Mi primera experiencia lésbica
Lo hice y lo he vuelto hacer, pero sin dejar de amar a los hombres.
Fue en un despedida de soltera, salimos a festejar el casamiento de una compañera de trabajo y pensando que después podía haber alguna posibilidad de pinchar me vestí como suelo hacerlo cuando salgo a esas lides.
Me puse mi mejor pantalón ( el pinchador) de cuero negro, rebajado de atrás hasta dejar ver el nacimiento de mi cola (donde comienzan los cachetitos), adelante es rebajado más debajo de mi ombligo. En los costados es totalmente calado dejando entrever que no llevas nada debajo del pantalón y ajustado como si lo hubiesen cosido a mi cuerpo. Para arriba tengo un top totalmente transparente y muy escotado, con poco trabajo puedes sacar un pecho afuera. Me había cubierto el cuerpo con un aceite que lo hacia brillar. Me veía bien "mina rica".
Nos fuimos un grupo de cómo 8 mujeres en dos autos, a mi me toco irme con mi compañera con la que nunca había tenido mucha relación de trabajo. Ella era delgada de pelo bien corto, no masculina pero tenía una forma de vestirse que no era de mi agrado, poco maquillaje siendo ella bastante linda, le había visto unos lindos pechos no que solía lucir.
Durante el viaje me dijo varias cosas que no entendí en un principio, cosa como que estaba para comer, en varias ocasiones me dijo que le gustaría ser hombre para poder salir conmigo, Yo ni cachaba. Llegamos al lugar y como de costumbre y era a lo que íbamos nos pusimos a disfrutar. Hubo el típico show de vedettos, los gritos de costumbre, regalos etc. etc., y ha bailar, y como de costumbre hay mas mujeres que hombres a bailar entre nosotras. Yo hasta el momento no cachaba nada, bailaba con un vedetto cuando mi compañera aparece y dice ahora me toca a mi con mi colega, Yo no quería, pero ella insistió y nos pusimos a bailar.
En un principio sentí un poco desagradable la forma como ella me tomaba, quería rechazarla pero no lo hacia, inconscientemente me dejaba llevar. Ella lo comprendió y empezó a recorrer mi cuerpo con sus manos. Yo entre ella más lo hacia más la dejaba, al darse cuenta me beso suavemente en una mejilla y Yo al no retirarme, me apretó más y esta vez su beso fue más cerca de mi boca y ahora sentí su lengua y su mano subir hasta llegar a mi pecho el que empezó acariciar. Yo no la rechazaba, su boca busco la mía y me beso introduciendo su lengua en mi boca y su mano debajo de mi peto agarro con fuerza mi pezón, Yo no me resistía. A los pocos minutos me toma de la mano y me lleva fuera de la pista de baile. Me llevo al baño y no había nadie, me arrincono a la pared y comenzó a besar con fuerza y sus manos recorrían todo mi cuerpo. A esa altura quería seguir no me importaba se me veían, solo quería que me tuviera en sus brazos y me hiciera de ella. Era solo eso lo que quería. Al cabo de un rato me dice vamosno, busca tus cosas y nos vamos. Me arreglo antes de salir, porque a esa altura me tenía mi peto arriba, mis pechos afuera, mis pantalones aunque rebajados se notaban que habían sido bajados. Fui a buscar mis cosa y me estaba esperando con taxi listo para irnos a su casa.
Arriba del taxi, nos espero que me sentara comoda cuando sus manos comenzaron a recorrer mi cuerpo, a subir mi peto y esta vez bajo el cierre de mi pantalón para dejar mi vajina al aire, beso y mordio todo mi cuerpo inclusive a ella. Pobre taxista, no se si ella lo conocía o que, pero el tipo no reclamo. Llegamos a su depto que en realidad era una casa y sin dejarme vestirme bien bajamos.
Fue la nov de mayor lujuria que he tenido, me hizo vibrar como nunca antes lo había hecho, no hubo lugar de mi cuerpo que no explorara, mi ano llego a endurecerse de tanto beso y amor. Yo acababa y volvía acabar con su placer. Fue una noche maravillosa. Al otro día no me dejo ir y solo me permitió que usara un colaless metálico que ella me regalo, es una belleza. Hicimos el amor mientras me bañaba como si Yo fuera su bebe, lleno mi cuerpo con aceites perfumados sólo para besarme y darme amor y sexo otra vez, así fue todo el sábado. El domingo volvimos hacer el amor pero esta vez con instrumentos, hurgó mi vajina y mi ano, las veces que ella quiso, me beso donde y cuando quiso. Fue un fin de semana de un amor y sexo celestial.
El lunes para volver al trabajo estaba aterrada, rogaba que fuera discreta, estaba a punto de renunciar. Pero fue admirable y me saludo como cualquier día. Me envío un correo diciéndome lo que había disfrutado y terminaba diciéndome, llámame cuando quieras y volvemos hacerlo. Lo he hecho dos veces más y cada vez es más grande. Pero entremedio sigo teniendo placer con hombres que me gusta mucho. Lo que ella me hace es distinto.