Mi primera dominación: La aparición de Pepi

Es mi primer relato y refleja mi primera dominación a partir de un encuentro casual con Pepi, una chica muy particular que me dio grandes satisfacciones que se mezclaron con grandes problemas.

Este es mi primer relato y por supuesto es acerca de mi primera experiencia de dominación. Son hechos sucedidos ya hace diez años por lo que seguro que se me olvidan detalles y las conversaciones no son exactas pero la esencia y los hechos sucedieron tal y como los relato. Yo nunca pensé que pudiese ser así, es cierto que con mis novias había sido bastante dominante habiendo llegado a jugar con algunas cuerdas e incluso una vez a una la había azotado sobre mis rodillas con más pena que gloria, pero lo que empezó a surgir en mí a partir de este momento jamás pasó por mi mente.

Vivo muy cerca de una zona de copas de un barrio de Madrid y por allí solía salir los fines de semana, hay varios bares tipo pub y cuando estos cierran queda una discoteca de barrio donde una noche de sábado empezó esta historia.

Desconozco que hora sería cuando conocí a Pepi, pero recuerdo que yo ya iba cargado y el bar estaba empezando a quedarse vacío lo que me hace pensar que eran más de las cinco de la madrugada. Todo sucedió muy de prisa,  Pepi era una chica de treinta años, con un físico que no llamaba la atención, debía medir uno cincuenta, delgada y con el pelo corto y castaño, sus curvas tampoco eran nada del otro mundo.

La vi al otro lado de la barra, unas sonrisas, me acerqué y empezamos a hablar, no se cuanto tiempo pudimos estar hablando pero no fue mucho. Recuerdo que la dije de marcharnos y salimos del local, una pequeña charla fuera y empezamos a caminar. A unos cien metros  hay una gran sucursal bancaria con un cajero de estos interiores y ahí fue donde empezó a salir a la luz todo eso que llevaba dentro de mí.

A la altura de esa sucursal la agarré y la besé en la boca, fue un  beso corto pero intenso seguido por una mirada no menos intensa a sus ojos, en ese momento ella intentó volver a besarme pero de un fuerte tirón de pelo la alejé de mi cara, sin soltarla abrí la puerta del cajero y la introduje dentro, con cierta dureza la llevé junto a una pared donde la di otro beso corto e intenso,  mientras una de mis manos empezaba a explorar su cuerpo, ella se estremecía como si fuese la primera vez que la tocaban, lo que a mi me enervaba y mi mano rápidamente se introdujo debajo de su falda y joder ahí tenía yo entre mis manos las cataratas del Niagara, segundos después la había subido la falda y la tenía subida en mis hombros, mientras la comía sentía como mi cara se iba empapando, jamás vi algo así, ella gemía y gemía, hasta que la bajé de los hombros,  “zorra me has empapado la cara” fueron mis primeras palabras, ella me miraba desencajada y con cara de perplejidad y yo me quedé por un instante parado ante mi reacción, nunca antes había dicho algo así. Pero verla ahí, muda como esperando a que yo siguiera me devolvió a mi nuevo papel rápidamente. “Vamos zorra que te voy a follar como jamás te han follado” y agarrándola fuertemente del brazo la saqué de allí en dirección a mi casa.  Fueron cinco minutos andando en los que ella de vez en cuando me intentaba besar a lo que yo unas veces accedía y otras no, en una de esas que insistió apareció mi primer bofetón, “estate quieta zorra que no vamos a llegar nunca”. Una vez que estábamos  en el portal me dirigí al ascensor, no se el motivo ya que yo vivo en el primero, lo abrí y nada más entrar la dije que me la chupara, a lo que se puso de inmediato, pulsé el botón del séptimo mientras ella seguía cabeceando, en cuanto se paró el ascensor se la saqué de la boca y la di otro bofetón, por puro placer imagino ,“zorra sigue chupando” y sin más se la volví a introducir y pulsé el primero.

Nada más cerrar la puerta de la casa la ordené que se desnudase y luego pasase  mientras yo me fui a sentar en el sofá del salón. A los dos minutos allí entraba completamente desnuda con las manos tapándose y la mirada medio baja. “Deja que te vea zorra” y retiró inmediatamente sus manos poniéndolas a los lados, “zorra date la vuelta” y se volvió “hoy me voy a follar ese culo de zorra que tienes, continua con lo que estabas haciendo” y separé mis piernas, de inmediato se arrodilló y empezó  a chupármela hasta que de nuevo la agarré el pelo sacándosela de la boca, la miré un instante a los ojos y la puse la cabeza en el sofá colocándome detrás acerqué mi boca a su oído y la susurré que la iba a dar por el culo, lo cual hice con toda la fuerza que pude, ella dio un pequeño grito que silencié inmediatamente, “ni se te ocurra quejarte zorra” le dije. Mantuve mi cara sobre la suya aprisionándola contra el sofá y empecé a moverme  con toda la fuerza que me fue posible hasta que me corrí dentro de ella. Estaba exhausto y me aparté a un lado pero todo surgía de mí con total naturalidad como si lo hubiese estado haciendo toda mi vida.  “Zorra ve a por tu bolso y tus bragas”, ella de inmediato fue a por ello, la quité el bolso de las manos y la dije que fuese al baño a mojar las bragas que me tenía que limpiar la polla con ellas, mientras ella humedecía las bragas yo buscaba su móvil en el bolso para hacerme una llamada perdida, ella de vuelta al salón se aplicaba en limpiarme la polla suavemente. “ Ahora te vistes y te largas que quiero descansar,  y no me llames que lo haré yo.”

Y así empezó todo…..