Mi primera experiencia de ser dominado

Cómo haciéndole un favor a una clienta, acabo siendo sometido

Mi nombre es José, tengo 39 años y vivo en Palma. Trabajo de camarero en el bar/restaurante de un hotel. Es un hotel pequeño en comparación de los que hay que tienen 100 o más habitaciones. Me considero un buen camarero, no de los mejores, pero si bueno. Intento ser amable y simpático, y con los clientes y clientas habituales tengo más relación.

Todo pasó hace poco más de dos meses, en septiembre, aún hacia calor y la gente iba de verano.

Una mañana que tenía turno de apertura, hacia las 10 de la mañana se sentó en la terraza una clienta que viene entre 2 y 3 veces por semana a desayunar. Se llama Marga y tiene unos 40 años, separada y con 2 hijos. Y la verdad es que tiene un cuerpo espectacular, al menos lo que veo y lo que se intuye debajo de la ropa que lleva normalmente. Es abogada y siempre lleva ropa muy formal, pero esa mañana estaba más atractiva. Mide 1'70, pelo rubio y media melena, tiene unos ojos verdosos que cuando te miran lo hacen profundamente. Tiene buenas piernas ya que practica paddel, y un pecho increible, lleva blusas y siempre tiene algún botón que parece que está a punto de estallar. Están esperando liberarse del sujetador y de la blusa que lleva siempre. La verdad es que muy atractiva.

Le preparé lo de siempre, un café con leche descafeinado, junto con un cenicero, y se lo serví.

Cuando estaba a punto de irme, me preguntó:

  • Perdona José, pero tengo que preguntarte una cosa.

  • Dime, que quieres saber?

  • La semana que viene, el martes tengo una reunión de amigas en mi casa, pero no tengo a nadie que me ayude a servir. La persona que tenía antes, se ha tenido que ir una temporada y no conozco a nadie. Conoces de alguien?

  • Puedo ir yo, el martes tengo libre, es uno de mis días libres que tengo, si quieres ….

  • Ah!! Pues perfecto!! Lo que pasa es que no suelo pagar, pero puedo hacer una excepción. Pero te aseguro que lo pasaremos bien. Es una reunión un poco especial, pero si aceptas, estoy segura que lo pasarás muy bien. Si quieres, en otro momento quedamos y te lo cuento todo.

  • De acuerdo, aquí tienes mi teléfono, llámame y me lo cuentas.

Pasó el día, me fui a casa, y mientras me duchaba recibí un whatsapp. Cuando salí de la ducha lo ví y era ella que me citaba en un bar cercano a mi piso al cabo de una hora. Así que me vestí y me dirigí para allí.

Cuando llegué ella ya estaba sentada en una mesa, me acerqué y ella se levantó y me saludó dándome dos besos cerca de mis labios, en la comisura. Me quedé sorprendido del atrevimiento, yo la hubiera besado directamente en los labios. Nos sentamos y pedimos dos cañas.

Estuvimos hablando de cosas normales, del tiempo, de mi trabajo, del suyo (que es abogada), de política, … hasta que pasada casi media hora me dice:

  • Bueno José, lo quiero pedirte es que el próximo martes me ayudes en la reunión que tengo con unas amigas. Es fuera de Palma, yo te recogeré e iremos juntos. Quiero decirte que tanto si decides aceptar como si no, todo quedará aquí y en la casa. Nada de lo que pase o se diga saldrá de nosotros, entendido? - Yo asentí. Solo de las palabras que me decía me estaba poniendo cachondo imaginando lo que podía suceder.

  • Es una reunión un poco especial. Estoy en el mundo BDSM, supongo que sabes lo que es. Somos un grupo de amigas que nos reunimos cada mes en casa de una de nosotras, y este mes me toca a mi, pero la persona que me servia, ha tenido que irse una temporada fuera de la isla, así que no tengo a nadie, y cuando te ví pensé en pedirtelo.

  • De acuerdo, acepto, pero nunca he hecho nada de esto, pero alguna película he visto, y la verdad es que después de pedirmelo me ha entrado la curiosidad.

  • Perfecto, pero tengo que pedirte eso, que nada de lo que te he contado ni nada de lo que pase, salga de ti. Si te gusta, podrás repetir. Estarás a mis órdenes, soy AMA, en todo momento me dirás AMA y te tendrás que someter y tendrás que ponerte como deseemos alguna de nosotras. Si hay algo que no quieres hacer me lo dices, y si en algún momento de la reunión quieres parar, habrá una palabra clave y pararemos. Entiendes lo que te cuento, verdad? Lo único que te pido ahora es que vayas bien limpio y afeitado.

  • Entiendo todo y acepto lo propuesto. Así que tranquila que de mis labios no saldrá nada.

Nos despedimos con un par de besos y nos citamos para el siguiente martes.

Amaneció calurosa, hice un par de recados que tenía pendientes y estuve esperando una llamada suya. Era cerca de la 1 cuando me llamó diciéndome que a las 3 me recogería delante del bar donde quedamos para llevarme a su chalet. Me recogió con un Audi A7 nuevecito y nos dirigimos hacia allí.

Entramos en una zona residencial de zona alta, solo se veían coches de gama alta o muy alta, y los chalets estaban rodeados de muros bien altos para evitar miradas furtivas tanto de los vecinos como de la gente que pasaba por ahí.

Cuando llegamos a su chalet guardó el coche en el garaje, que era muy amplio y entramos por una puerta que daba a la cocina. Su cocina medía como mi piso, 40 metros, todo bien ordenado y limpio. Pasamos al comedor donde estaba preparada una mesa para 4 personas y me dijo que allí era donde se celebraría la cena. En la sala contigua estaba el salón que tenía dos sillones, butacones, y tenía unos grandes ventanales que daban al jardín y a la piscina. Todo era impresionante. Luego me dijo que le acompañase a una habitación detrás de la cocina, que era la habitación del servicio que tenía. Mientras ibamos me dijo que todo estaba preparado, que estaba la comida en la nevera y solo tenía que calentarla en el horno. Que sus amigas llegarían sobre las 4 para tomar un baño y beber algún gintonic y que yo tendría que servirlas. Luego en la cena también. Esta tarde-noche sería el camarero personal de todas.

Cuando llegamos al cuarto me dijo que me cambiase de ropa, yo llevaba mi ropa preparada, pero me dijo que no, que solo me pusiese un delantal que tenía preparado. Era un delantal con peto, pero tanto el peto como la parte inferior eran pequeñas. Me lo probé encima de la ropa y la verdad es que poco ocultaba, no debía medir más de 60 centímetros de largo y unos 30 de ancho. Con ello se me vería todo.

Entonces comenzó todo. Su tono cambió, siendo un poco más duro y más autoritario y me ordenó que me desnudase y que me lo pusiese. Yo esperé a que se fuera para desnudarme, y al ver ella que esperaba se acercó a mi y me dió una bofetada, no fuerte, pero si sonora y me dijo:

  • Que esperas siervo, a que se haga de noche? Cambiate ya!

Yo, sorprendido, me fui quitando la ropa, primero la camisa que llevaba, luego las deportivas y los pantalones. Cuando iba a ponerme el delantal me dice:

  • No perro!! Quitate toda la ropa, quiero que vayas desnudo!!

Me giré un poco y me bajé los boxers que llevaba. Antes de ponerme el delantal me hizo girar y ver mi polla. La verdad es que no es muy grande ni gorda ni nada, digo que como la media.

Cuando me la vió dió un suspiro, se acercó y le dió unos golpes, y me dice:

  • Esto es lo que tienes!!?? Pensaba que sería más grande, pero bueno, que le vamos a hacer. Anda, ponte el delantal que están a punto de llegar mis amigas y no quiero hacerlas esperar.

Pasaban pocos minutos de las 4 cuando sonó el timbre de la puerta de la calle, fue hacia el interfono y abrió. Me llamó y me dijo que esperase en la puerta principal, que la abriese y me quedase junto a ella en el porche esperando. Iba vestida con unas botas altas que le llegaban casi a las rodillas, una falda ajustada y una blusa casi abierta. Se notaba que no llevaba sujetador ya que se le transparentaban las tetas y los pezones. En la mano llevaba una fusta.

Salimos y de la dirección que estaba el garaje apareció una mujer mayor, de unos 60 años que iba vestida con unos pantalones cortos y una camiseta de tirantes. Pelo corto y teñido de color rojizo. Medía poco más de 1'60, más bajita que Marga y entrada en carnes. Tampoco llevaba sujetador, y se le notaban los pechos caidos a través de su camiseta. Llevaba una correa de cuero y atada a ella iba una chica jovencita, de unos 20 años, solo llevaba una camiseta que le cubría el cuerpo hasta mitad de las piernas. Llevaba una correa alrededor de su cuello. Era una chica guapa, pelo corto de color azabache. Apenas se le notaban curvas, era degaldita y blanca de piel. Miraba todo el rato en dirección al suelo.

Se acercaron y la mujer que se llama Luisa y Marga se saludaron, se pusieron a hablar, que cuanto tiempo hacía que no se veían, etc. Entonces se fijó en mi y yo la miré. Ella le preguntó:

  • Vaya!! Veo que tienes nuevo perrito!! Te has cansado del otro? Jajajajaja

  • No, lo que pasa es que ha tenido que ausentarse una temporada y he tenido que improvisar, pero creo que lo hará bien, no te preocupes!!! Jajajajaja

  • Eso espero!! Hoy quiero pasarmelo bien!!

Antes de entrar, la otra AMA me miró de arriba a abajo, y con una mano me dió la vuelta para mirarme la parte trasera. Me dí la vuelta, y con una mano hice que me inclinase. Entonces sin ningún aviso previo me dió un azote en la nalga e inconscientemente me incorporé. Ella se rió y entró para dentro.

En ese momento llamaron a la puerta y entró otro coche, un Porsche Cayenne. De él bajaron dos mujeres más, de más o menos la misma edad que Marga, de unos 40 años. Se trataban de Alba y Carmen, más tarde me enteré que todas eran abogadas, así que se conocían muy bien. Iban vestidas también con faldas y blusas bien abiertas y casi trasparentes. Más altas que Marga y que yo, debían medir 1'90 y con buena figura ambas. Pero Alba apenas tenía pecho, pero Carmen tenía unas tetas que pedían a gritos liberarse de la blusa que llevaba puesta. Se saludaron y me miraron también. Antes de pasar, Alba se dirigió hacia el coche y silbó. De un lado salió una chica menudita, no debía medir mucho, como máximo 1'60, también con un collar e iba totalmente desnuda. Tenía la cabeza completamente afeitada, los pechos los tenía un poco caidos y se notaba que había sido madre. Pero en lo que me fijé es que tenía todo el monte de venus poblado. Era un matojo de vello. Todo estaba afeitado menos esa parte.

Del otro lado del coche salió un chico de color, un chico fibrado, con el pelo corto y debía medir como yo, casi 1'80. Su tono de piel era oscuro, no negro. Pero con lo que me quedé flipado fue que solo llevaba un suspensorio que apenas tapaba sus genitales, pero cuando se dió la vuelta me fijé que tenía el culo al aire.

Entramos todos dentro y fuimos donde estaba Luisa que ya se había acomodado en un sillón de la terraza que daba al jardín. A su lado ya desnuda y sentada sobre sus piernas en el suelo, estaba la chica. Estaba completamente depilada, sus pechos estaban poco desarrollados, así que pensé que era más joven de lo que pensaba, debía rondar los 18 años.

Las otras tres amas se sentaron en un sillón que había y en el sofá. Mi Ama Marga se sentó en el sillón. En el sofá se sentaron las otras dos Amas y a los lados los sirvientes, que se sentaron igualmente sobre sus piernas.

Yo me quedé al lado de mi Ama, y esta le preguntó a sus amigas:

  • Quereis tomar algo? Alguna cerveza o un gintonic?

  • Yo si, quiero un Martin Miller's, pero con corteza de naranja y poco hielo, no quiero aguarlo ni mariconadas!!- dijo Ama Luisa.

  • Yo quiero una cerveza - dijo Ama Alba

  • Pues yo quiero otro gintonic igual- Ama Carmen

  • Perrito - dirijiéndose a mi - yo quiero otra cerveza. Vete a prepararlo todo!! Y traenos algo para picar!!

Con la fusta que aún tenía en la mano me dió un golpe en mis genitales. No me dolió pero sentí un escalofrío por mi cuerpo.

Mientras preparaba las bebidas y algo para picar, oí como estaban hablando y riendo.

Cuando regresé estaban todas desnudándose, ayudadas por sus siervos. Se quedaron de nuevo sentadas en los asientos y efectivamente ví a Ama Carmen con unas tetas operadas que se mantenían erguidas y firmes. Lo que me fijé también es que todas iban depiladas. Todas excepto Ama Luisa, la más mayor, tenían las piernas cruzadas, pero ella tenía las piernas separadas y estaban apoyadas en su perrita que estaba agachada completamente y tenía encima sus piernas.

Fui sirviendo, primero los canapés que habían en la cocina y luego las bebidas una por una. No pude dejar de mirar los cuerpos de las señoras que habían y poco a poco mi polla cobró vida y empezó a ponerse dura. El delantal que tenía poco cubría ya. Cuando serví la última copa a Ama Luisa me cogió de la mano y dijo:

  • Con tu permiso Marga...

  • Adelante, es muy servicial - y asentí con la cabeza

Entonces me atrajo hacia ella y levantó el delantal y miró mis genitales. Con la otra mano empezó a tocarlos, tocó mis huevos, los manoseo y sopeso primero uno y luego otro. Luego pasó a mi polla y empezó a subir y bajar la mano, me estaba haciendo una paja, pero solo duró unos segundos. Entonces le comentó a Ama Marga:

  • Normalita la verdad, tirando a pequeña, no has ganado mucho la verdad!!

Todas rieron. Entonces Ama Carmen me dijo:

  • Ven aquí perrito, quiero enseñarte una cosa que te va a sorprender mucho.

Dí la vuelta y me acerqué a ella y me ordenó que me diese la vuelta. Entonces cogió el nudo que tenía del delantal, lo deshizo y me ordenó quitármelo. Así lo hice. Entonces dijo:

  • Perrito mio, levantate - y el chico negro se levantó y quedó a mi lado, estaba entre ellos dos. A mi izquierda se encontraba Ama Carmen y a mi derecha estaba el sumiso. - A ver, sacate la ropa que te queda y muestrale lo que escondes.

El chico se bajó el suspensorio que tenía y apareció una polla que debía medir unos 12cm en reposo. Se quedó quieto y entonces Ama Carmen me ordena:

  • Ahora agachate y hazle que se le ponga dura, quiero que veas en primera fila lo que es un pollón!!

Todas empezaron a reir. Yo miré al chico que mantenía la mirada fija, pero ví en sus labios una pequeña sonrisa. Yo acerqué mi mano a su miembro, y era la primera vez que tocaba otra polla que no fuese la mía.

Al principio no pasaba nada, pero poco a poco empezó a coger dureza e iba creciendo. Con la otra mano le masajeaba los huevos que le colgaban bastante y era pequeños. Poco a poco empezaba a excitarse y ponerse más dura hasta que al cabo de un minuto estaba en todo su máximo esplendor. Debía medir unos 28 cm. Increible. Toda negra y con un capullo rosado oscuro.

Entonces Ama Carmen me preguntó: - Has probado alguna polla negra? Pues hoy la probarás!! Tú tranquilo!!

Se volvieron a reir. Y me ordenó chuparla. Me acerqué a ella y saqué la lengua y se la pasé por la punta. Tenía un sabor salado. Entonces Ama Carmen cogió mi cabeza y con las manos empujando hizo que me la fuese metiendo poco a poco en la boca, haciéndome que me follase la boca. Me dejó libre y me dijo que continuase.

Hice lo que me dijo y estuve así durante dos minutos más cuando noté que el chico empezaba a tensarse un poco y le dijo a su Ama: - Ama Carmen, me deja correrme encima de él? - a lo que ella asintió con la cabeza. Entonces sin darme cuenta eyaculó dentro de mi boca, que aparté enseguida que noté ese líquido caliente en mi boca, no paraba de sacar leche y salpicó mi cara y mi pecho. Fueron seis chorros abundantes, y yo no paraba de pajearle hasta que sacó la última gota y poco a poco perdió su dureza.

Escupí lo que pude de la leche que tenía en la boca, pero tragué un poco. Entonces Ama Marga le dijo a Ama Luisa:

  • Me prestas a tu perrita? Quiero limpiarlo bien, no quiero que huela a semen.

  • Claro!! Tu misma, está a tu disposición.

Entonces bajó sus piernas de la chica que aún continuaba en la misma posición y se levantó. Se acercó a mi, y cuando iba a llevarme dentro, mi Ama le dijo:

  • No, quiero que lo duches aquí, mientras nosotros tomamos nuestras copas queremos entretenernos un poco. Ahí al lado hay una manguera y jabón. Quiero que lo limpies y lo bañes muy bien. Entendido? Y la chica asintió.

Me cogió de la mano y me llevó en dirección al cesped. Me dió la vuelta mirando hacia las Amas. Fue a por la manguera y el jabón. Abrió el agua y empezó a mojarme entero. El agua estaba fresca, no fría porqué aún no hacia tiempo, pero mi polla empezó a perder toda dureza y tamaño que tenía. Entonces cogió el jabón y empezó a lavarme entero. Empezó por la cara para que desapareciera todo rastro de semen, igualque por mis brazos y mi pecho. Luego por la espalda. Se agachó y separó mis piernas. Embadurnó de jabón las piernas. Luego fue a por mi sexo. Poco a poco suavemente me masajeaba tanto la polla como los testículos, y poco a poco se me fue poniendo dura. La chica alzó la mirada y se encontró con la mía y me sonrió. Yo estaba calentándome poco a poco. Entonces Ama Alba que había estado callada dijo:

  • Perrita!! Todo limpio!! Entendido!!?? Todo, todo!! Así que dale la vuelta y limpiale el culo también.

Ella se incorporó y me dió la vuelta, dando la espalda a la casa y a ellas, y me doble hacía delante apoyándome en una silla que había. Me separó más las piernas y oí como se echaba más jabón en las manos. Se acercó a mis nalgas y empezó a frotar sus manos en ellas. Lo hacía de dentro hacia afuera, lo que hacía que mi ano se viese casi al completo. Poco a poco se iba acercando a mi ano con sus manos. Entonces tiró jabón sobre mi espalda y fue bajando por mi raja hasta que llegaba a mi ano. Entonces la chica, ayudada por un dedo fue frotando todo el alrededor de mi ano para luego introducirme un dedo. Yo cerré sin querer el esfinter, lo que hacía más difícil su trabajo. Se levantó y me susurró: - Tranquilo, tú relajate, de acuerdo? Respiré hondo y me dejé hacer.

Estaba yo siendo enjabonado por una chiquilla, abierto de piernas, totalmente excitado y siendo penetrado por ella.

Poco a poco fue metiendo y sacando el dedo. Tanto por el jabón como por mi relajación su tarea estaba siendo sencilla y no paraba. Entonces sin previo aviso introdujo otro dedo, y eran ya dos. Yo estaba totalmente excitado, y en ese momento la chica con la otra mano acarició mis huevos. Yo estaba supercaliente y sabía que iba a correrme pronto. La chica pasó su mano a mi polla y empezó a pajearme desde la parte trasera.

Que gusto, jamás nadie me había hecho nada parecido, meterme dos dedos dentro y pajearme de esa manera. Y sin darme cuenta un escalofrío recorrió mi espalda y sabía que estaba a punto de correrme, la chica no paraba de pajearme ni de meter y sacar los dedos. Empecé a tener pequeños espasmos y lancé un gemido justo cuando empecé a correrme. Un gusto increible. Mi leche salió disparada mientras la chica no paraba de trabajarme.

Cuando acabé de correrme bajé la cabeza y casi se me doblan las piernas. Había sido una sensación increible. Y entonces, sin darme cuenta, Ama Marga se acercó y me dió con la fusta en las nalgas. Me dió fuerte. La chica no sacó en ningún momento los dedos de mi ano, ni dejó mi polla que había vuelto a su estado flácido. Estaba atrapado. No podía moverme de mi sitio.

Mi Ama me dió unos azotes más y me dijo:

  • Te lo tienes merecido. No he ordenado ni te he permitido correrte. Ya recibirás mi castigo!!

Mientras las otras Amas reían a carcajadas.

Entonces cuando acabó de azotarme se dirigió hacia su sitio. La chica se levantó y con la manguera fue aclarándome todo el jabón que había por mi cuerpo. Mientras me tiraba agua por encima su cara era de felicidad. También había disfrutado con lo que había pasado.

Cuando terminó, me secó con una toalla y se volvió junto a su ama, que en agradecimeinto le tiró una galleta al suelo que ella la cogió con la boca y se la comió.

Yo me quedé al lado de mi Ama.

Continuará.....