Mi primer voluntariado parte II

Después de mi primer voluntariado, me siguieron pasando mas cosas. Si estáis interesados, adelante.

Hola de nuevo.

Espero que mi primer relato os haya gustado...como también espero que os hayáis echo preguntas. Como por ejemplo si volví a quedar con Juan. O como soy más detalladamente, o que tengáis ideas morbosas de vuestras cabecitas locas.

Esta historia no acaba con ese encuentro tan morboso con Juan y me gustaría explicaros un poco... ¿venís?

La respuesta de si volví a quedar con Juan es, SI. Volvimos a vernos después de que Juan no tardara mucho en ponerse en contacto conmigo. Cosa que fue muy excitante recibir su primer mensaje. Nuestro primer encuentro, no fue muy diferente a como vivimos el primer encuentro, mucha intensidad, mucha humedad y mucho morbo. A Juan no lo conocía de nada, pero ese feeling que encontramos fue algo brutal. Juan podía venir un jueves y no salir de casa hasta el lunes para volver a nuestras vidas sociales habituales.

Con Juan podíamos estar casi todo el fin de semana usando solo ropa interior o incluso menos. Estar con Juan durante esa época, fue un subidón de emociones brutal.

Él quería follarme y yo quería que me follara. Él quería disfrutarme, ya que quizá estar con una chica de mi edad, le daba un morbo extra. Yo quería disfrutar de cada nueva experiencia. Nuestros encuentros no fueron muy excepcionales. Cada encuentro aprendía algo nuevo. Cosa normal ya que Juan tenía mucha más experiencia que yo y eso supongo que era lo que me hacía querer más y más. Hicimos casi de todo: Sexo en la montaña, sexo en la cocina, sexo en el sofá, en la cama, en el suelo, jugando con comida, jugando. La verdad no quería que eso acabara. Por lo menos hasta que tuviese que irme de allí. Ya que no veía a Juan como para una relación. Pero todo daría un giro inesperado repentino.

Empezaré por el viernes antes de ese fin de semana. Los últimos fines de semana estábamos un poco más desfasados de lo normal. Empezando el jueves a follar como locos. Fallábamos como cabras por el monte, en refugios de pastores, en su coche, con paisajes alucinantes. Era especialmente morboso follar en la naturaleza. Si no lo habéis probado os lo recomiendo. Volvamos a ese jueves. Llegamos agotados después de perder energía frotando nuestros cuerpos además de la caminata correspondiente y con previsión de mal tiempo. Pasamos por el súper a cargar la despensa, ya que ninguno de los dos teníamos en mente salir de casa durante 3 días. Subimos al piso y preparamos algo para comer. Si, nuestras vidas juntas eran un poco desorganizadas pero morbosas como pocas. Quizá comíamos a las 18h de la tarde, o desayunábamos a las 13 después de levantarnos y follar durante un buen rato. Pero no teníamos ninguna otra preocupación.

El piso donde vivía tenía unas vistas a la montaña, alucinantes, con vistas a la carretera del pueblo. Por cierto también os recomiendo follar pegados a una ventana y ver la gente pasar jajaja.

Bueno, pues no siempre estábamos follando, nuestros cuerpos tenían que recuperarse. Comíamos, convivíamos, pero siempre estábamos pegados como dos lapas el uno con el otro. Me encantaba poder sentir su pelo del cuerpo en mis manos en cualquier momento. Una caricia mientras friegas los platos, un beso inesperado mientras miras el ordenador o el teléfono. MmMmmmMmmm una delicia!

Así que comimos un poco de pasta y tofu, nos pusimos una película y dentro de ese descontrol me quedé dormida. ¿A que no sabéis como me desperté?

SI, correcto. Unas cosquillas en mi entre pierna provocada por la barba de Juan, me sacó una sonrisa y por supuesto me sacó un orgasmo unos minutos después. A veces Juan me hacía un sexo oral de marca blanca. No sé si es que no le gustaba o que no tenía mucha práctica. Eso sí, yo me corría de todas formas. También encontré que Juan siempre buscaba que yo me corriera antes que él empezará a darme caña. *Caña = Follarme y correrse.

Se nos hizo tarde. Después de comer a las 18h, hacer una siesta y follar...pues a las 23h o así preparábamos algo para cenar. Pero tal cual nos acabamos la comida, tal nos dormimos los dos, desnudos, abrazados, una maravilla.

Al despertar del sábado los rayos de sol entraban por la ventana. Teníamos un amanecer entre las montañas de lujo. Sobre las 9AM ya entraban unos buenos rayos de sol y esos fueron los que nos despertaron. Nos hicimos un poco los remolones y pedí a Juan que tarjera algo dulce para desayunar. Y no tardó en traer una bandeja con leche, cola cao y algunas galletas. Cogimos fuerzas y nos pusimos a lo típico de cosquillas, caricias, toqueteos...

Cuando llevábamos un rato ya despiertos y con el juego...habrían pasado 30 o 45 minutos. Se escuchó como picaban a la pared del piso del lado. Nos quedamos parados al escuchar esos golpes y seguidamente nos partimos el culo. La verdad, que llevábamos un rato más gritones y cuando me tocan con un poco más de intensidad, pues puede que mis decibelios aumenten. Jijiji Procuramos no gritar, pero también es cierto que cuando una llega al orgasmo, es inevitable el griterío...

Pero bueno, el caso es que cuando estábamos ya en pleno chapoteo entre su polla y mi coño. Sonó el timbre. Juan ni se inmutó, pero yo me quedé un poco extrañada. Paré atención a la puerta mientras Juan seguía fallándome. Solo podía escuchar el choque de nuestras carnes y alguien moverse tras la puerta. Una sombra tras la puerta me hizo poner la mano en el pecho de Juan para que parara. Entonces me levanté y sigilosamente fui hacía la puerta. Cuando estaba cerca, escuche unas llaves introducirse en la rendija. La puerta se abrió, lentamente...

-¿Alba?

Esa voz...no me sonaba familiar...

-¿Alba?

-Ehhh.....sisi, estoy aquí.

Desde detrás de la puerta saqué mi cabeza.

-Hombre sí que estás.

Sonriente tras la puerta, el propietario del piso, el amigo de mis padres.

-Espera un segundo, ok?

-Claro claro.

Volví a cerrar la puerta y rápidamente nerviosa y temblorosa, hice vestir a Juan. Yo me puse unas braguitas que vi y una camiseta cualquiera que cogí. Cuando Juan estuvo vestido le dije que se fuera a la cocina a preparar el desayuno. Fui de nuevo a la puerta y allí estaba con su tradicional traje. Con una cara de pocos amigos. Le miré con cara de pena o de culpabilidad no sé. Pero sí que creía haberme metido en un problema. Aún que era mayor de edad y podía hacer lo que me diera la gana, yo no había sido ni me habían educado así. Y si pensaba en cómo era yo antes de venir, a como me había conocido Diego. Solo me venían pensamientos de culpabilidad cuando ni siquiera sabía pq había venido.

-Qué te pasa con esa cara.

-Nada, nada. -Forcé una sonrisa y le dejé pasar-.

-¿Que no estás sola?

-No.

-Ah...vaya...ya veo. ¿Qué desorden no?

Al escuchar eso de "que desorden"...recuerdo que una de las cosas que más hablamos cuando estrenamos el piso. Cuando me acompañaron mis padres y el mismo Diego a hacer una comida, comida que cociné yo para demostrar que era capaz de vivir sola. Fue el orden, la limpieza, creyeron que al ser tan joven, no sería capaz. Llevaban razón, era un desastre en ese aspecto, pero desde la llegada de Juan aún era peor. Algún plato de comida con restos de la cena, la bandeja del desayuno en el suelo de la habitación, ropa, un desastre vamos.

-Bueno, es sábado.

-Ya...Y esto lo haces tú y tu amigo en unas horas de sábado.

-Buenos días. Dijo Juan saliendo de la puerta de la cocina.

-Para quien los tenga. Contestó Diego.

-Bueno es un amigo, nada más.

-Pues parece muy mayorcito.

-Juan puedes dejarnos.

-No, no, no, no! Perdona Alba, pero seré yo quien lo invite a irse.

Diego, muy serio y haciendo el gesto de, por aquí es el camino. Nos dejó solos, en un instante. Lo que estaba siendo feliz sábado, se estaba convirtiendo en un momento muy desagradable.

Fuimos al comedor y Diego tomó asiento en una de las sillas del comedor.

-Bueno Alba y ahora qué? Me miró

-Diego, perdón. En todo momento he pensado en que lo estaba haciendo mal. Pq sé que querías orden y que no hubiera fiestas y demás. Pero me he portado bien, solo ha sido desde hace un par de semanas y pq entró Juan. Soy joven y me encanta estar aquí lo que estoy estudiando.

Diego levantó la mano, como sin querer escusas.

-Entonces los vecinos me mienten desde hace más de un mes?

Me vine abajo. Empecé a llorar.

-Lo siento. Pero por favor, no se lo digas a mis padres.

-Alba, la relación con tus padres va más allá de secretos, ya lo sabes.

-Sí, pero déjame acabar aunque sea el curso.

-Busquemos soluciones, no mierdas. ok?

Diego era un empresario de éxito. Había triunfado con empresas innovadoras en tema de formaciones profesionales. Siempre me había encantado hablar con él pq su conversación era productiva, siempre salías con ganas de algo más en la vida después de hablar con él.

-Pues no sé.

-Yo todo esto lo hacía por ti. ¿Pero crees que con estas condiciones eres capaz de sacar todo tu potencial?

-Sí.

-No. La lujuria siempre nubla la mente.

-Pero esto solo es el fin de semana.

-Alba, ya no más mentiras desde ahora, ok? A ver. Tú acabarás este curso, vale?

-Me encantaría.

-Si si lo harás. Tranquila. Pero tienes que salir de aquí con algo cerrado para tu futuro.

-¿Que se te ocurre?

-Varias cosas, pero iremos viendo paso a paso. ¿ok?

-Primero, necesito que recuperes la esencia de tu familia.

-A que te refieres.

-Vístete...(Diego me miró de arriba a abajo) Decentemente e iremos a comer.

-Vale.

-Yo haré unas llamadas mientras. De acuerdo?

Así que me levanté y me fui a vestir. Le di un par de vueltas al armario. Me decidí por un tejano ajustado, un body de manga larga y un jersey. Me recogí el pelo con un moño y me puse unas botas.

No tardé mucho, pero Diego ya me esperaba en la misma silla.

-Ya estoy.

-Perfecto. Le dejaré mis llaves al vecino. Vendrá una persona a arreglar este desastre. Y luego lo mantendremos en perfecto estado.

-Claro. 🙂 Sonreí ligueramente y después de dejar las llaves al vecino y aguantar sus miradas, nos fuimos a su coche aparcado en la puerta.

Tuvimos una conversación sin silencios. Siempre amena e interesante. Hablamos de mi formación, de sus negocios, de la familia, de todo un poco. Cuando llegamos al sitio donde comeríamos, se me llenó de recuerdo la cabeza ya que era un sitio en el que había estado con mis padres y Diego. Diego no tenía pareja actualmente o que yo supiera. Ya que siempre había tenido novias. Durante la comida estuve muy a gusto. Me puso un poco al día de todo e incluso me hizo ver que esos momentos vividos con Juan serían buenos en pocos sentidos. Que necesitaba dar un paso más. Comimos muy bien, nuestra carne, nuestro vino y nuestros postres. Chicos nunca dejéis a una chica sin postres. Sin ninguno de los dos....😉

Bueno el tema que salí de allí de otra manera, sintiendo que la conversación con Diego había sido como una pastilla que calma el dolor. Aunque yo no tenía dolor. jejeje.

-Ahora volvamos a casa. . .

Dijo Diego mientras encendía el coche y salíamos del parking.

-¿Me dejas que disfrute un poco de mi coche?

-Es tu coche.

Solo decir eso, pego un acelerón que me quede estampada en el asiento.

-Waaaaaaaaaaa, que impresión. Él tenía una ligera sonrisa en la cara.

Fue conduciendo muy concentrado por unas carreteras de montaña estrechas y para mi gusto de mucho miedo!!!!!!!!!!! Pero parecía controlar. Me tenía que agarrar a la maneta de la puerta y una vez hasta puse mi mano en su pierna viendo una curva. El alcohol hacía que pareciera que estábamos en un parque de atracciones. Sentía mariposas en el estómago como cuando bajas por una de sus rampas, sentía esa adrenalina por mi cuerpo. Un subidón brutal. Cuando de repente detuvo el coche en un sitio que parecía un mirador, estos sitios que hay para parar pero que solo cabe un coche. No sé si sabéis de qué hablo. Bueno había unas vistas alucinantes, se veía una presa abierta y las montañas, precioso. Solo parar el coche sacó las llaves y bajó. Me quedé un poco sorprendida pero esperé. Abrió la puerta de mi lado.

-Mira ven. Siempre que subo me paro un rato a ver este paisaje. Me trae buenas vibraciones.

-Es chulísimo. Mientras hablaba estaba apoyada en el coche.

-La verdad es que sí.

Él a mi lado pero sin apoyarse, me explicaba cosas del sitio. Cuando sin saber pq cuando paró de hablar y me miró le agarré por la camiseta que llevaba por fuera del pantalón de pinza y tiré hacia mí. O estaba muy fuerte o él puso de su parte, pero nuestros cuerpos quedaron tocándose frente a frente.

-Muy bien. Dijo después de hacer eso.

Levanté mi mirada y sonreí. Dios mío, había conseguido seducir a un maduro sin palabrería. Solamente siendo yo, solamente con unos gestos, miradas. Eso me dio mucho morbo y a la vez me excitó.

Aun sujetando su camisa, dije:

-Es precioso. Quitando su mirada clavada en mis ojos. Cuando vi que su mirada también reaccionaba a mi comentario. Bajé mi mano a su paquete y empecé a palparlo.

-Aaahh..eres un poco diablilla, no?

Sonreí al notar que había picado al comentario, que no podía aguantar más su mirada y le despisté para poder avanzar en mi objetivo. Palpé su paquete un poco mientras él puso su frente contra la mía.

-Ui...no le gusta? No notaba que se pusiera dura ni nada.

-Le encanta y a mí también. No te preocupes por eso. Sigue como estas haciéndolo y no bajará nunca.

Creo que pillé la indirecta y le miré sonriente. Dejándole allí, mientras caminaba mirándole a los ojos. Deje de mirar justo cuando me dispuse a abrir la puerta del piloto y meterme dentro del coche. Cogí aire y vi por el retrovisor derecho como se movía hacía la puerta del piloto.

-Lo estás haciendo genial.

Había acertado en que el no quería que siguiese tocándole, quería que siguiera seduciéndolo. Puse las manos en el volante.

-¿Me lo dejaras?

-Una pregunta difícil de responder.

-Vaya, que pena.

-¿Me dejarás a mí?

-Por supuesto. Tuvimos una mirada de 2-3 segundos en la cual nos dijimos todo.

Pasó la mano por la ventanilla y su mano se puso en mi jersey, agarrándome un pecho. El respiró con alivio.

-Uuummm, joder. Deseaba tocarte desde que te vi en bragas.

No duró mucho apretando una de mis tetas, cuando me pidió que me quitara el jersey. Quedándome solo con el body muy ajustado de manga larga. Mis pezones estaban de punta y no tardó en agarrar uno seguido del otro.

-Maravilloso, son mejores de lo que había imaginado.

Esos comentarios me estaban volviendo loca. Me había imaginado durante este tiempo. Eso me calentaba aún más.

Su mano empezó a bajar por mi barriga pero el tejano le impedía seguir. Me miró y sus ojos me dijeron. ---Desabrochateeeeeee- parecía estar hipnotizada por su mirada. Así que con un leve movimiento mi pantalón se desabrochó. Su mano se coló entre mis piernas y el body se desabrocho saliendo disparado hacia arriba.

Sus dedos empezaron a frotar por mi coño. Mi culo estaba inquieto en los asientos de piel. Su mano también estaba inquita pq no paraba. Pude sentir como sus dedos se colaban en mi coño y entraban con una facilidad brutal. Seguro que esos dedos ahora deberían estar pringados de flujo. Creo que esa sensación tan bestia nunca la había tenido.

-Diosss....pero esto es normal?

-Supongo...anda tira para allí.

Me fui hacía el asiento del copiloto y Diego entró de nuevo.

-Sabes, hacía tiempo que no sentía esta maravilla. ¿Tu estas bien?

-Sisisi, no me ves...quise dar un poco humor.

-Estas segura. No voy a ser el próximo papanatas de montaña.

-Estoy...me acerque para ponerme cara con cara...Muy segura.

Mientras hablaba mis manos agarraron su polla y la presioné entre mis manos. Ya estaba muy dura.

-Vale. Piensa que si te arrepientes o cambias de idea, nuestra relación sea acabará para siempre.

-Eso no sucederá.

Me puse a desabrochar el cinturón y él mismo acabó bajando pantalones y demás. Cuando vi su polla totalmente dura para mí, me incliné y la metí en mi boca. Sentí ese calor, esa textura en mi lengua. Al poco de estar chupándosela intento meterme mano pero dijo:

-Puta mierda de coches, odio follar en ellos.

Así que yo seguí a lo mío. Su polla estaba muy dura

-Vamos fuera nena.

Se subió como pudo un poco los pantalones y salió. Yo hice lo mismo por el otro lado. Solo llegar a mí me besó y me agache para volver a chupar su polla.

Estábamos algo escondidos entre la curva y el coche, pero yo sospecharía al ver un coche y una persona como estaba Diego colocado, llamadme mal pensada. Suerte que el espacio era pequeño y no cabía otro coche. Yo de todas maneras estaba cachonda como pocas veces antes. Mamaba su polla pero tenía poca saliva no sé si era del alcohol o de los nervios. Pero me costaba babearla.

-Eres buena nena.

Levanté mi mirada y me puse de pie. Toqué la punta de su nariz y me di la vuelta. Mis pantalones estaban desabrochados así que solo tuve que hacer un mínimo esfuerzo para dejar mi culo al aire.

-Uhhhh....wwaaawww....

Sentí como sus manos apretaban mis nalgas. Soltaba y volvía  a apretar. Yo le miraba mientras él no quitaba ojo a mi culo.

-Sin piedad, vale? Dijo agarrando su polla

-Sisi. Dije con ansia de que me penetrara.

Sentí sus dedos cerca de mi ano, pq cogió el hilo del tanga que pasaba por allí para apartarlo y seguidamente...

LA QUINTA SINFONIA!!!

Su polla se colaba en mi polla sin dificultad alguna. Mi coño estaba tan húmedo que solo tenía que deslizarse en mi interior. Empezó a follarme a un ritmo lento, poco a poco. De golpe rápido, pero otra vez volvía a parar su marcha. Su polla se salía pero no tardaba en volver a penetrarme. Sentí sus manos agarrar mis nalgas e incluso me daba alguna cachetada mínima. Yo miraba al frente, veía la carretera y la pared de la montaña que teníamos justo en frente. Y de nuevo, rápido y muuuuuy lento. Después de darme unos cuantos pollazos, la dejo toda dentro de mi coño y sentí como sus manos subían de mi barriga a mi cuello agarrándolo y tirándome hacía él. La otra mano me agarro de una teta y retorció un pezón. GGGRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRR, dios!!! De nuevo empezó a mover su cuerpo contra el mío y no tarde en llegar al orgasmo. Me liberé, fue maravilloso, poder gritar el orgasmo al aire libre, en un sitio que naaaaaaaaadie podía escucharnos. Pq ni aun que un solo coche pasará, podría escucharme. Fue un orgasmo que siempre recordaré.

Pero él no se detuvo en todo este rato. Así que me soltó del cuello y haciendo fuerza con su mano en mi espalda, me puso contra el coche de nuevo. Podía ver el color perlado del coche, los brillantes que la pintura desprendía. Pero también escuchaba como su polla chocaba con mi flujo vaginal y su energía salía en forma de mini gemidos por su garganta. Entonces su energía empezó a fluir por su cuerpo y me embestía con más fuerza, más intenso pero no más rápido. Me giró la cabeza mientras me agarraba del pelo. Le hice una sonrisa pícara. Me agarró la carne que hay a los lados de las nalgas muy fuertes. Y con la otra mano agarraba su polla sacándola de mi coño para empezar a correrse por tooooooooodos lados. Sentía esos chorros de leche, principalmente por mis nalgas. Pero también sentí en las piernas, espalda. Acabó y se puso a mi lado mientras subía y abrochaba el pantalón de pinza. Yo hacía lo mismo. Mientras subía mi tejano, sentía como cuando has salido de la ducha, te pones la ropa, pero no estás bien seca. Pues lo mismo. El semen se esparcía por mis piernas. Al colocar el body y abrochar los botones de abajo, sentía ese líquido pringoso y caliente. Pero me daba un morbo alucinante. Diego me observaba. Yo le miraba con una sonrisa placentera máxima.

-Vamos. Me dijo.

Afirmé con la cabeza y salió disparado a la carretera de curvas.

El viaje fue largo, pero recuerdo a fuego unas palabras que soltó mirándome serio y convencido:

-Eres muy buena. Creo que eres la mujer TOP de mi vida. Podemos hacer cosas tú y yo…

Me quedé muy satisfecha. Mi fantasía de siempre había sido tener algo con un maduro y en menos de dos meses había estado con dos, que me habían alagado de una manera espantosa. Será que la pasión va por encima de todo.

Espero que os haya gustado la continuación. Si es así...HABRÁ TERCERA PARTE. BESITOS...