Mi primer voluntariado

Algo pasa en mi primer voluntariado!

Cuando me puse a estudiar un ciclo formativo de deporte en la montaña. Todo después de haber sacado una notaza en mi último curso (Mi cabecita loca). Mi padre que siempre estaba muy interesado en mis estudios, se decepciono conmigo, pero mi madre, como siempre, me apoyó. Vamos que me fui a un piso que unos amigos, muy amigo de mi padre tenía en  la montaña. Le pagábamos un alquiler y mis padres me ingresaban cada mes unos euros para poder subsistir.

Todo esto os lo comento básicamente para poneros en situación. Resulta que durante el curso teníamos que hacer algunas prácticas, por ejemplo en la hípica, en una empresa que tenía un convenio con la escuela para hacer de guías de montaña, etc.

Una de esas prácticas en la cual participamos como  segundos organizadores y nos tocó hacer de voluntarios en una carrera. Controles de llegada, avituallamientos, etc.

Os voy a contar un poco más sobre esos meses antes y vamos al lio, os parece? (espero que sí)

Pues allí en la montaña, a 1600m de altitud, la vida me había cambiado bastante, de la que yo llevaba en un pueblo cerca de Bcn. En la montaña, todo era más slow, mas rural, más hippie, mas MUCHO MAS! jejeje

Y no me desagradaba para nada ese modo de vida, así que me aclimate en poco tiempo.

Lo primero que hice fue cambiar la alimentación y me apunté en una tienda en la que te dan productos de la época i de la misma zona, por unos 45-50 € mensuales. (Pagaban los papis, jejeje).

La segunda y que  he notado mucho, el NO uso de sujetador. jajaja, es una maravilla!!!

La tercera el bar y la cerveza. Que al final me ha empezado a gustar!

Y si os parece ahora también, lo dejamos aquí i vamos a lo que vamos.

Ah!!! Antes, os explicare como soy, para q os hagáis una idea. A primera vista verías una cosa pequeñita, no llego al 160. Pelo larguito, castaña clarita. 85 de pecho, pero no están apretadas, más bien sueltas. Y de culo, pues nalgas alargadita y si muerdes coges bastante chicha...jejeje. Soy blanquita de piel y...supongo que iréis sabiendo más.

Bueno, un domingo a las 5 de la mañana me sonaba el despertador! DIOS que pereza, tocaba ir al voluntariado de la carrera que organizábamos. Pies en el suelo siento el frío, que me hace pensar que unas mallas cubrirán bien mis piernas de esa fría mañana. Me levanto y voy al montón de ropa de la silla y no me cuesta localizarlas. Solo tengo que levantar una pierna, la otra y mallas colocadas. Un tanga cubre mis partes íntimas y coloco las mallas a la altura de mi ombligo. Retiro mi camiseta de pijama, cuando esta va saliendo por mi cabeza siento como mis pezones de contraen, poniéndose duritos. Me pongo otra que pillo del montón y me la pongo, sin sujetador. Agotada me siento en el borde de la cama. Cierro los ojos y me tiro hacia mi almohada.  Una notificación hace que vuelva a abrir los ojos y buscar unos calcetines por el suelo de la habitación. Las zapatillas de montaña y vuelvo a levantarme para ya definitivamente lavarme la cara y salir.

Con la chaqueta de patrocinio de la escuela a la que iba, me cubro del frio de la mañana. A finales de Septiembre, ya con pocos grados en el termómetro. Camino hacia el punto de encuentro. Me bastan 5-6' para llegar, allí ya me esperan algunos alumnos y un profesor, para acercarnos al punto de inicio. Me abrazo al primero que encuentro, el sueño puede conmigo, soy muy perezosa. Pero tenemos que empezar a despertar. Así que subimos al coche y lo primero que hago es ponerme en el hombro del compañero. jajaja, no puedo con mi vida.

Pasado un rato y ya en marcha, nos enseñan y explican el plan del día. Allí me dicen el punto donde voy a estar y con quién. Solo quiero algún punto activo, que no pare de hacer cosas, si no el día se me hará eterno. Albeta con Juan de Runrios (la empresa organizadora)

-NOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO!!!!!!! Era el peor plan posible, con alguien que no conocía y en un punto de paso de corredores. (Todo eso lo digo lamentándome con un compañero de clase....)

-Perdón, Rober se suma a Albeta y Juan!

Bueno, al menos un compañero, haría todo un poco más fácil...

Subimos al todoterreno y Juan es el más preguntón y motivado. Nos habla, pregunta y se hace el un poco el gracioso, pero está bien, no será tan aburrido.

-Bueno, así que tengo que enseñaros como va esto, no? comenta Juan.

-Bueno, somos parte organizadora, digo desde el asiento trasero.

-Sois muy jóvenes. No podéis organizar una carrera para 500 corredores.

-Para eso estamos aquí.

-Claro que si guapa.

Mi compañero no habla mucho, pero es un apoyo para mí. Soy abierta y dicharachera, así que no me importa hablar con Juan, que parece dispuesto a darlo todo. Lo vive esto de la montaña.

Llegamos al sitio y Juan no está para perder el tiempo. Va directo al maletero y descarga las cosas, para encintar y marcar el terreno.

-Ya he descargado 2 cajas cuando tú llegas, guapita.

-Es que tiene más energía que nosotros, Juan.

-Pues tú tienes frio, no sabéis ni ir a la montaña.

-Estoy bien. Me extraño ese comentario...

-Que vas a estar bien, mira tu piel toda erizada.

Tras un buen rato poniendo y marcarcando con cintas y tizas, por fin Juan dice:

-Yo creo que ya no se perderán no?

-Bueno, quizá faltaría allí abajo, pq el camino se estrecha. Comentó mi compañero.

-Pues ale chico, ya sabes...bajando.

Me quede sola con Juan, un hombre alto, corpulento pero algo dejado.

-A este chico le hace falta un empujón eh!!

-jajajaja, pobrecito.

-Pobrecito? se lo van a comer. Pégale un buen polvo y lo espabilas...

-JUAAANNN.....sonrío. Él también sabe que ha hecho un comentario subido.

-Si quieres te lo pego yo a ti, que también estas un poco paradita. Se le escapa la risa mientras dice ese comentario, queriendo hacerme reír.

-Tengo sueño...digo con voz de tontita.

-Pues por eso, un buen polvo y te despiertas. jajajajja

-Aaaaiii....

-Eso es un sí?

-NO!

-Ah, como no has dicho no...

-He dicho que estoy paradita, pq estoy dormida, no digas mentiras.

-Bueno, si quieres un polvo, yo te lo doy. MIERDA, SE NOS HACE TARDE.

-Qué hora es? pregunto.

-1h nos queda y yo sin probarte.

-Pero Juan... cortando mi comentario...

-Niña que las montañas esconden grandes tesoros, tu podrías ser el mío.

Sonrío y niego con mi cabeza perdiendo el contacto con los ojos de Juan.

Después de ese comentario, llega mi compañero y nos quedamos callados. Trabajamos durante un buen rato, acabando de preparar y conectar sensores...Cuando lo tenemos listo nos informan por Walker que empieza la marcha. Así, que nada, en el tramo en el que estamos tardaran en llegar.

-A desayunar. Dice Juan.

Ni mi compañero ni yo, hacemos un movimiento, demostrando que no hemos pensado en ese detalle. Yo me estiro apoyándome en una mochila y al instante, Juan, me hace quitar la cabeza para coger su desayuno de la misma mochila.

-Suena el walkie- Charlie 9 habéis encendido los sensores?  No nos llega el receptor.

Juan y yo miramos a mi compañero sin decir nada, que se levanta y sale disparado.

-Lo que yo te diga o lo espabilas o tendré q poner cartas sobre la mesa.

-Que más te dará a ti. Respondo un poco enfadada. Haz lo que tengas q hacer.

-UUiiiii q se ha enfadado....

-No, pero este esta empanado...

-Eso es verdad, no como tú.

Nos quedamos callados, cuando de repente se escucha un trueno que nos deja con la boca abierta.

-Diooosss...me agarro a Juan.

-Ven aquí nena, yo te protejo.

Aunque sea un bocazas, siempre me saca una sonrisa. Así que después de su comentario le doy un golpe con el puño.

En ese momento me suena el teléfono, es mi compañero, me escribe diciendo que está bajando para cambiar el receptor, que no se enciende y esta la luz de la batería encendida. Se lo comento a Juan y rápidamente se pone de pie.

-Está loco. Vamos anda.

-A dónde?

-A buscarlo, no le va a dar tiempo.

-Yo me quedo.

-No me haces compañía?

-Me abandonas? le contesto, en plan burlón, poniendo cara de pena.

-Nunca.

Abre sus manos mirando al cielo y dice:

-Pero si no quieres mojarte, tendremos que ir al coche, pq parece que va a caer una buena.

-Podré cantar bajo la lluvia.

-Anda, va en serio, que no te haré nada. Vamos a refugiarnos.

-Ahora estás hablando en serio?

-Todo el rato.

-Ya me lo parecía. Me pongo roja, sin saber bien lo que he dicho.

Hay un silencio que se mastica, ya que estamos los dos entrando en un juego, que seremos capaces de llevar? Juan está claro, que no me diría que no a un acercamiento, pero y yo? Estoy yendo más allá? es un juego?

-Vienes? Me dice extendiendo la mano para ayudarme a levantar.

Pero niego su ayuda y nuestros ojos coinciden en una mirada.

-Quiero mojarme. Mi mente me estaba desconectada en esos momentos, me estaba dejando llevar por el momento, la situación.

-Niña, niña...

-Que, no dices que va a caer una buena?

Su mirada picara, se clava en mis ojos. Mi mirada de felina en los suyos.

-Si sigues así nada podrá detenerme.

-A mí tampoco.

Extiende sus dos manos, haciendo el gesto de doblar los dedos y extenderlos para q me levante. Extiendo mis manos, pero acaricio su antebrazo, se arrodilla enfrente de mí.

-Niña no juegues conmigo.

-Me llamas niña por algo?

-Pq es lo que eres.

-Quizá no soy tan niña como te piensas...

-Ya...

-Qué? conteste un poco enfadada...

-Mira no me interpretes mal, ( Juan se puso serio ) pero si yo te hablo así, es pq soy así. Y si juego, es pq si no estaríais enganchados al móvil sin ni si quiera hablaros. Tú y el pamplinas ese.

En ese momento, me sentí ofendida, pq desde que yo estaba estudiando en la montaña me sentía más madura, más echa y Juan no veía más que una niña tonta que estaba jugando con él. Así que no sé qué fue, si un impulso o que, que mi mano se fue directamente a su paquete. Con la mala suerte que le di un golpe.

-Mierdaaaa!!!! Lo siento....perdón perdón perdón...!!!

-Ostiaaaahhjjgggg....Juan se retorció de dolor...

Me puse roja, me levanté y me tape la boca, intentando disimular mi sonrisa, acercándome hasta Juan para ayudarle.

-Eso encima ríete...

Riéndome, pero roja como un tomate, puse mi mano en su espalda.

-Estas bien? Pregunté...

-Podría estar mejor...

-Ya... si te soy sincera no quería hacer eso...

-ufff, menos mal...

Ahora sí, llevé mi mano a su paquete más delicadamente.

-Se alivia, así?

-Creo que se está inflamando...

-Si? no me jodas? Dije preocupada...

Mientras Juan reía y yo miraba su paquete...

-Tienes mucho que aprender niña.

Le pegue un golpe cuando me di cuenta, que había quedado como una palurda.

-Tan cachonda estas?

-Me has puesto... Dije retándole un poco más.

-Estas segura?

Afirme con la cabeza y me soltó las manos como quien suelta las riendas de una yegua. Quise bajar sus pantalones de golpe, pero claro, no bajaban. Parecía que estaba un poco nerviosa. Me puse a desabrochar el pantalón, mientras el empezaba a tener el primer contacto conmigo. Sus manos e pusieron en mi culo.

-Waaaaaaaa. Soltó algo parecido a eso. Le miré sonriente, pq parecía gustarle, así que di una vuelta sobre mí. Con al pantalón ya desabrochado me puse a palpar su polla por encima de este. Él empecé también a sobarme. No duraron mucho esos tocamientos, pq bajé sus pantalones rápidamente. Su polla estaba dura, no del todo pero bastante y era grande. Mas finita que gorda, pero estéticamente me gustaba. (Soy fan de las pollas). Mi mano agarró la polla y la sobaba muy delicadamente, sintiendo ese trozo de carne endurecerse cada vez que completaba un movimiento de arriba-abajo. Si es cierto que al no estar húmeda mi mano no podía resbalar por ella. Así que me incliné, allí delante suyo, en medio de la naturaleza, con ese completo desconocido, mucho mayor que yo, pero  que me estaba dando un morbo brutal.

Le di un par de lametazos, un poco inútiles, pq mi boca estaba seca, tuve que recopilar saliva y meter la polla en mi boca, para dejar un poco de mi saliva impregnada. Entonces empezó el movimiento de mi boca haciendo entrar y salir a su polla. Juan empezó a hacer gemiditos, movimientos cortos con su pelvis, yo cada vez era más profunda. Pero esa postura me era incomoda. Así que me puse de cuclillas y sin soltar su polla seguí con la mamada. Su polla cada vez estaba más dura y lógicamente más hidratada de mi saliva.

-Bbrrrr.....DIOOOSS!!

Sus gemiditos y ruiditos aún hacían que quisiera ser más guarrilla, así que haciendo movimientos cortos en su parte más alta y mi boca tapando la punta aún aceleré eso que esperaba...me agarro de la cabeza, sin mucha fuerza y pude sentir como sus piernas se tensaban y su respiración se cortaba, dando la bienvenida a su corrida. Me lleno la boca sin avisarme, pero que maravilla. Ese semen era espeso como la leche condensada, tenía un sabor liguero, pero podía casi masticarlo. Cerré mis ojos para no pensar, ya que no soy muy admiradora del senes y tragué. Sentí como me dejaba ir de la cabeza y como su cuerpo se relajaba por completo. Incluso su polla al salir de mi boca se quedó flácida. Se subió el pantalón y me agarro de la muñeca. Empezó a caminar dirección a su coche. Estaba en ese momento un poco confusa, no sabía que pretendía. Llegamos a su coche y abrió la puerta delantera del copiloto. Yo me dejaba hacer por completo, cosa que facilitó que me pusiera con las manos en el asiento del piloto y las rodillas en las del copiloto. Cosa que dejaba mi culo totalmente en pompa, con las mallas que llevaba. Sus manos empezaron a sobarme las nalgas, paso sus dedos por mi coñito frotando por encima de las mallas unas cuantas veces. Pero no tardó en bajarme las mallas junto con el tanga.

-Dios santo. Estas más buena desnuda que con ropa, niña.

Esos comentarios que hacía constantemente, me volvían aún más loca. Doble mi espalda para que tuviera a total disposición mi coño. Después de comprobar que estaba mojada como una  piedra dentro de un río, metiendo y sacando un par de dedos. Noté como su nariz tocaba mi ano y su lengua lamia cada milímetro de mi coño. Sentí en contraste de su saliva con mi flujo y como su boca resbalaba por mi rajita. Su lengua se metía dentro de mi coño y era una maravilla.

-Me la has puesto dura otra, vez. ¿Tienes condones?

-Si, en mi mochila. Bolsillo delantero.

Me quedé en esa posición mientras conseguía la goma. Escuche como torpemente tiraba algunas cosas de mi mochila. Su polla golpeaba mi coño y al notarla no pude evitar  no mover mis caderas.

-UUFF, nena como estoy.

Giré mi cabeza para ver, su cara era de auténtico placer, se mordía el labio constantemente.

Al poco, notaba como su polla me penetraba. No costó mucho y en breve estaba dándome pollazos a un ritmo muy bueno. Yo para aumentar mi placer, llevé una mano a mi clítoris. El walkie sonaba dando información de la carrera. Pero solo lo escuchábamos no prestábamos nada de atención. Entonces empecé a gemir más fuerte, noté como mi clítoris recibía muchos estímulos de mis dedos y los golpes de Juan contra mi coño, hicieron que me corriera.

Al poco de parar de gemir, Juan sacó su polla.

-Ya? Pregunté.

-No creo q vuelva a correrme niña. Estas loca?

-Qué? Mientras comentábamos, salía del coche y me ponía delante de Juan, medio en bolas medio vestida.

-Pues eso que me acabo de correr.

-Y para eso hemos gastado un condón? nono!! VEN!

Le hice sentar en el asiento trasero del coche. Me quite las mallas y tanga por completo, dejándolo en el asiento del copiloto y me senté encima de Juan. Levanté mi camiseta incluso el sujetador. Mientras Juan cogía su polla, dura, para buscar mi agujero. Una vez dentro empecé a botar. Juan apretaba mis nalgas, yo saltaba todo lo que podía.

-Joder, niña, menuda eres.

Sonreí y me detuve.

-Vas a correte, si?

Juan mordió su labio y puse mis pies encima del asiento. Juan agarró mis nalgas por debajo de mis piernas y empecé a botar. Su polla se clavaba entera, la sentí enterita en mi interior.

-WWaaaa....diossss si la tienes durísima...

-Joder, por tu culpa.

Seguí botando a un ritmo muy bueno y al poco tiempo Juan deformaba su cara dando la bienvenida a su segundo  orgasmo. Me dejo caer encima de su polla, quedándome totalmente espatarrada encima de él...puse mis manos allí donde pude para descansar. Al poco me levanté y salí directa al bosque. Miré hacia arriba, me sentía bien, me sentí una guarrilla, morbosa, pero me sentía pletórica.

Juan salió y me dio una cachetada en el culo, algo tímida.

-Espero que no sea la última.

-Pórtate bien y seguro que no.

Mientras decía eso, Juan se abrochaba el pantalón y se iba al maletero. Al poco de coger algo, me la ofreció. Era una cerveza.

-Lo celebramos y así te cuido. Que yo quiero repetir.

-Hecho! Nos sonreímos.

La verdad que el día a partir de ese momento fue como la seda. Nos compenetrábamos muy bien, simpáticos, agradables, nada de arrepentimiento y eso molaba. Juan me cuidaba como a una reina.

Cuando acabo la carrera y recogimos ya todo el mundo estaba marchándose, yo estaba agotada. Había sido un día de muchos subidones.

Me despedí de todo el mundo y salude de lejos a Juan, haciendo nuestros últimos ojitos.

Pensé que la mejor manera de dejarle algo para q volvieramos a vernos, sería poner mi numero de telefono en el cristal del coche. Estaba lleno de polvo y se podía leer bien.

Creeís que volvimos a quedar? Que fue capaz de ver mi número de telefono?