Mi primera experiencia con Ivanna

Tenía 18 años y pensaba que iba a ser un fin de semana más. Pero una película en casa de un amigo terminó convirtiendose en el día que perdí la virginidad con la hermana mayor de mi amigo. Espero que disfrutéis de mi primera experiencia sexual.

Hola, este es mi primer relato de muchos y para ello os voy a contar mi primera experiencia sexual. Me describo, me llamo Carlos y tengo 27 años. En el momento del relato tenía 18 años, era más alto que los chicos de mi edad, media 190 cm y aunque no estaba musculado tenía un cuerpo bastante marcado.

Pues bien, todo empezó un fin de semana de febrero. El frío que hacía por la calle era horrible, hacía que te doliera todo el cuerpo. Así que la gente solía quedarse en sus casas y no salir. Eso es lo que decidieron la mayoría de mis amigos, pero de pronto recibí un mensaje de Juan, un gran amigo mío desde la infancia, diciéndome que tenía la casa sola y que si quería ir a su casa a cenar una pizza y ver alguna película porque no quería estar solo. A mí en un principio me hacía bastante pereza tener que ir, pero la verdad es que me estaba atrapando dentro de mi casa así que decidí ir.

Cuando llegué a su casa vi que Juan no estaba solo, su hermana Ivana, tres años mayor que nosotros también estaba en casa.

-          Al final yo tampoco voy a salir, ¿os importa que me quede con vosotros a ver la película? - me dijo Ivana cuando entre por la puerta.

-          Claro que no, es tu casa. Faltaría más- respondí un poco tímido.

Estuvimos sentados en el sofá comiendo pizza durante la cena mientras charlábamos los tres. La verdad es que yo suelo ser una persona un poco tímida hasta que cojo confianza con alguien, pero con Ivana todavía no la tenía así que estaba un poco cortado. Y no sabía si era sensación mía, pero notaba que Ivana me miraba mucho y que con cada mirada me examinaba de arriba abajo.

Cuando terminamos empezamos a ver la película, no recuerdo muy bien cual era. Juan y yo estábamos sentados en el sofá más grande donde cabíamos los dos perfectamente y Ivana estaba en una butaca al lado de nosotros. La calefacción estaba a todo gas, aun así, estábamos los tres enrollados en mantas.

Cuando no llevábamos ni veinte minutos de película Juan, que no había visto ni dos minutos de película y se había pasado todo el tiempo con el móvil, se quedó mirándome y me dijo que se tenía que ir, que Joana, la chica con la que llevaba meses hablando le había dicho de quedar.

Yo lo quería matar, me había hecho ir a su casa para nada, pero como sabía que Joana les gustaba mucho y llevaba mucho tiempo hablando con ella no le dije nada. Me levanté del sofá y fui a coger mi chaqueta mientras Juan se había ido a cambiarse a la habitación.

-          ¿Pero tú también te vas? - me dijo Ivana.

-          Sí, no quiero molestarte aquí, ahora me voy a mi casa.

-          No me gusta quedarme sola, quédate porfa

Oímos como Juan nos gritaba desde el pasillo para despedirse y como cerraba la puerta. Yo seguía delante de Ivana.

-          Bueno, me quedó un rato y cuando termine la película me voy- le dije nervioso mientras me volvía a sentar en el sofá.

-          ¡Qué bien! - dijo ella mientras se levantaba de la butaca- voy a ponerme el pijama, ahora vuelvo.

Casi de manera involuntaria me quede mirándole el culo mientras se iba. Ivana era una chica espectacular, castaña de pelo largo, ojos marrones y un cuerpazo increíble. Tenía el mejor culo de todo el barrio, muy en forma y visual, esos que ves y sabes que se lo han trabajado bien en el gimnasio y unos pechos que, aunque no eran enormes, eran bastante grandes y suficientes para que en verano todos los chicos comentaran su escote. Encima tenía veinte años, que para un chaval de diecisiete como yo eso era mucho.

De pronto ella volvió al salón y yo me quede petrificado. Llevaba una camiseta larga que le llegaba hasta la cintura y en la parte inferior solo llevaba un tanga negro. Aparte la mirada enseguida de ella y me centre en la pantalla de la televisión, pero para mi sorpresa ella se sentó al lado mía en el sofá.

-          Qué frio hace- dijo ella mientras hacía como si tiritara de frío. A mi en cambio me sobraba toda la ropa del calor que me entró al verla.

No me salía ninguna palabra, esta tenso en el sofá mientras aquel monumento de chica estaba sentada a mi lado y se acercaba cada vez más a mi hasta terminar apoyando su cabeza en mi hombro. Parecía un muñeco sentado sin reaccionar a nada y mirando la tele sin saber ni lo que estaba pasando en la película, no podía ni fantasear en follarme aquella chica, como si que había hecho tantas veces en mi casa asolas. Pero ella seguía acercando su cuerpo al mío y su brazo empezó a recorrer mi cuerpo, su mano acariciaba mi pecho y noté como bajaba por mi abdomen suavemente hasta pararse a unos centímetros de mi entrepierna. Yo obviamente tenía la polla dura desde el momento en que la vi aparecer en tanga.

-          ¿Eres virgen? - me sorprendió de pronto Ivana.

-          ¿Q…Qu…Qué? - dije como pude, no sabía si había entendido bien la pregunta y estaba empezando a sudar.

-          ¿Qué si te has follado alguna vez a alguna chica? - esta vez sí, metía su mano por debajo de mi pantalón y empezaba a acariciar suavemente mi polla. Mientras estaba mirándome a los ojos y ante la ausencia de una respuesta por mi parte lo entendió como que, efectivamente, era virgen.

Ella seguía acariciando mi polla suavemente y poco a poco empezaba a jugar con ella, agarrándola y moviéndola de arriba abajo. Mi polla empezaba a babear, y cada vez se movía mejor debido a la lubricación.

-          ¿Quieres que te la chupe, Carlos? – sin esperar respuesta aparto la manta de encima, me bajo los pantalones y se puso de rodillas frente a mi sin soltar mi polla dura.

-          Eres la primera que va a hacerlo Ivanna – le respondí por fin. Estaba ya muy cachondo y la sorpresa inicial se había ido diluyendo hasta tener unas ganas irremediables de follarme a esa chica.

-          Lo sé – dijo riéndose mientras se hacía una coleta con su pelo largo – y me encanta comerme una polla virgen - Descapulló mi pene empapado por la lubricación y empezó a pasar su lengua muy despacio por la cabeza de mi polla, estaba disfrutando y saboreando mi pre-semen. A mí, sentir su lengua húmeda y caliente me hacía estremecerme en el sofá. Se metió toda mi polla en la boca despacio mientras me miraba a los ojos y disfrutaba con mi cara. Era la mejor sensación que había sentido nunca. Ella siguió chupándomela poco a poco, alternándolo con unas pajas y una comida de huevos.

-          Joder Ivanna, que rico.

-          Te gusta como te la chupo eh. Tienes una polla muy rica y jugosa.

-          Me flipa, pero no creo que aguante mucho más y antes me gustaría metértela.

-          Pffff… sí, vamos a follar. Tengo ganas de meterme esta polla dentro de mi coño

Me puso el condón con la boca, se apartó el tanga y se montó encima de mi polla. Estaba en la gloria, tenía el rabo durísimo dentro del mejor coño posible. Ella también estaba muy cachonda y tenía el coño empapado por lo que mi polla entraba y salía de ella perfectamente.

-          Agarra bien este culo que tanto te gusta mirar – me dijo Ivanna poniéndome mis manos sobre sus nalgas perfectas. Yo estaba a punto de explotar, agarraba bien fuerte su culo y me encanta sentir sus jadeos cerca de mi cara con cada embestida que me daba.

-          Sí joder sí, sigue. Que cerda me pones.

-          No puedo aguantar más Ivanna.

Pero ella siguió gimiendo y cabalgándome. Yo quería seguir follándomela, pero no podía resistir más, esa sensación de tener mi polla en su coño caliente me volvía loco así que me corrí dentro del preservativo en su coño. Ella se aparto de encima mía, me quito el condón y me chupo la polla para limpiarme los restos de semen. Yo me quede tumbado en el sofá como si hubiese llegado al paraíso.

-          Vaya corridón te has pegado nene – Se tumbo a mi lado y empezó a besarme – ¿Te ha gustado follarme? No esta mal para ser tu primera vez, pensé que no pasarías de mi mamada.

-          Es la mejor sensación de mi vida Ivanna, me he pajeado tantas veces pensando en tu culo y poder agarrarlo bien ha sido brutal.

Pasamos un rato en el sofá tumbados besándonos y metiéndonos mano hasta que se hizo tarde y como tenía miedo de que Juan nos pillara me fui. Ivanna se despidió de mi con un buen morreo.

Así fue como empecé a follar y si os preguntáis si me volví a follar a Ivanna, sí, lo hice años más tarde y cuando ya no vivíamos en la misma ciudad, pero esa es otra historia y otro polvo muy diferente al primero e igual de inolvidable.

Decidme si os gusta mi primer relato y si queréis más. Os dejo mi email para cualquier contacto conmigo o sugerencia.