Mi primera experiencia en una sauna
Aquí comparto con vosotros mi primer relato, así como mi primera experiencia en una sauna de Barcelona...
Era una calurosa tarde de inicio de verano en el centro de Barcelona. En aquel entonces estaba a punto de cumplir mis diecinueve años.
Como muchas tardes, me encantaba ir a pasear por el centro de la ciudad. Me pateaba todas las tiendas y sitios por haber aprovechando al máximo los largos días de verano. Reconozco que esa tarde me sentía especialmente excitado. Quizás el calor, la playa, el ambiente de verano, los chicos en tirantes...pero esa tarde me apetecía, por lo menos, jugar un poquito.
Después de haber andado y andado, fui a los lavabos de un centro comercial que hay al lado de Plaza Cataluña. Si os soy sincero, nunca me ha gustado mucho la idea de ir de cruising, muy pocas veces lo hacía pues me hace sentir incomodo y algo sucio. Es una sensación extraña, pero esa tarde era uno de esos momentos en los que realmente me apetecía hacerlo, así que no lo dude y fuí a los baños públicos.
Sabía que en ese lugar siempre había cancaneo, pero nunca había visto tanto como esa tarde.
Al entrar a los baños me encontré que estaba lleno de hombres y no precisamente para hacer lo que cualquier persona hace para ir al baño. Recuerdo que había tres meaderos y estaban ocupados. Tres hombres estaban allí masturbándose, mirándose los unos a los otros y de vez en cuando se tocaban entre ellos. Yo recién entraba a los aseos y, junto a los demás hombres que estaban de pie viendo la escena, mi excitación empezaba cada vez a ser mas fuerte. Recuerdo que había dos váteres privados y en uno de ellos, justo por debajo de la puerta que había un hueco, podías ver como había un chico de rodillas haciéndole una mamada a otro que estaba de pie.
Pese a que la situación me daba mucho morbo, reconozco que estaba muy nervioso. Como os decía, no era algo que solía hacer pero el juego de miradas y de morboseo en un lugar público me encantaba y me llamaba mucho la atención. Así que cuando uno de los meaderos se quedo libre, no me lo pensé y me puse yo. El hombre que estaba a mi lado se marchó también y seguidamente entro otro, al que vamos a llamar Dani.
Y aquí empieza el juego.
Era un hombre de casi un metro noventa, de unos cuarenta y tantos. Ojos muy claros, piel morena y pelo canoso. La verdad es que era muy atractivo y el casco de moto que llevaba colgando del brazo le hacía aún mas interesante y mas morboso.
Nos empezamos a mirar y a provocarnos el uno al otro. Me saqué el rabo y el se lo sacó conmigo. Empezó a masturbarse delante de mi mientras los hombres que había detrás nos miraban. Yo empecé a masturbarme también. Estaba muy nervioso y a la vez realmente excitado. Sinceramente, estaba deseoso de tocársela y tener su rabo para mi, pero me dio cierto reparo en aquella situación sabiendo que en cualquier momento podía entrar alguien y vernos. Al fin y al cabo, era un lavabo público.
No nos hico falta mucho rato mas allí, porque con las miradas nos lo estábamos diciendo todo, así que Dani empezó a abrocharse el pantalón de nuevo mientras me miraba y salió del baño. Evidentemente, entendí perfectamente el mensaje: quería que saliera con el para ir a otro sitio y seguir con lo habíamos empezado en esos baños.
Desde los baños, lo estuve siguiendo hasta que salimos del centro comercial. Me acerqué a el y nos presentamos. Era bastante distante conmigo, como muy precavido, aunque después de hablar con él lo entendí todo. Dani era un hombre de familia, casado y al mando de una empresa que no quiso decirme. Entendí que había una gran responsabilidad que le acompañaba y que lo que estaba haciendo suponía un hecho que debía esconder y, por lo tanto, ser lo mas escueto y discreto posible.
Es por ello que no tenía sitio ni residencia a la que pudiéramos ir, así que me invitó a ir a una sauna. Me puse mas nervioso de lo que estaba. La idea de una sauna me daba mucha vergüenza y a la vez me daba mucho morbo experimentarlo. Pese a ello, no me lo pense y accedí. Estábamos muy calientes y deseosos de jugar y continuar con lo que habíamos dejado por hacer en los baños. Llegamos al lugar donde dejó la moto aparcada, me dejó un casco y fuimos dirección a la sauna a la que él frecuentaba.
Al llegar a la sauna todo parecía muy familiar. Quizás yo tenía una imagen mucho mas oscura y obscena de un lugar como estos, pero la verdad es que me sorprendió ver el buen ambiente que había y lo natural que era todo. Al final, aunque sea un lugar donde la gente va a buscar sexo, se trata de divertirse y jugar. Nada mas entrar pagábamos, nos daban unas sandalias, un par de toallas, las llaves de la taquilla y unos preservativos. Sinceramente, la entrada me la pagó él. Y me encantó. Yo ya estaba metido en el juego, y el hecho de sentirme literalmente como un chico de compañía para Dani me ponía aun mas caliente de lo que estaba. De alguna forma, Dani daba a entender que quien mandaba era él.
Una vez lo teníamos todo en mano, bajamos por unas escaleras que había y entramos a la zona de duchas y vestuarios. Allí nos quitamos la ropa rápido, lo guardamos todo en las taquillas y bajamos a los cuartos oscuros que había. Era una zona con muy poca luz lleno de pequeñas habitaciones con camas. Cada una de las habitaciones tenia un televisor donde constantemente ponían películas porno, acompañadas de música marchosa pero a la vez tranquila.
Dani, nada mas llegar, se metió dentro del primer habitáculo que había y yo le seguí. Se quito la toalla quedándose completamente desnudo. Se sentó en la cama que había dentro, se encendió un cigarro y se quedo esperando a que empezara a complacerle. Yo, por mi parte, no podía mas con mi excitación. Una de las cosas que mas morbo me dan es ver a un hombre bien cómodo y sentado fumándose un cigarro esperando a hacer lo que me pidiera. Así que me saqué mi toalla quedándome completamente desnudo, me agaché en el suelo quedándome de rodillas y puse el culo bien en pompa para que supiera que en ese momento yo iba a ser su putita hasta que terminara nuestro juego.
Al estar de rodillas me acerqué a su polla. Dani era un hombre completamente depilado, tenia algo de barriga (que para mi lo hacía aun mas morboso) y tenia un rabo bien gordo y curvado hacia abajo. Le medía unos dieciocho centímetros y tenia la forma perfecta para hacerle unas buenas gargantas profundas. Yo estaba deseoso por tenerla en la boca y enseñarle bien cómo debe comerse un rabo.
Empecé a olérsela, desde la punta fui bajando hasta los huevos. Me encantaba el olor de su polla. Era un olor limpio pero a la vez un olor de haber lubricado mucho. Era un olor de excitación que a mi me ponía a mil. A Dani le encantaba que le oliera el rabo, cada vez que se lo hacía cerraba los ojos de placer. Se que a Dani le encantaba verme deseoso por comerme su polla, y estaba muy en lo cierto.
Empece a darle besos en el glande, bien tiernos. Enseguida saque la lengua y se la empece a lamer desde el glande hasta los huevos. Como quien prueba un rico helado. Quería saborearle bien antes de metérmela en la boca. Cuando ya la lamí bien como un perro ahí de rodillas, puse mi lengua en sus huevos y empece a subir mientras le lamía el rabo y, una vez llegue a la punta me la metí en la boca y baje de golpe hasta la garganta. No os podéis imaginar la sensación de ese rabo entrando hasta el fondo de garganta. Entro sin problema y, mientras la tenia toda en la garganta, empecé a lamerle las pelotas por debajo. La cara de Dani era todo un cuadro de placer y yo estaba que me moría por complacerle.
Mientras le mamaba el rabo, me di cuenta que habíamos dejado la puerta abierta del habitáculo, así que accedí a cerrarla. Dani no me dejo. Él quería que si pasaba alguien por ahí viera lo que le estaba haciendo. En aquel momento yo era su juguete, así que accedí y seguí mamándole. Mientras me comía con gusto su polla, yo veía como la mirada de Dani se iba mucho hacia la puerta, así que imaginé que había alguien que estaba mirando. Y así fue. Un grupo de entre ocho y diez hombres estaban en la entrada del habitáculo mirando como le comía la polla a Dani mientras se masturbaban. Yo me estaba sintiendo como un objeto en aquel momento y me encantaba. Así que mientras seguía con mi mamada, puse mi culo bien en pompa para todos los hombres que estaban mirando mientras Dani controlaba la situación.
A los dos minutos, Dani se levanto y me hizo poner a cuatro patas encima de la cama. Empezó a tocarme el culo, a manosearlo y a abrirlo con las manos. No os podéis imaginar el morbo y la adrenalina que sentí al saber que Dani estaba enseñando mi ojete a todos los hombres que estaba ahí de pie masturbándose, como si yo fuese un objeto de escaparate. Empezó a mojarse los dedos y a metérmelos en el ojete. Que gustazo. Además, mi sensación era que me estaba tratando como a su mujer. Estoy seguro de que mi ojete era para él como el coño de su mujer. Me hacia dedos bien fuerte y bien rápido y yo estaba completamente desorientado de placer.
Sacó sus dedos, se puso el condón, lo lubricó bien y me la metió dentro. Yo estaba bien abierto, así que entro hasta las pelotas de golpe y sin problema. Empezó a embestirme, suave pero con muy buen ritmo. Yo gemía de placer. Tan solo podía estar a cuatro patas sintiendo como ese rabo entraba y salía de mi culo. En ese momento, los hombres que estaban en la puerta empezaron a entrar al habitáculo para ver como me follaba. Recuerdo que uno de esos hombres era muy mayor y se acercó a mi para tocarme los pezones. Me miraba sonriente, pues este hombre estaba disfrutando de la actuación y le encantaba ver a un chico tan jovencito siendo petado delante de todos ellos.
Dani, mientras me follaba, empezó a hacer un juego que me encanta que me hagan. Me abría el culo con las manos, yo bien agachado a cuatro patas, y la metía y la sacaba de golpe. En el momento de sacarla, mi ojete se quedaba como un túnel bien abierto, y eso es algo que a mi me enloquece. Aunque lo que mas me enloquecía era que lo único que Dani quería era que el resto de hombres vieran como tenia el ojal de abierto cada vez que él la sacaba de dentro. Para mi fue espectacular.
Después de hacerlo, la saco de mi ojete y me senté en la camilla y pude poner cara a todos los hombres que estaba ahí masturbándose. Entre uno de ellos, había un chico alto, musculado y bastante peludo. Aunque no soy de chicos musculados, no era un musculado exagerado y, ciertamente, me gustó mucho. Dani me pregunto si quería que entrar con nosotros y dije que sí. Este chico que entró, al que llamaremos David, se quedó con nosotros dentro del habitáculo y se cerró la puerta quedándonos nosotros tres solos.
Dani me puso de rodillas frente a David para que se la mamara bien a fondo. Realmente, David tenía una polla de unos veinte centímetros. Era muy grande, larga y muy peluda. Me puse a olerla con toda la excitación que ya llevaba encima, restregué toda mi cara por los pelos de su rabo mientras los lamía y los olía y me la empecé a tragar a garganta profunda bien a gusto. Dani, mientras se fumaba otro cigarro, veía como le hacía la mamada a David.
La mamada duró lo que Dani tardó en fumarse el cigarro, así que una vez terminó, me puso boca arriba en la camilla mientras yo mantenía mis piernas alzadas aguantadas por mis brazos y me abrió el ojete con las manos para enseñárselo bien a David. Recuerdo que Dani dijo: "¿Has visto este ojete como se abre? Pues ahora nos lo vamos a reventar". Y a eso me dispuse. Mientras yo aguantaba mi culo abierto con mis manos, Dani la metió entera de golpe y empezó a embestirme mientras David miraba deseoso de meter su rabo en mi ojete. Yo miraba la cara de David y nos sonreíamos. Estábamos disfrutando del morbo y el placer de ese momento y era genial.
Para mi sorpresa, Dani empezó a embestirme con fuerza hasta que se corrió. Estaba demasiado excitado como para aguantar mas. Se corrió dentro de mi culo (con el condón puesto) mientras notaba como las gotas de sudor de su cuerpo caían sobre el mio. Sacó el rabo de mi ojete, se quitó el condón y me lo tiró encima de mi abdomen. Cogió la tolla y su tabaco, se choco las manos con David, y salio del habitáculo dejándome con David a solas. La verdad es que me sorprendió que se marchará, pero al final yo ya hice la función de satisfacerle, así que me dejó ahí para que David acabará conmigo.
David era algo mas tierno y mas cercano, me sonreía mucho y disfrutaba conmigo. Nos empezamos a besar y a tocar. Él estaba completamente sudado, cansado pero con ganas de terminar el juego que habíamos dejado abierto. Así que me agaché a mamarle, me folló la garganta con cuatro embestidas de las buenas y cuando su rabo se quedó bien babeado, se puso el condón y me la metió hasta los huevos. Era grande, así que sentí como su polla entraba hasta el fondo de mi culo abriéndome todo por dentro.
Empezó a follarme muy bien, con movimientos fuertes mientras yo me agarraba fuerte de sus brazos. Cada vez que iba a correrse, frenaba y me lo hacía despacio mientras me besaba, hasta que no pudo mas. Antes de correrse, la saco de mi culo de golpe (que fue un auténtico placer) y se quito el preservativo. Me hizo agachar y con mi cara delante de su polla empezó a masturbarse hasta que empezó a gemir de placer y se corrió.
Su corrida fue descomunal y era muy lechero. Mi cara y mi barba quedaron llena de chorretones de lefa. Sentía como se quedaba bien impregnada en mi cara y como la lefa colgaba de mi barba. En ese momento, abrió la puerta, me hizo coger la toalla y salir del habitáculo. Quería enseñarle al resto de hombres que estaban en la sauna y que vieron desde el principio como Dani jugaba conmigo, como me había dejado. Así que me paseó por toda la sauna para que vieran todos como me había quedado la cara toda llena de leche. Las miradas de los hombres eran de puro vicio y se les escapaba esa sonrisilla picarona.
A mi me encantó. Sentía el deseo de todos los hombres por hacerme lo mismo o, por lo menos, por poder haber estado ahí en todo momento.
Nos duchamos y me quedé bien limpio. Antes de salir de la sauna, hablé un rato con David y supe que era amigo de Dani. Habían coincidido varias veces en las saunas y de vez en cuando se habían encontrado, así que ya se conocían.
Me despedí de David muy amablemente. Sabíamos que había sido parte de un juego y que lo habíamos disfrutado mucho, así que me quedó muy buen sabor de boca. Al salir de la sauna y pisar la calle me sentí la mar de extraño. Todo lo que había pasado y todo el morbo que había experimentado se quedo en los cuartos oscuros de ese local...
Y Dani...¿dónde estará Dani? Quizás fuí el objeto de su deseo en aquel momento y, sinceramente, me encantó. Fue parte del espectáculo, un personaje mas uqe hizó su papel y con el que realmente viví una de las experiencias mas morbosas que a nivel sexual he tenido.