojos se trababan y nuestra respiración se agitaba, Damaris saco un complejo chorro nuevamente que toco mi clítoris con presión y yo sentí uno de los orgasmos mas deliciosos de toda mi vida, mordía las sabana mientras los chorros de Damaris no dejaba de salir y nosotros no dejábamos de frotar las vulvas que succionaba nuestros labios mientras nosotras disfrutábamos entre muchos gemidos de ambas; estábamos en el clímax total y poco a poco fuimos dejando caer nuestros cuerpos a la cama, totalmente agotadísimas.
Cinco minutos después, sonó el teléfono de Damaris y se levanto a contestar; era su madre preocupada por la hora, a lo que nos hizo recordar que mi marido estaba por llegar. Nos cambiamos rápidamente y baje a traer mi teléfono para llamar a mi marido para retrasarlo. Le pedí que comprara algunas cosas innecesarias del súper, mientras Damaris no dejaba de besarme. En primera instancia se negó porque dijo que estaba a cinco minutos de casa, y tuve que sacar mi as bajo la manga y le dije que tenía un antojo por mi embarazo de waffles y fue en ese momento que accedió a retornar. Eso nos daba veinte minutos de ventaja, Damaris llamo un taxi, y mientras llegaba me ayudo a cambiar las sabanas de la cama y con mi secadora de cabello secamos la alfombra que contenía nuestros fluidos. Damaris se fue en su taxi a su casa no sin antes volvernos a fundir en un delicioso beso infinito.
Cuando llego mi marido cenamos waffles y nos fuimos a acostar yo me quede en el baño y cuando entre a la habitación, el cornudo de mi esposo estaba levantando las bragas de Damaris, yo me asuste un poco cuando dijo que tenían flujo, y yo le dije que en el embarazo era normal el flujo vaginal; dijo que nunca me había visto esas bragas a lo que yo mentí diciendo que el me las había comprado, le arrebate las bragas y las lance al sesto de la ropa sucia directo al recuerdo, ya que aun las conservo así de sucias. Con Damaris aun mantenemos nuestra relación y le he contado lo que hago con mi hermano. Cosa que no le interesa mucho pero le excita pensar en un futuro con sus dos hijos. La verdad somos pervertidas y quizas por eso seamos pareja.