Mi primera experiencia bondage
La historia de como fui utilizado y follado como una perra, atado y expuesto a un hombre mayor que yo con experiencia en el bondage y el bdsm.
Mi nombre es David, tengo 22 añitos, soy un publo de España. Mido 1,70, soy delgadito (peso 50 kilitos), rubito, guapete, todo depiladito...
Ya había tenido mis experiencia con otros hombres, siempre haciendo de pasivo (me encanta sentir una buena polla dentro de mí).
Mi experiencia con el bondage empezó un día en mi imaginación, la idea de ser atado y utilizado me ponia muy cachondo, de modo que sin saber del todo lo que estaba haciendo ni donde me metía, me hice unas pocas fotos provocativas sin que se viera mi cara, y me anuncié en una web de contactos poniendo que buscaba amo que me iniciara en el bondage.
Recibí varias propuestas, pero una de ellas me llamó la atención, decia ser un hombre de 47 años, 90kg, 1,82, con vello, buena polla, y experiencia en bondage y bdsm, además, era de mi mismo pueblo, con lo que si quedaba con él no tendría que irme lejos... Respondí a su email.
Intercambiamos emails durante un par de días. Me decía que él tenía cuerdas, esposas, juguetes... que me lo pasaría bien, que quería follarse mi culito, etc, etc. Yo con cada correo que me enviaba me ponía más y más cachondo, hasta que al final quedamos que nos veríamos al día siguiente.
La idea era quedar en la estación de tren y de ahí irnos juntos a su casa, pues vivia sólo y teníamos toda la casa para nosotros dos sólos. Quedamos a las 6 de la tarde. Ya era de noche, pues estabamos en noviembre, horario de veranos en España.
Yo previamente en casa me había depilado bien, me había labado por dentro y por fuera con una buena ducha y una pera anal, y me había puesto medias re regilla y tanga debajo de los pantalones a modo sorpresa para mi "amo".
Cuando llegué él ya esstába esperándome, gracias a las fotos que me mandó lo reconocí con facilidad. Me estrechó la mano y fuimos andando hacía su casa que estaba cerca.
De camino a su casa no dejaba de pensar en que era mayor que yo, podría ser mi padre, pero eso no hacía más que exitarme.
Una vez en su casa el me dijo que si quería tomar algo y hablar o que si ibamos al lío sin preambulos. Yo le sonreí y le dije de ir al lio (al fin y al cabo yo había ido a follar)
Me dijo que si estaba seguro de lo que hacía, que una vez empezaramos no habría vuelta atrás, que no le cortára el rollo a mitad porlvo y eso... yo le dije que no, que estába dispuesto, de modo que el sonrió y me dijo que ahora vendría, que se iba a preparar.
Me dejó sólo en el comedor y se fue hacía una habitación. Yo aproveché para desnudarme y que al volver me viera con el tanga y las medias de regilla. Hacia calor en su casa, tenía puestos los radiadores tan altos que ahogaban, con lo que además me fue un alivio desnudarme.
Al minuo o dos apareció vestido sólo con unos calzoncillos blancos tipo braga (los de toda la vida) y una bolsa de deporte en la mano. Le sobresalía la barriga llena de pelo.
Empezó a sacar cuerdas, esposas, un antifaz, un latigo pequeñito, consoladores... un montón de cosas.
Empezó a atarme. Me decía que fuera poniendo las manos detrás de la espalda, que juntara las piernas, etc. yo accedí a todo y en pocos minutos estaba con las manos atadas a la espalda, los tobillos atados entre sí, con un antifaz en los tapandome los ojos y con una pelota con una cuerda metida en la boda.
Totalmente inmobil me puso a 4 patas sobré el sofá y empezó a meterme los dedos dentro del culo.
Me iba diciendo que era una puta, que si me gustaba lo que me estaba haciendo... yo decía a todo que si a duras penas con la pelota en la boca.
Empezo a meterme los dedos cada vez más rápido y fuerte. No me dolía, me encantaba. Entonces sentí que paraba y noté como entraba un consolador en mi culo. Tras metermelo y sacarmelo repetidas veces me lo dejó metido hasta el fondo, me sentó en el sofá y me quitó la pelota de la boda.
Noté como se acercó a mí, como sus manos agarraron mi cabeza y mi frente chocó con su velluda barriga... pronto tenía su polla en mi boda.
Entraba y salía de mi boca sin yo poder hacer nada. Me la metía hasta el fondo y la aguantaba varios segundos metida mientras me atragantaba. Tras un rato así me dí cuenta de que estaba cubierto de mi propia saliba al haberme estado atragantando durante varios minutos.
Entonces me puso de nuevo a 4 patas. Comenzó a meterme la polla suavemente. Me preguntaba si me gustaba, y yo con la boca descubierta esta vez le decía que sí.
La intensidad fue subiendo y subiendo. Finalmente estaba siendo penetrado con una fuerza impresionante. Notaba su polla salir casi del todo y entrar de nuevo con mucha fuerza hasta el fondo una y otra vez.
El cada vez más entusiasmado me agarraba del pelo mientras me embestia, o me agarraba con las manos en la boda desde detrás de la cabeza...
Cuando ya pensé que habría terminado, me acostó boca abajo y siguió encima de mi embistiendo y embistiendo.
Al rato sentí que paraba y se lebantava. Escuche el ruido de una bolsa. Sin darme cuenta la tenía puesta en la cabeza y al él de nuevo embistiendome por detrás, pero esta vez agarrandome del cuello al rededor de la bolsa para que me asfixiara. Yo dejandome ahcer de todo pues esaba atado sin poder moverme y me había comprometido por así decirlo ha que llegaría hasta al final, no podía hacer más que aguantar. De vez en cuando me abría un poco la bolsa, me escupia en la cara y la volvía a poner para eseguir follandome con la bolsa en la cabeza.
Cuando se cansó de embestirme (me dió tan fuerte todo el rato que no me extraña que se cansara pronto), me llevo a rastras cogido del pelo hasta el bater, me quitó el antifaz, me acercó hasta la taza del bater la cual esába embozada con agua amarrillenta casí hasta arriba, y me sumergió la cabeza dentro para follarme de nuevo.
Esta vez a cuatro patas notaba sus embestidas y aguatába la respiración para no ahogarme con el agua del bater.
Tas unos minutos follandome de esa forma me sacó la cabeza del bater al tiempo que sacaba su polla de mi culo y metiendome la polla en la boda se corrio para luego tras un minutos de extásis orinar en una botella y hacerme beber.
Disfruté como una cerda.
Hemos quedado más veces y me ha sometido a humillaciones superiores a esta... pero eso son otros relatos que ya contaré.