Mi primera experiencia en una sauna gay

Buenas otra vez! Esta vez os cuento mi primera vez en una sauna gay, y lo bien que me lo pasé!

Al poco tiempo de conocer a Pedro, cada vez nos fuimos acercando más y me llegó a proponer irme a vivir con el a su apartamento, pero en un primer momento dije que no, quería esperar un poco más porque yo al pavo este todavía no le conocía de nada, pensaba jajaja. El caso es que las citas con él eran casi a diario: después de trabajar, después de estudiar, después de ir a la puta lavandería (sí, la odio, no me digáis por qué jajajajaj).

En una de estas citas, no recuerdo exactamente cuándo fue, creo que a los 4 meses de conocernos, me propuso ir a a una sauna gay. Dudo que alguien que me lea no conozca una sauna gay pero, en resumen, es un sitio con saunas, baños turcos, cuartos oscuros, glory hole, un bar para pillarte un buen pedo (que para pagarles tendrás que vender un riñón…) en fin, todo muy guay pero que en un primer momento te asusta porque no sabes qué vas a encontrarte, ni con quién… (quien me dice a mi que no me encuentro allí con un compañero de trabajo jajaja, el típico parguela que dice ser un macho ibérico y luego le mola que le follen la boca con una tranca de 20 centímetros jajajaja, pues hombre, siempre tienes esa duda). En un primer momento le dije que no, que ni de coña iba allí. Él me dijo que ya había estado (reafirmando mi idea de lo guarro que era el cabrón jajaja) y me dijo que estaba muy bien, que había muy buen rollo y que te lo pasabas muy bien. No se, la idea me rondaba desde que lo dijo hasta el día oficial de la cita, que era el viernes a la noche. El día antes, y gracias a esta página de relatos y a otras donde relataban lo que allí se vivía, me dije:

-       Venga cabrón, estás deseándolo. Vete, vete, vete… jajajaja

Y si, acepté la cita. Antes de ir estuvimos de tapeo por Madrid, tomamos varias cañas (alguna de más sinceramente, porque iba un poco pedo, para qué mentirnos chavales) y llegamos al sitio en cuestión. La calle en la que está la sauna (no quiero hacer publicidad ni nada raro) es la típica de ambiente por la existencia de la sauna, y nada más acercarte a los alrededores de la sauna ya puedes ir viendo como en los bares de la zona hay mucho ambiente gay. Me sorprendió en un primer momento lo iluminado que estaba el cartel con el nombre de la sauna, tenía una luz que se veía desde casi el final de la calle, cual luz guía en un camino negro sin rumbo jajaja. La cosa es que nos fuimos acercando y nos fumamos un cigarrito antes de entrar, no teníamos prisa, vamos. Cuando nos decidimos a entrar, nos encontramos con un breve pasillo muy oscuro y la recepción a la derecha. El chico que allí estaba iba vestido un poco extraño, para qué mentirnos. Llevaba un sombrero negro, nada en la parte de arriba, y un simple slip en la parte de abajo. Se le marcaba todo, y tenía una empalmada curiosa (me dieron ganas de saltar por el mostrador jajaja). Era un chico muy joven, yo creo que tendría mi edad en ese momento, muy guapo, cuerpo guay… me moló, pero vamos, que no estaba a mi alcance, que era un currito e iba a estar allí toda la noche, así que nada jajaja.

Cuando pagamos la entrada, nos dio una toalla, unas chanclas y una llave de la taquilla. Al entrar había un cartel bastante grande indicando que a las instalaciones internas de la sauna se debía ir únicamente con toalla y chanclas, ósea, en pelotas. No se permitía el uso de prendas interiores ni nada, entendible por otra parte por el tema de higiene. A mi me cuesta poco ponerme en pelotas, es más, me encanta exhibirme jajaj.

Al entrar en el vestuario, había varias filas de taquillas numeradas, y yo me dirigí a la mía y Pedro a la suya. Dentro de la taquilla había dos condones, un bote pequeño de lubricante y una piruleta… emmm, si, una piruleta jajajaja, no se el uso que se le da a la piruleta pero bueno jajajaja.

El caso es que nos pusimos en pelotas y con la toalla nos dirigimos al pasillo oscuro que llevaba a todas las puertas de la sauna. La primera era la típica sauna de toda la vida, en esa que entras y te quieres morir del puto calor que hace allí, pero bueno, vimos a dos chavales jóvenes abierto de piernas y pajeándose así que nos animamos. El primero de ellos, nada más entrar, se levantó y se me tiró al culo, empezándome a tocar por todos sitios. Si fuese un mentiroso diría que no me gustó, pero sinceramente me quité la toalla para que tuviera mayor acceso jajajaja. El tio empezó, descaradamente, a manosearme entero, intentando meter un dedo. Le dije que iría más despacio, que acababa de entrar, pero entonces vi a Pedro mamándole la polla al otro chaval, a una velocidad que me asustó la verdad, parecía un puto poseído jajaja. Entonces me dejé hacer, y aquel chaval fue metiéndome cada vez más el dedo, hasta que bajó y empezó a comerme el culo. Buf, que rico, entre el calor que hacía allí y la comida de culo que me estaba haciendo este hombre estaba literalmente con 800 grados en el cuerpo.

Se levantó, me dijo que me sentara, se puso de rodillas y empezó a mamármela. Lo hacía muy bien, pero muy bien la verdad. Despacio y alternando con momentos más rápidos, comiéndome los huevos con un arte enorme y bajando de nuevo al culo. De vez en cuando se levantaba y me comía los pezones y la boca, y el cuello,… y todo en resumen. Mientras, Pedro seguía mamando aquella enorme polla del otro chaval, y poco después sacaron un condón y se pusieron a follar. Pedro estaba a cuatro patas, siendo follado, y mientras me comía la boca y el otro chaval me la mamaba, todo esto empapados en sudor por el puto calor que hacía allí dentro, pero me ponía muy cachondo la sensación del sudor en la boca, en el cuerpo, en las pollas… Mi pretendiente no paraba de mamar, pero el hombre ya se le notaba cansado y sudaba mucho, así que le dije que parara y que se sentara, que ahora me tocaba a mi.

No tenía una polla muy grande, 15-16cm, así que aprovechaba a metérmela hasta el fondo de la garganta, escupiendo varias veces sobre el capullo porque con el calor que hacía la saliva no tenía no efecto jajaja. Estuve mamándosela unos 5 minutos, hasta que me pidió que le follara. Sinceramente, no quería follar todavía porque nos quedaba mucha noche, pero me animé. Me puse el condón (que me costó muchísimo por el sudor) y empecé a follarle despacio y luego deprisa. Mientras le follaba me ponía los pies en la cara, yo se les lamía, buf, mucho calentón la verdad. Por otro lado veía a pedro abierto de piernas recibiendo polla y gimiendo como un cabrón. Mi chaval se empezó a tocar muy rápido y empezó a correrse sobre el pecho, al mismo tiempo que alzaba la cabeza para comerme la boca. Yo sabía que no iba a tardar mucho, así que se la saqué, me quité el condón y me empecé a correr en su cara, pasándole la polla por toda la boca, frente,… por todos los sitios, y el disfrutándolo como un cabrón. Pedro estaba a punto de acabar, y se notaba perfectamente en su cara (un servidor, que le conoce jajaja). Es curioso, porque Pedro, cada vez que está a punto de correrse, cierra los ojos, se empieza a pellizcar los pezones y abre la boca gimiendo muy alto, como un poseso. Esto es una clara señal de que, en cuestión de segundos, tienes toda la boca pringada, y lo digo por experiencia jajajaja. Y así fue, acabaron a los pocos segundos. Yo decidí salir de la sauna aquella porque estaba al borde de la lipotimia ya, no aguantaba más jajaja. Salí al pasillo con la polla todavía empalmada, sin toalla, en pelota picada. Un señor, que tendría 40 años o así, estaba en el pasillo y según me vio la polla empalmada me vino a tocar y masajearme los huevos, pero le dije que esperara un poco porque me acaba de correr, a lo que se sonrió y me dijo “que cojonudos sois los jóvenes jajajaja”.

Decidimos ir a tomar algo al bar, necesitábamos descansar, uno la polla y el otro cabrón el culo. Tomamos un gin-tonic mientras podíamos ver como en el jacuzzi que quedaba a escasos metros del bar había unos 6-7 tíos dándose el lote. Aquello era un espectáculo, uno a cuatro patas sobre el borde del jacuzzi, el otro erguido mientras dos tíos le comían la polla, otro a cuatro patas recibiendo comida de culo… uf. Para todo esto, el camarero del bar totalmente desnudo únicamente tenía unas chanclas jajaja, y con una empalmada cojonuda también. En fin, es que todo invitaba a follar, y follar, y follar, durante muchísimas horas. Poco a poco nos volvimos a calentar, hasta tal punto que íbamos andando por aquellos pasillos en pelotas, sin toalla ni nada. Justo detrás del jacuzzi había unas escaleras, iluminadas en un color rojo-rosa, y con un cartel que decía “darkroom”, vamos, lo que viene siendo el cuarto oscuro de toda la vida. A mi siempre me ha dado un poco de respeto, y nunca lo había hecho, porque no sabes qué vas a encontrar ahí dentro, aunque tenía claro que si entraba, iba a ser responsable, y llevaba el condón que me quedaba en la mano.  Al subir, a mano derecha estaban los baños y de frente una puerta, cubierta por una cortina negra. Decidimos ir al baño antes de entrar, porque, en ese momento, ambos sabíamos que íbamos a hacerlo. Al entrar al baño lo que vimos no se como describirlo hoy en día, pero cuanto menos impresionante jajaja. Había un señor de unos 50 años, abierto de piernas en el suelo, mientras un chaval mucho más joven tenía todo su puño dentro del culo del señor, TODO EL PUÑO EH, no miento, entero. Le sacaba y le metía con una facilidad pasmosa. Nos quedamos mirando pero no por morbo, por curiosidad más bien. Nos impresionaba mucho la dimensión del culo de ese tio, era inmenso, un diámetro impresionante. No me gustaba lo que estaba viendo, pero al mismo tiempo la polla se me puso durísima, era una sensación rara.

Decidimos apartar la vista e ir a lavarnos. Cogimos un poco de jabón, mezclado con agua (espuma vaya jajaja) y nos lavamos la polla y el culo bien lavados por lo que podría pasar. Cuando terminamos, nos fuimos acercando a la puerta que nos llevaría a un nuevo mundo.

Antes de entrar, y tengo que reconocerlo, estaba acojonado. Podías escuchar que en el interior la gente estaba gimiendo, los típicos ruidos de follada,… Abrimos la puerta y estos ruidos cesaron al instante, como si hubiese entrado la policía o algo raro jajaja. Según cerramos la puerta, pudimos notar como la gente se levantaba y se “reagrupaba” a nuestro alrededor. Me dio la sensación, y luego al hablar con Pedro tuvo la misma impresión, de que éramos putas presas y todos los demás iban a venir a cazarnos, pero la verdad que me ponía muy cachondo. No tardé mucho en sentir una mano en mi boca, que pretendía meter dos dedos dentro de ella, a lo que me dejé (nunca me habían follado la boca con dos dedos pero bueno, da morbo para un rato jajaja). Al mismo tiempo noté otra mano por otro lateral, y sabía que no era la misma que la del primer tio porque esa mano era la cosa más suave que había visto nunca. Empezó a meterme mano muy profundamente, metiendo dedo de una, sin pensarlo. Yo gemí, pero no me quejó. Estuvo follándome varios minutos con el dedo mientras el otro se puso en disposición de que se la mamaría. Tuve que adivinar la posición de aquella pedazo polla, porque si, eso era enorme. No la veía, pero podía sentirla en la boca y en la garganta, caliente, con dos huevos enormes. Pedro se había separado de mi, no le tenía al lado, pero tampoco me preocupaba en ese momento, sabía perfectamente que estaría pasándoselo de puta madre, así que me dejé llevar.

Notaba como mi culo iba dilatándose más y más, y mientras seguía lamiendo polla como un cerdo. El “chico de los dedos” (jajajaja) se acercó a mi oído y me dijo que si tenía condón, a lo que le dije que si, acerqué la mano y se le di. Antes de que acercaría la polla, alcé la mano para comprobar si le tenía puesto, y si, efectivamente. Entonces ya solo me quedaba esperar la primera embestida de aquella polla que todavía ni había tocado. Y ostia, aquello no era pequeño. Quizá era más grande de anchura que de tamaño en sí, pero costó mucho que entrara, aunque poco a poco aquello fue cediendo y poco a poco le fui sintiendo dentro, y poco a poco aumentó la velocidad de la follada. En esos momentos me estaba comportando como un verdadero cerdo, siendo follado por una buena polla y lamiendo la polla y los huevos de un señor que ni conocía. Al poco se acercó otro chico, depilado por lo que pude notar al tacto, y buscó mi polla para metérmela. Diooos, estaba con dos pollas en la mano, pajeando una y lamiendo otra, luego soltando esta y lamiendo la otra.  Aquello era demasiado, pero quería seguir, quería seguir follando como un animal y que me seguirían follando la boca como un puto cerdo que soy. El primer chico al que comencé a mamársela tardó poco en correrse, pero fue bastante respetuoso y me avisó, y se corrió en mi cara. Dios, vaya chorros de lefada, y lo mejor es que según se corría yo tenía la polla del otro en la boca, hasta que la sacó y me cogió la cara con las dos manos, metiéndome la lengua hasta la campanilla, chupándome el cuello, mordiéndome las orejas (muy recomendable esto, es acojonante), ósea, todo lo que pillaba de mi lo mordía o lo chupaba, pero sin lugar a dudas su boca era deliciosa, besaba de puta madre, me mordía los labios, metía la lengua muy atrás, me escupía en la boca para luego chuparlo… buf, había mucha saliva, pero quería más y más. Claro, todo esto mientras me partía el culo el otro pavo, con unas embestidas terribles, que poco a poco fueron cesando hasta que desapareció, ni se despidió el cabrón jajaja, me dejó a cuatro patas con el culo abierto para el siguiente.

Efectivamente, no tardó en llegar otro y tocarme las nalgas y los huevos por debajo del culo, manoseándome la polla, apretando el glande, haciendo cosquillas en la parte del prepucio. Buf es que era supremo aquello, sabía perfectamente que era un desfase pero quería seguir y seguir hasta no poder más. La nueva incorporación enseguida empezó a meterme los dedos, que en ese momento ya entraban solos. Sin embargo, no me pidió en ningún momento follarme, solo meterme los dedos, “cuantos más mejor”, según me dijo. Perdí la cuenta de los dedos que tenía dentro, pero creo que eran mínimo 4. Les sacaba y les metía, mientras me apretaba la polla para exprimirla al máximo. El otro chico, al que estaba chupándole aquella polla, no tardó en correrse, y también me avisó. Ese se corrió en su propio pecho, y lo se porque al acabar me cogió la mano y me hizo recorrer su pecho viendo toda la lefada que tenía allí.

Yo me notaba cada vez más cerca de estallar, porque el hombre de los dedos era magia pura, esa manera de meter esos dedos no tenía precio, además de que se notaban bastante gordos, la verdad. Cuando aumentó la velocidad de la follada empezaron a darme unos impulsos nerviosos que solo había sentido con Pedro, notaba como la polla se erguía hasta no poder más, y mi cuerpo vibraba. Sabía que quedaba poco, y no quise alargarlo más, quería disfrutarlo, y me corrí. Me corrí como nunca en mi vida, no se cuanta leche saqué ese día, pero mucha, de verdad. Al mismo tiempo que me corría, gemía, gritaba, y le decía al de los dedos “sigue follándome como a una puta”. Cuando me corrí, el chico lo notó rápido y paró. En ese momento decidí ponerme de pie, con un temblor de piernas increíble y salir afuera a descansar un poco. Cual fue mi sorpresa que cuando salgo veo a Pedro y me dice

-       Qué? Has triunfado no? – me dijo.

-       Hombre, ya te digo, ¿y tú no?

-       Yo? No me va este rollo, me empezaron a tocar tres a la vez joder, vaya mierda de sensación, en otras saunas no me ha pasado esto, nunca.

Pude ver como no le había molado nada el rollo, así que decidirle no contarle nada de lo que había pasado para no hacerle sentir mal. Nos dirigimos a los vestuarios, a pegarnos una ducha. Ya era bastante tarde, no recuerdo la hora, pero bastante tarde. En la ducha, estuvimos hablando de lo que nos había parecido la sauna, y demás. Entre charla y charla nos morreamos, nos tocamos un poco, bueno, lo típico de dos novios la verdad. Nos vestimos, recogimos nuestras cosas y salimos de allí.

Tardamos unos 15 minutos en llegar a casa, y en el mismo ascensor me agarró del paquete y me dijo

-       Dios, no me hace falta nada más que esto, joder.

Y yo, que estaba más que exprimido, le respondí con un beso que te cagas y la polla otra vez dura. Aquella noche me tocó a mi de pasivo, me folló durante casi 1 hora, haciendo todo tipo de cosas que solo nosotros sabíamos que nos molaban. Estaba cansadísimo, pero mi culo seguía pidiendo más guerra, encantándome la manera en que me estaba follando a cuatro patas cual puta. Acabamos corriéndonos casi al mismo tiempo, y yo caí rendido en la cama después del día tan exhausto que había tenido. Pedro todavía tardó en irse a la cama, y, cuando volvió, pasó el brazo por debajo de mi cuello y me dio un pico en la boca, diciéndome que me quería mucho, a lo que le dije que yo también.

Espero que os haya gustado este relato a todos.

Quizá el siguiente sea otra experiencia con otro chico de los correos… que también se las trae jajaja.

Un beso y os espero en el correo para todo lo que queráis!